
¿Por
qué celebrar el día mundial de la población?
Porque este puede ser un buen día para informar y
concienciar sobre la importancia de la convivencia; somos casi 7.000
millones de personas en el planeta tierra y se espera
que para 2.050 seamos 9.000 millones. Muchos, ¿verdad? ¿cómo
podemos organizarnos para que todos podamos vivir felices y en armonía
con los recursos naturales y artificales?
Vamos a empezar por saber cuántos somos en clase, y
en el colegio, y en nuestro municipio, y en nuestra ciudad, y en nuestro
estado o comunidad autónoma, y en nuestro país, y en
nuestro continente... Es fácil conocer estos datos,
los buscadores de internet son de gran ayuda para obtener esta información.
Somos muchos, ¿verdad?. Si es
difícil ponerse de acuerdo en clase, o en casa con los hermanos,
imaginad lo que cuesta que una ciudad entera, o que un paíes
entero, esté de acuerdo en algo. Y como es tan complicado,
hemos de aprender a alcanzar acuerdos en los que todos debemos ceder
un poco. Pero vamos a empezar por el principio:
La convivencia organizada y tranquila
en el aula es condición indispensable para un normal desenvolvimiento
de la vida en el centro infantil. Ello presupone una responsabilidad
que no solamente asumen los maestros sino también los niños,
que han de poner cuidado y atención en lo que se hace o decide,
dentro de normas que son generales y aplicables a todos.
Por supuesto esto implica dos
cosas importantes:
-Que las normas sean apropiadas a las particularidades de la comprensión
y comportamiento de los niños
-Que sean de estricto cumplimiento, por lo que se está obligado
a responder de ciertos actos y acciones cuando tales normas se transgreden.
Dadas las posibilidades de la edad,
a los niños pequeños hay que motivarles a que pongan
cuidado y atención en lo que hacen, enseñarles los pasos
de las normas que han de cumplir, y elogiarles cuando lo hacen, o
en su defecto, llamarles la atención sobre su incumplimiento
cuando ello sea así. Esto se ha de trabajar durante cualquiera
de las actividades que se realizan en el aula, y no convertirlo en
un decálogo de acciones a cumplir ajeno a las actividades de
su vida cotidiana. Para ello es indispensable que los niños
asuman el cumplimiento de las normas como un “compromiso”
propio, y no como algo que se les impone como símbolo de autoridad.
Os proponemos llevar a cabo la actividad que hemos denominado
"Aprender a convivir juntos...en clase" (Actividad extrauda
del programa de educación en valores de AMEI-WAECE: Educar
la DEMOCRACIA)*.
1ª
Parte
El maestro procura realizar un diagnóstico
inicial de los conocimientos que poseen los niños sobre las
normas, para lo cual hace preguntas como las siguientes:
¿Sabéis
lo que es una norma? ¿Qué es?
¿Cómo actúan, o qué hacen las personas
cuando siguen una norma?
¿Por qué son importantes las normas?
¿Qué normas del aula conocéis?
¿Las cumplen bien o mal?
¿Conocéis alguna persona que se destaque por cumplir
las normas? ¿Cómo se comporta ella?
2ª
Parte
Una vez que el maestro obtenga el
resultado de su diagnóstico inicial, sobre la base del mismo
conversará con los niños, para familiarizarlos sobre
lo que son las normas, completando las cosas que ellos pudieron
haber dicho mal o incompletas.
Resumirá esta parte explicando
bien que una norma es un tipo de comportamiento que se establece
para que la vida y el desenvolvimiento en un lugar sea tranquilo,
organizado y armonioso, por lo que hay que poner cuidado y atención
en lo que hace para poder cumplir bien con dicha norma, lo cual
es una cualidad muy bonita, y que las personas que cumplen las normas
son queridas y respetadas por todos. Es
por eso que ellos deben ser niños que cumplan las normas,
las que deben llevar a cabo hasta el final y bien.
