El cerebro, las inteligencias y los programas de educación. Una visión práctica
La
Educación Infantil del siglo XXI
Los
cambios en la sociedad actual son contundentes y se
suceden con rapidez. Los Centros de Educación
no pueden limitarse a realizar cambios superficiales
para adaptarse al contexto social del que forman parte,
deberán responder con rapidez desarrollando enfoques
nuevos y creativos para formar nuevas generaciones con
el objetivo de que se desenvuelvan con éxito
en los roles y funciones que puedan desempeñar.
Es
difícil prever como será la sociedad y
la educación en el futuro, pero con seguridad
diferirá de lo que ha sido hasta el presente.
Si
deseamos ofrecer una educación de calidad a los
niños y niñas, que les forme para adaptarse
a los cambios que sin duda se sucederán, hay
que recurrir a los resultados de los avances científicos
de diferentes campos para disponer de fuentes de información
sólidas que fundamenten la innovación
de la práctica educativa.
Es
necesario que obtengamos conocimientos nuevos sobre
los estudios de la mente gracias a la psicología,
la neurología seguirá ofreciéndonos
avances sobre el cerebro, la biología pondrá
a nuestra disposición información valiosa
sobre genética y otros aspectos del ser humano
y la antropología nos ayudará, como hasta
ahora, a conocer otras culturas.
Los
avances en estos campos aportan a los educadores y educadoras
los criterios necesarios para alcanzar conclusiones
fundamentadas de forma objetiva y científica
para definir qué enseñar, cómo
y cuándo enseñarlo y el seguimiento que
deben realizar sobre los logros alcanzados por los niños
y niñas y la evaluación de la propia labor
docente.
En
el ámbito de las ciencias que estudian el desarrollo
del ser humano se han suscitado, desde tiempos remotos,
debates acalorados con posturas antagónicas en
diferentes cuestiones. De los que más afectan
a la educación, podemos destacar los siguientes:
La
influencia de los factores internos y los externos
en el crecimiento y desarrollo del ser humano.
La
determinación de las funciones cerebrales.
La
inteligencia y las inteligencias.
Influencia
de los factores internos y los externos
En esta discusión hay posiciones reduccionistas
que basan el proceso de desarrollo del niño o
la niña en la maduración de sus estructuras
biológicas y neurofisiológicas, considerando
que esta maduración viene marcada exclusivamente
por factores genéticos y hereditarios.
Otras posiciones reduccionistas atribuyen todo el protagonismo
al medio donde se desenvuelve el niño o la niña.
Para aquellos que defienden este planteamiento, las
condiciones de vida, las influencias del ambiente y
la educación son los factores que determinan
el desarrollo del ser humano.
Por
fortuna, han surgido diferentes tendencias que defienden
la importancia de ambos factores en el desarrollo del
niño o la niña, aunque las grandes corrientes
no han llegado a un acuerdo sobre el porcentaje de incidencia
de los factores internos y el de los externos en el
desarrollo.
Actualmente,
y no sin discusión, la corriente más difundida
es la que considera la interdependencia e interacción
del desarrollo y la educación como imprescindibles
para la formación del ser humano.
Estas
teorías enfrentadas, llevadas al campo de la
educación, han dado lugar a corrientes diversas:
La
posición innatista asegura que el proceso de
aprendizaje se da por la acumulación de informaciones.
Defiende la existencia de un conocimiento fiable del
mundo real y estructurado, y concede al educador la
misión de transmitir ese conocimiento. Desde
la perspectiva innatista, la manifestación
del aprendizaje se constata por la ausencia de errores
en las tareas escolares.
El
constructivismo parte de lo concreto hacia lo abstracto.
Defiende que la construcción del saber se produce
por la transformación de lo que se conoce con
anterioridad. Cuando no se tiene un conocimiento,
éste no puede transformarse, luego entonces,
el foco del saber se cristaliza en el punto de partida
del conocimiento hacia la construcción de lo
que hay que aprender.
El
constructivismo considera que el centro de la producción
del aprendizaje es el niño o la niña y
que este aprendizaje se construye mediante múltiples
interacciones. Desde esta visión se plantea que
el mundo y la realidad se ubican en la mente de la persona
y su interpretación se realiza en función
de sus informaciones y de sus ideologías, creencias
y experiencias.
El
constructivismo afirma que la misión del educador
es trabajar las informaciones y la realidad para que
el niño o la niña construya nuevas representaciones.
Si
el educador mantiene una posición innatista,
cree que el mundo es real y está estructurado,
por eso su objetivo es corregir la visión que
el niño o la niña plantea.
En
la posición constructivista, el educador considera
que no existe una realidad única ni entidad objetiva,
luego su finalidad es ayudar al niño o la niña
a construir conexiones entre lo que conoce y las experiencias
nuevas que le sirvan de ayuda para resolver problemas.
Este educador se convierte en nexo de unión de
los significados socioculturales que se reflejan en
la vida cotidiana del aula y las actividades mentales
constructivas de cada niño o niña. El
educador constructivista es un animador del aprendizaje
y estimula a los pequeños para que utilicen múltiples
habilidades operativas como conocer, comprender, comparar,
analizar, deducir, etc.
Para
este educador, el error es un hecho legítimo
inherente al aprendizaje y nunca lo considera una incapacidad
o una falta.
La
determinación de las funciones cerebrales
El
estudio del funcionamiento del cerebro y la mente han
causado una fascinación general desde hace siglos.
Los avances de las neurociencias nos aportan conocimientos
importantísimos sobre el cerebro, pero sin la
colaboración de la ciencia cognitiva que estudia
la mente, estos avances no tendrían mayor relevancia
que los dirigidos a la investigación de otro
órgano vital del cuerpo.
