Manolo, el conserje, estaba algo inquieto. Mesas para acá, sillas para allá, esta pizarra
para otra clase…así fue transcurriendo la mañana y la tarde, hasta que al final del día
casi todo el colegio fue quedando con cierta tranquilidad, aunque en la clase de Infantil de cinco años había un gran revuelo.
La alfombra del rincón de la asamblea no paraba de protestar:
-claro ,todos los años me toca estar aquí para que me pisen y no me respeten, además este año ni me han llevado a la tintorería.
-Mira bonita ,decía la estantería del rincón de Biblioteca, no te quejes que yo tengo que soportar el peso de todos estos cuentos, algunos tan viejos que no pueden ni moverse y luego encima los dejan sin colocar.
-Habló don Pincel y dijo:
- llevo tantos años aquí que casi no me quedan pelos para poder pintar, por lo que he decidido este año no trabajar y que sean los niños quienes pinten con sus dedos, así se darán cuenta de mi valía y de lo importante que soy.
Había en la clase un baúl con un gran letrero que decía “ENFERMERIA “, allí era donde iban a parar todos los muñecos viejos que se pudieran arreglar, cada año estaba un poco más lleno, pero ninguno se atrevía a rechistar y esperaban pacientemente a que les tocase el turno y poder ser arreglado .Justo de allí era de donde salía una melodía que dejó a todos en silencio, luego poco a poco fue asomando su cabecita una ranita de peluche, toda descolorida, que muy cariñosamente les dijo:
- estoy aquí porque ya no valgo para otra cosa, pero cada día que pasa pienso que queda un día menos para oír hablar, cantar y gritar a todos los niños que aquí pronto estarán, dejemos de protestar que queda muy poco para el comienzo del curso y la clase bonita tiene que estar, nosotros estamos viejecitos pero seguro que en algo podremos ayudar.
Todos se quedaron pensativos y durante unos minutos reinó el silencio, tan solo quedó interrumpido por el xilófono que con su DO-RE-MI-DO-RE-MI comenzó a hablar:
-unos somos instrumentos musicales, otros juguetes, otros muebles ,otros utensilios para pintar, pero todos somos compañeros y juntos debemos trabajar .¡Ah se me olvidaba! ¡Claro que podéis ayudar!¿Qué os parece si vamos repasando las canciones?
.¿Comenzamos por la asamblea? Preguntó la ranita.
-Claro contestó el xilófono.
De esta forma comenzaron a preparar la clase para que todo estuviese listo para el día siguiente mientras que de fondo se oía <<hola ¿cómo estás desde por la mañana? estamos todos bien, cantando esta canción>>.
Terminaron rendidos y uno a uno se fueron colocando en su sitio, la última en hablar fue la alfombra: “gracias compañeros ya todo está listo y pre_pa_ra_do pa_ra _que _los _ni_ños_lle_guen” bostezando y quedando toda la clase en silencio.
Por las rendijas de las persianas se colaba la luz del sol, y un gran ruido se produjo en la clase al subirlas la profesora. Entonces comenzaron las risas y gritos, los niños acababan de llegar.
Desde su baúl la rana se asomó y guiñó un ojo a la estantería, el curso había comenzado ya.
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