Este proyecto ha sido
concebido para niños y niñas a partir de los 2 años,
lo he programado para la E.I. del Ayuntamiento de Murcia, “San
Roque”, curso 2015/16. El grupo consta de 15 niños y niñas
y nace de la necesidad de tener un tiempo para relajarse después
del ritmo que llevamos mayores y pequeños en nuestro día
a día, horarios, rutinas y prisas. Me pareció muy importante
transmitirles con la experiencia lo que les puede ser de gran valor
para toda su vida: conocimiento y atención a sí mismos,
aportándoles confianza que les ayudará, sin duda, a ser
más felices. Introducir a los niños en este mundo, nuevo
para ellos, apoyará al sistema pedagógico de la educación
tradicional, hacia uno más holístico, completo y que nos
define de forma integral.
Para mí, es un caso claro de serendipia, el título de
este proyecto permite ver la intención, por similitud fonética
con la palabra “serenitos”, y por su significado literal
(tranquilos, relajados) es escogida también. El significado tradicional
es: “Descubrimientos o hallazgos afortunados o inesperados”,
pero prefiero la definición recogida por Pablo Arribas, (licenciado
en Humanidades y Periodismo, Divulgador de Desarrollo personal y Humanismo),
la que considero más bonita e inspiradora: “Serendipia
es una palabra “mágica” que nos transporta a un mundo
de predestinación, donde acontecen cosas maravillosas, tan inesperadas
como deseadas, en algún lugar oculto dentro de nosotros”.
Ésta es la esencia de este proyecto, porque empezó como
una serie de sesiones de relajación y, gracias a la apertura
y generosidad de los niños, ha llegado a ser mucho más
que eso, una experiencia interior enriquecedora, lúdica y divertida
a la vez, para ellos y para mí.
Cada sesión consta de tres partes:
1. Relajación: acostados en la alfombra, preferiblemente en círculo
con los pies al centro, nos relajamos con música tranquila, mantras,
música clásica o música de la India. Duración:
5 minutos aproximadamente.
2. Práctica de asanas (posturas de Yoga): llevamos un orden,
primero la muestro yo en el centro del círculo muy despacito,
mientras ellos están sentados y, seguidamente, ellos las repiten
por imitación y yo voy corrigiendo la postura cuando es necesario
para, posteriormente, levantarnos y hacer las siguientes de pie. Empezamos
y terminamos con respiraciones conscientes y con el saludo Namasté.
Duración: 15 minutos aproximadamente.
Terminamos con actividades de experimentación sensorial: baile,
juego con plumas, masaje, juego del silencio, experimentación
con sonidos (cuenco tibetano y chinchines) alternándolas en la
semana. Duración: 5-10 minutos.
Los objetivos propuestos
con respecto a los niños son los siguientes:
- Conocerse a uno mismo: tomar conciencia de su propio cuerpo.
- Aprender a estar en silencio un intervalo corto de tiempo, escuchando
música, los pájaros o el silencio.
- Tomar conciencia de su respiración.
- Desarrollar equilibrio, coordinación y flexibilidad.
- Mejorar la postura corporal (sobre todo, la columna vertebral).
- Aumentar la voluntad, la confianza y la autoestima.
- Respetar los límites propios y de los demás.
- Bajar el nivel de ansiedad, estrés y tensión.
- Disfrutar de una actividad tranquila y aprender a relajarse.
- Ser felices y estar contentos.
Beneficios
• Ayuda al conocimiento de sí mismo, límites y habilidades,
respetando la diversidad que somos.
• Permite el desarrollo físico, mental y emocional del
niño.
• Aprenden a respirar correctamente.
• Mejora la postura corporal, coordinación, equilibrio
y flexibilidad.
• Incrementa la memoria y la atención.
• Incrementa la creatividad e imaginación.
• Desarrollan autoestima y confianza en sí mismos.
• Aprenden a respetar, estar tranquilos y ser más felices.
• Aprenden a relajarse a “soltar” física y
emocionalmente.
Para mí, el objetivo principal
es: desarrollar y llevar a cabo un proyecto que proporcione al niño
interés por el Yoga, de éste modo, como dice Yassine Bendriss,
autora de “Hacer Buda”, es: “Que el niño encuentre
en sí mismo la felicidad y la comparta con los demás”.
Si los niños son felices, y el aula es como una prolongación
de su hogar en muchos sentidos, donde proporcionemos actividades atractivas
que generen alegría, salud, valores y creatividad, los niños
vendrán con interés y felices a nuestras escuelas.
Edad de los niños a los
que se dirige el proyecto: el grupo consta de 15 niños y niñas
de 2 - 3 años.
