CUENTO
GANADOR |
Título |
Autora |
País |
EL
VIEJO ÁRBOL |
Denisse Itzel
Torres Beltrán
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México |
Valores
asociados: Amor al esfuerzo y al trabajo conjunto, amabilidad,
bondad, generosidad, compasión, solidaridad, cooperación
y ayuda mutua, amistad y gratitud.
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EL
VIEJO ÁRBOL |
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Una
soleada mañana un hermoso pajarillo decidió
pararse en una de las secas ramas de un viejo árbol.
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Mientras
el ave limpiaba cuidadosamente su rojo plumaje, escuchó
que el árbol se lamentaba:
-¡Qué triste me siento! ¡Antes
era bello y frondoso, ahora sólo soy un montón
de frágiles ramas! ¡A quien le importa
un árbol que no da frutos! ¡Ni siquiera
los niños quieren treparme!
-¿A que se debe tanta desdicha?- preguntó
el pajarillo al árbol.
-Pues verás, hace más de dos meses que
los dueños de esta casa se fueron y desde ese
día no he probado una sola gotita de agua,
si no llueve pronto seguro que moriré.
-¡Oh! ¡Que triste! Quisiera ayudarte,
pero no sé como, sólo soy un pequeño
pajarillo.
-¿Crees que puedas traerme aunque sea un chorrito
de agua fresca en tu piquito?- Preguntó el
árbol.
-¡Claro!- dijo el pajarillo- ¡Es una excelente
idea!, voy a pedir ayuda a todos los pájaros
del rumbo y juntos te refrescaremos ¡Ya verás!
-¡Muchas gracias pajarillo!- Exclamó
el árbol. |
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Las palomas, los cenzontles, los jilgueros, las calandrias,
y otras aves del lugar, se reunieron en el río
y dirigidas por el pajarillo rojo llevaron en sus
picos agua para el viejo árbol.
-¡Gracias! ¡Muchas gracias a todos! ¡Que
feliz y vivo me siento!- Exclamó el árbol
cuando, después de una larga espera, pudo disfrutar
la lluvia que los pajaritos dejaban caer sobre él.
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Todos
los días los pájaros regaban con mucha
generosidad al árbol. Poco a poco el viejo
árbol recuperó su color, miles de hojas
volvieron a crecer entre sus ramas y su tronco se
hizo cada vez más fuerte. Todo él volvió
a estar lleno de hermosas y fragantes flores que pronto
se convirtieron en jugosas manzanas. ¡Que bello!
El árbol volvió a sentirse vivo y frondoso. |
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La
hermosura y presencia que el árbol daba al
patio en el que vivía provocó que la
casa nuevamente fuera habitada. Todos los días
la señora de la casa regaba al árbol
y éste cada vez estaba más resplandeciente.
Los pájaros felices por la llegada de la primavera
y por la dicha del árbol decidieron organizar
una fiesta en el patio. |
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¡No!
¡No se paren en mis ramas! ¡Por favor!-
dijo el árbol a los pajaritos- Que no ven que
pueden tirar mis hojas, mis flores y mis frutos. A
nadie le gustan los árboles secos. Busquen
otro árbol para brincotear, hay muchos por
este lugar. El pajarillo rojo, junto con los otros
pájaros, se fueron muy tristes por la actitud
del árbol a quien tanto habían ayudado. |
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La
mañana siguiente una paloma intentaba hacer
su nido en el viejo árbol. El árbol
muy enfadado dijo- ¡Oye! ¿Qué
no vez que puedes dañar y ensuciar mis ramas
y mi tronco? Hay muchos lugares donde puedes hacer
tu nido, por que no buscas otro- La paloma huyó
avergonzada y entristecida. Lo mismo pasó con
el jilguero y la calandria que intentaban alimentarse
con las manzanas del árbol. |
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Poco
a poco, los pájaros se alejaron del patio y
dejaron de visitar al árbol. El árbol
continuó hermoso y resplandeciente por un tiempo;
pero cada día se sentía más pesado.
Nadie comía ni tiraba sus manzanas. Tenía
tantos frutos y flores encima que sus ramas y su tronco
comenzaron a inclinarse. La señora de la casa
pidió a su esposo que cortara el árbol
porque en cualquier momento podría caerse.
El árbol,
que escuchó lo que la mujer decía a
su marido, lloró desconsoladamente. Los pájaros
escucharon sus sollozos y acudieron al patio.
-¿Qué te pasa viejo árbol? ¿Por
qué lloras?- Preguntó el pajarillo rojo.
-¡Estoy muy triste! ¡No dejé que
ustedes tiraran mis flores, ni que comieran de mis
frutos, ahora mis ramas pesan tanto que mi tronco
se ha doblado y van a cortarme!
-No llores, viejo árbol, nosotros te vamos
a ayudar- Dijo el jilguero. |
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Las aves comenzaron a tirar las manzanas, las flores
y las hojas del árbol. Poco a poco el viejo
árbol se enderezó y los señores
de la casa decidieron no cortarlo. Aunque por un tiempo
el árbol sólo tuvo unas cuantas hojas
entre sus ramas, vivió feliz rodeado de pajaritos
pues logro comprender el valor del agradecimiento,
del servicio y de la generosidad.
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Sobre
la autora del Cuento: Denisse Itzel Torres Beltrán |
Denisse
Itzel Torres Beltrán, nació el 27 de diciembre
de 1990 en la ciudad y puerto de Lázaro Cárdenas,
Mich. Actualmente vive en la ciudad de Morelia.
Tiene 19 años y estudia la licenciatura en educación
primaria en la ENUF “Profr. J. Jesús Romero Flores”.
En el año 2009 fue acreedora del primer lugar de cuento
en la institución a la que asiste.
Sus pasatiempos favoritos son leer, escribir, cantar y tocar
algunos instrumentos musicales tradicionales de tierra caliente. |
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