La tarea de Monchito

Amor a la naturaleza, Responsabilidad, Laboriosidad, Respeto al bien común, Amor al esfuerzo y al trabajo conjuntos, Respeto a lo ajeno.

Monchito era un gatito Ninja, vivía en una comarca, habitada sólo por gatos, Él era el más chiquito y tenía una tarea muy especial. Muchos decían que la habían inventado para él.
Tenía que asegurase que todos arrojaran la basura y desperdicios dentro de los tachos, colocados prolijamente en cada esquina, y al lado del portón de cada casa.
Generalmente no tenía problemas con los habitantes de Covelandia, Salvo, algunas veces con un gato un poco más grandecito que él, llamado Terwal.

Terwal, cuando podía sabia como hacer que Monchito se enoje, le dejaba las sobras de manzana , o cualquier otra fruta que comía , no dentro del tacho , sino justo al lado,
Monchito tenía que levantarla y colocarlo en su lugar, tarea que terminaba fastidiándolo, porque siempre lo tenía que hacer.

Un mañana como siempre comenzó su recorrida, y observo que Terwal, había hecho de las suyas.
Monchito , con mucha calma ,pensó, «No puede ser que siempre me haga lo mismo , le voy a dar una lección que lo hará escarmentar»
Entonces Monchito, le comenta a su abuelo, que era el anciano jefe de la comarca, el plan, y éste le da su consentimiento para que lo lleve a cabo.
Fui así, que a partir de ese momento Monchito, pasaba de largo por la casa de Terwal, sin levantar los deshechos que éste no colocaba en el tacho.
Terwal, que estaba muy ocupado dedicándose a sus rosas, porque se acercaba el día de la competencia del “Jardin más Florido”, no se dio cuenta que al lado de su portón se estaba acumulando muchos desperdicios, originados por él.
Resulta que Terwal, ya había ganado en dos ocasiones el premio al Mejor Jardin Florido, y era el mismo Alcalde que elegía y entrega el premio.
Llego el día del concurso, todos muy ansiosos esperaban que su jardín fuera el elegido.
Monchito había hecho un buen trabajo, no había un solo papelito, ni desperdicio fuera de los tachos de residuos. Pero no pasaba lo mismo en la casa de Terwal.
Llego la hora y el Alcalde empezó a recorrer a pie y mirando cada jardín, cada flor, y advirtió que todos eran muy bonitos y dignos de premiar.
Al pasar por frente de la casa de Terwal, sólo se detuvo para reprenderlo por las condiciones que encontró su vereda, con una pila de residuos acumulados, El alcalde siguió de largo, sin mirar su jardín, y dejándolo fuera de la competencia.
Torwal, muy enojado, pensó en enfrentar a Monchito, pero se dio cuenta que el culpable de esa situación había sido él mismo.
A partir de ese momento Terwal, comprendió el trabajo que realizaba Monchito, y entendió lo mal que se había comportado.
Ahora hay días que Terwal acompaña y ayuda a Monchito a realizar su tarea,

 


AUTOR:
Edelmira Carmen Medina
PAIS: Argentina
E-MAIL : emi_carli@hotmail.com