La niña y el viento

 

A pesar del ardiente sol, aún se podía sentir la frescura del rocio. Las flores exhalaban lo mejor de su aroma, Débora María se paseaba distraída por las laderas que rodeaba la casa de sus Abuelos, en el bello pueblo de Santa Fé rodeado de montaña.

Se alejaba subíendo y bajando los cerros de la coordilleras, sin notar la presencia de los pajarillos, las ardillas, mariposas y pica flores que abundan y haciendo galas de su encanto tratando de atraerla. Su falda estaba mojada y llena de lodo. Su muñeca Kristal era su único entretenimiento, su abuelo lo llamaba y ella parecía no oir. De pronto su juguete preferido, de su mano a la otra orilla del rio fue a parar.

- Oh viento tan malo , feo y horroroso.- exclamo la niña bastante zangada.

- De mis manos me has arrebatado mi muñeca preferida, ¡ mi bella Kristal ! De toda la más cariñosa, la que me entretiene en mis ratos tristes, cuando mamá y papá se han enfadado conmigo. Me la has tirado lejos para que yo no la pueda recuperar. Sabes muy bien que no sé nadar y en el río hay muchos cocodridos, ya mis abuelos me han dicho que con estos bajareques estan crecidos. - Qué sera de mi corazón si Kristal ha de desaperecer? ¿Que será de mi alma si Kristal no la volvere a ver?. ¿Que voy hacer de mis manos si no mañana no la peinare y que sera de mi voz , si tan siquiera melodias de kunas le volvere a cantar ?. ¡- Quiero a Kristal ! Grito la niña con desesperos -¡ por que es un obsequio de las estrellas en la ultima navidad, por haber prometido que sería la niña obediente y bien portada como la princesa de ayer !

- Niña linda y traviesa: no soy el viento malo. Soy tu amigo que te quiere y te protege. A tus oidos he traido el llamado de tu abuelo, que muy preocupado te llama, pues él no sabe a dónde estás. Has caminado tan entretenidas , que ni el canto de los pajarillos has escuchados, las mariposas te quieren mostrar el camino por donde debes regresar, las ardillas te pasan por tus pies para que te detengas todos los animalitos a tu rededor se han callado a ver si escuchas la voz de tu abuelo y ni tan siquiera atención y miradas por donde pasas quieres poner.

- Te has pasado toda la mañana hablando y caminando a solas con tu muñeca Kristal. - La cabaña está lejos y nadie se imaginas que por acá estas ! ¿ Por que has venido tan distantes, por que aún a casa no has regresados ?. y la niña contesto:

- He venido a pasear con mi muñeca, a cantarle mis canciones de mimo y a contarle mis secretos a donde nadie me pueda oir. Tu no me entiende solo me arrebata mi bella muñeca solo por que sus ojos son dos cristales tan limpio como los espejos de mi cuarto, tan claro como las aguas del rio bulabas, donde miro mi piel de niña, mis ojos de reina, mis labios color café y veo a mi mamá peinar mi castaña cabellera. - le decia Debora María al viento con gesto de poetiza, y volvio a reclamarle:

- Ya vés como a mi pobre Kristal le has golpeado al suelo en la otra orilla del rio. Y el viento le contesto:

- Niña ojos de reinas no soy el viento feo, que tu llamas. Hago cosas lindas para tí.

- ¿ Cúal robar mi muñeca ? interrumpio la niña.

- Jamás robare muñeca alguna, presta atención y escuchas... - Por la noche limpio el cielo para que tu puedas ver la lunas y las estrellas y de día cuando el cielo esta nublado , seco tu cabellos para que rapidos puedas ir a jugar, y además el cielo me ha pedido que te venga a buscar y muy obediente he venido, no sere castigado por no cumplir lo que he prometido, no quiero que por mentiroso me prohiban divertirme con mis juguetes preferido.

Y mirando al cielo pregunto a la voz del Señor viento. ¿ y cuales son tus juguetes preferidos ?

- ! Es el rostros de cada niño y su mejor sonrisas, sus mejores calificaciones y sincera obediencia, es tu cola de cabello que levanto cuando corres, son los trapecios de los parques y el aromas de las flores que te hacen oler a niña hermosas, son las cosas que vuelas,los pajaros, las hojas de los arboles, el canto de los animales, la luz de las estrellas, de la luna y del sol, las notas musicales de melodias cuando tocas el piano canciones de cumpleaños y navidad, son muchos mis juguetes, pero quiero llevarte ahora misma, a donde esta tu abuelo de no hacerlo ahora se puede enfermar.

