Facilitar una mejor apropiación de los sonidos y fonemas de la lengua natal.

El silabeo, que es una complejización mayor del balbuceo original, significa la etapa inicial de apropiación de los sonidos y fonemas de la lengua natal, mientras que todos los niños y niñas del mundo balbucean de idéntica manera, a partir del surgimiento del silabeo ya están presentes aquellos propios y exclusivos de cada lengua, y va a marcar la diferenciación de los idiomas desde estas tempranas edades.

Tomando en cuenta la misma metodología empleada para estimular el balbuceo, y donde los sonidos a estimular eran de consonantes seguidas de vocales (tales como: ma, ta, ne, po, ri, mu, entre otros), a partir de ahora los sonidos y fonemas a incorporar han de ser, además, de una vocal-consonante-vocal (como por ejemplo: ama, eto, iso, upa, etc) y utilizar una combinación de las formas anteriores con una expresión vocal prolongada.

La educadora ha de tener en cuenta introducir también aquellos fonemas que son propios y particulares de la lengua española, tales como el sonido de la / eñe /, la / j /, la / z /, y distintas formas de la / r / y otros mas que, aunque presentes en otros idiomas, suelen pronunciarse y articularse de manera característica en nuestra lengua.

 

Continuar incrementando el bagaje léxico-semántico del niño y la niña.

La técnica propuesta es la misma de los trimestres antecedentes, y lo que hace diferir esta actividad de las precedentes es una mayor complejidad de los contenidos, en este caso de los objetos que se designan por palabras y de sus acciones correspondientes.

Aquí un aspecto importante a considerar por la educadora consiste en usar una gran variedad de un mismo objeto (por ejemplo, pelotas de distinto tamaño, textura y color) y procurar no relacionar una misma acción con un objeto específico o un tipo de objetos (como puede ser el usar la misma pelota roja para la misma acción de botar en la mesa) para evitar que el niño y la niña la relacionen con ese único objeto, lo cual restringe la posibilidad de una generalización.

 

Lograr que de manera activa el niño y la niña sean capaces de reproducir un sonido o palabra que hayan emitido, bien de manera espontánea o producto de la estimulación de la educadora

La metodología se mantiene como anteriormente, solo que ahora hay una insistencia por parte de la educadora de que el niño y la niña traten de repetir el sonido o la palabra que acaban de decir o escuchar. En esta actividad hay que dejar un tiempo de latencia para la reproducción, que muchas veces no es inmediata sino al cabo de un tiempo mas o menos

La diferencia con otra actividad semejante de este mismo trimestre, como es la imitación de sonidos y palabras, radica en que en aquella se insiste en el modelo que brinda la educadora, mientras que aquí es la reproducción activa de cualquier sonido, fonema o palabra que aparezca.

 

Ampliar el caudal expresivo del niño y la niña en las más diversas situaciones de la actividad y la vida diaria.

A partir de este trimestre la utilización de las diferentes entonaciones, al contrario de lo que anteriormente se hacía en que solo era importante que el niño y la niña escucharan la palabra en distintos tonos de voz, ahora es importante relacionarla con un contexto dado, para lo cual se pueden utilizar breves relatos, canciones simples o situaciones lúdicas, en que puedan introducirse expresiones de asombro, duda, ternura, enfado, alegría, tristeza, y cualquier otra que implique modulaciones diversas de la voz.

Estas entonaciones pueden apoyarse con gestos diversos, y así, por ejemplo, al estimular la entonación de asombro, la educadora podrá extender sus brazos, abrir sus ojos, quedarse rígida, con sobreenfatizaciones gestuales que acompañen y refuercen la situación de sorpresa.

 

Establecer la relación entre el objeto y la palabra que lo designa así como de los sonidos habituales que los caracterizan.

Esta actividad consiste en una complejización de la que se realizaba en el trimestre anterior en la que se trataba de relacionar un sonido con un objeto dado, pero sin solicitar su reproducción activa.

