Por qué es importante que los niños con altas capacidades reciban ayuda psicológica

Los niños con altas capacidades intelectuales tienen un desarrollo cognitivo superior a los niños de su misma edad. Pero ¿sabías que tienen otro tipo de dificultades a nivel socioemocional? A continuación te explicamos la importancia de una intervención psicológica para que puedan sobrellevar estos desafíos.

Los niños con altas capacidades intelectuales destacan por sus habilidades cognitivas avanzadas y por su capacidad para aprender rápidamente. Sin embargo, estas habilidades sobresalientes pueden venir acompañadas de desafíos, como dificultades emocionales y problemas sociales.

Y es que, si bien estos niños tienen un desarrollo intelectual muy superior al de su edad cronológica, a nivel emocional no suelen tener este mismo ritmo de desarrollo: en psicología, a este desajuste se le suele llamar asincronía.

Por ello, los niños con altas capacidades intelectuales, generalmente, necesitan de una forma muy específica, apoyo en el trabajo de su inteligencia emocional, para que puedan desarrollar su potencial intelectual de una manera óptima.

Además de la ayuda de la familia y la escuela, los niños con altas capacidades intelectuales necesitan recibir un acompañamiento psicológico adecuado dirigido a conseguir que esta asíncrona entre su desarrollo intelectual y su desarrollo emocional no afecte su vida sino que tengan un bienestar emocional a la vez que potencian sus capacidades intelectuales.

Ayuda en el área emocional

Los niños con altas capacidades intelectuales, a menudo, enfrentan mayores desafíos emocionales en relación a los niños de su misma edad. Según un estudio realizado por Casino-García et al. (2019), estos niños presentan un mayor impacto de estado de ánimo negativo, lo que se traduce en niveles más bajos de bienestar e inteligencia emocional, en comparación a los estudiantes sin altas capacidades.

Otro estudio realizado por Guinard et al. (2012), confirma que los niños con altas capacidades intelectuales tienden a tener mayor grado de preocupaciones, hipersensibilidad y perfeccionismo que los niños que no presentan altas capacidades. Además, estos niños suelen tener una mayor sensibilidad emocional, lo que puede llevar a la intensificación de sus emociones.

Los problemas emocionales más comunes de estos niños pueden estar relacionados con expectativas de lograr siempre la excelencia, la falta de motivación por la facilidad de las tareas, y el temor al fracaso o a no estar a la altura de las expectativas de los demás. Estos desafíos emocionales pueden desencadenar una falta de tolerancia a la frustración y un nivel importante de ansiedad. De hecho, los niños con altas capacidades intelectuales, además, suelen ser muy críticos consigo mismos, lo que puede llevar a un perfeccionismo poco saludable o a sentimientos de insuficiencia cuando no logran cumplir sus expectativas. Todo esto, puede tener un impacto negativo en su autoestima y autoconcepto, lo que hace que se sientan incomprendidos y diferentes.

Para superar estos desafíos emocionales, es importante que los niños con altas capacidades intelectuales reciban un acompañamiento psicológico adecuado. Solo de esta manera, podrán desarrollar sus habilidades emocionales y mejorar su inteligencia emocional de manera saludable.

Apoyo en el área social

Otro de los aspectos más afectados en los niños con altas capacidades intelectuales se relaciona con el área social. Tal y como lo menciona un artículo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, los niños de altas capacidades con talentos verbales, talentos artísticos, talentos creativos y talentos sociales no suelen presentar excesivos problemas de relación con sus iguales. Sin embargo, los niños con talentos lógicos, académicos y matemáticos, que son los niños con altas capacidades intelectuales, son los que pueden presentar más problemas de interacción social. Sabemos que existe un desbalance entre su desarrollo cognitivo y socioemocional.

Altas capacidades en la infancia

Efectivamente, hablamos de niños superdotados a nivel intelectual, pero que se encuentran en un mismo nivel social y emocional que los niños de su misma edad cronológica. Esta desigualdad puede tener un impacto al momento de sus relaciones sociales: los niños con altas capacidades intelectuales pueden sentirse diferentes al resto de sus compañeros.

Uno de los problemas sociales más graves que pueden tener estos niños es la falta de identificación a un grupo por no compartir los mismos intereses o habilidades. Esto, muchas veces, puede llevarlos a tener sentimientos de soledad y a fomentar el aislamiento social.

Al mismo tiempo, los niños con altas capacidades intelectuales suelen aburrirse más rápido que los niños de su misma edad en actividades grupales si es que no están siendo desafiados intelectualmente. Esto puede ocasionar que tengan desinterés en actividades colectivas y falta de motivación por relacionarse con sus iguales. En una investigación publicada en la Revista de Estudios e Investigación en Psicología y Educación se afirma que la mayoría de niños con altas capacidades intelectuales presentan características como pobres relaciones interpersonales, estrés social y deficiente conocimiento de estrategias adecuadas de interacción.

Sentir momentos puntuales de tristeza o desgana es algo habitual, sin embargo, si es algo que se repite en nuestros hijos debemos estar atentos y darle la importancia que merece. Los expertos nos cuentan cómo ayudar a nuestros hijos si están tristes.

Estos desafíos a nivel social deben ser tratados en una intervención psicológica que, además de darle estrategias sociales al menor, pueda dar recursos y herramientas al centro educativo y el hogar.

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