Programación en los grupos o aulas de edad temprana
Toda programación curricular
concebida para el trabajo con niños y niñas debe tener su
sustento en las características psicológicas de los menores
a quienes va dirigida, solo así la misma se constituirá
en un Programa de Estimulación Temprana que tenderá a la
estimulación oportuna de los niños y niñas de edad
temprana. Esta programación debe promover la propia actividad de
los niños y las niñas para que estos busquen por sí
mismos las relaciones esenciales, y que a través de la mediación
del adulto o de otro niño o niña más capaz, y utilizando
la imitación, vaya realizando esa construcción conjunta
de las estructuras psíquicas superiores. Es además importante
que en estas programaciones se tenga en cuenta las condiciones sociales
del lugar o pertenencia cultural o social; así, se irá logrando
que los estímulos tengan significación para los niños
y niñas.
La edad temprana se extiende desde
el nacimiento hasta los tres años de edad; en ella se encuentra
contenida la lactancia, considerada esta como una edad de especial atención
por las veloces transformaciones que durante ella se operan en los niños
y las niñas.
Para caracterizar esta etapa debemos
hacerlo teniendo en cuenta las transformaciones neurofisiológicas,
psicológicas y sociales que se van produciendo en los niños
y niñas de estas edades desde el momento mismo del nacimiento.
El primer año es un año
de crisis en sí mismo debido a las continuas transformaciones que
en los lactantes se operan, estas tienen su base en la gran plasticidad
e impresionabilidad del cerebro, o sea, las posibilidades de maleabilidad
del mismo, que implica que cualquier cambio conductual o en repuestas
a estímulos, es el potencial para otros cambios.
Desde el nacimiento se inicia el proceso
de sinaptogénesis, o sea, se va formando el entramado neuronal
que permita la estructuración de los contenidos psicológicos;
es precisamente la estimulación medio ambiental, el entrenamiento,
un factor importante que contribuye a que se vayan formando estos circuitos.
Inicialmente se produce una redundancia de sinapsis. Después de
los 2 años hay un proceso fisiológico donde se elimina el
exceso o redundancia de sinapsis y se van consolidando los circuitos neuronales
que son sensitivos al estímulo sensorial, a las complejidades medio
ambientales, a la estructura social y al entrenamiento.
Esta etapa de la vida del ser humano
está cuajada además de períodos sensitivos del desarrollo
los cuales deben ser aprovechados de forma óptima para la educación.
Lo antes expuesto nos permite comprender
la tan necesaria educación – estimulación en estas edades
y que las programaciones que se elaboren respondan a estas características
neurofisiológicas y tiendan así a la construcción
de las estructuras superiores en los niños y las niñas.
Pero no sólo debe ser nuestro
objeto de atención el aspecto neurofisiológico en el desarrollo
del niño o la niña, es necesario tener presente que el individuo
alcanza el mismo inmerso en condiciones sociales de vida donde, en la
realización de diversas actividades mediatizadas por el adulto
y en estrecha comunicación con estos, el niño o la niña
va alcanzando un desarrollo psíquico.
La dependencia del niño o niña
con el adulto va variando en la medida en que este va alcanzando cada
vez más logros y posibilidades y se va apropiando de manera más
profunda de la experiencia histórico - social que le antecede.
El primer año de vida es un
año de evidentes transformaciones, en el orden del crecimiento
el niño o niña al finalizar el mismo ha triplicado su peso
y su talla ha aumentado aproximadamente 25 centímetros en relación
con la del nacimiento.
La dependencia total del adulto desde
el momento inicial de la vida se mantiene durante todo el año,
pero va adquiriendo diferentes matices causados por los logros del niño
o la niña en la esfera sensorio – motora y de la comunicación.
Su actividad motriz que es inicialmente
desorganizada, se va organizando cada vez más hasta ir logrando
diferentes formas de desplazamientos coordinados. Esta dinámica
del desarrollo motor se inicia desde que el niño o la niña
realiza los primeros movimientos de elevación de la cabeza y el
tronco, hasta arrastrarse, gatear, sentarse, adoptar la posición
bípeda con y sin apoyo, hasta dar los primeros pasos en su marcha
independiente. La consecución óptima de esta dinámica
está relacionada directamente con la estimulación oportuna
del adulto así como del trato eminentemente afectivo que este dé
al niño o niña.