En el caso actual se pretende que el niño y la niña de manera dinámica repita el sonido onomatopéyico que se le enseña, para lo cual es importante que las educadoras se pongan de acuerdo para su pronunciación. Esto quiere decir que si para el sonido onomatopéyico del perro se selecciona la variante "jau,jau", no se deben introducir otras en este trimestre como "guá,guá" o "jauf,jauf", si bien la selección del tipo de sonido que las educadoras pueda ser cualquiera de ellas.

Estos sonidos onomatopéyicos se trabajarán tanto para su expresión activa (que el niño o la niña lo digan) como que tan solo lo comprendan, pero cuando se les demande verbalizar alguno, la educadora debe estar segura de que ya el niño y la niña lo tienen incorporado en su comprensión.

Es muy importante que siempre que se utilice en una u otra forma el sonido onomatopéyico se acompañe de la significación correcta de la palabra, como por ejemplo, si la educadora dice "¡Qué lindo el jau-jau!"¡Ah, el perro!, o "¿Cómo dijo el niño?" ¡Ah, el jau-jau!", "Que bien, el perro" sin que exija que el niño pronuncie la palabra correcta (es decir, la que designa léxicamente al objeto "perro").

Con esto lo que se pretende es que aunque la niña o el niño no puedan pronunciar la palabra "perro" por ser mucho más sencilla su onomatopeya, desde muy temprano se les hace comprender que el objeto no se llama solamente "jau-jau" sino que además tiene un nombre específico.

 

Lograr la identificación de los objetos independientemente del lugar en que se ubiquen.

A partir de la técnica utilizada para que el niño y la niña reconozcan las palabras con que se designan a un objeto, la educadora ha de mostrar estos objetos situándolos inicialmente en un lugar específico, como puede ser una repisa, una mesa u otro lugar dado, y luego los cambia de posición, con la intención de que ellos comprendan que se siguen llamando igual aunque varíe el sitio en que se encuentren. Esto ha de apoyarse también con el cambio de tamaño y color, para lograr una mayor generalización de la palabra que lo designa.

 

Hacer mas complejas las combinaciones de palabras y movimientos, y asociarlas a acciones características.

Partiendo de una situación de juego entre el niño o la niña y la educadora, esta realizará determinados movimientos, los que acompañará con palabras, procurando que le presten atención a lo que hace, luego tomará las manos del nene o la nena y tratará de inducir la reproducción del movimiento, finalmente le pedirá su repetición espontánea, lo cual puede requerir un buen tiempo para su consolidación.

La educadora ha de procurar llevar una complejización progresiva de estos juegos, y que impliquen una imitación activa por parte del niño o la niña, como sucede con los conocidos juegos de "las tortitas", "azótate la mocita", o cualquier otro que ella considere, lo importante es que ellos finalmente puedan responder con su acción a la solicitud verbal de la educadora.

 

Propiciar una conducta activa en la reproducción de las palabras, a partir del modelo verbal que dice la educadora.

La educadora ha de procurar centrar la atención del niño y la niña para que estos se percaten del movimiento de sus labios al brindar el modelo, también se puede reforzar situando las manos de estos en sus mejillas o garganta, para que se percaten de que cuando ella les habla se sienten vibraciones. La intención es que ellos imiten lo mas fielmente posible el sonido o palabra que les brindan como modelo, aunque es probable que aún los reproduzcan sin una exacta relación fonética.

Los sonidos ya podrán ser de una vocal-consonante-vocal, por ejemplo "ama", "eto", "upa", "iso" u otras por el estilo, y se puede utilizar una combinación de estas en una expresión vocal prolongada: "amaamaama", "etoetoetoeto", "upaupaupaupa", tomando incluso las propias vocalizaciones de este tipo que emitan para mostrárselas luego como modelo.

Las palabras a utilizar para imitación han de ser muy simples, y preferiblemente derivadas de los fonemas que se ha observado que ellos han emitido, tales como ·"mamá", "nené", "teto" y semejantes.

