Melatonina para niños, ¿sí o no? Esto es lo que dicen expertos en sueño y pediatras

Los especialistas están preocupados por el uso y abuso de los suplementos de melatonina en la población infantil, ya que tiene múltiples efectos y debería estar limitado a cuatro semanas en niños y siempre bajo control médico

En torno a un 30 % de los menores españoles tiene dificultades para mantener o conciliar el sueño a lo largo de su desarrollo. Y a raíz de la pandemia, los expertos reconocen un aumento del número de niños a los que les cuesta dormirse (insomnio de inicio) y de peques que muestran rechazo a irse a la cama o no quieren ir solos, entre otros trastornos del sueño. Ante este tipo de problemas, instaurar rutinas de higiene del sueño es lo idóneo y recomendable. Sin embargo, cada vez hay más padres y madres que prefieren solucionar el problema dando a sus hijos gotas o gominolas de melatonina para que se duerman rápido. A continuación, se explica qué es la melatonina, los efectos que tiene y qué dicen los expertos sobre su uso en niños.

Qué es la melatonina

La melatonina (N-acetil-5-metoxitriptamina) es una hormona natural producida por la glándula pineal durante la noche, debido a la actividad de un reloj circadiano localizado en el hipotálamo. Tiene relación con otras hormonas, como la serotonina (es necesaria para producir melatonina) y la hormona del crecimiento (la melatonina estimula su secreción).

La conocida como hormona del sueño se ve muy alterada por la luz. Su presencia en la sangre varía durante el día: su secreción aumenta poco después del anochecer, alcanza su pico máximo entre las dos y las tres de la madrugada y disminuye durante la segunda mitad de la noche. Pero también la luz artificial altera su síntesis, de ahí que se recomiende no dormir con pantallas.

Además, la cantidad de melatonina no es constante a lo largo de la vida. Su producción comienza a los tres o cuatro meses de edad; por eso hasta los seis meses, en general, no deberíamos decir que nuestro hijo tiene insomnio o dificultad para dormir. Sus niveles se van incrementando a lo largo de la infancia, hasta alcanzar el máximo entre los 8 y los 10 años. Pasados los 40-45 años empieza a disminuir y, en mayores de 70, los niveles no superan el 10 % de los que teníamos antes de la pubertad.

Para qué sirve la melatonina

La melatonina principalmente regula el ciclo vigilia-sueño. Regula el sueño, por lo que hace de hipnótico para facilitar la conciliación del sueño, y tiene un efecto crono regulador, pues ajusta los ritmos circadianos.

Entre los efectos no cronobióticos destaca que esta hormona tiene un papel fundamental en la defensa contra el estrés oxidativo y en la producción y regulación de la actividad de antioxidantes. Presenta importantes efectos sobre el sistema inmunológico debido a sus propiedades inmunoestimulantes y antiinflamatorias, además de efectos antitumorales. Tiene relación con la regulación de masa corporal, la eficiencia digestiva, la tasa metabólica… Cada vez hay más estudios que la relacionan con enfermedades neurodegenerativas, autoinmunes, endocrinas y oncológicas.

“Son efectos muchos de ellos positivos, pero que hay que conocerlos. Hay que tener cuidado cuando administramos melatonina a los niños, porque los efectos son menos conocidos y puede tener efectos a largo plazo que no conocemos todavía”. Así de rotundo se expresa Fernando Martín del Valle, miembro del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española de Sueño (SES) y neuro pediatra del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid).

Melatonina como medicamento para niños

El doctor habla de la melatonina sintética fabricada en laboratorios. Pero no se refiere a la autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como medicamento (2 mg o más) y que, por lo tanto, requiere prescripción médica.

Este fármaco (melatonina de liberación prolongada) se emplea en el tratamiento del insomnio en niños y adolescentes de 2 a 18 años con trastorno del espectro autista (TEA) o síndrome de Smith-Magenis, en los que las medidas de higiene del sueño han sido insuficientes. Es la única indicación expresa del uso clínico de la melatonina en niños.

Melatonina para niños como complemento dietético

Martín del Valle hacía alusión a la melatonina que se comercializa sin receta ni control médico, es decir, la que se vende como suplemento dietético en farmacias, parafarmacias, supermercados o establecimientos de dietética. Esas cápsulas, gominolas, gotas… que contienen un máximo de 1,9 mg de melatonina por unidad (la mayoría son de 1 mg) y que se toman 30 minutos antes de irse a dormir para conciliar el sueño con más facilidad. Sus usuarios lo ven como la alternativa “natural” a los fármacos para el insomnio, y por eso son muchos los padres y madres que también los dan a sus hijos.

Tienen mucho éxito, y cada vez más, a tenor de los datos facilitados por Iqvia España que contabiliza 267 marcas de productos para favorecer el sueño y la relajación. De los tres productos más vendidos en nuestro país, dos de ellos son suplementos de melatonina, mientras que el que lidera la clasificación es un conocido antihistamínico. Además, llama la atención que uno de ellos experimentó en 2021 un incremento en las ventas del 171 % con respecto a 2020, y este año, del 18 %, cuando el crecimiento en el sector supuso un 6 % y 3 % respectivamente.

¿Qué opinan los expertos de los suplementos de melatonina para niños?

Los estudios sobre el uso de la melatonina en pediatría todavía son escasos, incluyen muestras pequeñas y durante breves periodos de tiempo (menos de tres años). Tampoco ayuda que su utilización no está regulada, ni controlada, por lo que no se puede saber exactamente la evolución de sus efectos.

El desconocimiento de muchos de sus efectos terapéuticos y posibles efectos secundarios a largo plazo (no está confirmado que provoque pubertad precoz o síndrome de abstinencia, por ejemplo) es tal, que los pediatras y especialistas en el sueño siguen desaconsejando su empleo para tratar el sueño de retraso o del insomnio en niños sanos sin una supervisión médica. “El uso de melatoninas comercializadas como complemento dietético puede ser menos segura y menos eficaz. No queremos meter miedo. Nos parece un fármaco fabuloso, pero hay que usarlo con precaución, bajo un control médico, en unas condiciones adecuadas de dosis y momentos y con las indicaciones claras”, sostiene Martín del Valle, quien recuerda que la duración del tratamiento debería estar limitada a cuatro semanas.

Pero los expertos son conscientes de que se está haciendo “una utilización excesiva de la melatonina en niños que nos parece que no lo necesitan o no lo necesitan como primera opción. Y no es inocuo —advierte el neuro pediatra—, es un fármaco, una hormona. A nadie se le ocurriría comprar corticoides u hormonas tiroideas, porque son naturales. Tiene un perfil de seguridad muy bueno, pero hay que saber cuándo se utiliza y no usarlo como primera opción ante un niño que no duerme”. Y no solo se dirige a los progenitores: “Queremos que los médicos no lo prescriban sin haber realizado una adecuada historia clínica y haber descartado todos los problemas que puede haber”.

Para ello, las sociedades científicas citadas ven necesaria la limitación de la libre dispensación de melatonina en formato adaptado a la población infantil, una exigencia que han trasladado a las autoridades con un escrito, donde también hacen otra solicitud: un aumento de los controles de calidad y composición de los complementos de melatonina para niños que garanticen tanto su composición como su biodisponibilidad.

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