El desarrollo motor está relacionado
estrechamente con el desarrollo sensorial, ambas esferas se complementan
y corresponden dialécticamente. El rápido desarrollo de
los órganos sensoriales hace que el niño y la niña
puedan ir dominando cada vez más su vista, recorriendo un camino
que va desde la imposibilidad de concentrarla en un objeto hasta lograr
la convergencia total de los ojos en un objeto que se encuentra a una
distancia considerable. Igualmente sucede con la audición, en que
de una simple orientación al niño o niña va siendo
capaz de concentrarse ante un estímulo sonoro y finalmente discriminar
sonidos que ya han adquirido una significación para él.
De manera simultánea al desarrollo
sensorial y al desarrollo motor grueso, se va produciendo el desarrollo
motor fino. Inicialmente son la vista y el oído quienes superan
a las manos y al cuerpo, luego esta situación va variando; la estimulación,
la necesidad social de contacto con el otro, el interés que provocan
los objetos hacen que el niño y la niña comiencen a desplazarse
y logren alcanzar y agarrar el objeto, entonces es la mano la que enseña
al ojo a ver, y el perfeccionamiento de los movimientos de la misma van
desde un agarre casual a un agarre de rascado, de ahí a una prensión
palmar simple para lograr finalmente hacer la pinza digital, agarre que
pone el sello humano al movimiento de la mano.
De igual manera, el lenguaje comienza
a producirse en el niño y la niña, las primeras palabras
del adulto comienzan a ser recibidas primero como medio de orientación
y luego llegan a ser discriminadas por los niños permitiendo así
el desarrollo del lenguaje pasivo o comprensión del mismo.
La relación con el adulto,
su palabra cariñosa, la utilización de objetos en el proceso
de satisfacción de necesidades básicas hace que el niño
y la niña comiencen a apropiarse del nombre de los mismos, aunque
aún no sea capaz de pronunciarlos todos. La comprensión
del lenguaje adulto le permite una mejor relación con este y con
el mundo y lo inicia en el proceso de la socialización.
En esta edad de la vida las relaciones
afectivas con el niño y la niña son determinantes en su
desarrollo, el trato cariñoso, delicado, contribuye extraordinariamente
a su desarrollo psíquico y de su salud. Ya en esta etapa el niño
o la niña es capaz de diferenciar diferentes tonos de voz, gestos
y relaciones con el adulto, base fundamental en su futuro desarrollo afectivo.
Este desarrollo afectivo se manifiesta
demás en la preferencia de los niños y las niñas
por algunos colores, objetos en movimiento, olores, así como por
el adulto conocido o cercano a él.
Al finalizar el primer año
de vida, el niño es un ser en el que han ocurrido grandes transformaciones
que le permiten comunicarse de manera aún rudimentaria, trasladarse
con relativa independencia y actuar con los objetos y con algunos con
conocimiento de su uso.
Existe aún así, al finalizar
la etapa, un predominio de la excitación sobre la inhibición,
lo que hace necesario, en dependencia de la edad, organizar y balancear
adecuadamente los períodos de sueño y vigilia, actividades
pedagógicas y procesos de satisfacción de necesidades.
Todo lo antes explicado fundamenta
el trabajo pedagógico en el primer año de vida que exponemos
a continuación.
El trabajo en esta etapa de la vida
puede realizarse siguiendo las líneas directrices del desarrollo
para la misma: el desarrollo sensorio – motor y el desarrollo del lenguaje
inmersos ambos en un ambiente emocional positivo que debe ser punto de
partida y presencia permanente en todo momento de la vida del niño
y la niña.
En correspondencia con estas líneas
directrices del desarrollo en el primer año de vida, se organiza
o proyecta la programación educativa, la cual debe adecuarse a
las características psicológicas de los niños y niñas
en cada subgrupo del primer año de vida (45 días – 3 meses,
3 – 6 meses, 6 – 9 meses y 9 – 12 meses) así como a la atención
a la diversidad. Tener en cuenta en esta programación educativa
el aprendizaje relativo y absoluto de cada niño y niña le
da a la misma mayor concepción de desarrollo y un optimismo centrado
en el sujeto diverso.