De igual manera se ha de continuar insistiendo en utilizar aquellos vocablos donde se encuentran fonemas propios de la lengua española, tales como "niño" o "ñame", "carro" o "perro", "zapato", "cazo", (en este ejemplo el fonema / ñ /, / rr /, / z /), y cualesquiera otros que la educadora considere son relevantes en dicha lengua.

 

Lograr que el niño y la niña sean capaces de realizar una acción dada por una orientación de la educadora, apoyada por gestos y movimientos.

En este trimestre se inicia el trabajar para que el niño o la niña puedan cumplir algo que el adulto les sugiere, lo cual constituye una expresión de la comprensión creciente de la lengua.

Las órdenes ha impartir han se ser muy simples: entregar un objeto, decir adiós o cualquier otra acción acompañada de sus palabras correspondientes, repetir un juego motor aprendido previamente como "las palmitas", "azótate la mocita" , entre otros.

En este trimestre la solicitud verbal se acompaña siempre del movimiento que la refuerza, por ejemplo, si se pide al niño o la niña que diga adiós, la educadora a su vez que lo manifiesta verbalmente mueve su mano en un gesto de adiós, si le dice "Dáme la pelota", harán con sus mano el gesto que significa que le entregue el objeto, si le solicita que haga "el pollito" lo hará ella a su vez con su mano. En todos los casos una vez hecho el gesto y dicho la palabra, ha de esperar a que el niño y la niña reaccionen, sin continuar con los gestos y solo la expresión verbal, pero si no ejecutan la orden, volverá a insistir verbal y gestualmente.

Siempre se trabajará con una sola orden a la vez, sin concatenar alguna más.

 

Continuar reforzando la propia identificación mediante la palabra.

La metodología parte de la misma utilizada en el trimestre anterior, solo que ahora se va volviendo más compleja.

En trimestre hay que tratar de que se de una reacción de respuesta del niño o la niña al escuchar que lo llama, tal como fijar la vista, observar al adulto, detener su juego y mirar, etc.

También se les debe llamar desde algún lugar alejado, y tratar de provocarles una reacción, esto ha de hacerse tanto cuando está en inactividad como cuando se les observa concentrados en la manipulación de objetos.

Ha de recordarse que en cualquiera de las actividades que se hagan con cada niño o niña se le ha de llamar por su nombre ante cualquier situación, evitando caer en manierismos como "A ver nené", "Oh, el bebé", que aunque pueden utilizarse como expresión de ternura, no colaboran aislados a la identificación personal. De usarse, siempre han de acompañarse del nombre del niño o la niña, como "A ver nené, el nené Juanito" y repetir su nombre aisladamente también.

 

Hacer que el niño y la niña respondan ante una imagen verbal.

A partir de este trimestre de 6-9 meses se incorpora este contenido que es muy importante para la formación de imágenes apoyadas verbalmente, y que consiste en la búsqueda de objetos que caen, desaparecen o se ocultan a la vista del niño o la niña.

Para desarrollar esta actividad se hace necesario tratar de centrar lo más posible la atención del niño o la niña, bien en el área de juegos, o en una mesa baja, procurando que observen bien al objeto que la educadora tiene en sus manos.

La educadora ha de tomar el juguete y utilizando un pañal, una hoja de papel o cartón, lo ocultará, cuidando que el niño o la niña lo estén mirando, pues el objeto que se ha de ocultar, desaparecer, o dejar caer, se hará siempre ante su vista.

Luego les dirá "¿Dónde está...? ¡Cógelo !" o "¡Búscalo!". También el niño o la niña pueden estar de pie junto a la baranda del corral o de su cuna, y llamándoles su atención sobre el objeto, dejar que este caiga al suelo, repitiendo las mismas o semejantes frases. La educadora debe controlar no inclinarse hacia donde el objeto cae o se oculta, lo importante es que ellos se estimulen con la orden verbal.

También puede usarse una cucharilla en la mesa baja y golpeando la mesa con la misma, dejarle caer por un borde cercano al niño o la niña y demandar su búsqueda.

Esta actividad puede expresarse como juego, "Cucu trás, ¿dónde está?...", y combinarse fácilmente con las entonaciones de las palabras, o el cumplimiento de órdenes sencillas.

