UNA MONTAÑA DE ABRAZOS |
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GENEROSIDAD |
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Había una vez un lugar mágico.muy mágico, donde habitaban animales que disfrutaban de hermosos días de sol sonriente, y cuando el sol se iba a dormir, los alumbraba una Luna gorda, rodeada de brillantes estrellas que parecían burbujas del cielo. Los animales que vivían en este bosque, guardaban un gran secreto. Ese secreto era grande, grande y muy añoso. Tenía una cabeza pequeña, un cuerpo muy gordo, cuatro patas muy extensas, un cuello muy largo, una cola también muy larga y una mirada tranquila. ¿Saben quién era? Era Leo ... el único dinosaurio que quedaba en el mundo. Leo se alojaba en el corazón del bosque, y se había convertido en el cocinero del lugar. Cuando el sol empezaba a estirar sus rayos, Leo se incorporaba y preparaba un gran desayuno para todos. |
Un día ... antes que el sol saliera, se escuchó un quejido ayyy, ufff ... y Lucho que era el último bichito de luz en acostarse, descubrió que ese quejido era de Leo.
¿Leo qué te pasa? ¿te duele algo?
Sí, mi cuello, no puedo mover mi cuello ...
Lucho pensó en cómo ayudar a su amigo - "lo mejor sería llevarlo a la ciudad - no mejor, no, porque en la ciudad lo guardarían en el museo de ciencias naturales, o en el zoológico, o ... o ... no sé ... no sé qué harán con él".Aquí en el bosque, somos muchos y alguien sabrá cómo curar el dolor de cuello de dinoasaurio, aunque es difícil ¡hace tantos años que ellos no existen.! Al primero que llamó fue al ejercito de mariquitas, y les dijo que volando patrullaran el bosque, y que preguntaran quién sería capaz de curar el dolor de cuello.
El ejército así lo hizo, fue de árbol en árbol, de rincón en rincón, les preguntó a los monos, y ellos contestaron que no sabían, a otro que le preguntaron fue al león que se preocupó pero tampoco tenía idea. El tigre medio dormido, se rascó la cabeza y dijo:- a orillas del lago vive la rana Renata, es muy sabia y muy lista. Y para allí se fueron, el ejército de mariquitas, el león, los monos y el tigre.Y mirándose en el espejo de agua, estaba Renata con su traje verde muy lustrado, y eligiendo un moño de pétalos de campanitas. El león le contó lo que le sucedía a Leo, y preguntó lo que se podía hacer por él.
Renata inmediatamente se puso a pensar, mientras tanto, se pintaba los labios color rojo:
-"Le daremos de tomar un té de lluvia de estrella, ay! No, no, eso se toma cuando uno está triste, le daremos un rico pastel de hierbas verde". "Eso es imposible -dijo el búho- no puede bajar su cuello para comer". "ya sé ... ya lo tengo"- dijo Renata- y esta sí es la mejor medicina, y explicó: aquí en el bosque somo todos muy unidos y para curar a Leo tenemos que hacer una montaña.
¿Una montaña?- dijeron todos los animales a coro-¿cómo haremos una montaña? -dijo el león-estoy cada vez más confundido. Mientras, Renata quería que la llevaran a ver a Leo.Renata pidió al león que de un aullido convoque a todos los animales del bosque. Cuando todos llegaron, Renata les explicó cómo sería la montaña.
Primero irán los elefantes, luego las cebras, después los tigres y por último irán los leones. Pero el león mayor dijo: -"todavía no llegamos a cubrir todo el cuello",- Y el ejército de mariquitas , que estaba controlando todo el movimiento, se dio cuenta que faltaba los monos. Fueron volando a buscarlos, y cuando llegaron, treparon rápidamente a lo más alto de la montaña, y así, cuando Renata contó "a la una, a las dos y a las tres", todos empezaron a abrazar y acariciar el cuello de Leo que en un ratito empezó a mover su cuello de un lado a otro, de arriba abajo, y ya no se quejaba, sino que entre sonrisas y sonrisas les daba las gracias a sus amigos, y así todos festejaban. Y como el horario del desayuno había pasado, entre todos prepararon un rico almuerzo, y desde este día los animales se dieron cuenta que si hacían las cosas entre todos, todos, todo era más fácil.
Me voy por un caminito del bosque, me voy por el otro, si este cuento les gustó, mañana contamos otro.
AUTORA: Ana Maria Ledesma |