Declaración de Panamá: "La educación Inicial en el siglo XXI".
Las ministras y los ministros de
educación de los países iberoamericanos convocados por el
Ministerio de Educación de Panamá y la Organización
de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
OEI, nos hemos reunido en la ciudad de Panamá para la celebración
de la X Conferencia Iberoamericana de Educación, con el propósito
de analizar y debatir los problemas propios de la Educación Inicial
en el Siglo XXI.
Los resultados de nuestras deliberaciones,
que elevaremos a la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado
y de Gobierno que se realizará en la ciudad de Panamá el
17 y 18 de noviembre de 2000, se expresan en la Declaración
de Panamá
Reconociendo:
La constante preocupación de
los Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, y las afirmaciones
y propuestas de las sucesivas Conferencias Iberoamericanas de Educación,
particularmente el pronunciamiento hecho en la Declaración de La
Habana en la que se señala la necesidad de "reforzar la educación
inicial para favorecer un mejor desempeño de los niños en
grados posteriores y como factor de compensación de desigualdades",
los compromisos de la comunidad internacional expresados, entre otros,
por la Convención sobre los Derechos del Niño, la Cumbre
Mundial a favor de la Infancia, la Cuarta Reunión Ministerial Americana
sobre Infancia y Política Social, las Declaraciones de Jomtien
y de Dakar, así como en los otros pronunciamientos internacionales
y regionales referidos a la atención de los niños y de las
niñas tal como el Marco de Acción Regional de Santo Domingo,
ponen de manifiesto que para lograr una educación de calidad para
todos se requiere impulsar la educación de la primera infancia.
Considerando:
Que la educación es un proceso
social ininterrumpido que comienza desde el momento de la concepción
y se extiende a lo largo de toda la vida y, dentro de ella, la educación
inicial (desde el nacimiento y hasta la educación primaria o básica,
según las distintas acepciones en los países) es una etapa
en sí misma, en la cual se sientan las bases para la formación
de la personalidad, el aprendizaje, el desarrollo afectivo, la capacidad
de diálogo y tolerancia en las relaciones interpersonales, así
como el entendimiento entre pueblos y culturas.
Que los niños y niñas
son sujetos de derecho y requieren de una educación integral de
calidad, nutrición y salud que aseguren su supervivencia, crecimiento
y el pleno desarrollo de sus potencialidades físicas, mentales
y emocionales, a través del acceso a los bienes socioculturales,
ampliando así el desarrollo de las capacidades relativas a la expresión,
comunicación, interacción social, ética y estética,
con vistas a iniciar su formación para una ciudadanía activa.
Que el Estado tiene responsabilidades
indelegables, complementando la función educativa de las familias
y que las autoridades educativas tienen la oblilgación de diseñar
y promover políticas orientadas al fortalecimiento de este nivel,
así como velar por su cumplimiento.
Que la educación inicial es
uno de los factores estratégicos para garantizar la equidad, disminuir
los efectos de la pobreza y promover la justicia en pos de la consolidación
de la democracia, la convivencia social, así como en el apoyo al
desarrollo económico y a la competitividad de nuestros países.
Que una educación inicial de
calidad contribuye a disminuir los índices de repitencia, deserción
y sobreedad en los siguientes niveles, constituyendo así una inversión
de alta rentabilidad social que impacta en la eficacia y eficiencia interna
de los sistemas educativos.
Que el respeto a la dignidad y a los
derechos de los niños y de las niñas debe tomar en cuenta
sus diferencias individuales, sus necesidades especiales, sociales, culturales,
étnicas y religiosas, desde una perspectiva de género.
Que, para asegurar la calidad del
nivel inicial, son necesarias políticas públicas, amplias
e integrales, que involucren a todos los sectores y actores sociales,
así como una articulación armoniosa y corresponsable entre
las familias, las comunidades locales, las organizaciones sociales y las
instituciones educativas.
Que la extensión del sistema
educativo para todos los niños y las niñas, en una etapa
previa a la educación obligatoria, conlleva esfuerzos muy importantes
de nuestros pueblos, sobre todo en aquellos casos que, además,
tienen que superar dificultades tales como la deuda externa.