Son
muchos los descubrimientos que arrojan luz sobre el
debate de dos posiciones enfrentadas. Por una parte
los seguidores del "localizacionismo" que
asocian una función psíquica específica
con un órgano o zona concreta del cerebro, y
los "antilocalizacionistas" que defienden
el funcionamiento cerebral como un todo único
y homogéneo sin que las diferentes formas de
actividad psíquica sean consecuencia de un área
concreta.
Los
resultados de las investigaciones de las últimas
décadas sobre el cerebro son de gran interés
para diversas ciencias, y en especial para la psicología
y la educación.
La
actividad cerebral es un proceso constante de sistemas
que realizan millones de actividades al mismo tiempo.
Esta actividad es posible gracias a una conglomeración
de grupos de neuronas conectadas entre si "disparándose
y juntándose" constantemente.
El
que una sola neurona se dispare no consigue cambio alguno
en el cuerpo humano. La actividad de una neurona provoca
la excitación de las que están cerca y
éstas hacen lo mismo con sus vecinas formando
tipos característicos de actividad llamados cánones
que generan percepciones, sensaciones y pensamientos.
Para lograr esto es necesario que se disparen millones
de neuronas al mismo tiempo.
Los
neurocientíficos sugieren la existencia en el
cerebro humano de zonas que rigen, de forma aproximada,
diferentes dominios de la cognición, desplegando
un modo específico de procesar informaciones
y competencias. Es decir, que el cerebro está
formado por diferentes partes y cada parte asume una
función: comprender el significado de los sonidos,
percibir la forma o el color de los objetos, reconocer
los rostros y sus mensajes emocionales, etc.
Los
neurocientíficos también han descubierto
que los módulos cerebrales son interdependientes
e interactúan entre si. Las funciones de un área
no son rígidas ya que, en ocasiones, un área
ayuda a realizar el trabajo de otra.
Hoy,
gracias a las Técnicas de Exploración
Funcional del Cerebro (EFC), se pueden examinar las
funciones en el cerebro humano vivo y ver su interior
de forma parecida a como se observan los huesos en una
radiografía. Los descubrimientos recientes al
respecto están permitiendo cartografiar el cerebro
y conocer donde se sitúa la actividad cerebral
que provoca una percepción, una experiencia,
un comportamiento o una emoción. Sin embargo,
los mapas del cerebro aún no están completos,
muchos neuroinvestigadores están inmersos en
trabajos fascinantes que pretenden esclarecer y definir
la cartografía del cerebro, explorar el funcionamiento
de las neuronas aisladas, examinar las oleadas y el
flujo de los neurotransmisores y las interacciones complejas
que se realizan entre las diferentes áreas del
cerebro, y de éstas con otros puntos del sistema
nervioso para realizar una función común.
Por
el momento, investigadores de diferentes campos de las
ciencias tratan de interpretar los resultados de cada
investigación, pero es posible que no pasando
muchos años se pueda identificar y localizar
cada componente del cerebro, conocer su función
o funciones y como interactúa con cada uno de
los otros componentes del sistema nervioso.
Aunque
la moderna neurociencia del comportamiento está
dando sus primeros pasos, sus aportaciones son y serán
valiosas para fundamentar científicamente la
labor docente, siempre y cuando tengamos presente:
El
cerebro y la mente no existen de forma aislada, se
ubican en un cuerpo que se desenvuelve en un contexto
cultural.
Aunque
el cerebro dispone de potencial para desarrollarse plenamente
en cualquier cultura, la influencia del contexto en
el que va a desarrollarse es un factor que determina
en parte su estructura y organización desde que
comienza a formarse durante el embarazo.
El
cerebro ni ve, ni oye, ni huele, ni siente lo que hay
en el mundo exterior. Hay zonas del cerebro preparadas
para percibir los estímulos que generalmente
llegan del exterior, pero la construcción y la
interpretación que hace el cerebro de esos estímulos
son fenómenos esencialmente culturales.
La
educación, como proceso de formación
de individuos para desenvolverse con éxito
en un contexto social y cultural, debe adaptarse a
las características de la comunidad en la que
tiene lugar porque ese entorno tiene una cultura preestablecida
formada por su historia, sus creencias y costumbres,
sus valores sociales y morales, sus hábitos
de comportamiento, etc.
Aunque
lleguen a conocerse con detalle cada una de las funciones
cerebrales, nunca se encontrará un área
encargada de los valores humanos.
Todas
las experiencias tienen relevancia para el ser humano,
pero las que suceden en la etapa prenatal y durante
los primeros años tienen una importancia especial
para el desarrollo de las funciones mentales y cerebrales.
No
basta con poseer un cerebro humano para que surjan
cualidades psíquicas humanas. Aunque se disponga
de tejido cerebral y conexiones potenciales, es preciso
recibir la estimulación adecuada porque las
conexiones que no se ejercitan de forma activa terminan
atrofiándose o destinándose a otras
funciones.
Cada
cerebro humano es único gracias a su plasticidad.
Cuando un bebé nace, a excepción de
una serie de mecanismos reflejos destinados a garantizar
la supervivencia y adaptarse al medio, no dispone
de conductas prefijadas en la corteza cerebral. La
plasticidad cerebral posibilita la asimilación
de las conductas del medio en el que se desarrolla
y, gracias a la gran sensibilidad al entorno, cambia
constantemente.
La
flexibilidad del sistema nervioso permite incluso que
un niño o niña sobreviva y se desarrolle
aunque le falte alguna parte de este sistema. Sin embargo,
con el paso de los años, pierde la plasticidad
y resulta más difícil compensar las funciones
y capacidades que se pierden.
Las
experiencias pasivas tienen un impacto poco duradero
en el cerebro. Por el contrario, el cerebro aprende
y retiene mejor las informaciones cuando el organismo
tiene una intervención activa y compromete
más áreas en el proceso.
Dentro
de las funciones de las diferentes áreas del
cerebro, las aptitudes son independientes en cuanto
a que una persona puede sobresalir en una capacidad
y tener un desarrollo medio en otras. También
es frecuente que una persona sobresalga en general
en aptitudes de diferentes capacidades.
