“El lector nace, crece, se desarrolla y nunca muere.
Nace con un sentimiento y la fuerza con que éste se instale en su
corazón, le alimentará toda su vida de adulto lector”.
Quintanal Díaz, J. 2005...-

En nuestro sistema educativo es en primer año que el niño comienza a vivenciar sus primeras experiencias lectoras “serias”. Convencidas de que el proceso lector y escritor de un niño comienza mucho antes de encontrarse con la alfabetización formal, nuestra institución en lo que refiere a la construcción del niño como lector y escritor, aborda la lectura desde muy tempranas edades, proponiendo a los niños nuevos escenarios de encuentro con el libro, estableciendo una nueva relación de ellos y sus familias, con la lectura.

Estas primeras experiencias van a imprimir la impronta a toda la vida de este lector que nace. A nosotros maestros, nos compete el deber de generar estos espacios lectores siendo modelos referenciales de lectura, acompañar a cada niño en su proceso, satisfacer intereses personales o grupales y diseñar nuestras actividades diarias de manera tal, que la lectura, se convierta en la protagonista en el aula y fuera de él. En esta instalación de nuevos escenarios de lectura en el aula, es imprescindible el acompañamiento de la familia de cada niño por dos motivos:
• en primer lugar, porque la predisposición positiva hacia la lectura -condición determinante del desarrollo normal del proceso lector-, nace en familia. Los niños que crecen inmersos en la cultura escrita resuelven el aprendizaje formal de la lectura con mayor naturalidad, disfrutan de los libros y establecen un vínculo afectivo con ellos, seguramente indestructible. Y para que esto ocurra así, la familia es pieza clave.
• en segundo lugar: porque la voz materna es de fuerte impacto en las primeras etapas de vida del niño. Para la formación del lector no hay nada más mágico que los cuentos contados por voces cercanas.

La “butaca lectora” pretende hacer de la lectura una experiencia compartida donde el diálogo y la intercomunicación estén siempre presentes, donde todos puedan comunicar su experiencia lectora. Aún aquellos que no alcanzaron la lectura alfabética, a través de los libros y sus imágenes, movilizan conocimientos previos y afectos que le permiten dar sentido al texto, vivir su experiencia lectora.
La butaca lectora “es un espacio para bajitos” donde se sientan aquellos niños, que se van animando a leer en voz alta, para los demás.

• Garantizar un “deleite creativo” cada vez que el niño se siente en la butaca, que a través del juego con las imágenes, la palabra y las historias lo anime a volver a sentarse en ella.

• Permitir que el niño mantenga una experiencia de relación personal con el libro y que lo haga activamente, por sí mismo, creciendo en autonomía lectora.

• Revincular a la familia con la institución, sensibilizándola en la importancia de las lecturas compartidas desde el “regazo”, para hacer que sus hijos se apropien de la lectura desde el afecto y el deleite estético.

• Generar “idas y vueltas” de los libros al hogar, instalándolo como un objeto cultural de “uso” diario.


Images: Jornada-Taller para implementar el proyecto.

Edad de los niños a los que se dirige el proyecto grupos de nivel: 3, 4, Jardinera y Primer año y sus respectivas familias.
Alcance del proyecto: 200 niños y sus familias

La butaca lectora es un Proyecto de Lectura que abarca a toda la escuela, en el cual los niños participan con mucho interés y entusiasmo, apoyados por las familias que aceptaron el desafío de involucrarse como referentes de lectura en el hogar.
Si bien tiene un esquema básico de implementación, cada maestra en el aula lo ha dotado de una impronta personal que le permite adecuarlo y contextualizarlo a su realidad áulica y familiar.
Recordemos que el proyecto genuino propone la siguiente forma de implementación:

• Los niños llevan 3 veces a la semana un cuento para leer en familia y para pensar y ensayar con los padres, cómo leérselo a sus compañeros.
• En clase al otro día los niños “que se animan” se sientan en “la butaca” a compartir su experiencia lectora.
• Luego de leído el cuento se reflexiona sobre la historia, con la intervención del maestro como guía.
• Se aplaude al niño o niña que leyó, destacando de qué se valió para convertirnos a todos en lectores.
• El nombre de cada niño que va leyendo en “la butaca” se registra en una cartelera -bien visible- junto al título del cuento leído, a modo de reconocimiento.


 

A continuación se describen las experiencias en los distintos niveles, con la impronta que las maestras imprimieron en el desarrollo de la experiencia:

Nivel 3 años:
La lectura de cuentos se realiza en forma diaria en la butaca del aula, dado el interés de los niños que traen libros de sus casas o solicitan que se les lea.
Cuando se concurre a biblioteca hay distintas instancias:
- El maestro realiza diferentes estrategias de animación a la lectura y luego lee el libro seleccionado para ese día.
- Los niños imitan al “adulto” y, ubicados en la butaca lectora, “leen” a su manera re narrando la historia. Utilizan diferentes entonaciones, mucha gestualidad y se apoyan casi exclusivamente en la imagen.
- Los pequeños traen cuentos cuya lectura prepararon en su casa en familia, para compartir en la butaca.