3ra.
Parte
Consiste en la realización
de una dinámica en el grupo infantil en la que los niños
por sí mismos propondrán las normas que se han de
establecer en el aula, para lo cual se les pedirá que emitan
criterios, los cuales han de ser sometidos a la discusión
y aprobación por todo el grupo. El docente procurará
que las normas que se planteen sean apropiadas dadas las condiciones
y el rango de edad del grupo. Tales normas podrán ser:
o No pegarse.
o No gritar en el aula.
o Ordenar las cosas después de cada actividad.
o Mantener el aula limpia y sin papeles en el piso.
o Decir por favor, gracias, por nada, cuando se les quieran o se
les dé algo.
o Cuidar el material y los enseres del aula.
o Respetar el turno de sus compañeros.
o Ayudar al educador cuando se le solicite.
o Prestar atención en las actividades.
Como estas, el maestro podrá
seleccionar algunas más y valorará las principales,
porque un exceso de normas es contraproducente y limita la independencia
y la autonomía.
Cada vez que un niño diga una
norma, por ejemplo, “Mantener el aula limpia…”,
el maestro explicará en que consiste la norma, de modo que
cada niño entienda que es lo que se pretende con dicha norma.
Luego de que todas las dudas en cada norma se hayan solventado,
se pasará a la votación grupal, para lo cual cada
niño levantará su mano.
El o la maestra ha de reforzar que
al haber aprobado la norma, cada niño adquiere un compromiso
de su cumplimiento, y que será elogiado o criticado, de acuerdo
con su comportamiento.
El docente ha de grabar toda la sesión
de la dinámica, para extraer de la misma los momentos más
importantes. La explicación de cada norma y la aprobación
de cada una de ellas, para recordarles en otros momentos que han
hecho un compromiso al escuchar de nuevo la grabación.
4ª
Parte
Consistirá en una actividad
plástica en la que los niños tratarán de dibujar
una imagen de cada norma, por ejemplo, recogiendo papeles del suelo
en el aula, ordenando los estantes, etc. El maestro a su vez dibujará
una imagen mucho más completa y explicativa de esas normas,
las cuales serán situadas en diversas partes del aula junto
a aquellas de los niños que se refieren a las mismas.
Si
no somos capaces de convivir los 25 de clase (o el número
de niños que haya en el aula), ¡IMAGINAD COMO ES POSIBLE
QUE CONVIVAMOS LOS 7.000 MILLONES DE PERSONAS QUE HABITAMOS EL PLANETA
TIERRA!
ASÓCIATE, Cuantos más seamos,
más materiales podremos desarrollar para el aula y más
actividades podremos llevar a cabo para mejorar la calidad de la educación
de los más pequeños. ¡Son sólo 8 euros
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la educación de los niños y niñas del mundo.
*La
educación en valores, de lo que tanto esta necesitada nuestra
sociedad, es algo más que un eje transversal.
Hay
que buscar actividades que formando habilidades, hábitos, conceptos,
nociones y vivencias den como resultado la formación del valor.
Ello lo conseguiremos mediante actividades bien organizadas y concebidas
metodológicamente, que permitan que los niños se orienten
por sí mismos en su realización, base de orientación
que se transfiere a cualquier otra actividad semejante, y que progresivamente
forma la capacidad, el motivo o el valor en dependencia de que es lo
que se pretenda formar.
es indispensable que los
niños asuman el cumplimiento de las normas como un “compromiso”
propio, y no como algo que se les impone como símbolo de autoridad.
Las normas deben ser interiorizadas por decisión propia, y no
impuestas desde afuera, si bien es esperable que, dadas las características
de la edad infantil los incumplimientos puedan ser relativamente frecuentes
por diversas razones.
En la medida en que se
consolidan, se van convirtiendo en patrones de comportamiento y van
paulatinamente volviéndose rasgos de la personalidad.
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