Algunos
estudios sugieren que el aprendizaje temprano de habilidades
(como la musical) tienen efectos beneficiosos en otros
ámbitos cognitivos. La interacción de
las funciones de diferentes áreas cerebrales
indica que ciertas actividades pueden jugar un papel
importante en la organización de experiencias
sucesivas.
Las
experiencias que conllevan implicaciones emocionales,
son memorizadas y se utiliza la información
posteriormente con más frecuencia que las que
no tienen codificación emocional.
Posiblemente
la mitad de la variación de la inteligencia
"general" y las capacidades específicas
pueden ser el resultado de la historia genética
individual y la otra mitad está determinada
por las experiencias individuales.
Sin
duda esta época es apasionante para todos los
campos relacionados con el conocimiento de la mente
y el cerebro, no obstante debemos prevenir el riesgo
de pretender aplicar directamente cada descubrimiento
científico a la práctica educativa.
Tomar al pie de la letra cada información contundente
de la neurología o la ciencia cognitiva puede
traer consecuencias desastrosas para la educación.
Recordemos los perjuicios ocasionados a muchos niños
y niñas cuando educadores y padres, tomaron al
pie de la letra la aseveración de que, dada la
excepcional plasticidad cerebral en los tres primeros
años, hay que estimular adecuadamente para que
el cerebro desarrolle su potencial. En demasiadas ocasiones
se sometió a los pequeños a un proceso
continuo de sobreestimulación, o bien se desechó
la idea de seguir un programa de estimulación
adecuada porque los niños y niñas habían
superado la "mítica" edad de los tres
años
La
inteligencia o las inteligencias
¿
QUÉ ENTENDEMOS POR INTELIGENCIA?
Desde
que la psicología comenzó su andadura
en las últimas décadas del siglo XIX,
sus figuras más representativas han terminado
abordando temas relacionados con la práctica
educativa. Ya Thorndike exponía, en 1.910, en
el Journal of Educational Psychology: "La psicología
nos ayuda exigiéndonos que formulemos nuestras
nociones de los objetivos de la educación en
función de los cambios precisos que la educación
debe provocar y descubriéndonos los cambios que
realmente se producen en los seres humanos".
Consultando
la literatura existente en el campo de la psicología
encontramos multitud de definiciones, unas más
abstractas y otras en términos más prácticos,
que tratan de enmarcar el concepto de inteligencia.
La
palabra inteligencia procede del latín (inter-entre
y eligere-elegir) y puede definirse como la capacidad
del cerebro por la cual comprendemos cuanto sucede y
nos permite elegir la mejor opción para resolver
problemas y dificultades. En un sentido amplio, la inteligencia
es la facultad de comprender, de razonar, de formar
ideas y emitir juicios.
La
inteligencia no es una capacidad neurológica
aislada porque no es capaz de desarrollarse desprovista
de un ambiente. Pierre Lévy, en 1.993, afirmó
rotundamente que el ser humano no sería inteligente
si careciese de la lengua, la herencia cultural, las
creencias, la escritura, las ideologías, los
métodos intelectuales y otros medios que le aporta
su ambiente. Este autor desarrolla el concepto de "ecología
cognitiva" y, superando la visión aislada
de la inteligencia, demuestra que el individuo no es
capaz de pensar si se desenvuelve fuera de una colectividad,
sin la influencia de su ambiente.
Esta
visión nos ayuda a completar la definición
de inteligencia como la capacidad cerebral que permite
comprender las cosas, elegir entre varias opciones la
mejor, resolver problemas y dificultades y crear productos
valiosos para el contexto cultural en el que nos desenvolvemos.
Hasta
la últimas décadas del siglo XX, muchos
psicólogos consideraron la inteligencia como
una facultad general, única y global, principalmente
genética o innata e inmutable. Los defensores
de esta postura son partidarios de las pruebas de C.I.
y creen que la capacidad de una persona, y sus límites,
están determinados principalmente por la naturaleza.
Otra
tendencia opuesta a este planteamiento ha venido representada
por los conductistas que, en palabras de su fundador
J.B. Watson, es posible convertir a cualquier niño
o niña en cualquier tipo de adulto con sólo
ofrecerle un entorno específico.
Para
los conductistas, los educadores debemos propiciar unos
niveles elevados de rendimiento en los niños
y niñas para modificar la facultad intelectual
que les haya deparado la herencia genética.
En
la segunda mitad del siglo XX surgió una nueva
corriente que se denominó la ciencia cognitiva.
Los psicólogos cognitivos argumentan una noción
básica, la representación mental. Opinan
que todas las personas crean ideas e imágenes
en su mente-cerebro que son representaciones reales.
Desde esta perspectiva, la inteligencia se considera
en función de las diferentes representaciones
mentales y de sus combinaciones. Posiblemente las personas
nacen con ciertas representaciones que pueden modificarse
a través de la experiencia, como resultado de
la maduración o por la interacción con
otras representaciones.
Desde
el punto de vista de la ciencia cognitiva, el educador,
consciente de que el desarrollo no tiene una vinculación
total con la edad de los niños y niñas,
plantea los objetivos, los contenidos y las ideas de
forma adecuada al nivel de desarrollo de cada uno de
los niños y niñas.
Más
allá de los grandes debates que nos llevan ocupando
muchas décadas, podemos afirmar que la inteligencia
(o las inteligencias) es producto de la herencia genética
que ha sido transmitida a lo largo de generaciones.
Sin embargo, diferentes aspectos pueden ser modificados
si se reciben estímulos significativos en los
momentos idóneos (períodos sensitivos)
del desarrollo.
En
el siglo XXI está comprobado que la persona dispone
de un número aún no determinado de capacidades
humanas. Desde este enfoque pluralista de las capacidades
mentales podemos afirmar que las personas tenemos potenciales
intelectuales diferentes porque existen distintas facetas
de la cognición que pueden ser modificadas por
medio de estímulos.