Nivel 4 años:

 


Se comenzó el proyecto “Butaca lectora” permitiendo que el niño elija y lea luego, el libro que desea.
Luego se decidió orientar y guiar a los alumnos en la elección del libro. Seleccionado el mismo, el maestro lo lee para que el niño se apropie de la historia y se anime a re narrarla en otra oportunidad.
En cuanto a la participación de la familia en el proyecto, se socializó la experiencia con los padres pidiendo que, en familia, seleccionaran un cuento y “lo prepararan” para que su hijo/a luego pudiera leerlo en voz alta y a su modo, para los demás compañeros.
Acá pudimos apreciar que la estructura narrativa cobra fuerza con el correr de los días: desde valerse únicamente de la descripción de imágenes al principio, con la práctica sistemática de la lectura de cuentos, los niños de 4 comenzaron a enlazar los momentos principales del cuento, usando conectores de tiempo. Comienzan a identificar las voces de los personajes lo que resuelven con distintas modulaciones de voz.

En los grupos de Jardinera:

 

Los niños de 5 años, llevan el libro para preparar en familia o lo seleccionan de la biblioteca familiar.
Luego de apropiarse de la historia, los voluntarios van sentándose en la butaca y regalan la historia en voz alta, al resto del grupo.
Claramente se puede observar que ya hay muchos niños que tienen claro el desarrollo de la secuencia narrativa y aunque su lectura no sea alfabética, la mayoría de ellos al leer describen el inicio, el desarrollo y el final del cuento, usando conectores de tiempo que permiten un relato coherente y sin interrupciones. Gestualizan y cambian la voz según los diferentes momentos. Aparecen elementos prosódicos (respetan signos de exclamación ¡!, y de interrogación ¿?, palabras escritas más grandes las dicen más fuerte etc.), lo que evidencia la vinculación del lenguaje oral con el escrito. La experiencia ha influido en que los niños deseen leer cada vez más y mejor, para los compañeros de aula.

En 1er año



 

La “Butaca lectora” en primer año se implementa diariamente.
El niño que se ofrece a leer, elige y prepara junto a su familia el libro de cuento que quiere compartir con sus compañeros y docentes.
Luego de la lectura se completa una cartelera que está en el salón indicando su nombre y el título del cuento que leyó.
Este último mes se ha agregado un elemento interesante en el desarrollo de la experiencia: se ha propuesto a los niños recorrer itinerarios de lecturas, cuyas historias compartan por ejemplo: el mismo personaje (cuentos de lobos, de brujas, de piratas etc.), un mismo escenario (cuentos de la selva, del mar, de la granja, etc.), cuentos del mismo autor/a, de la misma colección etc.
En 1er año, el niño a través de la realización de este proyecto, llega a oralizar la lectura en voz alta con espontaneidad creciente, internaliza los momentos claves de la estructura narrativa, ensaya la re narración como técnica de activación de su biblioteca mental, y lo que es más interesante comienza a usar el lenguaje literario con mayor frecuencia en sus conversaciones cotidianas, lo que favorece el caudal léxico y la riqueza del mismo.
Sentado en la butaca de 1er año, el niño ensaya el comportamiento de un verdadero lector autónomo, dentro de un contexto lúdico que lo empodera de confianza y disfrute.


Cuando un niño comienza a narrar, lo que selecciona del cuento para interpretación son los aspectos sobresalientes de las escenas que lo conmovieron; podemos pensar que en ese mismo momento en que el niño está narrando, con la mediación de una escucha que la habilita como tal, se está construyendo subjetividad.» (Lederman, 2000)

La Metodología del Proyecto “La butaca lectora” se andamia en un “conjuro” entre la disposición de maestros, familias, el juego y la magia de los cuentos. Se enmarca en un paradigma que reconoce en las prácticas sociales de lectura que rodean al niño desde su nacimiento, el inicio del proceso lector. La primera actividad del niño como lector es la escucha de un cuento en voz alta.
La capacidad narrativa es aquella potencia humana que hace del niño un ser hablante, alguien que usa el lenguaje para relatar, y al hacerlo construye experiencia en la que se constituye como sujeto.

Desde esta certeza está pensada la metodología del proyecto, contemplando el juego con el libro, las historias, las imágenes y los personajes, eje de una dinámica que propicia la lectura de cuentos en un espacio lúdico-creativo, como escenario natural en el aula.
“La butaca”, brinda al niño la posibilidad de vivir sus primeras experiencias lectoras dentro de un clima que potencia la autoestima, como elemento clave para poder aprender a leer jugando. ¿Por qué no jugar a leer?

