UN CUMPLEAÑOS DIFERENTE |
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GENEROSIDAD Y AMISTAD | ||
Un año más ahí estaban, Lorenzo y Daniel, celebrando el cumpleaños de Lorenzo. Era el octavo cumpleaños de Lorenzo y los habían celebrado siempre juntos. Amigos desde la guardería, los dos mejores amigos que nadie pudiera imaginarse. Compartían todo, iban juntos de excursiones, eran uña y carne. Aquel día Daniel había regalado a Lorenzo el juego que más deseaban tener para la consola, sabían que al tenerlo uno de ellos sería como si los dos lo tuviesen, de esa manera jugarían en equipo y conseguirían los retos juntos. |
Pasaron la tarde divirtiéndose y a la hora de dormir Daniel se quedó junto a su amigo, así podrían estar más tiempo juntos. Pero no sabían lo que aquella noche les deparaba.
Antes de dormir quisieron echar una última partida, pero uno y otro quería ser el primero en jugar, Lorenzo decía que era su juego, Daniel que se lo había regalado él, empezaron una discusión que hizo llegar al papá de Lorenzo, y ya que no se ponían de acuerdo, decidió no dejar a ninguno de los dos jugar, les explicó que había que compartir y mucho más entre amigos, al no hacer caso los mandó a dormir.
Muy enfadados se acostaron sin mirarse uno en cada cama, poco a poco el enfado y el cansancio les hicieron dormir.
En el silencio de la noche los dos amigos oyeron tocar en la ventana y se despertaron, al mirar pudieron ver una preciosa paloma blanca que los invitaba a seguirla, no lo dudaron y partieron tras ella.
No se lo podían creer, estaban volando detrás de una paloma blanca, sobrevolaron durante toda la noche muchas ciudades y llegaron a una ciudad muy lejana, daba la sensación de que en ella vivía gente muy pobre.
La paloma les pidió que la siguieran y los llevó hasta un riachuelo, en él habían dos niñas, de más o menos la misma edad que ellos dos, muy despeinadas, con poca ropa y sin calzado, pero tenían dos muñecas con las que jugaban. Una era de plástico y la otra de cartón.
Las niñas jugaban a bañarlas en el riachuelo, las lavaban y reían juntas, pero de repente, la muñeca de cartón empezó a deshacerse en el agua, el desconsuelo de la niña era tan grande que Lorenzo y Daniel empezaron a llorar. La otra niña no podía dejar a su mejor amiga de esa manera y le dio su muñeca de plástico, las dos jugaron horas y horas hasta que se fueron a dormir.
Lorenzo y Daniel decidieron que tenían muchos juguetes de otros cumpleaños que ya no utilizaban y cuando volviesen a casa los donarían para los niños que no tenían con qué jugar.
Ellos también tenían sueño, después de esas emociones y del largo viaje necesitaban descansar y las acompañaron a casa.
Cuando despertaron a la mañana siguiente estaban los dos abrazados en una sola cama en casa de Lorenzo, mamá se sorprendió y más después del enfado con el que se habían ido a dormir. Le contaron a mamá lo que les había pasado y ésta les dijo que era un bonito sueño. Pero ellos sabían que no, que había sido real, sobre todo, al ver en la ventana a la preciosa paloma blanca con la que habían viajado la noche anterior, que les hacía un guiño de complicidad.
Fueron contentos a desayunar y decidieron no discutir nunca más.