LA
TEORIA DE LAS INTELIGENCIAS MULTIPLES DE HOWARD GARDNER
El
Doctor Howard Gardner realizó una exhaustiva
investigación durante la década de los
ochenta. Dentro de la psicología del desarrollo
y, con el objetivo de hacer una contribución
a las ciencias cognoscitivas y conductuales, deseaba
ampliar las nociones de inteligencia incluyendo los
descubrimientos acerca del cerebro y de la sensibilidad
a las diversas culturas humanas además de los
resultados de las pruebas escritas.
Al
publicar las conclusiones de su trabajo en la obra "Estructuras
de la mente" en 1.983, provocó una revolución
en el mundo de la psicología y la educación
al argumentar su teoría sobre las inteligencias
múltiples.
Howard
Gardner, junto a Thomas Armstrong, Daniel Goleman y
otros muchos autores critican la visión estrecha
de la inteligencia de quienes evalúan la mente
de las personas con visión unidimensional, asegurando
que el coeficiente intelectual es un dato genético
que no puede ser modificado por la experiencia vital
y que el destino de nuestras vidas se halla en gran
parte determinado por esta aptitud.
Las
pruebas de inteligencia reflejan en gran medida los
conocimientos que un individuo puede obtener por vivir
en un ambiente social o educativo determinado y no valoran
suficientemente la capacidad que puede tener para asimilar
información nueva o para resolver problemas a
los que no se había enfrentado en el pasado.
Como lo expresó el psicólogo Lev Vygotsky
"las pruebas de inteligencia no dan una indicación
acerca de la zona de desarrollo potencial o proximal
de un individuo"
Con
anterioridad otros autores mostraron reservas con respecto
a las pruebas de inteligencia y la visión tradicional
de la misma. Incluso Jean Piaget, que estudió
todo el ámbito de la inteligencia centrándose
en el desarrollo lógico-matemático, se
interesó en los errores que cometían los
niños y niñas en la prueba de inteligencia
y pronto llegó a la conclusión de que
la exactitud de la respuesta no era importante, sino
las líneas de razonamiento a las que recurrían
los niños y niñas. También el doctor
Samuel Johnson se distanciaba de la visión
tradicional cuando definió el verdadero genio
como "una mente con grandes facultades generales,
encauzada accidentalmente en una dirección particular".
Históricamente
se ha considerado que la inteligencia se limita a la
capacidad general de razonamiento lógico que
todo individuo tiene en alguna medida. Se ha medido
la inteligencia con pruebas escritas denominadas pruebas
de inteligencia que la evalúan por métodos
verbales que dependen básicamente de una combinación
de capacidades lógicas y lingüísticas,
olvidando otra serie de habilidades, destrezas y
conductas que son propias de sujetos inteligentes.
Por
otra parte, los resultados de diversas investigaciones
realizadas por neurocientíficos sugieren la existencia
en el cerebro humano de zonas que rigen, de forma aproximada,
dominios diferentes de cognición, desplegando
un modo específico de procesar informaciones
y competencias. Cada zona se responsabiliza de un tipo
de solución de problemas específico o
de una capacidad de crear productos valorados por el
contexto cultural. Es decir, cada zona del cerebro
humano puede expresar una forma de inteligencia.
Las
personas que tienen en su mano el facilitar el desarrollo
del potencial en la infancia deben hacer una seria reflexión
sobre los casos que Gardner presenta en algunas de sus
obras como "Estructuras de la mente" o "Inteligencias
Múltiples: La inteligencia musical mostrada
por Yehudi Menuhin cuando a la edad de tres años
comenzó a tocar el violín aunque no pudiera
responder a muchas de las cuestiones de un test de inteligencia,
o bien la inteligencia espacial que demuestran en las
Islas Carolinas para navegar sin instrumentos.
Gardner
y los seguidores de su teoría consideran que
"el ámbito de la cognición humana
debe abarcar una gama de aptitudes más universales,
asegurando que los seres humanos han evolucionado para
mostrar distintas inteligencias y no para recurrir de
diversas maneras a una sola inteligencia flexible".
Los
defensores de esta teoría definen la inteligencia
como "la capacidad para resolver problemas o
para elaborar productos que son de gran valor para uno
o varios contextos comunitarios o culturales".
Esta visión plural de la mente parte de la
base de que las personas disponemos de diferentes facultades
y estilos cognitivos que son el resultado de la interacción
de los factores biológicos, las circunstancias
en las que vivimos y los recursos humanos y materiales
de que disponemos.
Gardner
argumenta que existe un amplio abanico de no menos de
siete variedades distintas de inteligencia y, después
de analizar indicios a partir de la investigación
cerebral, del desarrollo humano, de la evolución
y comparando las diferentes culturas, intenta organizar
la información estableciendo en principio las
siguientes categorías o inteligencias:
CATEGORIAS
O INTELIGENCIAS
Inteligencia
lingüística o capacidad de emplear de
manera eficaz las palabras, manipulando la estructura
o sintaxis del lenguaje, la fonética, la semántica,
y sus dimensiones prácticas.
La
investigación neuronal ha demostrado que el centro
más importante del desarrollo lingüístico
se encuentra en el hemisferio izquierdo, sobre todo
en los casos de personas diestras. Su desarrollo es
muy similar en niños y niñas de diferentes
culturas.
Inteligencia
lógico-matemática o capacidad de manejar
números, relaciones y patrones lógicos
de manera eficaz, así como otras funciones y
abstracciones.
Esta
inteligencia es la base principal, junto con el lenguaje
para los tests de inteligencia. Por ello es la más
estudiada. Aunque aún no se comprende exactamente
el mecanismo por el cuál se halla una solución
para un problema matemático, sabemos que ciertas
áreas del cerebro se utilizan más habitualmente
para la resolución de problemas que otras.