Jugando, empezamos “la
casa por el tejado” porque comenzamos nuestras sesiones con unos
minutos de relajación, nada convencional empezar así,
pero es necesario por lo activados que vienen de jugar en el patio,
y así, renovar la energía y terminamos bailando, con un
masaje, experimentación con plumas, experimentación con
sonidos de instrumentos no convencionales como instrumentos de India
(cuenco tibetano y chinchines), o escuchando conscientemente el silencio,
no sin antes estirarnos con unas asanas o posturas de yoga.
Relajación: Comienzo bajando las
persianas del aula, y así crear un ambiente en armonía
con la actividad, nos acostamos en la alfombra despacito y en silencio,
a mirar las luces de colores en el techo, de una lámpara rotatoria
que es muy relajante, con música de mantras, repetición
de sílabas, o palabras que armonizan el cuerpo, mente y espíritu,
y allí descansamos 5 minutos, por medio de la observación
directa, valoro si tengo que intervenir, a veces, animándolos
a permanecer tranquilos y en silencio. La posición ideal de estar
acostados es en círculo y así formamos un mandala, forma
geométrica, en éste caso circular, que invita a la armonía
y serenidad. Estando tranquilos escuchamos nuestro corazón, y
nuestra respiración, elevando nuestro abdomen con respiración
profunda, como si fuera “un globo”, que se infla (inhalación)
y desinfla (exhalación).
Desde nuestro proyecto,
optamos por una metodología basada en la libre exploración
del niño/a dentro de las actividades que vamos dirigiendo. Al
comienzo de cada actividad, la figura del educador es de modelador pues
va guiando la actividad participando como ejemplo para asegurar que
se cumplan los objetivos de la misma y, mientras, va permitiendo al
alumno que experimente con cada material. Pero, posteriormente, durante
el transcurso de la misma, la figura del educador va convirtiéndose
en un mero espectador del propio aprendizaje de los niños/as.
Nuestro propósito principal en este proyecto, no solo consiste
en cumplir y alcanzar nuestros objetivos educativos, sino en comprobar
y asegurar que los niños/as disfruten realmente de las actividades
y sientan un gran interés por participar junto a sus compañeros,
pues el desarrollo social es uno de los componentes más importantes
para alcanzar un desarrollo integral y general satisfactorio.
Práctica de asanas:
Una vez acaba la canción elegida, suelo bajar el volumen de la
música para el siguiente paso y subo las persianas mientras nos
quedamos sentaditos en la asana de la flor de Loto, con las piernas
cruzadas, como “los indios”. Todo lo que les digo va acompañado
de una imagen mental que ellos reconocen y ya tienen interiorizada.
Comenzamos y terminamos todas las prácticas de asanas con la
respiración profunda (diafragmática): cogemos aire por
la nariz siempre y subimos los brazos sobre nuestra cabeza y con un
mudra (signo o gesto con nuestras manos y/o dedos) llamado “Angali
mudra” con el que bajan las palmas de sus manos juntas y rectas
por el centro de sus caras y pecho diciendo “Ommmm” que
es el primer sonido a partir del cual se desarrolló toda la creación.
La existencia deviene de la vibración, que en su mayor o menor
densificación forma las cosas. El sonido OM ordena la energía,
es la fuente, el sostén y la fuerza. Es el aliento vital en cada
ser. Al final saludamos diciendo “Namasté”, método
perfecto para soltar totalmente el aire de nuestros pulmones. “Angali
mudra” se repite 3 veces.
A continuación,
empezamos con estiramientos de cuello-cabeza laterales, posterior y
anterior y luego hacemos rotaciones completas de la cabeza a un lado
y al otro. Hacemos series de 4 o 5 repeticiones de los movimientos señalados
y las realizamos tomando consciencia en todo momento, muy despacito
para no dañarnos. Ahora, tranquilos y atentos, empezamos con
las asanas, posturas de yoga: en primer lugar yo les marco la postura
mostrando cómo se hace, luego salen voluntarios y seguidamente
empiezan a practicarlas todos los demás.
Estos son unos ejemplos de asanas que
practicamos a diario:
o sentados: la pinza, la tortuga y el columpio.
o de rodillas: la liebre y medio loto.
o de pie: la montaña.
o boca-abajo: la cobra y el niño feliz.
o acostados boca-arriba: el puente y el pilar.
o invertidas: el perro y el arado.
Las realizan casi todos, les encanta, y expresan frases como “mírame
a mí”, “mira, yo solo/a”. Intento que la hagan
lo más correctamente posible para que no se hagan daño,
pero es algo innato, mágicamente les nace como algo natural.
