a) Para iniciar la narración. Una vez
el alumnado y el maestro o la maestra se han colocado adecuadamente
para escuchar el cuento, se puede empezar ya la narración.
Es fundamental cuidar mucho el tono de voz, con lo que debemos invitar
a escuchar algo que hade resultar especialmente emocionante: "Historia
de un árbol"
Después de anunciar cómo se llama el cuento, puede
suceder que algunos de los niños interrumpan diciendo "ya
lo sé, ya lo sé ", refiriéndose a que
conocen el cuento. Esto no tiene que ser causa de desmotivación,
ni para los niños ni para la maestra. La intervención
debe ser bien acogida, y no se puede interpretar como un estorbo,
sino como una posibilidad de aproximación a los conocimientos
previos de los alumnos respecto al cuento. Si dejamos que nos cuenten
qué es lo que saben, estaremos activando los conocimientos
previos y ello facilitará la comprensión de la narración.
Con sus explicaciones, los que conocen al cuento harán de
informadores y ayudarán al grupo a crear expectativas, a
establecer hipótesis y a adecuar los objetivos de la audición
del cuento.
Así, tanto si saben el principio pero no muy bien el final;
como si saben cómo empieza y cómo acaba pero no recuerda
la parte central; o, incluso, si recuerdan todo el cuento, podemos
invitarles a escucharlo de nuevo para conseguir distintos objetivos:
"¿Queréis que os lo cuente como me lo contaba mi abuelita?",
"Os podéis fijar en si aparecen cosas que no sabíais
o si todo es igualito a como lo a contado María", "¿Queréis
que os lo cuente todo y sabréis como es el final?" o,
simplemente, "¿Queréis oírlo de nuevo?".
Con esta reformulación del objetivo de la audición
del cuento conseguiremos crear oidores activos a distintos niveles,
bien dispuestos a escuchar nuestra narración.
b) Durante la narración. A lo largo de la narración
del cuento, el maestro debería utilizar todos los recursos
necesarios (gestuales, corporales, de entonación, tonos de
voz, etc.) con el fin de mantener la atención y el interés
de los niños. El interés se mantendrá más
fácilmente si al narrador le gusta la historia. Si vive el
cuento y lo narra viviéndolo desde dentro. c) Después
de la narración. Después de la frase "Y colorín
colorado este cuento se ha acabado", que ayuda a identificar
el final del cuento y facilita la desconexión de la imaginación
para volver a la realidad, la maestra puede mirar a sus alumnos
en una actitud de contención de emociones y abierta a cualquier
comentario espontáneo. Después de unos momentos de
espera y adecuando su tono de voz, la maestra recogerá aportaciones
de sus alumnos y les invitará a comentar sus emociones: "¿Os
ha gustado?", "¿Cuál es la parte que os ha gustado
más?" "¿Quién creéis que pasas más
miedo en este cuento? ¿Porqué?", "¿Por qué
creéis que no hay que talar los árboles?" "¿Qué
creéis que pasaría si no hubiera árboles?….
Comentarios y sugerencias. El maestro debería hacer
una lectura del texto, tanto si se trata de un cuento conocido como
si es nuevo para él. Los objetivos de esta lectura, además
de disfrutar personalmente, deberían ser.
1. Descubrir los ejes fundamentales del cuento que se quiere explicar.
Estos ejes nos permitirán en memorizar el contenido de las
partes fundamentales del cuento. Así pues, después
de la lectura del texto, el maestro que ha de contar el cuento debe
recordar su estructura básica, lo cual facilitará
su memorización. Para el cuento "Historia de un árbol"
pueden servir el siguiente esquema:
- Frase de inicio: Cuando yo era jovencillo,…
- Situación estable: El árbol vivía al lado
de un camino feliz y tranquilo.
- Alteración del marco estable: Con el tiempo se convirtió
en una carretera más transitada que unía el pueblo
de la ciudad.
- Conflicto: El hombre del ayuntamiento va a talarle con un hacha
para colocar cables de la luz.
- Resolución del conflicto: Su amigo el perro que le iba
todos los días s a visitar empezó a ladrarle como
un loco y espantó al hombre del ayuntamiento.
- Conflicto: Al cabo de unos días vuelve el hombre del
ayuntamiento con tres hombres más a talarle y ahora el
árbol cree que no tiene ningún amiguito para salvarle.
- Resolución del conflicto: Cuando van a talarle aparece
su amiga la nube, la cual rompió a llover con truenos,
granizo y rayos. Los hombres del ayuntamiento huyen y no vuelven
más porque debieron pensar que un sitio donde caían
rayos así no era lo mejor APRA los cables de la luz.
- Frase evaluativo final ritualizada: … Y colorín colorado
este cuento se ha acabado.
2. Observar los aspectos lingüísticos clave,
para acentuarlos en la narración oral del cuento. Para el
cuento "historia de un árbol" nos puede servir
el siguiente esquema:
- Las onomatopeyas: ¡Zas!, ¡Cataplum!
- Las exclamaciones: ¡Atiza y venía talarme! ¡Ni él
ni nadie que pudiera echarme una mano! ¡Mi amiga la nube!
- Formas de decir: A cabo huyendo por los pies; ladra que te ladra;
hecha una furia; salieron corriendo de estampida, y ¡adiós
muy buenas…!
- Vocabulario específico: "transitada" "ensanchado"
"asfaltado" "enraizado" "gorriones"
"lagartijas" "gotas de lluvia" "copos
de nieve" "escarabajos" "ruiseñores"
"mariquitas" "sombra" "cables de la luz"
"ladra" "talar" "truenos" "rayos"
"granizo"
Una vez el maestro conoce suficientemente la trama del cuento y
ha interiorizado los elementos lingüísticos clave, está
en condiciones de contar el cuento a su alumnado. Según las
características del grupo a quién va dirigido el cuento,
el maestro deberá decidir si va usar algún tipo de
soporte visual para contarlo. Los soportes más usados en
la escuela son las ilustraciones del libro de cuentos, las láminas,
los títeres, algunos objetos que aparecen en el cuento y
los muñequitos móviles.
En esta propuesta sobre el libro "historia de un árbol"
sugerimos no utilizar ningún soporte visual para así
poder reforzar el poder imaginativo de las palabras. Finalmente
debe ser preparado el espacio dónde será contado el
cuento. Es preciso que el espacio sea distinto al habitual de las
otras tareas; debe ser un espacio acogedor, en el que los niños
estén cómodos que les inviten a contar el cuento.
Si o se dispone de suficiente espacio, basta con introducir algún
elemento específico, situar las sillas en fila como en un
teatro, sentar a los niños en el suelo cerca de la silla
que la maestra usa para contar el cuento, etc. El hecho de que la
disposición espacial sea siempre la misma cuando se explican
cuento predispone a los niños y a las niñas a adoptar
una actitud de escucha activa necesaria para sumergirse en los mundos
imaginarios que propone el cuento. |