Las actividades pedagógicas
de manera general se desarrollan de forma individual, ya que la débil
concentración de la atención de los niños y las niñas
en este momento de la vida, así como las respuestas que van dando
a la estimulación pueden ser tan sutiles e imperceptibles que es
necesaria la atención directa y pormenorizada del adulto en ambos
casos para poder ir evaluando su desarrollo y lograr cada vez alcanzar
nuevos hitos en el mismo. Existen algunas actividades pedagógicas
que se realizan en pequeños grupos tales como actividades musicales,
canto de canciones, muestra de títeres, algunos juegos de movimiento
y de imitación.
En estos subgrupos pertenecientes
al primer año de vida las actividades pedagógicas se proyectan
para una quincena, la sistematización y continuidad de los objetivos
propuestos a trabajar con los niños y las niñas es condición
indispensable para la asimilación. Desde luego que la estimulación
no se limita e el primer año de vida al momento de la actividad
pedagógica; esta se extiende a todos los momentos de la vigilia
en estrecha relación de comunicación afectiva con el adulto,
siempre respetando que el cerebro de estos niños y niñas
una determinada capacidad de trabajo por lo que la estimulación
pedagógica debe tener un tiempo de 2 a 3 minutos, acompañada
de actividades de descanso para el niño y la niña y así
evitar la fatiga.
A continuación mostramos un
ejemplo de programación pedagógica para una semana en el
subgrupo de 9 – 12 meses del primer año de vida:
Días
de la semana
Hora
Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes
Desarrollo
sensorio – motor
Desarrollo
sensorio – motor
Desarrollo
sensorio – motor
Desarrollo
sensorio – motor
Desarrollo
sensorio – motor
9:00
a.m.
Lengua
materna
Lengua
materna
Lengua
materna
Lengua
materna
Lengua
materna
12:30
p.m.
Como se puede apreciar la programación
educativa está encaminada a reforzar el desarrollo de los niños
y niñas sobre la base de las líneas directrices del desarrollo
de esta etapa, la línea sensorio – motora y el desarrollo del lenguaje.
En lo motor grueso se trabaja la estimulación
de movimientos de locomoción y movimientos reflejos. Simultáneamente
se estimula la motricidad fina y el desarrollo sensorial relacionado con
la concentración y discriminación visual y auditiva así
como la olfativa. Se trabajan también acciones simples con objetos
donde es necesaria esa coordinación óculo – manual.
Durante la vigilia se realizan actividades
musicales y juegos de entretenimiento diversos que contribuyen a elevar
el estado emocional de los niños y niñas.
Esta programación curricular
expuesta tiene en su concepción la necesidad de potenciar el desarrollo
de los niños y las niñas, por lo que los contenidos para
estos tiene un carácter individual, flexible y variable en dependencia
de los logros que van alcanzando en el desarrollo, de manera que cada
contenido constituya en sí mismo una vía para ampliar la
Zona de desarrollo.
Cuando la estimulación es oportuna
y es resultado de una programación correcta para la educación
temprana, el niño o niña al cumplir aproximadamente los
12 meses logra la marcha independiente, logro indispensable para ubicarlo
en el segundo año de vida.
La edad temprana, propiamente dicha,
se extiende de 1 a 3 años; los niños y niñas de segundo
año se ubican en dos subgrupos: 12 a 18 meses y 18 a 24 meses,
y los de 2 a 3 años, en el tercer año de vida. Esta es una
etapa de intenso desarrollo sensorial durante el cual los niños
y niñas se familiarizan con las propiedades de los objetos, su
ubicación en el espacio y el tiempo.
Los determinantes del desarrollo psíquico
en esta etapa lo constituyen el dominio de la marcha, las acciones con
los objetos y el dominio del lenguaje. Estos tres logros determinantes
del desarrollo se encuentran interrelacionados dialécticamente.
