LA HABITACIÓN DE SOLETA |
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ORDEN |
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La habitación de Soleta, siempre estaba revuelta. De vestidos, zapatos, juguetes, y la cama deshecha. A Soleta le encantaba, despeinar a sus muñecas. Lanzar peluches por los aires, haciendo graciosas piruetas. A veces, aparecían encima del armario, otras veces debajo de la cama, o bajo la almohada. E incluso, los encontrabas ¡hasta en la colada! Y bajo la alfombra guardaba, caramelos de muchos sabores, bolitas de anís y serpentinas de colores. Sus papás desesperados, no encuentran solución -¿Qué debemos hacer para que arregle su habitación? Una noche mientras dormía Soleta, muñecos, peluches y marionetas, decidieron llegados a este punto, tomar cartas en el asunto. Así que. igual que una rana, muñecotes y juguetes saltaban sobre su cama. Y una y otra vez, le hacían cosquillas en la nariz y en los pies. Soleta, se llevó una gran sorpresa. -¿Estoy despierta? -se preguntó- o. ¿estoy soñando? Allí todos sus muñecos, estaban vivitos y coleando. |
Y como en un baile de salón, todos los vestidos bailaban a su alrededor.
Hasta la alfombra empezó a moverse. Debajo caminaban unos graciosos botines verdes.
Como no podía creerlo, se frotaba los ojos. Y con cara de pocos amigos, la miraba su peluche rojo.
Cogieron a Soleta por los brazos y por la cabeza. La elevaron por los aires sin parar de dar vueltas. Y subiéndola hasta el techo de la habitación, la dejaron caer sobre su colchón.
-¡Basta! ¡Basta! ¡Por favor! -gritaba Soleta, mientras caía sobre su cabeza, un zapato de tacón.
-¡Lo he comprendido! A partir de ahora, tendré siempre mi cuarto limpio y recogido.
Por la mañana, los papás de Soleta con gran asombro, no volvieron a repetir, aquello de. ¡Todo esta manga por hombro!
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