Inteligencia
espacial o habilidad de apreciar con certeza la
imagen visual y espacial, de representarse gráficamente
las ideas, y de sensibilizar el color, la línea,
la forma, la figura, el espacio y sus relaciones.
La
sede más importante de los procesos espaciales
se encuentra en el hemisferio derecho. El uso de esta
inteligencia se evidencia en la navegación, la
interpretación de mapas, las artes visuales,
el juego del ajedrez, etc., pero sobre todo es notable
en los casos de personas invidentes.
Inteligencia
cinético-corporal o habilidad para usar el
propio cuerpo para expresar ideas y sentimientos, y
sus particularidades de coordinación, equilibrio,
destreza, fuerza, flexibilidad y velocidad. En el caso
de la mímica o la danza, para competir en juegos
y deportes o para diseñar un invento es necesaria
la inteligencia cinético-corporal.
El
control de esta inteligencia en el cerebro se sitúa
en la corteza motora y cada hemisferio domina los movimientos
corporales del lado opuesto. En la infancia, el desarrollo
de esta inteligencia sigue un desarrollo definido que
llega incluso a la utilización de herramientas.
Inteligencia
musical o capacidad para percibir, distinguir, transformar
y expresar el ritmo, timbre y tono de los sonidos musicales.
Observando diferentes culturas a lo largo de la historia
puede considerarse que la música constituye una
facultad universal que está latente en la primera
infancia y que se desarrolla proporcionando un sistema
simbólico.
Aunque
no se ha determinado un área específica
clara, las partes del cerebro que se encargan de la
percepción y la producción musical se
sitúan principalmente en el hemisferio derecho
y, a excepción del caso de grandes genios, requieren
de estimulación durante la infancia para desarrollar
su potencial.
Inteligencia
interpersonal, o posibilidad de distinguir y percibir
los estados emocionales y signos interpersonales de
los demás, y responder de manera efectiva a dichas
acciones de forma práctica.
Los
resultados de la mayoría de investigaciones sugieren
que los lóbulos frontales del cerebro tienen
una función relevante en la interacción
social.
Inteligencia
intrapersonal, o la habilidad para conocer los aspectos
internos de uno mismo: estar en contacto con la vida
emocional propia, discriminar entre las distintas emociones
y recurrir a ellas para reconocer y orientar la propia
conducta, disponer de una imagen de sí mismo
ajustada y una gama de valores positivos para su grupo
social.
Igual
que en la inteligencia interpersonal, los lóbulos
frontales son importantes para el conocimiento intrapersonal.
Se sabe que los daños ocasionados en la parte
inferior de los lóbulos suelen producir irritabilidad
o euforia, mientras los que se localizan en la parte
superior producen indiferencia, apatía y tendencia
a la depresión.
¿Por
qué llama a estas categorías inteligencias?
Posiblemente
Gardner podría haber denominado como capacidades,
aptitudes, talentos o competencias a estas categorías.
Sin embargo, además de no definir exactamente
estas competencias cognitivas, de este modo no hubiera
conseguido reacción alguna por parte de los diferentes
agentes educativos. Llamándolas inteligencias
provocó una respuesta significativa, recibió
reconocimientos de Universidades y Asociaciones de profesionales
de la Psicología y la Pedagogía, diferentes
Fundaciones financiaron investigaciones sobre su teoría,
se suscitaron amplios debates en el mundo educativo
e incluso los medios de comunicación se hicieron
eco de esta nueva filosofía de la educación.
¿
Los términos inteligencia y talento tienen el
mismo significado?
Aunque hablando coloquialmente se puedan utilizar las
dos palabras de forma simultánea, lo cierto es
que cada una tiene un significado diferente. El término
"talento" se utiliza en todos los contextos
culturales para referirse a la persona que posee una
capacidad extraordinaria destacándose de las
demás, esta capacidad surge a edad temprana y
casi siempre precisa perfeccionamiento. Sin embargo
las inteligencias existen en todas las personas a menos
que sufran alguna deficiencia neurológica y,
con independencia de que algún aspecto de una
o varias inteligencias disponga de mayor potencial,
todas las inteligencias pueden ser estimuladas por procedimientos
adecuados para alcanzar un grado de competencia satisfactorio.
¿Qué
criterios seguimos para denominar a una categoría
"inteligencia"?
Gardner
ha establecido unos criterios que cada una de las inteligencias
debe seguir para ser considerada como tal. En el caso
de no superar todas o la mayoría de las "pruebas"
podría hablarse de una habilidad o talento pero
no de una inteligencia.
ESTRUCTURA
CEREBRAL RELATIVAMENTE AUTONOMA.
En las investigaciones realizadas con personas que han
sufrido accidentes o enfermedades que afectan a zonas
específicas del cerebro se comprueba que en la
mayoría de los casos la lesión ha afectado
a una inteligencia mientras el resto se desenvuelve
con normalidad. Tal es el caso de personas con un daño
cerebral en una zona específica en el hemisferio
izquierdo que les incapacita para hablar o construir
imágenes mediante palabras y sin embargo desarrollan
habilidades normales en otras inteligencias que se localizan
en otras áreas del cerebro.
LINGUISTICA
Hemisferio
izquierdo (lóbulos temporal y frontal,
zonas de Brocá y Wernicke).
LOGICO-MATEMATICA
Lóbulo
parietal izquierdo, hemisferio derecho?
ESPACIAL
Zonas
corticales posteriores del hemisferio derecho
CINETICO-CORPORAL
Corteza
motora, cerebelo, ganglios basales.
MUSICAL
Lóbulo
temporal derecho.
INTERPERSONAL
Lóbulos
frontales, lóbulo temporal derecho, sistema
límbico.
INTRAPERSONAL
Lóbulos
frontales y parietales, sistema límbico.
SABIOS
IDIOTAS, PERSONAS EXCEPCIONALES Y PRODIGIOS EN ALGUNA
INTELIGENCIA ESPECIFICA.
Existen personas que destacan de forma excepcional para
cada una de las inteligencias.