El logro de la marcha a finales del
primer año de vida le permite al niño y a la niña
trasladarse de manera independiente, llegar a los objetos para tomarlos
y realizar acciones con ellos, así como llegar al adulto y comunicarse.
La comunicación práctico
– situacional es la predominante entre el niño o niña y
el adulto, en la misma este adulto o mediador actúa como intermediario,
puente o traductor entre el niño o niña y el mundo de los
objetos. En esta relación el adulto nombra el objeto, sus cualidades,
las posibles acciones que con él se pueden realizar, así
como también enseña al niño o niña cómo
utilizarlo. Por lo que se puede apreciar las acciones con los objetos
constituyen la actividad vital de esta etapa y a través de ellas
el niño o niña va desarrollando el lenguaje; de la misma
manera, el afán de actuar con el objeto impulsa al niño
a trasladarse en pos de este y su marcha se va perfeccionando.
La adquisición de conocimientos
acerca del uso de los objetos y de sus propiedades va a permitirle al
niño o niña penetrar cada vez más en la vida social
que le rodea, actuando con los objetos se socializa, asimila reglas y
normas para vivir en sociedad y comienza a desarrollar algunas acciones
volitivas necesarias para llevar a consecución estas acciones.
Las acciones con objetos cada vez
más discriminados, realizados por los niños y las niñas,
van a contribuir a su desarrollo sensorio – motor, se va perfeccionando
el movimiento de las manos y se entrena al ojo en la percepción
de la forma, el tamaño y el color.
En el accionar con los objetos los
niños y los adultos se comunican, primero se va desarrollando en
gran medida la comprensión del lenguaje a lenguaje pasivo y simultáneamente
se inicia la expresión de las primeras palabras. El niño
y la niña expresan el nombre de los objetos (sustantivos) y las
acciones que con este se pueden realizar, la adquisición y la expresión
de los adjetivos es mucho más lenta. Durante esta etapa además
el niño y la niña comienzan a comprender las diferentes
entonaciones del lenguaje y al finalizar la misma, este junto a la mímica
y a los gestos constituye su principal vía de comunicación
con los demás.
El dominio de la marcha erecta se
alcanza cuando ya los niños y las niñas son capaces de correr,
trepar, saltar, alcanzar diversos movimientos de locomoción que
le permitan desarrollar variados movimientos en el espacio.
La satisfacción de dominar
su cuerpo, el poder utilizar los objetos y comunicarse mediante el lenguaje
amplía su esfera emocional. De una labilidad afectiva que matiza
la vida del niño o niña al inicio de esta etapa pasa a un
próspero mundo emocional, donde la presencia de emociones positivas
que siente al realizar con éxito una tarea, o sea, las emociones
productivas, promueven en el niño o niña el desarrollo de
emociones y sentimientos de orgullo, vergüenza, miedo, timidez que
colorean su conducta.
Comienza a realizar el juego al lado,
estando inicialmente al lado de otro niño o niña, para nada
establece relaciones con él; más tarde y en el avance de
la edad se realizan juegos de imitación, juegos de movimiento con
contactos más ocasionales, siendo estas las premisas para el surgimiento
de futuros juegos de roles.
Durante la etapa se produce un aumento
de la concentración de la atención lo que permite prolongar
más tiempo los períodos de actividad pedagógica,
situación esta que se repite en la medida que aumenta la edad de
los niños y niñas.
Los procesos de la memoria y la imaginación
son involuntarios aunque algunos de sus mecanismos se desarrollan de manera
considerable tales como la fijación y la reproducción en
la memoria.
Atendiendo a lo antes expuesto, la
programación que se desarrolle con los niños y niñas
de estas edades debe tender a la estimulación de aspectos determinantes
en el desarrollo aprovechando así los períodos sensitivos
presentes en estas edades y lograr desarrollar al máximo las potencialidades
en ellos.
A continuación ofrecemos un
ejemplo de programación para una semana para niños y niñas
del tercer año de vida.
Días
de la semana
Hora
Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes
Conocimiento
del mundo de los objetos y sus relaciones
Lengua
materna
Lengua
materna
Lengua
materna
Lengua
materna
8:45
a.m.