Para cambiar de postura de yoga, asana, nos detenemos con un mudra llamado
“Chin mudra”, es un gesto en el cual, los dedos índice
y pulgar se unen y los demás quedan juntos y rectos, apoyados
en las rodillas dado que estamos sentados en la alfombra.
Las asanas intento que se hagan en círculo puesto que éste
tiene un significado de igualdad, nadie es más, ni el primero
y además permite vernos a todos. Aun así, los niños
tienen la libertad de abandonar el círculo para practicar las
asanas si así lo necesitan.
Terminamos poniendo mantras, combinación
de sonidos de palabras, silabas o grupo de ellas que liberan la mente,
que invitan al baile y así, libremente, nos vamos desplazando
por todo el aula individualmente o en parejas, permitiendo la interacción
de todos con todos y el respeto por la individualidad.
A veces, alternamos el baile con una actividad de experimentación
sensorial (plumas) o experimentación con el sonido (cuenco tibetano
y chinchines) o con un masaje, cantando la canción de “las
hormiguitas”, yo lo muestro con uno de los niños y luego
lo hacen de dos en dos. En algunas ocasiones no da tiempo a todos pero
así también aprenden a respetar turnos y a esperar hasta
el próximo día. También aprenden el valor de la
paciencia a través de “El juego del Silencio”, que
consiste en esperar calladitos y tranquilos, escuchando los sonidos
que percibimos, los pájaros en la ventana, un camión de
la calle o el carro de la comida o de los bebés, hasta que hago
sonar la campanilla y, entonces, comentamos lo que hemos escuchado en
estos 30 segundos más o menos del tiempo de silencio.
Nada es “obligado”, les nace
de forma natural, y la única regla es no “molestar”
al compañero/a, respetando el momento y sin forzar a nadie, intentando
que se sientan cómodos. Les suelo preguntar constantemente si
les gusta lo que hacen en cada momento (Evaluación), para respetar
su intimidad y libertad, eso sí, sin molestarnos los unos a los
otros, sin chocar y sin gritar (desarrollo de autocontrol).
En el siguiente porwer point puede ver en imágenes una
sesión de Yoga para niños de 2 a 3 años. Disponible
en este enlace.
La metodología empleada, como no puede ser de otra forma en este
ciclo es, el juego, de manera amena y divertida, aprendemos e interiorizamos
la práctica de Yoga.
El juego potencia el desarrollo cognitivo, psicomotor, emocional, intelectual
y social, pues permite expresar sentimientos, comprender normas y desarrollar
la atención, la memoria o la imitación de conductas sociales.
A través del juego del Yoga, los niños se aproximan a
las emociones propias y de los demás. Por su carácter
motivador, creativo y placentero, la actividad lúdica tiene una
importancia clave en educación infantil: el juego es el trabajo
del niño y el niño es el protagonista de su propio aprendizaje.
Por medio del juego, jugamos a ser:
• animalitos: rana, tortuga, pez o serpiente (cobra).
• elementos de la naturaleza: montaña, árbol, sol
o luna.
• Personajes: indio, princesa o rey.
• Objetos: pelota, globo, pluma, arco o carretilla.
• crear cuentos, historias o aventuras.
La metodología tiene un enfoque globalizador, donde intervienen
conocimientos de diferentes ámbitos, sensorial, emocional, etc.,
propiciando la interrelación que existe entre ellos, por medio
de la práctica de los diferentes lenguajes corporales, expresivos
y comunicativos, presentando las experiencias de manera activa e interrelacionada.
Aprenden de forma significativa estableciendo numerosas relaciones entre
lo que ya se conoce y lo que se ha de aprender, lo que permitirá
aplicar lo aprendido en una situación a otras situaciones y contextos.
Cuando sientan la necesidad de respirar conscientemente, relajarse o
simplemente “detenerse” cuando se sienten nerviosos, empiezan
a repetir “OMMM”, espontáneamente, empieza uno y
lo siguen los demás.
Las actividades de este proyecto tienen
que ser motivadoras de curiosidad y participativas y requieren además
un esfuerzo físico y mental, facilitando la utilización
de todos sus sentidos.
Las actividades programadas, son de tipo individual, pequeño
grupo (parejas) y gran grupo.
Mi papel como educadora es establecer una relación y un ambiente
de confianza donde los niños se sientan seguros, motivados y
capaces.
Es muy importante respetar el momento
evolutivo del cada niño individualmente, peculiaridades, ritmo
de aprendizaje, limitaciones, etc. Los mayores del grupo, sirven como
modelo a los más pequeños, teniendo así la oportunidad
de crecer experimentando el proceso de guiarlos y ayudarlos. En nuestro
grupo hay una niña con “el síndrome de Charcot Marie
Tooth”, perfectamente adaptada a esta preciosa experiencia, a
pesar de los límites con los que cuenta.