LINGUISTICA
Dante,
Shakespeare, Cervantes, Machado, Martin Luther
King.
También
el caso de los "sabios idiotas" que son individuos
con una habilidad elevada en alguna faceta de una inteligencia
mientras el rendimiento en el resto de categorías
se sitúa en niveles inferiores a los normales.Tal
es el caso de "idiotas sabios" que realizan
cálculos matemáticos asombrosos, personas
con limitaciones físicas que son grandes músicos
o autistas que dibujan de forma asombrosa.
DESARROLLO
CARACTERISTICO.
Cada actividad basada en una inteligencia tiene su momento
para surgir en la infancia, su tiempo de alcanzar el
máximo desarrollo y la forma de declinar, lenta
o rápida.
Inteligencia
lingüística
El
desarrollo lingüístico comienza en la etapa
prenatal y neonatal. En muchos de los aspectos, el período
máximo de desarrollo se extiende hasta la pubertad
y, en general, permanece sólido hasta la vejez.
Inteligencia
lógico-matemática
El
conocimiento lógico-matemático se inicia
en los primeros meses de la vida a través de
las acciones del bebé sobre los objetos de su
entorno, alcanza su cumbre en la adolescencia, la juventud
y los primeros años de la edad adulta. Algunos
aspectos matemáticos complejos comienzan su declive
a partir de los 40 años.
Inteligencia
espacial
En
la primera infancia existe un pensamiento topológico,
a medida que se regula el sentido de la lateralidad
y la direccionalidad, se perfecciona la coordinación
motriz y la situación del cuerpo en el espacio,
alcanzando el período inicial de desarrollo hasta
la pubertad. La capacidad artística espacial
permanece "robusta" hasta la vejez.
Inteligencia
cinético-corporal
La
evolución varía según se trate
de las diferentes destrezas de esta inteligencia. Desde
el nacimiento se desarrolla la asociación entre
mirar un objeto y agarrarlo y los logros motores en
los dos primeros años son impresionantes. Durante
la niñez, la pubertad y la adolescencia componentes
como la flexibilidad y la coordinación alcanzan
la cumbre.
Algunas
capacidades de esta inteligencia comienzan a declinar
lentamente a partir de la edad adulta.
Inteligencias
personales (interpersonal e intrapersonal)
Los
circuitos del sistema límbico, que rige el mundo
emocional del ser humano, comienzan a conectarse desde
el nacimiento. Los lazos emocionales son críticos
durante los tres primeros años y la sensibilidad
a estímulos emocionales provocados por otras
personas mantiene un período de máximo
desarrollo hasta después de la adolescencia.
De
igual modo, el período que va desde el nacimiento
hasta la adolescencia es vital para que el niño
o la niña aprenda a acceder a la propia vida
emocional, discriminar los sentimientos propios y adquirir
una imagen ajustada de sí mismo.
Inteligencia
musical
Es
una de las se inteligencias que desarrolla más
pronto. La percepción y sensibilidad a los sonidos
musicales está presente desde el nacimiento y
las áreas del cerebro que rigen los movimientos
de los dedos de la mano a los tres años ya están
desarrolladas facilitando la utilización de instrumentos
musicales.
Entre
los tres y los 10 años se sitúa la etapa
de mayor sensibilidad para la evolución de esta
inteligencia que, una vez desarrollada en este período,
puede mantenerse activa hasta la vejez.
APOYO
DE PRUEBAS PSICOMETRICAS
Aunque
el profesor Gardner no es un defensor de las pruebas
estandarizadas, nos sugiere que muchas de estas pruebas
pueden ofrecer apoyo para su teoría de las IM,
aunque recalque que se trata de una evaluación
muy descontextualizada.
TRABAJOS
DE PSICOLOGIA EXPERIMENTAL
Algunas
investigaciones estudian la especificidad del procesamiento
de una inteligencia de forma autónoma. Si examinamos
algunos estudios psicológicos específicos
comprobamos como las inteligencias pueden funcionar
de forma aislada.
Un
ejemplo de esta afirmación son los estudios de
habilidades cognitivas como la atención, la percepción
o la memoria en los que se encuentran evidencias de
que las personas disponen de habilidades en una inteligencia
que no se transfieren a otra. En el caso de la memoria
(que no es una capacidad general sino una habilidad
específica de cada inteligencia), hay personas
con excelente memoria numérica que se olvidan
con facilidad de las caras; también existen individuos
con óptima memoria musical que olvidan sonidos
verbales.
Como
resumen podemos afirmar que las personas, en cada
área cognitiva, pueden presentar diferentes niveles
de competencia en las siete inteligencias.
CODIFICACIÓN
DE UN SISTEMA SIMBÓLICO
La
utilización de símbolos es uno de los
indicadores del comportamiento inteligente que distingue
al ser humano de las otras especies.
A
través del símbolo se trae a una situación
presente la representación de algo que no está
realmente. Podemos decir que gran parte de la representación
y de la comunicación humana se realiza mediante
sistemas simbólicos.
Cada
una de las inteligencias definidas por Gardner cumple
con el criterio de poder ser simbolizada, de hecho,
cada una dispone de un sistema simbólico o de
notación propio.
La
inteligencia lingüística dispone de una
amplia variedad de lenguas habladas y escritas; la lógico-matemática
utiliza el sistema numérico o el lenguaje informático;
la espacial usa lenguajes ideográficos o las
señales cartográficas; la cinético-corporal
el sistema Braille; la musical el sistema notacional
o el código morse; la interpersonal las señales
sociales con expresiones faciales y gestos y la intrapersonal
los símbolos del "yo" en los sueños
o la creación artística.
GRUPO
DE OPERACIONES IDENTIFICABLES
Cada
una de las inteligencias dispone de un grupo de operaciones
centrales que posibilitan las actividades que corresponden
a esa inteligencia.
INTELIGENCIA
LINGÜÍSTICA
Lenguaje
oral.