Que a pesar de los esfuerzos sostenidos
de los Estados de la región para la puesta en marcha de reformas
educativas, aún persisten brechas significativas entre nuestros
países y entre la mayoría de los mismos respecto de los
países industrializados, en términos de cobertura y calidad,
particularmente en educación inicial.
Que es necesario expresar el reconocimiento
a los docentes y personal de apoyo que llevan adelante la educación
inicial cotidianamente en nuestros países.
Por consiguiente,
Reafirmamos una vez más el valor
de la educación inicial, como una etapa fundamental para el desarrollo
de la personalidad, el logro de una educación de calidad para
todos y para la construcción de la ciudadanía de los niños
y niñas iberoamericanos, su capacidad de aprendizaje, de relacionarse
con los demás y de realizarse como seres humanos.
Destacamos el papel que deben desempeñar
las autoridades educativas en la definición de políticas
públicas intersectoriales para la niñez, así como
en el desarrollo de acciones para su cumplimiento, con la colaboración
de la sociedad civil.
Promoveremos y fortaleceremos políticas
públicas que conduzcan eficazmente a la ampliación de
la cobertura y mejoramiento de calidad con equidad según sea
apropiado para los tramos de edad correspondientes.
Realizaremos esfuerzos para que la asignación
de recursos económicos y financieros previstos en los presupuestos
nacionales, y los provenientes de la cooperación internacional,
expresen la importancia de la educación inicial en el marco de
las políticas de infancia como un indicador de la voluntad de
los Estados hacia este nivel, a través de la redistribución
de actuales recursos presupuestarios provenientes, entre otros, de ahorros
en gastos militares.
Reconocemos la necesidad de definir y desarrollar
estrategias que tomen en cuenta la singularidad de cada grupo etario
en los contextos nacionales, priorizando el papel básico de las
familias en la atención de las edades más tempranas y
la generación y consolidación de condiciones de incremento
de calidad y cobertura escolarizada en las edades inmediatamente anteriores
al ingreso a la educación básica (primaria).
Valoramos a la familia en su papel como
institución educativa primordial e insustituible y asumimos el
compromiso de promover acciones que tiendan a su fortalecimiento y a
la formación de los padres y madres como agentes educadores responsables.
Señalamos la importancia de fortalecer
la especificidad y especialización del nivel inicial, en una
estrategia de desarrollo articulado con los demás niveles del
sistema educativo, en particular en el desarrollo de las competencias
para un efectivo aprendizaje de la lectura y escritura en los momentos
apropiados.
Propiciaremos instancias de formación
y actualización de personal docente y de apoyo para la educación
inicial, a través de modalidades presenciales y no presenciales,
utilizando los medios de comunicación al alcance y las redes
académicas, sociales, institucionales, tecnológicas, culturales,
de intercambio y cooperación iberoamericanas.
Procuraremos instancias de reflexión
y diálogo con los responsables de los medios de comunicación,
especialmente la televisión, a efectos de obtener su cooperación
en los planes y metas de la educación inicial.
Prestaremos especial atención a los
niños y las niñas de sectores vulnerables urbanos y rurales,
particularmente aquellos que están en condiciones sociales más
adversas, niños de y en la calle, hijos de trabajadores migrantes
y madres adolescentes o solteras, con políticas integrales, intersectoriales
y focalizadas.
Impulsaremos políticas y programas
educativos de inclusión que reconozcan la diversidad cultural
existente en la región, y propicien la interculturalidad y la
multiculturalidad, la atención y el respeto a las necesidades
educativas referidas a las diferencias individuales y de género,
promoviendo medidas de discriminación positiva.
Avanzaremos hacia la institucionalización
de políticas y programas sostenibles de educación inicial
de calidad.
Fomentaremos programas específicos
de atención a las niñas y niños con necesidades
educativas especiales en el nivel inicial, procurando mediante las adecuaciones
correspondientes, su integración plena al sistema educativo.
Instamos a la Organización de Estados
Iberoamericanos a que incorpore en su programación acciones orientadas
a la promoción de la educación inicial, a través
de modalidades de cooperación horizontal, y coordine con otros
organismos internacionales y subregionales actividades tendientes al
desarrollo del nivel inicial, tales como el diseño y desarrollo
de programas focalizados, diseño y desarrollo curricular, investigaciones
y estudios, diseños de materiales educativos, intercambios de
experiencias.