EL ARCO DE SIETE COLORES |
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Amor al esfuerzo y al trabajo conjuntos, valentía, sensibilidad, orden, creatividad, curiosidad, persistencia, amor a la naturaleza, generosidad, respeto a lo ajeno, colectivismo, respeto al bien común. | ||
Una tarde lluviosa de invierno, Álvaro llegó a casa después del cole y le contó a su mamá que habían salido al patio para ver el arcoíris, ¿sabéis qué es eso? Álvaro sabía que era un arco de siete colores que salía en el cielo, pero le preguntó a su mamá -¿de dónde viene el arcoíris?- Y ella sonriendo le dijo –esa es la historia de la tribu Tagálog que no todo el mundo conoce-. -¡Cuéntamela por favor!-, dijo Álvaro. -Está bien- dijo mamá. Hace mucho, muchísimo tiempo en una tribu de la isla Luzón vivía una familia con una hija que se llamaba Kulay-Lila (nombre Tagalo que significa violeta) pero todos la llamaban Ulay. El jefe de la tribu era el más sabio y el más respetado, él era el encargado de elaborar todos los días una mezcla secreta de siete colores que se colocaban todos los aldeanos sobre la piel como símbolo de identidad, ya que sin ella la tribu podría desaparecer. Pero de pronto, Ulay se dio cuenta de que su bolsa estaba abierta y comprobando que todo estaba dentro, rápidamente la cerró. Siguió con la vista a los dos animales que, retorciéndose por el cielo, luchaban por ganar la batalla. En una de sus sacudidas, la serpiente logró soltarse del pico picudo del águila y cayó al mar. Nuestra protagonista asombrada por la derrota del águila, corrió aún más deprisa, como un rayo, hasta llegar al mar donde sin pensarlo se sumergió en el mundo marino. Había mucha claridad y casi podía dibujar con las yemas de los dedos las siluetas de todos aquellos personajes hasta que, en un descuido, el cielo se nubló y una tormenta de finas gotitas agitadas, cayó sobre el mar. La niña buscó y buscó pero la serpiente había desaparecido entre las ahora turbias, profundidades del océano. Cuando salió, decepcionada por no haber encontrado a la serpiente, la tormenta amainó y salió el sol. Se dio cuenta de que su bolsita estaba empapada de agua, pero ahora tenía un color añil tan intenso que la abrió para ver si todo lo que había guardado continuaba ahí. Al abrirla, un aire muy fuerte sopló e hizo que todos los elementos de la bolsa salieran en forma de remolino formando un arco de siete colores resplandecientes en el cielo. Eran todos los colores que ella había ido recogiendo al seguir a aquella curiosa cadena de animales que tanto habían llamado su atención. De pronto se dio cuenta de que el color violeta no lo había recogido en su bolsa, pero antes de que pudiera pensar, se oyó un susurro suave, sereno y sosegado que decía: -lo has conseguido Ulay, tu nombre es la única pieza que faltaba para completar la mezcla, ve al poblado y muéstrales a todos lo que has logrado-. Ulay corrió y no paró hasta que les mostró a todos la mezcla. |
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