conocidas como las Mosconaúticas , que pertenecen al ejército de limpieza y orden encargada de mantener limpio el planeta tierra y protegerlo de la contaminación, recogiendo y limpiando toda la suciedad que hay en las calles.
¿Porqué te crees que siempre hay moscas en los contenedores de basura o cerca de las cosas que huelen mal?
Cada vez que alguien tira basura al suelo o contamina la gran alarma de color rojo colocada en la pared de las Mosconaúticas se enciende y suena tan fuerte que la casa empieza a temblar como un flan.
Era sábado por la mañana y la alarma no paraba de sonar. Ramona tenía las antenas de punta y preguntó con voz chillona:
-¿Pero qué pasa aquí? ¿Es que hoy no me van a dejar dormir?
Pelusito se acercó a la alarma y sacó un papel.
-Lucía Fernández- leyó- 5 años y medio ¡vaya! Esta niña parece ser la causante de que suene la alarma. Hoy ha tirado tres papeles al suelo, un trozo de manzana y…!oh no! ¡se ha dejado el grifo abierto!
Las tres moscas se pusieron su uniforme amarillo y verde, que usaban para casos muy graves y se dirigieron volando a casa de Lucía. Cuando llegaron, se colaron por la ventana del baño y cerraron el grifo para que no se perdiera una gota más de agua.
-¡Uf! Menos mal- dijo Viscosín secándose el sudor de la frente- ¿cómo se ha podido dejar el grifo abierto?
Ramona, con cara de preocupación, dijo-¡ con lo importante que es el agua! Si todos los niños se dejaran el grifo abierto se gastaría tanta agua que nos quedaríamos sin ella.
Las Mosconaúticas fueron hacia la habitación de Lucía y vieron horrorizadas como la niña tiraba un chicle por la ventana y este caía encima de un hormiguero.
-¡Noooo!- gritaron las tres a la vez.
Lucía se giró asustada y se quedó mirando a las tres moscas con los ojos como platos.
-¿Quiénes sois?- preguntó asombrada.
-Somos las Mosconaúticas- respondió Ramona- nos encargamos de mantener limpio el mundo y conservar el medio ambiente.
No debes tirar el chicle al suelo. La calle es de todos y la casa de muchos animales. ¿Tirarías un chicle en tu casa o en tu habitación?
-No- respondió la niña, avergonzada y con la cara como un tomate.
Ramona y Viscosín volaron por la ventana y ayudaron a las hormigas que intentaban despegar el chicle de la puerta de su casa.
-¡Vaya!- dijo Lucía- lo siento.
-No pasa nada- dijo Pelusito- pero ahora que ya sabes lo importante que es conservar el medio ambiente, espero que nos ayudes a conseguir un mundo más limpio, y así tú también serás una Mosconaútica.
-¡Por supuesto!- exclamó Lucía contenta.
-¿Y tú, eres un Mosconaútico?
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