Al final del sexto mes el bebé expresa cada vez más lo que siente, se estremece de alegría cuando ve algo que realmente quiere, si algo le enoja lo hará saber por la expresión de su cara o sus llantos.
El bebé se especializa en un área determinada de desarrollo. Algunos se esforzarán por levantarse , otros dedicarán largos ratos a examinar algún objeto que sea de su interés; para otros los juegos de sonidos producidos por ellos mismos les mantendrán embelesados; pasadas unas semanas todos los bebés habrán adquirido todas las habilidades juntas, por lo que no debe ser motivo de preocupación si al comparar el desarrollo de tu bebé aún algunas características no están presentes.
El desarrollo de sus habilidades para adquirir nuevas posiciones hace que su visión del mundo se amplíe y varíe. Sus movimientos comienzan a ser deliberados, planeados y coordinados en cuanto al desarrollo de su motricidad fina.
Alrededor del cuarto mes los niños y niñas tienen un cierto dominio de su propio cuerpo en posición de sentado y son capaces de mantener la cabeza manifestando una evolución importante en su coordinación visomotora.
Paulatinamente el niño o niña aumenta su caudal socioafectivo y establece claras diferencias entre las personas con las que mantiene un intercambio emocional y el resto. Hacia el sexto mes de vida el niño y la niña diferencian claramente entre las personas de su entorno cotidiano y rostros extraños. Comienzan a aparecer los llamados juegos sociales (cucú-tras) donde el niño o niña ya asume un papel activo.
A partir de los cinco meses los bebés conocen a las personas por sus rasgos distintivos. El primer rostro en identificar es el de la madre, disminuyendo la atención ojos-naríz-boca como elementos aislados y tomando relevancia el conjunto. Es entonces cuando reaccionan antes distintas expresiones faciales.
Las emisiones de sonidos guturales, pequeños gritos y golpes son la muestra evidente del paulatino desarrollo que va alcanzando su aparato fonador. Los gritos y el llanto aparecen mas diferenciados hacia el sexto mes, momento en que se inicia el laleo caracterizado por la producción de sonidos placenteros con los que el niño o niña va perfeccionando el movimiento de labios, lengua y respiración. Juega con su voz y se divierte escuchando los sonidos que emite y produce.