UNA MONSTRUOSA PELEA




COOPERACION Y AYDA MUTUA

Había una vez un monstruo grande, grandísimo.

Vivía en una cueva pequeña, muy pequeñita.

Y eso era un tremendo problema. Especialmente cuando el monstruo quería dormir.

Porque al acostarse quedaban sus monstruosas patas afuera de la cueva, cortando el camino de las hormigas.

Entonces las hormigas no tenían más remedio que pasar por encima de ellas.

Y le hacían hormiguísimas cosquillas.

El monstruo se despertaba sobresaltado y, ¡PAFF!, golpeaba su cabezota repeluda contra el techo de la cueva.

Después pataleaba para descosquillarse y, ¡ZUUUM!, las hormigas salían volando.

Noche tras noche tras noche.

Hasta que el monstruo dijo: ¡BASTA!

Hasta que las hormigas dijeron: ¡BASTA!

Y se armó una monstruosa pelea.

La monstruosa pelea duró muchas lunas hasta que la luna de puro enojada se escondió.

Siguió durando muchos cielos estrellados hasta que las estrellas se enfurruñaron y no titilaron más.

Una noche, ya sin luna, ya sin estrellas, el monstruo durmió al revés. Con las patas adentro y la cabezota afuera de la cueva.

Y las hormigas se perdieron entre tanto pelo y chichón.

A la noche siguiente construyeron un puente.

Pero el monstruo roncó y el puente se derrumbó.

Entonces las hormigas hicieron una gran reunión para buscar una solución.

-Hagamos un puente más fuerte -vociferaron los hormigones.

-Ataquemos con artillería -gritaron las hormigotas.

-Cambiemos el camino -susurraron los hormigazos.

-Agrandemos la cueva del monstruo -dijeron los hormiguiños.

Y se hizo un hormigoso silencio.

Los hormiguiños explicaron su plan y todo el hormiguero fue a contárselo al monstruo.

El monstruo carcajeó, ¡JAJARAJA!, y su cabezota retumbó.

Le dolieron los chichones, ¡AYY!, entonces aceptó.

Ahora el monstruo duerme todo adentro de su cueva y las hormigas tienen de vuelta despejado su camino.

Las hormigas le hacen cosquillas al monstruo, pero sólo para jugar.

Y él las lleva a pasear en su cabezota repeluda para que puedan ver la luna, un poco más cerca.



AUTORA:
María Inés Garibaldi
PAIS: Argentina
E-MAIL: tergar@xlnet.com.ar