 

Iniciar las premisas de la función reguladora del lenguaje en el niño y la niña, con las primeras palabras prohibitivas.

Las primeras palabras prohibitivas, tales como,"no", ante situaciones que lo demanden, constituye el inicio de lo que ha de concretarse a finales de la edad preescolar, como la función reguladora del lenguaje.

A partir de este trimestre la educadora empezará a utilizar estas palabras prohibitivas, básicamente el "No" en este periodo, ante una situación que así lo demande, como puede ser la agresión de un bebé a otro, introducirse cosas inapropiadas en la boca, o aproximarse a una fuente de peligro, como puede ser un tomacorrientes o un aparato eléctrico funcionando, entre muchas otras situaciones que lo requieran.

En este caso la educadora ha de usar un tono ligeramente mas alto y severo, pero sin estridencias, para que el bebé se impresione por esa forma inusual de trato. Basta conque este detenga su acción o centre su mirada en la educadora para considerar que se ha obtenido el logro.

 

Reafirmar la estimulación de las zonas bucales fonatorias de la emisión verbal, particularmente labios y mejillas.

Este tipo de ejercitación que se inició en los trimestres anteriores, en el actual de 6-9 meses introduce una nueva forma de ejercitación que consiste en enseñarle al niño y la niña a dar besos, y en los que la educadora exagerará el funcionamiento de los labios en forma de "trompita", como suele comúnmente decirse. Una vez que el niño o la niña imitan estos movimientos, se les pide alternativamente que le den un beso suave, o un beso fuerte a la educadora, lo que previamente se le habrá enseñado.

Esta ejercitación puede acompañarse tanto del sonido natural como del onomatopéyico del beso, para reforzar la comprensión de la actividad. Lo fundamental es que el niño y la niña estiren los labios en forma de trompa y aunque no logre dar el beso como tal, se cumple el objetivo propuesto en la ejercitación.

 

Hacer más complejas las conexiones nerviosas temporales hacia fuentes acústicas artificiales

En la misma medida en que la comprensión del lenguaje se vuelve mas amplia, asimismo los productos sonoros que han de llegar al bebé han de volverse mas complejos. En este trimestre se incorporan fragmentos de piezas musicales instrumentales y de obras cantadas mas elaborados que los usados en el trimestre anterior.

Las canciones a escuchar grabadas han de ser simples, pero ya incorporando un fondo musical correspondiente, las grabaciones de música pueden ser seleccionadas de piezas clásicas, en los que predominen las cuerdas sobre los demás componentes.

 

Hacer más complejas las entonaciones humanas melodiosas que escuchan los niños y niñas.

Siguiendo los mismos procedimientos técnicos anteriores, se han de continuar incorporando canciones, rimas y nanas mas elaboradas, las que pueden ser grabadas para escucha de los niños y niñas en momentos de inactividad o tranquilidad relativa. De ser posible la educadora grabará canciones en la que las voces pertenezcan a educadoras de otros grupos o adultos ajenos a la sala, para que el niño y la niña diversifiquen la recepción acústica de la voz humana.

La diferencia entre las grabaciones de esta actividad y la anterior es que las primeras tienen acompañamiento mediante instrumentos musicales, mientras que estas son exclusivamente de la voz humana entonando de manera melodiosa sin artificios ajenos.

 

Organizar en secuencia la visión de objetos asociados a palabras que se refieren a los mismos.

Siguiendo la misma metodología del trimestre anterior la educadora ha de organizar pequeños argumentos lineales y directos de las láminas, representaciones o fotos que muestra a los niños y niñas, manteniendo aún un máximo de tres imágenes en la elaboración de dichos cuentos.

Es importante que el argumento esté directamente referido a la imagen, sin añadir situaciones o estímulos que no están presentes. Por ejemplo, si la educadora les presenta tres láminas en que una tiene un bebé, otra una pelota y otra una mesa podrá decirles "El nene pone la pelota en la mesa", y por el estilo.