7 - 9 MESES

 

En este momento de su desarrollo el niño o niña consolidará todos sus aprendizajes anteriores.

Su mayor autonomía en el movimiento le facilita la exploración del espacio y de los objetos. Será incansable gateando, sentándose y yendo de un lugar para otro. Su curiosidad es mucho mayor mostrándose persistentes en sus exploraciones.

Es la etapa del precaminado por lo que tendremos que prestar mayor atención a los objetos que pueden encontrarse en su recorrido.

Comienza a comprender el concepto de desaparecer, por lo tanto jugar a esconderse le encanta: inmediatamente comienza a buscar.

El bebé se muestra más independiente pero necesita saber que el adulto se encuentra cerca de él y que las cosas marchan bien.

Por regla general hacia el final de los nueve meses los niños y niñas gatean perfectamente y poseen una coordinación de brazos y piernas suficiente que le permite sentarse y levantarse, e incluso, agarrándose, sencillos desplazamientos laterales. Estos desplazamientos iniciales (gateos, movimientos laterales...) suponen para el niño o niña la primera conquista del espacio al permitirle ciertas exploraciones.

En este trimestre el niño o niña puede adoptar una posición de miedo o cautela ante los desconocidos, y reacciones diferenciadas como mirada huidiza, lloros y vocalizaciones, abrazos, ocultamientos de la cara, aceptación o rechazo....

Hacia los ocho meses comienza una cierta entonación en la emisión de las duplicidades silábicas. Al final del trimestre comienzan las primeras palabras en forma de sílabas "dobles" (papa, mama, tata).

Existe una preferencia de los bebés por las canciones infantiles y el lenguaje adaptado a ellos por los adultos, más que las conversaciones entre adultos.

El desarrollo del tacto y de la percepción está extremadamente ligado a la capacidad de movimiento, de tal forma que las posibilidades de percepción sensorial se amplían considerablemente con su mayor autonomía motriz.