¿Está estropeando la tecnología el cerebro de mi bebé?

Cuando los bebés están con sus sentidos en pleno desarrollo, el solo hecho de estar despiertos les provoca una sobre estimulación de los mismos. Simplemente ver imágenes en una pantalla, les calma y les da tranquilidad. Pero ¿hasta qué punto las pantallas afectan al cerebro de un bebé? ¿Cómo se relacionan tecnología y cerebro infantil?

Tecnología y cerebro infantil: ¿Qué debemos saber?

En el año 2011, la Academia Americana de Pediatría, decretó oficialmente que la exposición a pantallas evita el desarrollo del cerebro en niños menores de dos años. El Millennium Cohort Study, descubrió que a la edad de cinco años, los niños que habían pasado más de tres horas al día frente a una pantalla tenían más posibilidades de tener comportamientos antisociales, como pelear y robar, que sus compañeros.

Durante los dos primeros años de la vida de un bebé, su cerebro triplica su peso, ya que tiene un periodo de crecimiento explosivo que nunca volverá a ocurrir en toda su vida. Estos primeros años son un momento crucial para el desarrollo mental y establece los cimientos para el pensamiento adulto. Las conexiones entre neuronas —sinapsis— se multiplican. Nacemos con unas 2500 sinapsis por neurona, pero a los tres años tenemos 15.000. A partir de ahí, el número de conexiones neuronales empieza a descender.

Pero la pregunta es, ¿realmente es perjudicial que un cerebro en desarrollo esté expuesto a pantallas? ¿Por qué no se puede incorporar la tecnología a su desarrollo para que aprenda a manejar las nuevas tecnologías? Sobre todo porque esas tecnologías son el futuro y para el futuro es mejor programar que ser programado.

Según el Dr. Dimitri Christakis, director del Centro de salud, comportamiento y desarrollo para los niños de Seattle, las pantallas son solo el mecanismo para mostrar un contenido y los padres deberíamos centrarnos en el contenido:

Lo que importa es la diferencia entre el consumo activo y el consumo pasivo. Los juegos interactivos se consideran consumo activo porque los niños tienen que hacer un esfuerzo para realizar la actividad, mientras que las películas son consumo pasivo, ya que el niño no debe hacer nada para consumir el contenido.

Según los expertos, los aparatos interactivos no solo pueden servir para que los niños hagan conexiones interactivas, sino que además son una forma excelente para que conecten con sus padres.

Si el uso de las pantallas es compartido en lugar de prohibido, los niños acogerán ese aprendizaje y los padres controlarán el contenido que ven sus hijos.

De todas formas, los niños de hoy en día se van a convertir en nativos digitales les enseñemos pantallas antes de los dos años o no. Pensar que esto no va a ser así, es tan tonto como pensar que una breve exposición a las pantallas es tóxico para el cerebro. Lo importante es llegar a un equilibrio con los distintos aspectos de su vida: pantallas, naturaleza, amigos, ejercicio o lectura.

El artículo completo está disponible en este enlace: https://bit.ly/2KH26pQ