Educación
física
Educación
física
Conocimiento
del mundo de los objetos y sus relaciones
Educación
física
Conoci-
miento del mundo de los objetos y sus relaciones
9:50
a.m.
Actividades
complementarias
tarde
Como se puede apreciar en esta programación
las actividades pedagógicas realizadas con los niños y niñas
están encaminadas a trabajar los determinantes del desarrollo psíquico
en esta etapa, o sea, el dominio del lenguaje, de las acciones con los
objetos y de la marcha.
La alta frecuencia de actividades
pedagógicas de Lengua Materna está justificado por la importancia
que tiene la adquisición de la lengua materna para el niño
y la niña y para poder así asimilar la experiencia histórico
– social, comunicarse, ser un ser social auténticamente integrado
en ese medio en que se desarrolla.
En las actividades de Conocimiento
del Mundo de los Objetos y sus Relaciones los niños y niñas
realizan acciones con los objetos, acciones instrumentales, de correlación
e imitación; mediante estas actividades los niños y niñas
se apropian de las propiedades de los objetos y desarrollan acciones de
identificación y comparación con el patrón y se van
iniciando en la modelación perceptiva.
La Educación Física
se realiza con el objetivo de que los niños y las niñas
alcancen el dominio de la marcha erecta y las habilidades relacionadas
con esta.
Realizan además actividades
complementarias en el horario de la tarde y/o durante otros momentos del
día en que desarrollan actividades de Educación Musical
y Educación Plástica.
Los juegos de imitación, de
movimientos, de entretenimientos y didácticos en general acompañan
a este programa curricular y su presencia en el mismo es sistemática.
El tránsito del niño
o niña de edad temprana a la segunda mitad de la infancia se produce
cuando el niño o niña de esta primera edad ha logrado el
dominio de la marcha, el lenguaje y las acciones con los objetos y deja
de interesarle el mundo de los objetos para centrar su atención
en el mundo de las relaciones humanas adultas, mundo al que ya puede comenzar
a acceder gracias a los logros antes mencionados. La forma de comunicación
niño – adulto también varía y de una forma práctico
– situacional se convierte en una forma cognoscitiva extrasituacional
de comunicación donde el lenguaje juega un papel fundamental.
En esta etapa infantil (3 a 6 años)
el lenguaje del niño y de la niña se hace cada vez más
rico y cómodo, el aumento del vocabulario, la incorporación
de adjetivos y adverbios hacen que este lenguaje pueda ser más
fluido y coherente.
La asimilación de la experiencia
histórica social se agiganta gracias al lenguaje y este es además
condicionante para una mejore apropiación de la misma.
El lenguaje eminentemente situacional
el cual es predicativo y generalmente el sujeto está omitido, se
hace cada vez más contextual.
Un intenso desarrollo perceptual caracterizado
por el surgimiento de nuevas acciones de percepción y la asimilación
de los patrones sensoriales distinguen a esta etapa. Estas acciones perceptuales
se perfeccionan cada vez más en su uso práctico y permiten
al niño y niña hacer simples identificaciones de las propiedades
de los objetos hasta la modelación de la realidad a través
de objetos de diversas forma, color y tamaño.
Aumenta considerablemente la concentración
de la atención al punto que el niño y la niña pueden
llegar a estar concentrados en una actividad determinada por más
de 25 minutos.
Aún la memoria y la imaginación
conservan su carácter involuntario, pero dichos procesos alcanzan
niveles cualitativamente superiores, y a los niños y niñas
en esta etapa pueden memorizar rimas, canciones, cuentos con determinada
extensión siempre y cuando su contenido sea significativo para
ellos.
El pensamiento representativo caracteriza
a este segundo periodo infantil, el niño y la niña han ido
formando una serie de imágenes de la realidad con los cuales opera.
Es capaz además con influencias educativas de llegar a desarrollar
el pensamiento esquemático y poder a través de este descubrir
algunas relaciones encubiertas no asequibles a su forma de pensamiento.