Lenguaje
escrito
INTELIGENCIA
LÓGICO-MATEMÁTICA
Desarrollo
del pensamiento lógico.
Conservación,
asociación. clasificación, seriación,
orden y causalidad.
Determinar
relaciones, semejanzas, diferencias, pertenencias,
etc.
Estrategias
de selección, codificación, procesamiento
y recuerdo.
Resolución
de problemas.
Desarrollo
de la imaginación.
Iniciativa,
decisión y anticipación de consecuencias.
Actitud
de búsqueda, observación, experimentación,
etc.
Conducta
inquisitiva sobre la realidad del entorno.
Iniciación
a la geometría y la aritmética.
INTELIGENCIA
ESPACIAL
Organización
espacial.
Organización
temporal.
Iniciación
a la geometría.
Expresión
corporal.
Lateralidad.
Expresión
plástica.
Capacidad
imaginativa, fantástica e intuitiva.
Respuestas
y actitudes creativas.
Expresión
de vivencias y sentimientos.
Sensibilidad
ante la belleza y la realidad.
INTELIGENCIA
CINÉTICO-CORPORAL
Esquema
corporal.
Organización
espacial y temporal.
Dramatización
y expresividad personal.
Capacidad
imaginativa, fantástica e intuitiva.
Respuestas
y actitudes creativas.
Expresión
de vivencias y sentimientos.
Sensibilidad
ante la belleza y la realidad.
Expresión
plástica.
INTELIGENCIA
MUSICAL
Percepción,
discriminación y memoria auditiva.
Discriminación
y comprensión de ruidos y sonidos.
Ritmo.
Entonación.
Audición
musical.
Instrumentos
musicales.
INTELIGENCIA
INTERPERSONAL
Capacidad
de adaptación, relación y participación
en los grupos sociales y en el establecimientos de
normas.
Respeto
a los demás y al entorno. Desarrollar actitudes
de comprensión, colaboración, solidaridad,
empatía, respeto, compartir, etc.
Interiorización
de pautas de convivencia. Aceptación, cumplimiento
y respeto de normas de los grupos sociales.
Expresión
de afectos, sentimientos y emociones.
Asimilación
de formas o modelos sociales de comportamiento positivo.
Progreso
en el dominio de habilidades sociales.
Respeto
a la diversidad de etnias, religiones o culturas;
a las diferencias de tipo físico o intelectual,
de sexo, de clase social o de tipos de profesiones
y ocupaciones.
Progresar
en la diferenciación de roles sexuales.
Resolución
pacífica y progresivamente autónoma
de conflictos utilizando el diálogo y la no
violencia.
Desarrollo
de hábitos cooperativos.
Iniciarse
en la interiorización de valores humanos.
INTELIGENCIA
INTRAPERSONAL
Desarrollo
de la propia identidad (individual, social, sexual,
etc.)
Adquirir
mecanismos de adaptación a situaciones novedosas.
Incrementar
la autoestima, la aceptación, la confianza
y la seguridad en sí mismo.
Desarrollar
vivencias y comunicaciones afectivas.
Vivenciar
sentimientos de satisfacción, plenitud, goce,
felicidad, etc. Placer ante los propios logros.
Manejar
afectos, emociones y sentimientos de forma adecuada.
Autonomía
e iniciativa, control de la propia conducta y autocontrol
personal.
Aumentar
la capacidad de resistencia a la frustración.
Evitar o canalizar sentimientos de ansiedad.
Discriminación
de comportamientos adecuados.
Autocrítica:
reconocimiento de errores, valoración de la
propia actuación.
Defensa
de los derechos y las opiniones.
Desarrollo
de la responsabilidad y el compromiso personal.
¿Existen
otras inteligencias?
Tanto
Gardner como los miembros de su equipo de colaboradores
y los seguidores de la teoría de las I.M. señalan
que pueden identificarse "nuevas inteligencias"
que satisfagan los criterios que se han descrito con
anterioridad.
En
el planteamiento que se realiza en el presente trabajo
no damos tanta importancia al número de inteligencias
como a la constatación de que, a través
de las que incluimos, estemos estimulando todas las
dimensiones madurativas del niño o la niña.
Además
de las siete inteligencias del trabajo inicial de Howard
Gardner, algunas de las que han propuesto sus seguidores
son las que siguen:
Inteligencia
espiritual.
Inteligencia
naturalista.
Inteligencia
pictórica.
Inteligencia
de la sensibilidad moral.
Inteligencia
sexual.
Inteligencia
del humor.
Inteligencia
visual.
Inteligencia
intuitiva.
Inteligencia
creativa.
Inteligencia
de la percepción olfativa.
Inteligencia
de la habilidad culinaria.
Inteligencia
de la habilidad para sintetizar otras inteligencias.
Etc.
IMPLICACIONES
EDUCATIVAS DE LA TEORIA
Está
ampliamente demostrado que el objetivo de la educación
del nuevo milenio no puede basarse en la transmisión
de informaciones y conocimientos. El niño o la
niña ya no necesita ir a un centro escolar simplemente
para aprender, porque los conocimientos están
a su alcance fuera de la educación formal.
La
educación promueve la formación del ser
humano, le estimula para que "aprenda a aprender",
le provee de recursos para que desarrolle el potencial
de sus inteligencias, le acompaña en su proceso
de maduración para que se desenvuelva en un contexto
social al que pueda aportar su originalidad.
Estimular
las diferentes inteligencias de nuestros niños
y niñas supone garantizar su felicidad presente
y futura. Consideramos feliz a la persona que no tiene
problemas o que dispone de capacidad para resolverlos,
luego el término felicidad está siempre
asociado al de inteligencia porque gracias a ésta
la persona tiene capacidad para comprender y resolver
problemas además de elegir la mejor entre varias
opciones.
Cada
niño o niña posee ciertas habilidades
nucleares en cada una de las inteligencias porque todas
las inteligencias forman parte de la herencia genética
que recibe de sus antepasados.
