Tolín, el poroto gruñón

 

En la huerta de la abuela Peta, había una gran cantidad de vegetales que crecían hermosos y saludables, gracias al cuidado y amor que ella les tenía. Hermosas Lechugas miraban el azulado cielo del valle, esculturales Ajos brotaban de la tierra, verdosas Espinacas jugueteaban entre ellas, robustos y comilones Tomatines descansaban bajo sus hojas, doradas Cebollas bailaban al compás del cantar de los pájaros que diariamente iban a visitarlos.

Pero no todo era alegría y felicidad, debajo de una rama casi escondido, miraba con grandes y negros ojos un flaquito Porotito, que colgaba de los brazos de su madre. Tolín como lo llamaba su madre, era diferente a sus demás hermanos y hermanas, había crecido un poco enfermizo a causa de no haber tomado mucho Sol y Agua, además que no se comía todas las vitaminas que le daba su abuela la Tierra. Eso lo convirtió en un poroto muy gruñón y mal genio, siempre por todo regañaba, nada le gustaba. Su madre, lo protegía con mucho cariño porque sabía que era diferente a los demás.

Era Febrero, se acercaba la cosecha, casi la totalidad de las verduras se reunieron para organizar una fiesta veraniega, cada una opinaba y ofrecía diferentes platos y bebidas para el gran banquete. De pronto, alzó su tallo el erguido Ajo y dijo:

- ¡ Yo no quiero que inviten a Tolín, él es muy mañoso y gruñón!

- ¡Sí, Sí! dijieron las Lechugas y los Tomates, él siempre nos regaña.

Cautelosamente alzó uno de sus dedos un robusto Apio, y dijo:

- Yo creo que debemos invitar a Tolín, él es diferente a nosotros, es cierto, pero debemos respetarlo y quererlo, es necesario que aprendamos a convivir con él, cada uno de ustedes igualmente es diferente, cada cual debe Ser como es, pero también debe respetar las diferencias que cada uno tiene. Es necesario que le demos la oportunidad, que él pueda compartir con todos nosotros ¿Qué opinan?

Todos tuvieron de acuerdo , y fue así que El "poroto Tolín ", entre regaño y regaño, aceptó ir a la fiesta . Bailó , y de vez en cuando sonrió toda la huerta compartió con el Poroto Tolín , aprendieron a conocerlo y a comprenderlo.

Tolín día a día crecía y crecía entre sus amigos y amigas las verduras, tratando de ser menos gruñón y mal genio. Y es así como todo los días la abuela Peta, visita sus queridas verduras , abonándolas, regándolas y dándoles mucho cariño.

Zapatín, Zapatón , este fue el cuento,del poroto gruñón.

Pablo Cerdá Hernández


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