Rebelión en los cuentos
y el león se cansó de ser rey y las brujas se aburrieron de ser feas y las princesas odiaron los hechizos y los sapos a los principes y entonces decidieron reunirse, todos los personajes de los cuentos, como una protesta por sus dramáticos destinos (aunque casi todos tenían final feliz). - "Yo me estoy perdiendo los mejores años de mi vida durmiendo por esperar que el principe se digne a besarme" - dijo la Bella Durmiente. - "Yo, aunque tomo sol, nunca estoy tostada y siempre sigo blanca como la nieve" - dijo la tradicional Blancanieves - "y eso que uso protector solar" - agregó, mientras comía una manzana. - "Y yo siempre soy el narigón, mentiroso y de madera en cada relato" - exclamó Pinocho ofuscado. Todos, muy enojados, hablaron con los Señores autores. Como no lograron ponerse de acuerdo, los personajes de los cuentos organizaron un paro general con movilización y todo. La marcha fue multitudinaria; la presidían los tres canchitos, y contaban con famosos personajes como el "Gato" que lucía botas nuevas, el "Patito" que fue a un Instituto de Belleza y estaba lindísimo y "la Cenicienta" hermosa, en su carroza. Aunque se demoró en la peluquería, Ricitos de Oro se apuró y llegó a este encuentro. Incluso los personajes de los dibujos animados apoyaron esta medida de fuerza. El Sr. Pedro y su esposa la Sra. Vilma Picapiedra, pasaron a buscar en "troncomovil" a la familia Supersónica que no podía faltar a esta importante cita. Llegaron tarde Batman y Robin porque no lograban encontrar lugar para estacionar el "batmovil". Y se plegaron, solidariamente, los personajes de las canciones tradicionales como: "La Farolera" que se cansó de tropezar y tropezar; "El Elefante Trompita" harto de recibir chas-chas en la colita; y "Manuelita" la tortuga, que quería quedarse, enamoradísima junto a su tortugo en Pehuajó. Yo no sé por qué¡¡. Y entonces ocurrió algo muy extraño. Las tranquilas mañanas y la quietud de los larguísimos atardeceres contrastaron con las ruidosas noches. Lo que sucedió fue que sin personajes, ya no había cuentos, y sin ellos ya ningún chico pudo dormir. Los más perjudicados fueron los padres, quienes desesperados apelaron a los métodos tradicionales, como contar ovejitas. Esto no funcionó, ya que las ovejas al enterarse, huyeron hacia la marcha. ¿Cómo se solucionó el problema? ¿Cómo se arregló la situación? Por supuesto, los chicos, que son grandes conciliadores, lograron lo que nadie podía: reconciliar a los personajes con sus creadores, los autores. Desde ahora consultarán y participarán ellos, los personajes, en el trazado de sus propios destinos; como en la vida ¿no? Joselina Beler |
|