La niña preocupada al viento dijo- Oh viento ! mira que no sé a donde estoy, por estos lugares nunca he estado. Ahora si escucho la voz de mi abuelito y sus brazos quiero encontrar, sólo te pido ir en compañia de mi bella Kristal, y si me la devuelve te prometo que nunca más he de desobedecer.

- Ya lo mismo has prometidos- en más de dos ocaciones. Las estrellas creerte no quieren más, y como castigo quieren que kristal se queden en la otra orilla del rio y para que veas que no soy el viento horroroso , le pediré que te den otra oportunidad; pero primero debes pedir disculpa a tu abuelo. Sube a mis brazos que más rápido de lo que te imagina a donde él te llevaré.

- Débora María, que haces detrás de esos arboles ? - Le dijo él abuelo lleno de alegría.

- Te he estado buscando. A la cima del cerro tute fuí, bajé y subi montañas y cerros de diversas alturas; con mí vista recorrí las coordilleras, pantanos, praderas, ríos, llanuras y no te ví. Te he llamdao gritando hasta mi voz acabar y tu voz no respondio - Que será de mi si mi nieta llena de encanto y ternura, sí de tí no volviera a saber ? ¿ que seran de mis labios si nunca tu mejillas volviera yo a besar ?.

Débora con voz apenada a su abuelo quiso darle una explicación:

- Abuelo te pido mil disculpa y nunca más me volvere a esconder de tus hojos, quiero que sepas a dónde yo estaba, pero te dire en forma de cuento, ante que lejos de mi se despída el señor viento.

- Que hable mi nieta de ella quiero sus razones, quiero saber por que lejos de mis rincones se ha ido. Que diga la bella porque esta noche iba yo a creer que no vería más las estrellas.

Y la niña procedio:

- " Había una vez un abuelito comprensivo como nadie, que queria y escuchaba con atención a todos sus nietos y nietas y una de ellas sw nombre Débora María a pesar de ser bonita como todas las niñas del mundo, esta era desobediente y no cumplia lo que prometía. Hasta que un buen día la nietecita de labios color café, muy lejo se fue a pasear, y sin saber a dónde iba del otro lado del horizontes, junto con su muñeca las dos fuerón a dar.

Su abuelo, muy lejos también la fue a buscar, y no la encontro. Solo un señor bello y cinsero obedeciendo al cielo la pudo encontrar. Y al principio la niña se enfadó, por que el señor viento de la mano su muñeca le arrebató. y el viento con su mejor silbido le explicó que era apenas un castigo por ser la niña desobediente que se marchaba de casa sin permiso ni explicación por lugares peligrosos y lleno de soledad. La niña sintio miedo y pavores y al oir el llamado de su abuelo acepto que el viento lo llevara en sus brazos, tan rapido como nadie a la cabaña fue a dae, no sin ante rogarle al viento le trajerá su querida muñeca a lo que el viento muy sabiamente le contesto: Niña de piel llena de ternura a tu casa te llevo; pero tu muñeca sólo te la entregaré si promete ser la niña obediente que cumple con sus tareas- la niña al oir el consejo abrazo al viento y prometio... - ¡ abuelo que tienes en las manos que cada vés brilla más. - Es tu bella y perdida muñeca, te la entrego por ser para siempre la niña obediente y cumplida como la princesa de ayer.

- ¿ y que hora la encontrate ?- le pregunto la niña abrazando a su muñeca con emoción.

- Me lo entrego el señor Viento. Para tí.

- Abuelo , he compartido con las mariposas, el viento, los pajarillos y las flores y las estrellas y de ellos muchas cosas aprendí. Del Señor Viento a Obedecer; de las mariposas a seguir su camino para regresar a casa; de los pajarillos a no ser tan distrida cuando lejos de casa se camina, de las estrellas a agradecer sus regalos y de todos ustedes aprender a ser la niña obediente en todo momento y para siempre.

- ¡ No llore mi nieta, ya estas conmigo, toma tu muñeca, mañana iremos los tres al parque a jugar con el señor viento y de noche contaremos a las estrella lo hermoso que es compartir con ellas su regalo de navidad...

 

Max Pérez Silva


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