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Responsabilidad, confianza en sí mismo, persistencia, amabilidad, amor a la naturaleza, generosidad, obediencia, gratitud. |
Al principio en la tierra sobre la que caminamos, no existían muchos seres que la recorrieran, que la pisaran o sintieran. Eran muy pocos y la mayoría pensaba sobre lo que debería hacer en este mundo; algunos decidieron volar, otros nadar y unos más sólo querían ser bellos para los que habitaban a su lado. Pero existió pequeño y gracioso, un animal que quiso ser mejor que todo, ser el más grande ,el más hermoso ,el más sabio y fuerte.
Tanto pensaba en esto que un día se acerco al árbol mas viejo y le pidió consejo, como los árboles viven a su tiempo , tardó dos años en darle una respuesta y al fin, entre susurros, le dijo que caminara dos noches dando la espalda al sol , que no hiciera caso a las montañas, que al ser jóvenes despistadas seguían moviéndose y podían confundirlo. La mañana del tercer día se encontraría en un prado casi yermo donde una esfera del tamaño de un sueño volaba sin prestar atención a los que dormían bajo su sombra. |
Ahí, encontraría una roca enorme ,que era la casa de una hechicera ya vieja que vivía sola con su árbol de viento, sólo ella podría ayudarlo en su deseo.
Partió el pequeño en busca de la grandeza y así como el árbol dijo sucedió. Durmió a la sombra de la roca esa noche y decidió hablarle a la bruja al día siguiente. En la mañana se animó a verla y entro en su casa. Ella sabía que la buscaba pues su árbol le comentó la noche anterior sobre su presencia. La hechicera presto atención y el animal le expresó su anhelo. Lo miró y como no olía a mentiras, decidió ayudarlo. Propuso un trato, lo haría fuerte, bello y mayor; a cambio, él le traería agua fresca de un río que ella no visitaba desde su niñez ,pues a pesar de ser tan bella y poderosa, por dentro era ya muy vieja para viajar y no necesitaba nada mas que sus recuerdos.
La bruja se dispuso a decir su hechizo, tomó unos guijarros de mar y los lanzo a la tierra, agitó su bastón y dijo unas palabras tan antiguas que la tierra misma tembló, sobre su espalda brillaron unos puntos blancos y tocó a su hermanito con el bastón. Él comenzó a crecer y cambió de aspecto profundamente: se convirtió en un animal hermoso, enorme y con poder. Feliz, le dijo a la hechicera que volvería al cabo de seis soles con el agua que acordaron.
Emprendió su camino con dirección al sol. La bruja le dijo a la esfera que lo siguiera para tener en cuenta el proceder del animal. Ahora era tan hermoso que los demás seres se maravillaban ante su belleza; pero todo aquel que se lo topaba tenía que soportar un largo discurso de por qué él era la criatura más importante sobre los prados y comenzó a molestar a los otros animales y hombres.
Pasaron seis soles, y nunca volvió con el agua de río. La hechicera le preguntó a la esfera que había sucedido con él, quien respondió contándole los hechos. La bruja se molestó tanto que decidió darle una reprimenda a él y a su descendencia. Tomó sus guijarros y los clavó en la tierra con fuerza, la tierra rugió y una vez más la bestia comenzó a cambiar, en esta ocasión creció sobremanera, su cuello se estiró más que su cuerpo, le salieron unos cuernos con los que no podía dañar a nadie, unas manchas extrañas en todo su ser, también una crin y le retiró el habla, para que no pudiera quejarse o molestar con sus palabras a los demás animales y hombres.
Como ya no pudo hablar, se alejó de los otros animales, fue muy solitario, aprendió su lección, siguió recorriendo la tierra, al fin feliz, pues comprendió que todas las cosas tienen una razón de ser y no se preocupó nunca más por su aspecto.
A pasado ya mucho tiempo, los hombres ya no hablan con sus hermanos animales, las montañas ya no se mueven. La esfera sigue cuidando a quienes caminan todas las noches, sólo que ahora vuela mas alto y brilla para conocer nuestras acciones con claridad. Aún así, los hijos de este animal siguen caminando y son apreciados por todos, pues con el tiempo mismo volvieron a ser bellos a su manera. |