La edad infantil se caracteriza por
el surgimiento de motivos típicos, tales como los cognoscitivos,
emulativos, lúdicos, los sociales y los morales, estos se van manifestando
en el desarrollo de la personalidad en formación. La más
importante formación que surge en esta etapa es la jerarquía
de motivos, formación que se desarrolla a partir de la socialización
que se va operando en el niño y la niña al asimilar de manera
más amplia y completa las normas y reglas para vivir en sociedad.
El surgimiento de la autoconciencia
y la autovaloración marcan pautas en el inicio del desarrollo de
la personalidad infantil. El niño y la niña toman conciencia
de su yo, de su independencia que puede interactuar con posibilidades
en el mundo de relaciones, comienza primero a valorar la conducta de los
demás antes que la suya propia, y con la influencia del adulto,
del medio social y la socialización es capaz posteriormente de
autovalorarse.
Los infantiles son jactanciosos, se
sobreestiman y siempre tratan de parecerse al adulto como patrón,
aunque este no es su único patrón de conducta, también
lo son los personajes de cuentos infantiles y las personas con determinado
prestigio social y reconocidos por los demás.
Su vida afectiva es rica y variada
un sinnúmero de emociones y sentimientos la caracteriza, a los
sentimientos de orgullo y vergüenza se suman los de amistad, de amor
a los animales, a la naturaleza etc.
El juego se convierte en la actividad
más importante en esta etapa particularmente el de roles, donde
el niño y la niña pueden satisfacer sus deseos de parecerse
al adulto, hacer vida social y eliminar los desniveles entre su nivel
de aspiración y sus posibilidades reales, también las actividades
productivas, el dibujo, el modelado, la aplicación y la construcción
de constituyen en actividades vitales de la etapa.
En estas edades continúa el
desarrollo físico de los niños y niñas, el intenso
metabolismo que poseen hace necesario que realicen actividades físicas
al aire libre.
Existe un perfeccionamiento de los
movimientos de locomoción, ya son capaces de realizar lanzamientos
con ambas manos, trepar, saltar al frente y en el lugar, realiza carreras,
siendo fácil hacerlas cambiando de dirección.
Al culminar esta etapa no es necesario
que el niño o la niña posea un considerable volumen de conocimientos,
sino lo importante es que posea un conjunto de habilidades que le permitan
aprender y lo preparen así para comenzar la vida escolar.
A continuación le ofrecemos
una propuesta de actividades para el 5º año de vida:
Días
de la semana
Hora
Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes
Lengua
materna
Conocimiento
del mundo de los objetos y sus relaciones
Conocimiento
de la vida social o conocimiento de la naturaleza
Conocimien-to
del mundo de los objetos y sus relaciones
Lengua
materna
8:45
a.m.
Conocimien-to
del mundo de los objetos y sus relaciones
Lengua
materna
Lengua
materna
Lengua
materna
Educación
plástica
9:45
a.m.
Educación
física
Educación
musical
Educación
plástica
Educación
física
Educación
musical
3:00
p.m.
Como se puede apreciar en esta propuesta
de actividades se le dedica especial atención a la lengua materna,
dentro de esta área de desarrollo se encuentran incluidos los contenidos
de análisis fónico, literatura infantil y desarrollo del
lenguaje propiamente dicho.
Otra de las áreas de especial
atención es la de Conocimiento del Mundo de los Objetos y sus Relaciones,
en la cual se trabajan los contenidos relacionados con la educación
sensorial y las Nociones Elementales de Matemática.
También son objeto de atención
el conocimiento de la naturaleza y la vida social, aspectos estos vitales
en la formación en los niños y niñas de una concepción
científica del mundo.
En la Educación Plástica
se desarrollan las actividades productivas que conjuntamente con el juego
constituyen las actividades vitales de la etapa infantil y cuya contribución
al desarrollo de cualidades de la personalidad tales como la creatividad,
la perseverancia y el colectivismo son importantes. También es
importante su contribución al desarrollo motor fino en los mismos.
La Educación Física
contribuye al fortalecimiento del cuerpo, al mantenimiento de la salud
y al desarrollo de habilidades motrices tan importantes para una vida
útil del niño o la niña.