El recurso más
importante y valioso del que disponemos es nuestro propio cuerpo y el
del otro, puesto que comprenden ya, tan pequeños, lo fundamental
que es el ayudar al otro y lo que nos necesitamos. Esto lo aprecian
claramente en las asanas compartidas.
Respecto a los recursos humanos referido
a apoyo, no cuento con ninguna persona del centro debido a que no tenemos
personal de apoyo y que quien lo realiza en diferentes momentos de la
jornada, no tiene disponibilidad en ese horario. Este proyecto ya ha
sido tratado en una reunión de padres y éstos han tenido
una respuesta positiva hacia él. De hecho, muchos padres me hicieron
una propuesta de participación propia, en algún taller,
puesto que están encantados con el efecto observado en sus hijos.
Los recursos materiales con los que cuento
son:
-Una alfombra amplia (3x3m), de lana donde
podemos estar cómodos todos.
- Equipo de CD y música destinada propiamente para esta actividad,
sobre todo música de India (mantras), de diferentes autores:
Snatan Kaur para niños, recopilación personal de “Spirit
voyage”, Deva Premal y Mitten, Ravi Shankar, Hans Christian (Chelo),
etc.
- Lámpara rotatoria de colores.
- Cuenco tibetano y chinchines (de India), con los que experimentamos
con el sonido.
- Plumas, hacemos cosquillas a nosotros mismos por las manos y la cara
y luego lo realizamos a un compañero/a.
El espacio: hacemos nuestra práctica
de Yoga en el aula, en el espacio junto a la pequeña biblioteca,
donde hacemos la asamblea, ya que no disponemos de otros espacios en
la escuela. Con el buen tiempo, en Primavera, tengo planificado hacer
alguna de las prácticas en el patio, evaluando donde se dan mejores
resultados.
El tiempo, duración de la actividad:
La sesión suele durar 25-30 minutos aproximadamente, depende
de lo receptivos que se encuentren en el día: 5 minutos de relajación
con mantras tumbados en la alfombra, las asanas durante unos 15 minutos
y, por último, el baile/ masaje/ experimentación con sonidos
de instrumentos de India/ juego de silencio, cuya duración es
de 5-10 minutos.
La actividad se realiza diariamente, después de la salida al
patio a las 12.00h, vienen un poco activados y la energía les
desborda. Necesitan un momento de calma y serenarse para ir tranquilos
al comedor y comer tranquilos, entre la hora del aseo y el momento de
ir a comer es cuando realizamos la práctica.
“Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz,
la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier
guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros,
ese día estaremos educando para la paz" María Montessori.
En mi opinión los niños
son seres muy espirituales, son capaces de perdonar en el mismo instante
que han tenido un conflicto con su igual, no se sienten ofendidos y
valoran más la amistad que el adulto, al momento ya están
jugando juntos de nuevo. ¡Cuánto tenemos que aprender de
ellos!
“Los niños
no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara
vez nos ocurre a nosotros” Jean de la Bruyere (1645-1696). Ensayista
y moralista.
Los pequeños siempre viven el momento
presente, son grandes maestros, de eso que está ahora tan de
moda, Mindfulness, que no es otra cosa que prestar atención a
lo que hacemos en cada momento, normalmente despacito, no como el adulto,
que tiene que buscar hasta espacios que propicien esa actitud, y no
todos los adultos están interesados en ello; para los niños,
en cambio, es su forma de vida.
Creo también que los niños
son los seres más auténticos que existen, hacen lo que
dicen y lo que piensan y, sobre todo, hacen lo que ven. ¡Cuánta
responsabilidad tenemos madres, padres y educadores!, porque en gran
medida, la actitud y comportamiento de un niño, va a depender
de nuestro estado emocional, del humor que tengamos ese día,
del adulto con el que convive.
“Somos diamantes, tomando forma”
Cold Play (2016)
Mi mayor deseo con éste proyecto es, aportar a la formación
de los niños herramientas que les ayuden a vivir más conectados
con su ser interior, por el camino de la paz, serenidad y armonía,
atentos a su respiración y a su corazón en todos los sentidos,
e inspirar en ellos el deseo de compartir esta alegría con los
demás y creo que la experiencia del Yoga es todo eso,
NAMASTÉ
“Yo honro ese lugar en
ti en donde habita el universo entero,
yo honro ese lugar en ti que es un lugar de amor, de verdad, de luz.
Y sé que cuando tú estás en ese lugar dentro de
ti,
y yo estoy en ese lugar dentro de mí,
tú y yo somos uno solo”.