Fomentar las rutinas diarias de higiene y aseo en niƱos

La rutina diaria debe garantizar un tiempo y un orden para cada cosa, que incluya las cuatro actividades principales de los niños pequeños como: comer, jugar, llevar a cabo actividades de higiene y dormir. Esto siendo flexible y teniendo en cuenta la edad y las peculiaridades de cada niño.

Centrándonos en el aspecto corporal, hay que tener en cuenta que el hecho de ensuciarse es una cuestión inevitable en la vida de los niños y que éstos desconocen de forma natural la importancia de la higiene y su mantenimiento.

Por lo que tiene que establecerse un proceso de aprendizaje cuyo objetivo final debe ser: no el evitar ensuciarse, sino el saber limpiarse de manera adecuada como parte fundamental para estar sano, sentirse bien o cómodo con uno mismo e integrarse en el medio social.

Hay que insistir en la adquisición de una serie de rutinas diarias de higiene y aseo en niños, puesto que así se mantendrán en etapas posteriores.

Este proceso de aprendizaje tiene lugar de la forma más natural posible dentro del núcleo familiar principalmente, con motivación y ejemplos positivos que faciliten la incorporación, los hábitos en el día a día, sin olvidar la implicación por parte de los centros educativos.

Los niños aprenden, sobre todo, mediante la observación de sus padres y/o hermanos, por lo que es conveniente hacer parte de estas tareas delante de ellos.

La implementación y cumplimiento de un plan estructurado de actividades contribuye a un mejor desarrollo del niño y le ofrece varios beneficios:

Facilita el proceso de crianza: Muchas veces ambos padres trabajan y deben compartir las tareas o delegar algunas de ellas en un cuidador. Tener rutinas establecidas permite distribuir estas tareas según la disponibilidad de tiempo de los adultos, lo que ayuda a llevar mejor la crianza de los hijos.

Contribuye a desarrollar su seguridad: La posibilidad de conocer las diversas actividades a realizar; y el momento para llevarlas a cabo le permite al niño desarrollar una sensación de seguridad que favorece un mejor desarrollo psicológico y emocional.

Les ayuda a ser más independientes: El saber «que sigue» ayuda al niño a tomar acción por su cuenta.

Fomenta el desarrollo de hábitos saludables: Al llevar a cabo de forma regular acciones como: el lavarse las manos antes de comer, cepillarse los dientes después de hacerlo, comer a las horas, bañarse antes de ir a dormir. Realizar actividad física diariamente e ir a la cama a la misma hora estamos inculcando hábitos que fomentan la salud y bienestar del niño tanto en su infancia como a lo largo de su vida.

Inculca el sentido de responsabilidad: El cumplimiento de las rutinas permite ir interiorizando en el niño la sensación de compromiso y responsabilidad, muy importantes a la hora de crear valores.

Rutinas diarias de higiene y aseo en niños que se deben implementar diariamente

  • Debemos lavarnos las manos antes de cada comida.
  • La ducha diaria es una costumbre que se debe establecer.
  • La hidratación de la piel después de la ducha no debe ser un lujo.
  • Debemos ducharnos después de la realización de deporte.
  • No debemos olvidar el cuidado de las uñas de las manos y los pies.
  • El cuidado del cabello es esencial.
  • Una mascarilla hidratante para el pelo de vez en cuando lo mantendrá hidratado y brillante.
  • Debemos cepillarnos los dientes después de cada comida.
  • No debemos utilizar bastoncillos para la limpieza de los oídos.
  • Tanto la ropa como el calzado deben ser objeto de especial atención.

La clave está en la perseverancia

Una rutina logra ser implementada con éxito cuando se pone en práctica la perseverancia. No es algo que se logra de un día para otro, con los niños hay que tener paciencia y, podemos tardar varias semanas para ver que la rutina que intentamos enseñar ha sido incorporada.

Debes involucrarte y comprometerte con la rutina, no debemos olvidar que los niños aprenden por imitación, así que el ejemplo es muy importante.

Es necesario enseñar al niño y motivarlo a realizar las distintas tareas, en la medida que estén preparados invitarlos a que las realicen solos. Puede ser de gran ayuda el refuerzo mediante pequeños premios o el reconocimiento cuando las lleven a cabo.

Conclusión

Los niños necesitan seguir una rutina para sentirse seguros y tranquilos en su ambiente. Esta rutina establece horarios, pero además los hábitos repetitivos ayudan a construir un equilibrio emocional que les proporciona un mecanismo importantísimo para su educación y para la construcción de su personalidad.

La repetición de los actos cotidianos forma hábitos y la repetición de los hábitos forman virtudes, por eso son tan importantes.

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