Estas
habilidades se manifiestan universalmente en su nivel
básico, con independencia de la educación
y el contexto cultural.
Las
inteligencias siguen una trayectoria evolutiva natural
como se comentó con anterioridad, pasando por
una serie de etapas o fases:
HABILIDAD
MODELADORA EN BRUTO, o inteligencia en "bruto",
predomina durante el primer año de vida. En
este período existe, por ejemplo, la habilidad
para apreciar las diferentes tonalidades en la inteligencia
musical, la asociación entre mirar un objeto
y agarrarlo en la inteligencia cinético-corporal
o distinguir una construcción tridimensional
en la inteligencia espacial.
La
aparición de estas habilidades es universal
y en aquellos niños o niñas que pueden
ser una "promesa" en alguna de las inteligencias
ya se aprecian habilidades superiores.
SISTEMAS
SIMBOLICOS. En esta etapa los niños y niñas
muestran sus habilidades en las diferentes inteligencias
aprendiendo los diversos sistemas simbólicos.
En el caso del lenguaje la utilización de frases,
en la música el aprendizaje de canciones, el
la espacial los dibujos, etc.
SISTEMA
NOTACIONAL. Podemos definirlo como sistema simbólico
de segundo orden. En general, los sistemas notacionales
de las diversas inteligencias llegan a dominarse en
el contexto educativo formal. Los niños y niñas
van avanzando en su desarrollo y, progresivamente,
van representando cada inteligencia junto a su sistema
simbólico mediante un sistema notacional. En
el caso de la inteligencia musical, tras el aprendizaje
de melodías y canciones, llegan a la utilización
de la notación musical. En la inteligencias
lingüística, la utilización de
palabras y frases lleva después al aprendizaje
de un idioma, etc.
VOCACIONAL.
A partir de la adolescencia las inteligencias se expresan
primero a través de los estudios elegidos y,
posteriormente, por su desarrollo en el mundo laboral
en la edad adulta.
ASPECTOS
IMPORTANTES A TENER EN CUENTA SOBRE LA TEORÍA
DE LAS I.M.
Cada
persona posee capacidades en las siete inteligencias
que se desarrollan de forma original. Aunque existen
individuos que detentan niveles de competencia altos
en la casi totalidad de inteligencias, la mayoría
de nosotros alcanzamos un nivel de desarrollo alto
en algunas inteligencias, un nivel medio en otras
y relativamente bajo en las demás.
A
excepción de casos puntuales, las personas
tienen capacidad para desarrollar las siete inteligencias
hasta un nivel razonablemente alto de competencia
si reciben la estimulación adecuada.
Las
inteligencias interactúan entre sí de
forma compleja. Cuando un niño o niña
juega a fútbol utiliza la inteligencia cinético-corporal
para correr, saltar, patear, rematar, etc. Gracias
a la inteligencia espacial se orienta en el
campo y prevee donde caerá el balón.
Utiliza la inteligencia lingüística
para comunicarse con los compañeros. Usando
la inteligencia lógico-matemática
anticipa las consecuencias de sus acciones y las de
los otros. Su inteligencia interpersonal le
facilita la participación activa en el grupo
respetando las normas del juego, resolviendo conflictos
de forma positiva y desarrollando habilidades sociales
que le reportan la valoración de los otros.
Con este juego sin duda estimulará su inteligencia
intrapersonal porque adquiere el compromiso personal
de aportar sus habilidades al grupo, aumenta su autocontrol,
la autoestima, la iniciativa y la adaptación
a diferentes situaciones. Por último, es posible
que el grupo entone canciones de celebración
al marcar un gol o al ganar el partido, utilizando
la inteligencia musical.
En
el estudio de la teoría se sacan de contexto
las inteligencias para definirlas, examinar sus características
y ver el modo de estimularlas y usarlas con eficacia
en la vida cotidiana. Sin embargo, hay que tener presente
que las inteligencias trabajan juntas en el desenvolvimiento
cotidiano de la persona dentro de su contexto cultural.
Hay
una rica diversidad de maneras de ser inteligentes
dentro de cada categoría. No es necesario destacar
en todo el conjunto de habilidades de una inteligencia.
A lo largo de la historia han existido muchas personas
con un lenguaje oral extraordinario que contaban historias
de forma maravillosa y no sabían leer ni escribir.
La mayoría de escultores o artesanos no destacan
en ningún deporte y grandes atletas serían
incapaces de modelar con sus manos. Hay muchas formas
de mostrar los atributos dentro de cada inteligencia
como también entre las inteligencias.
El
educador o educadora de las Inteligencias múltiples.
El
educador o educadora infantil es el docente que más
y mejor desarrolla la teoría de las IM, aunque
no se lo proponga. La propuesta que hoy hacemos a todos
los docentes aquí reunidos consiste en invitarles
a fundamentar científicamente la práctica
educativa, elaborando un sistema de influencias para
el logro de objetivos de sus programaciones de modo
que puedan promover el desarrollo de todas las potencialidades
físicas e intelectuales de cada niño o
niña, es decir, que dirija las estrategias a
la formación y el desarrollo multidimensional
de la inteligencia.
Comprometerse
con la teoría de las IM no significa desarrollar
un programa de actividades que se realice de forma fija,
ni elaborar una programación de aula que sustituya
a la que actualmente llevan a cabo. Se trata de utilizar
estrategias que ayuden diariamente a adoptar una nueva
filosofía de la educación y adaptar, de
forma creativa, los principios de la teoría a
su contexto educacional y a las capacidades de cada
uno de los niños y niñas, garantizando
de este modo el desarrollo del rico potencial de que
están dotados.
Las
magníficas aportaciones de profesor Gardner pueden
significar el principio de los cambios que debe adoptar
la educación para formar nuevas generaciones
que se desenvuelvan con éxito en los diferentes
contextos sociales del futuro.