¿Por qué no jugar a comportarme como lector experto aunque aún no lo sea? Enmarcada en este contexto altamente motivacional, afianza los vínculos afectivos entre niños de un grupo, con niños de otros grupos, entre niños y docentes, entre docentes y de la institución con las familias.

Sin perder de vista que “la butaca” pretende vincular al niño con el libro de manera disfrutable y sin tensiones, cultivando su comportamiento lector. La metodología integra el desarrollo de estrategias lectoras cognitivas y discursivas- a través de intervenciones didácticas - que además de favorecer la relación entre el lenguaje oral y escrito, potencian el desarrollo de la atención, la memoria y la imaginación, convirtiéndose en un espacio de generación de riquísimo conocimiento cultural, desde las temáticas de cada cuento. Sentado en “La butaca” el niño usa el lenguaje para comprender y ser comprendido, lo que lo habilita progresivamente para ser un usuario competente de su Lengua.

Y lo habilita desde un nuevo rol por demás gratificante: posicionándolo como lector.

Humanos:
Docentes de:
Nivel 3 años: Maestras: Daniela González, Karina Franchini, Luciana Pintos.
Nivel 4 años: Maestras Dayana Henning, Irene Nesteruk y Jimena Torres.
Jardinera 5 años: Alexandra Mary y Adriana Gómez.
Primer año: Guillermina Bandera y Anacelia García.
Maestra coordinadora: Laura Santos.
Maestra de extensión horaria: Natalia Acosta.
Maestra Directora: Luisa Piaggio de Vidal.
Alumnos y sus familias.
Autora de la experiencia y asesora en el Área de Lengua en la Institución: Mabel De Agostini Pinna.


Materiales:
Biblioteca institucional.
Bibliotecas de aula.
Libros de cuentos de las biblioteca mencionadas.
Libros de cuentos aportados por las familias.
Carteleras, imantógrafo, papelógrafo, pizarras, la butaca lectora de cada aula.
Alfombras, almohadones, teatro de títeres.
Recursos que hacen a las dinámicas de animación, tales como: títeres, peluches, varitas mágicas, ollas para los conjuros, sombreros, trajes para caracterizar personajes, máscaras, elementos claves de los cuentos que se van narrando etc.
Recursos tecnológicos: videos, computadoras, grabadores, televisión, videocámara etc.


Valoramos como altamente acertada la decisión didáctica colectiva, de implementar el Proyecto “La butaca lectora”.
Desde su inicio hasta hoy, son muchos los hitos significativos que ha generado en favor de la formación de los niños -de la institución- como lectores.
Entre ellos podemos mencionar:

El contacto permanente de los niños -desde temprana edad- con los libros de cuentos.
El enriquecimiento del léxico a través de las palabras encontradas en las historias.
El reposicionamiento del libro como objeto cultural en el hogar.
Una nueva manera de re vincular a la familia con la institución, desde su compromiso como referente de lectura.
La instalación de una nueva dinámica de lectura (la butaca lectora) que hace de ella, la protagonista en tiempo y espacio en el aula.
La posibilidad de que los niños “jueguen a leer”, ensayando su comportamiento de lector incipiente, primer momento del proceso de alfabetización.
La posibilidad de hacer de la lectura un espacio lúdico generador de pensamiento, de conocimiento, de desarrollo de la creatividad y la imaginación.
La oportunidad del niño de poner todo su conocimiento cultural al servicio de la construcción del sentido de un texto.
La posibilidad de brindar un nuevo espacio de inclusión -dentro de una institución inclusiva - a niños con dificultades específicas en el aprendizaje. (Se adjunta testimonio de la maestra de 1er año.)
La generación de intercambios de lectura entre niños de distintos grupos de la escuela con la placentera vivencia de que los “más pequeños puedan leer a los más grandes”.
La recuperación de voces cercanas que suenen al oído de los niños, animándolos a convertirse en lectores para la vida.

Dejemos que sea José García Guerrero –uno de nuestros maestros– quien realice el balance de nuestro discurso: “En conclusión, el fin último implica la creación y el mantenimiento de un ambiente cada vez más sólido que permita al alumnado, por un lado, experimentar el libro como un objeto cultural de gozo y de conocimiento y, por otro lado, entender y asumir la lectura y escritura como procesos, habilidades y competencias al alcance de todos, para todos y para siempre…”
Congreso Mundial de Lectura y escritura, Valencia, Diciembre 2000.
Kepa Osoro
Experto en lectura, L.I.J. y bibliotecas escolares

Mabel De Agostini Pinna