Melena Melena es un perro pastor, y como todos los perros de su raza luce un abundante y apretado pelaje con gran orgullo y naturalidad. Lo compró el padre de Andrea cuando ella nació, y como parecía una gran bola de pelos blancos con algunos lunares marrones, lo llamaron MELENA y con mucha razón, por que hoy la tiene de todo tipo: es lacio en el lomo, enrulado en la cabeza y ensortijado en las patas. Andrea y Melena crecieron juntos, o casi juntos por que cuando Andrea estaba tratando de caminar Melena tenía el tamaño que tiene hoy y muchas más ganas de jugar, a pesar de esto, se daba cuenta perfectamente cuando Andrea estaba en algún peligro o podría caer y venía rápido pero suavemente para ayudarla en lo que fuera, hasta aprendió a levantarla de la ropa con su rosada boca cuando la veía en el suelo. Será por esto o por todos los momentos que pasaron juntos que Andrea y Melena se quieren entrañablemente y les cuesta mucho separarse. Cuando Andrea sale Melena queda echado y desganado hasta su regreso, y por supuesto al verse todo es una fiesta, primero Melena la salta y hasta parece que la besa, y luego a ella se le ocurre algún juego donde el protagonista es su peludo perro. Lo que más le gusta jugar a Andrea es a la peluquería, cosa que hace todas las tardes, por eso Melena queda un día peinado para atrás, al siguiente totalmente batido, al siguiente del siguiente con algunas colitas rojas, y, cuando no..... con trenzas en el lado derecho pero en el izquierdo no porque Andrea se va a mirar la tele. Una tarde de sol Andrea volvió de la escuela con Tomás, su mejor amigo, tomaron la leche juntos, salieron al patio, Andrea saludó a Melena y le presentó a Tomás, parece que se agradaron mutuamente por que se pusieron a jugar los tres alegremente. Eso sí, no sé si me parece a mí pero a Melena siempre le tocaba el peor papel en el juego: -Cuando jugaron al papá y a la mamá Melena le tocó hacer de hijo, tuvo que tomar sopa, hacer deberes y hasta lo pusieron en penitencia mirando latapia. -_Más tarde jugaron al doctor... ¿Quién creen que hizo de enfermo?..Melena por supuesto... esta vez le pusieron el termómetro, una bufanda azul en el cuello y le dieron un remedio espantoso
-En las escondidas, claro, le tocó contar y en la soga nunca pudo saltar, siempre tenía que mover, así que Melena cansado ya de estos juegos tontos se echó en le puerta de su cucha a descansar y quedó dormido o se hacía el que dormía. Andrea pasó saltando por detrás de la casa de Melena y tropezó con una piedra cuadrada, debajo de ella apareció un papel extraño doblado en cuatro con algunos dibujos y líneas y se lo mostró a Tomás que vino a verlo y opinó. -Es un mapa, es un mapa, estoy seguro- se sentaron juntos a tratar de entenderlo y Andrea se dio cuenta que era el mapa de su jardín por que tenía dibujado la casa de Melena, el ciruelo que había plantado su papá, el asador y el pino alto que adornaban en navidad, uno y otro dibujo se unían con rayitas negras y terminaba este recorrido en una gran cruz negra.
-Debe ser el mapa de un tesoro, las líneas son los pasos que hay que dar para encontrarlo, para mí que son monedas de oro que enterró algún pirata- se aventuró Tomás. _Si es un tesoro, deben ser joyas que olvidó alguna reina- dijo Andrea entusiasmada mientras traía apuradísima la pala de su papá. Melena terminaba de abrir los ojos cuando observó a Andrea y a Tomás con el papel en la mano y contando los pasos que debería dar de la casa de Melena al ciruelo, desde allí al asador, al gran pino y en tres pasitos más llegaron a la gran cruz que indicaba el mapa. Ese fue el momento preciso en que Melena los comenzó a saltar, porque no quería que continuasen, Andrea y Tomás tuvieron que luchar con melena por que cada vez que ellos empezaban a cavar Melena les llevaba la pala hasta la otra punta del patio. Como Andrea se cansó de esto resolvió atar a Melena en su cucha, ahora él seguía los movimientos de los chicos entre sollozos y entrecortados ladridos. Por fin después de mucha traspiración de Tomás apareció el gran tesoro envuelto en una servilleta....... Andrea lo desenvolvió emocionada y se encontró con un hueso de caracú, media costeleta y una costillita a medio comer. Tomás se sentó en el pasto desilusionado y Andrea desató a Melena, quien buscó "su tesoro", lo llevó al lado del ciruelo, cavó un nuevo pozo, lo enterró y entró enojadísimo en su casa. Ayer estuve con Andrea y asegura que Melena más tarde dibujó otro mapa con un papel que encontró y un carboncito del asador. Esto no estoy segura que sea cierto, pero lo que sí es verdad es que Andrea prestará más atención a lo que le quiere decir Melena. Adriana Helena Rolando |
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