Qué hacer cuando un niño es un perfeccionista

Quizás haya escuchado a un padre decir con orgullo algo como: "Mi hijo se quedó despierto toda la noche haciendo su proyecto de la feria de ciencias a la perfección. ¡Es un poco perfeccionista!" Pero cualquier padre que piense que el perfeccionismo es un símbolo de estatus probablemente no comprenda que el perfeccionismo es un problema grave.

Si está criando a un perfeccionista, es probable que haya visto de primera mano lo difícil que puede ser. Papeles rotos, madrugadas y episodios de llanto son solo algunos de los comportamientos que puede presenciar en un perfeccionista en ciernes.

Si su hijo se derrite cada vez que comete un error en el campo deportivo o si pasa horas todos los días tratando de tomar una selfie perfecta, el perfeccionismo afecta la vida de los niños. Y cuando no se controla, puede tener consecuencias de por vida.

¿Qué constituye el perfeccionismo?

Es bueno que los niños tengan altas expectativas de sí mismos. Pero si esperan que todo sea perfecto, nunca estarán satisfechos con su desempeño.

Los perfeccionistas establecen metas poco realistas para sí mismos. Luego, ejercen una enorme presión sobre sí mismos para intentar alcanzar sus metas. Se involucran en el pensamiento de todo o nada. Ya sea un 99 en una prueba de matemáticas o 9 de cada 10 tiros de falta cometidos, los perfeccionistas declaran que su desempeño es un fracaso estrepitoso cuando no alcanzan sus metas.

Cuando tienen éxito, luchan por disfrutar de sus logros. A menudo atribuyen sus logros a la buena suerte y les preocupa no poder replicar los resultados o mantener su nivel de éxito.

Tipos de perfeccionismo

Algunos investigadores creen que es posible ser un perfeccionista adaptativo, lo que significa que las altas expectativas poco realistas de un niño podrían serle útiles en la vida. Pero otros investigadores sostienen que el verdadero perfeccionismo siempre es perjudicial.

Los investigadores también han identificado tres tipos distintos de perfeccionismo:

  • Perfeccionistas orientados hacia los demás: establecen estándares poco realistas para otras personas
  • Perfeccionistas orientados a sí mismos: tienen expectativas poco realistas para sí mismos
  • Perfeccionistas prescritos socialmente: creen que otras personas, como padres o entrenadores, tienen expectativas poco realistas de ellos.

Los tres tipos de perfección pueden ser perjudiciales para el bienestar de un niño.

Síntomas

Las señales de advertencia de perfeccionismo variarán según la edad de su hijo y el tipo de perfeccionismo que experimente. Pero, en general, los síntomas del perfeccionismo pueden incluir:

  • Dificultad para completar las tareas porque el trabajo nunca es "suficientemente bueno"
  • Gran ansiedad en torno al fracaso
  • Alta sensibilidad a la crítica.
  • Baja tolerancia a la frustración cuando se comete un error.
  • Procrastinar para evitar tareas difíciles
  • Autocrítico, cohibido y fácilmente avergonzado
  • Dificultad para tomar decisiones o priorizar tareas.
  • Muy crítico con otras personas

La ansiedad por cometer un error impide que algunos perfeccionistas tengan éxito. Su miedo al fracaso les impide probar cosas nuevas.

Los niños perfeccionistas a menudo enmascaran su dolor y confusión. Se sienten obligados a parecer perfectos por fuera y, en consecuencia, muchos de ellos sufren en silencio cuando surgen problemas.

El perfeccionismo puede provocar problemas de salud mental. Los perfeccionistas pueden tener un mayor riesgo de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental.

Hay que ayudar al niño a desarrollar una autoestima saludable. Podemos participar en actividades que ayuden al niño a sentirse bien con quién es, no solo con lo que logra. Hacer de voluntario, aprender cosas nuevas y participar en actividades artísticas son solo algunas de las formas de ayudarle a desarrollar una visión más saludable de sí mismo.

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