La terquedad infantil. Niño testarudo
Consejos para controlar y cambiar la conducta terca, testaruda y caprichosa de los niños Si partimos de la premisa de que los niños no nacen tercos, sino que se hacen, no cabe duda de que son algunas circunstancias de la educación que reciben lo que les enseñan y les llevan a ser tercos. Un niño obstinado, terco o caprichoso es el que no acepta órdenes, ni sugerencias, peticiones, ni consejos. Es un niño reacio a la obediencia y al cumplimiento de algunas reglas. A todo lo que les piden los padres, su respuesta es siempre negativa y su actitud rígida. De todo desacuerda, y lleva la contraria. Es un niño impulsivo, que intenta conquistar espacio para su propia voluntad. La terquedad es la negativa a todo contacto humano mediante un retraimiento hacia sí mismo. Son, por ejemplo, los niños que se ponen 'de morros' en un rincón porque no quiere recoger los juguetes, o por qué no quiere comer lo que le ponen a la mesa, o por qué no quiere jugar lo que le proponen. El paso siguiente es la resistencia, es decir, las famosas rabietas. Educar los niños en la obediencia y disciplina La obediencia, como cualquier otro valor, también se aprende en la educación. Si el niño no aprende a tener límites, desde la más temprana edad, cuando despierte su conciencia, no aceptará ningún tipo de límite y se convertirá en terco y obstinado. Un ejemplo de ello es la actitud positiva que demuestran algunos padres cuando sus hijos, aún muy pequeños, pegan y golpean a otro. A esta actitud, los padres dicen frases como 'este va a saber defenderse solo'. Cuando el niño crece y sigue haciendo lo mismo, lo que antes 'divertía' a los padres, ahora les preocupa. Entonces el niño se preguntará: '¿por qué esto mismo antes les hacía gracia y ahora me castigan por ello?'. Cuando querrán ponerle límites, el niño sentirá que están siendo injustos con él. ¿En qué nos hemos equivocado en la educación para que nuestro hijo se haya convertido en un niño terco? Es absolutamente normal que en unos periodos determinados, entre los 3 y 4 años de edad, el niño se muestre terco. A esta edad, el niño descubre su 'yo' y con él su propia voluntad. El problema es cuando la terquedad persiste e invade otras etapas del niño. Podemos leer 7 tips para cambiar la conducta terca de los niños. El artículo completo está disponible en este enlace: https://bit.ly/3r0dI79 |