Reggio Emilia |
Pequeño pueblo al norte de Italia central cuyo nombre se utiliza
para designar al desarrollo un sistema de educación de la primera infancia que parte de una variedad de filosofías educacionales y teorías del desarrollo, que ofrece un fuerte acercamiento de la comunidad en la educación y cuidado de los niños, en la que los padres, los educadores, el personal administrativo y los oficiales del gobierno, colaboran para proveer ambientes que promueven la interacción social, la formación de relaciones y la representación simbólica en las actividades de aprendizaje.
Este movimiento educativo dirigido por Loris Malaguzzi(1920-1944), prestigioso educador italiano, tuvo su fuente de inspiración en las ideas de Dewey, Wallon, Claparede, Decroly, Makarenko, Vigotski, así como posteriormente Freinet, Dalton y las investigaciones de J. Piaget y sus colegas en Génova. Una fuente de inspiración complementaria la constituyen también Guilford, Torrance, Bruner y los psicólogos humanistas Rogers y Maslow. El sistema Reggio Emilia, considerado educación progresiva, concibe al niño como un ser intelectual, emocional, social y moral, cuyas potencialidades son guiadas y cultivadas cuidadosamente, para lo cual se plantean como propósito lograr una educación de calidad que produzca un conocimiento en los niños como en los adultos que participan. Desde el punto de vista metodológico, desarrollan el intelecto del niño a través de la expresión simbólica, estimulándolo a explorar su medio ambiente y a utilizar los mil lenguajes del niño: palabras, movimientos, dibujo, pintura, construcción, escultura, teatro de sombras, collage, drama, música. La educación del niño se ve de una manera comunitaria y se describe la cultura de una forma conjunta adulto – niño, en al que se respeta su ritmo de aprendizaje, y se motivan para repetir experiencias, observando y volviendo a observar, representando. En este sistema educativo, el trabajo se organiza en forma de proyectos como una investigación de temas seleccionados por los niños que se diseña para ayudarles a darse cuenta de una manera más profunda de los distintos fenómenos que ocurren en el ambiente y de esta forma experimentarlos; los niños son motivados a tomar sus propias decisiones y elecciones en compañía de sus coetáneos. Entre sus principios básicos están la consideración de que el niño tiene curiosidad e interés para construir su aprendizaje, utilizando todo lo que el ambiente les tiende en su interacción social, viendo a cada uno en relación con los demás niños y con los adultos. El bienestar emocional del niño es indispensable para que el niño aprenda y está relacionado con el bienestar de los padres y educadores. La utilización del espacio, la ambientación y el material deben favorecer la comunicación y la relación entre los niños, así como también actividades que promuevan diferentes opciones y la solución de problemas en el proceso de aprendizaje, teniendo en cuenta el sentido del tiempo y el ritmo de los niños. La organización plantea salas con capacidad para 25 niños con dos maestros, que trabajan conjuntamente con un atelerista y una pedagoga. Los niños se agrupan por edad. Son motivados a trabajar con otros niños, a resolver problemas, a jugar solos, con pequeños grupos o en grupos grandes. El trabajo del maestro se dirige fundamentalmente a promover el aprendizaje del niño, manejar el salón de clases, preparar el ambiente, guiar al niño para alcanzar desarrollo, comunicar resultados del programa, y buscar crecimiento personal. Su rol consiste en escuchar, observar y entender las estrategias que los niños usan para su aprendizaje en las diferentes situaciones. El maestro se considera como un recurso, un proveedor de ocasiones a quien pueden acudir cuando necesitan un gesto, una palabra; todo lo contrario a un juez. El ambiente físico distribuye el espacio en salones con un minitaller, un taller de arte o atelier general, un área o plaza central para la socialización de los niños, un área de psicomotricidad, otra común para lunch y cocina, y área verdes. El sistema no plantea una referencia explícita sobre la organización del tiempo, pero en la concepción del trabajo en proyectos se plantea que éste puede durar días o meses, teniendo en cuenta determinados complementos básicos, sin plantear una secuencia ni la fijación de un tiempo determinado para realizar una actividad. El aporte principal de este sistema, entre otros, es convertir a la creatividad del niño en uno de los propósitos fundamentales a lograr en el trabajo educativo, siendo una corriente que en la actualidad mantiene plena vigencia y que ejerce influencia no tan sólo en Italia, sino en otros países. |
© Diccionario de Autores AMEI-WAECE 2003
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