Es importante que la programación
curricular de aula esté fundamentada en el conocimiento de las
características y peculiaridades de los niños y las niñas
a las que va dirigida; que los contenidos gocen de flexibilidad, adecuándose
a los intereses de los niños y niñas, a las características
socio – ambientales de la comunidad o región, así como al
nivel de desarrollo de los niños y niñas del grupo y de
cada niño o niña en particular.
Recordemos que los juegos, la actividad
independiente y las actividades laborales también forman parte
de la programación de los grupos.
Hemos analizado hasta aquí
como el proceso de elaboración de la programación curricular
tiene que estar en correspondencia con las características de los
grupos a las que va dirigida independientemente del marco teórico
referencial y del modelo didáctico aplicado. No obstante, la selección
de contenidos, la concepción de áreas de conocimientos y
desarrollo, ámbitos, dimensiones, etc., tiene características
diferentes en correspondencia con la teoría asumida.
La concepción en el grupo o
aula de la programación difiere a partir del enfoque teórico
y del modelo didáctico que se aplique, tanto en el desarrollo de
las actividades de aprendizaje como en toda la organización dl
grupo.
Se observan, por ejemplo, alternativas
que se programan a partir de áreas de competencias:
Área de las competencias para las relaciones
afectivas y sociales.
Área de las competencias para la comunicación
y la expresión.
Área de las competencias para el aprendizaje
de las ciencias.
Área de las competencias para el conocimiento
del medio natural, físico y socio – cultural.
Área de las competencias psicomotoras, el
cuidado del cuerpo y la salud.
En este tipo de modelo se propone
que los objetivos de las actividades integren contenidos de las diferentes
áreas de competencia; que exista un eje de integración de
los contenidos que resulten significativos desde la perspectiva psicológica,
la perspectiva social y la perspectiva pedagógica.
Se establecen principios orientadores
para el desarrollo de las estrategias didácticas que favorezcan
el logro de los objetivos a partir de los contenidos propuestos en las
diferentes áreas de competencia. Por ejemplo, en el área
de aprendizaje de las ciencias las estrategias metodológicas estarán
orientadas hacia el planteo de situaciones que respeten el momento evolutivo
del niño o niña como punto de partida y, a partir de allí,
abrirse camino en el conocimiento de las ciencias con las formas de operar
que le son propias a ese sujeto de aprendizaje. Se propone el juego como
una estrategia metodológica y se reconocen diversos momentos que
se correlacionan con las distintas etapas del pensamiento infantil (juego
funcional, juego simbólico, juego de reglas, juego de construcciones).
En la programación se consideran períodos de juego – trabajo
y en estas actividades el niño y la niña tienen posibilidades
de crear, expresar, sentir, observar, explorar, relacionar, representar,
construir, resolver, proyectar, dialogar, interactuar.
Estos períodos se organizan
por áreas o rincones y se consideran cuatro momentos en su organización:
desarrollo, planificación, evaluación y orden. Se orienta
que se haga una distribución horaria de las actividades; que su
duración y secuencia tengan un carácter referencial y por
lo tanto, sean susceptibles a modificaciones de acuerdo con las exigencias
y condicionantes de la realidad del grupo.
Juegos libres en espacios abiertos.-----------------40
minutos.
Actividades colectivas, en subgrupos o individuales:
juegos tranquilos, creación
de cuentos, sonorizar poesías, etc.--------------------35 minutos.
Preparación para la salida. Despedida.----------------20
minutos.
En nuestro análisis hacemos
referencia también a un modelo fundamentado en la teoría
socio – histórico – cultural (L. Vigotsky), donde el trabajo pedagógico
con niños y niñas en el centro de educación infantil
está organizado por ciclos, o sea, por períodos de desarrollo
(primer año de vida, edad temprana, edad infantil y sexto año
de vida). La organización de ciclos está lógicamente
relacionada con los objetivos y contenidos del programa, con los métodos,
recursos, formas de organizar y orientar los distintos tipos de actividad.
El programa es flexible en su aplicación por los docentes, en función
del grado de desarrollo de los niños y las niñas, de sus
experiencias previas y de sus ritmos de asimilación; está
estructurado en áreas de conocimiento y desarrollo, como son:
Área de desarrollo socio – moral.
