Neofobia o el rechazo de los niños a probar nuevos alimentos

El rechazo a la comida es una etapa normal en el desarrollo infantil. Los niños, normalmente de edades entre 1 y 3 años, suelen desarrollar un miedo a cualquier alimento o plato nuevo, ya cambie su presentación, su textura o sea completamente nuevo para ellos, y esto se conoce como neofobia o rechazo del niño a nuevos alimentos.

Cómo hace frente a la neofobia o la negativa del niño a probar nuevos alimentos

Generalmente, con la introducción de la alimentación complementaria, los bebés sienten un natural interés por la comida de los adultos. No se sienten abrumados por los nuevos sabores y texturas a los que se enfrentan, y, a esta edad, es fácil que acepten de buen grado un buen número de alimentos de sabores muy variados, tanto dulces como salados.

Habitualmente, alrededor de los 18 meses, suele haber un punto en el que el niño empieza a rechazar los alimentos, siendo en algunos niños más acusado que en otros. Además, en este momento, los niños suelen negarse a probar, incluso, comidas que antes comían perfectamente con o sin cambios en su presentación.

A pesar de que la neofobia es algo normal en el desarrollo del niño que se supera con el tiempo, podemos tomar ciertas medidas para que esta etapa pase con mayor facilidad.

- El rechazo a nuevos alimentos es más frecuente en niños a los que no se les ha ofrecido mucha variedad de alimentos y texturas al comenzar la alimentación complementaria.

- La neofobia suele ser más persistente en niños cuya capacidad motriz es limitada y en aquellos a los que les cuesta masticar.

- Los niños que son más sensibles a los cambios, ya sea porque tienen condiciones de salud especificas o porque les cuesta aceptar las sensaciones extremas (frío, calor, ruidos…) suelen ser más susceptibles de padecer una neofobia más acusada.

- Aunque esta etapa tarde o temprano llega a su fin, su duración suele ser inferior en niños que comen en la misma mesa que otras personas, como sus padres y hermanos.

- No se considera neofobia cuando un niño se niega a comer un alimento la primera vez que se le ofrece, sino que tienen que ofrecerse varias veces para entrar en la categoría de rechazo.

- Los niños tienden a comer menos si están cansados, distraídos o algo malitos, por lo que estos momentos no son muy adecuados para la introducción de nuevos alimentos.

- La ingesta excesiva de leche o de bebidas azucaradas puede limitar su apetito, agravando la neofobia.

Cuando se trata de niños pequeños, es su propio miedo natural a la contaminación el que determina la neofobia. Uno de los instintos que conservamos desde nuestros ancestros es el rechazo a alimentos que potencialmente pueden resultar un riesgo para la salud, algo que suele superarse fácilmente viendo a los padres comer el mismo plato. Sin embargo, a medida que el niño se hace mayor, existen otros factores que pueden influenciar su rechazo hacia ciertos alimentos. Por ejemplo, a partir de los 3 años, los niños suelen tener claro que alimentos les gustan y cuáles no, además de ser capaces de decidir si algo es apetecible o les da asco según su apariencia.

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