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El colectivismo tiene una doble acepción bien diferenciadas entre sí: como valor, y por tanto responde a la esfera del desarrollo de la personalidad, y como movimiento o pensamiento político-filosófico, y en ese caso se deriva hacia la política y la sociología. Así, el Diccionario de la R.A.E. lo define como doctrina que tiene a suprimir la propiedad particular, transferirla a la colectividad, y encauzada a confiar al Estado o al conjunto social la distribución de la riqueza, definición que es semejante a la de otros diccionarios que lo señalan como un término utilizado para describir un énfasis teórico o práctico en un grupo, en oposición al individuo. Tanto es así que, aún en la psicología aparece como un síndrome de actitudes y comportamientos basados en la creencia que la unidad básica de supervivencia recae en un grupo, y no en el individuo. El colectivismo suele verse entonces como una actitud en oposición al individualismo, lo cual lo transfiere a la esfera psicológica. Así suele definirse como perteneciente o relativo a una agrupación de individuos o a un grupo unido por lazos profesionales, laborales, oficiales, entre otros. El Diccionario de la AMEI enfatiza en el concepto de colectivo planteándolo como un grupo de individuos, unidos por objetivos comunes, por la actividad encaminada a lograr estos fines, por intereses grupales, vivencias, y por la responsabilidad de unos ante otros, o sea, un conjunto estructurado de individuos, relativamente estable, encaminado a la solución de tareas que tienen un valor social, regido por un conjunto de valores y normas, en la que existe interacción entre sus miembros y donde coinciden los fines individuales y del grupo en su conjunto. Esta definición conduce a la consideración de que el colectivismo puede entonces enfocarse como un valor, que se dirige a expresar la actitud o rasgo de la personalidad enfocado al contacto grupal y la cooperación entre las personas, y que comienza en las etapas tempranas del desarrollo manifestándose dentro del grupo, y posteriormente hacia el colectivo, que implica ya un estrato superior del concepto de grupo. En este sentido el mismo Diccionario de la AMEI lo define como cualidad moral compleja compuesta por sentimientos sociales hacia los coetáneos, de interrelaciones personales positivas y de apoyo y ayuda mutua en el grupo infantil. Este concepto se generaliza incluso a la esfera de la educación en la que se considera como una tendencia pedagógica que se enfoca al trato homogéneo y paritario de los educandos, sin atender a las diferencias individuales y proporcionando formación de capacidades, conocimientos, hábitos y habilidades igualitarios. |
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