Área de motricidad.
Área de conocimiento del mundo.
Área de la lengua materna.
Área de expresión plástica.
Área de música y expresión
corporal.
Área de juego.
Es correspondencia con las características
de los niños y las niñas del ciclo se estructuran los contenidos
de las áreas.
Por ejemplo, en el primer ciclo las
actividades fundamentales están encaminadas al desarrollo de la
lengua materna y al desarrollo sensorio – motor, con frecuencia diaria
y tiempo de duración de 2 – 5 minutos.
En el tercer ciclo las actividades
fundamentales están relacionadas con el desarrollo de la lengua
materna, el conocimiento del mundo de los objetos y sus relaciones, el
conocimiento del mundo natural y la vida social, la expresión plástica,
la música y la educación física. En este ciclo se
programan tres actividades diarias de aprendizaje y una dedicada fundamentalmente
al juego de roles. Esto se combina con los tiempos de actividad independiente
y procesos de satisfacción de necesidades básicas. Las actividades
de aprendizaje en este ciclo tienen un tiempo de duración de hasta
15 ó 20 minutos. Estas actividades están especialmente concebidas
para las distintas áreas de conocimiento y desarrollo y, de acuerdo
con la flexibilidad del programa, se podrán estructurar de forma
que se combinen e integren los contenidos referidos a las diferentes esferas
del desarrollo o al contenido específico de un área.
En este ciclo las actividades independientes
ocupan un espacio y un lugar muy importantes en el proceso educativo.
Es la posibilidad que tienen los niños y niñas de seleccionar
entre las más variadas y ricas alternativas, y que requiere de
organización y programación por parte del docente.
En este modelo se hace un énfasis
especial en el cumplimiento de un régimen de vida, fundamentalmente
en los horarios de procesos de satisfacción de necesidades básicas.
En este modelo también se establecen
principios referidos a los factores que condicionan el proceso educativo
y las particularidades y características de los niños y
niñas, en correspondencia con la etapa de desarrollo de que se
trata. Estos principios estipulan que el centro de todo proceso educativo
lo constituye el niño o niña y que el adulto tiene un papel
rector en la educación de estos. Además consideran la necesaria
integración de la actividad y la comunicación en el proceso
educativo, y la vinculación de la educación del niño
o niña con el medio circundante. Hacen referencia también
a la unidad entre lo instructivo y lo educativo, y a la vinculación
de la institución infantil y la familia. Se presta especial atención
a la sistematización de los diferentes componentes del proceso
educativo, a la unidad entro lo afectivo y lo cognitivo, y a la atención
de las diferencias individuales de niños y niñas.
Ejemplo: Distribución
horaria en el tercer ciclo (4 y 5 años de vida).
6:00 – 8:00 a.m. Entrada
al centro de educación infantil y actividad independiente.
8:00 – 8:30 a.m. Gimnasia
matutina. Actividad independiente en el área exterior.
4:30 – 5:00 p.m. Actividad
independiente y entrega a los padres.
En la elaboración de la programación
para aulas o grupos de un centro de educación infantil, reiteramos
que es fundamental partir de los principios y lineamientos del marco teórico
y del modelo didáctico adoptados.
Esto determina objetivos y contenidos,
los tipos y criterios de organización de las actividades, la organización
general del grupo de niños y niñas, las estrategias metodológicas
y recursos, y las formas de evaluación.
No obstante es esencial, cualquiera
que sea el enfoque teórico asumido, que el educador domine las
características y peculiaridades de los niños y las niñas
del grupo, que el sistema de influencias pedagógicas estén
estructuradas y organizadas de forma que posibiliten el desarrollo de
las distintas esferas de la personalidad, propiciando el descubrimiento,
la creación, la iniciativa y la curiosidad, así como la
formación de valores, normas y costumbres.
La participación de la familia,
el establecimiento de relaciones recíprocas y de cooperación,
la conjugación de intereses y acciones son elementos que no se
pueden dejar de incorporar a la programación del grupo o aula por
el educador.
Los registros de programación
curricular están también muy vinculados al modelo didáctico
adoptado por el centro de educación infantil y a la experiencia
del docente.