Gracias al juego, el
niño o niña puede comunicarse en gran medida con el mundo
que le rodea, a través de él el niño o niña
observa e inmediatamente actúa, descubre, conoce, percibe el espacio,
a los demá;s niños o niñas, la naturaleza, etc. En
definitiva, estructura de forma lúdica el pensamiento y sus procesos,
ademá;s de entretenerse y deleitarse.
El juguete es el instrumento que
utiliza el niño o niña para llevar a cabo sus juegos, de
ahí que la importancia del juguete no radique en el objeto en sí,
sino siempre en función de los juegos que se realicen con ellos.
De la misma forma que las má;quinas, utensilios , herramientas e
instrumentos en general tienen su razón de ser en función
del trabajo del adulto, en tanto que son herramientas de dicho trabajo,
los juguetes son también herramientas que tienen razón de
ser en función del trabajo infantil, siendo el juego el trabajo
infantil en el que el niño o niña pasa la mayor parte de
su tiempo.
La eficacia del juguete para estimular
el aprendizaje y desarrollo infantil, radica en el hecho de que los niños
o niñas se diviertan y se encuentren atraídos con los juegos
que puedan llevar a cabo, mediante el uso de dicho juguete. También
tenemos que tener en cuenta a la hora de seleccionar los juegos y juguetes
cuales pueden ayudar má;s al niño o niña, en función
del momento evolutivo en el que éste se encuentre. Muchas veces
elegimos juguetes demasiado complicados para los niños o niñas
o demasiados delicados, pensando má;s en el juguete con el que nos
gustaría jugar a nosotros que en el que es apropiado para las características
de nuestros hijos.
El juguete no es sino el instrumento
para llevar a cabo la realización de un juego determinado, es decir,
el juego es la razón de los juguetes. Estos son auxiliares en los
que se apoya el niño o la niña para ampliar su actividad
lúdica, pero no pensemos que son indispensables para jugar; el
niño o la niña con su imaginación puede lograr un
mundo de fantasía sin necesidad de otro apoyo. Hay veces en que
un bote de plá;stico puede convertirse en un barco, una caja de
cartón en un coche, etc..., todo depende del uso que haga de su
imaginación, de esta forma cualquier cosa se puede convertir en
un juguete.
Hasta los tres años, la
evolución del niño o niña y de su juego está;
marcado por factores bá;sicamente sensoriales. Durante los primeros
meses de vida es sólo capaz de seguir objetos con su mirada. El
color adquiere un papel decisivo. Luego comienza a entusiasmarse con los
sonidos, a descubrir el placer de tocar y de morder para dar paso progresivo
a la conquista del equilibrio y de los juegos sensoriomotrices. Durante
estos tres primeros años de vida se producen cambios acelerados
en su desarrollo que hay que seguir de cerca para no caer en el desfase
entre el juguete y la capacidad que el niño o la niña tiene
de divertirse con él.
Entre los tres y los seis años
de edad se despierta el interés de los niños y niñas
por los juguetes que estimulan la destreza, que fomentan la actividad
o que favorecen el espíritu creador, permitiéndole hacer
cosas. Todo juguete que favorezca el desarrollo físico, el intelectual
y las relaciones con los demá;s son apropiados para esta etapa.
En esta comunicación queremos
hacer una especial mención a los juegos de construcción
dada la gran funcionalidad de estos.
Los juegos de construcción
son un conjunto de piezas, de formas iguales o diferentes, con las que
pueden hacerse multiples combinaciones, creando distintas estructuras.
Algunos aparecen en el mercado de tamaños grande, los cuales son
aconsejables para utilizar en el suelo y, otros de tamaño pequeño,
má;s apropiados para usar sobre la mesa.
Con las construcciones, los niños
y niñas desarrollan sus habilidades motrices, sus estructuras espaciales,
empiezan a manejar los conceptos grande, pequeño, alto, bajo, má;s
corto-má;s largo, formas goemétricas, similitudes, etc. Van
adquiriendo las nociones de equilibrio, simetría, resistencia,
etc.
Son también un buen material
para los juegos de simulación, donde los niños y niñas
adoptan diferentes papeles, utilizando el material como mecanismo de sustitución
y representación de la realidad. Con este tipo de material los
niños y niñas se acostumbran a ordenar y recoger el material,
haciendo constantemente ejercicios de clasificación y seriación.
Con estos tipos de juguetes los
niños y niñas conocen el medio que les rodea mediante la
construcción de objetos. Podrá;n construir los edificios
de una ciudad, una granja, medios de transportes, un pueblo, etc., e inventar
historias relacionados con ellos, lo que contribuirá; a desarrollar
la capacidad de narrar y describir, facilitando también las relaciones
en grupos al compartir un proyecto de trabajo en común.
Estos materiales de construcción
implican diferente niveles de complejidad. Desde los niños y niñas
má;s pequeños que "apilan" o "amontonan" o "hacen líneas",
hasta los mayores que realizan proyectos de gran complejidad, hay una
serie de pasos intermedios que son los que tienen lugar en las etapas
de evolución de los niños y niñas. Por lo tanto,
es un material que puede adaptarse a las diferentes etapas evolutivas
de los niños y niñas.