No basta simplemente con asegurarse
que los niños asistan a la escuela. La calidad de la educación es una
de las cuestiones principales. Así lo declara el Estado Mundial de la
Infancia (1999), y agrega que cómo se trasmite el conocimiento, las aptitudes
y los valores es tan importante como lo que se aprende.
Elevar la calidad de la educación constituye
un propósito que contiene el compromiso de garantizar una educación de
calidad para todos y se convierte en una exigencia de la sociedad con
vista a garantizar una mejor preparación para la vida, para enfrentar
los retos de la etapa moderna, de la ciencia y de la tecnología. Una educación
que fomente el desarrollo pleno de la personalidad, el desarrollo de todos
los procesos psicológicos que sirven de base y fundamento a una actuación
inteligente, independiente y autónoma. “ Los niños tienen que participar
plenamente en el proceso educativo. Es necesario que se les trate con
dignidad y que se les permita obtener de su experiencia en la escuela
un grado de autoestima, autodisciplina y disfrute puro del aprendizaje
que posibilite que se mantengan en una buena posición durante el resto
de sus vidas” (Unicef, 1999).
“Sin una educación de calidad no habrá crecimiento,
equidad ni democracia. Por esta razón, la educación debe ser objeto de
grandes consensos nacionales que garanticen el compromiso de toda la sociedad
para la formación de sus futuras generaciones y la continuidad de las
políticas y programas puestos en marcha para el logro de estos objetivos...”
(UNESCO, 1991)
Como puede apreciarse, ya desde inicios de
la década anterior se declaraba como objetivo prioritario el elevar la
calidad de la educación, enunciado también como el mejoramiento de la
enseñanza y eficiencia de la educación. La Convención sobre los Derechos
del Niño fue clara al respecto: todos los niños tienen derecho a una educación
de calidad a tono con su desarrollo individual y su vida.
El término “Calidad” es uno de esas palabras
que parecen estar pensadas para abarcar un sinnúmero de cosas y que a
ciencia cierta nadie sabe con exactitud definirla ni llevarla a la práctica.
Si revisamos el diccionario Larousse nos
encontramos que por calidad se entiende un conjunto de rasgos y características
inherentes a una persona o cosa, en virtud de los cuales es lo que es
y se distingue de los otros. En este sentido tal parece que calidad lo
que define es una manera de ser, una forma específica, algo que es único
e irrepetible. Sin embargo, otra definición que encontramos plantea que
establecer calidad de algo está referido a una o varias propiedades de
ese algo que permiten apreciarlo como igual, mejor o peor que otras unidades
de su misma especie, lo que indica que para fundamentar un criterio de
calidad se exige, en primer término en comprobar su naturaleza, y luego
expresarlo de algún modo que permita hacer una comparación. En este sentido
calidad implica siempre una contrastación entre uno o más factores, entre
uno o más objetos, individuos o cosas.
Existen muchas definiciones de calidad. Así,
H. Valdés y colaboradores dicen: la calidad de la educación se refiere
a las características del proceso y los resultados de la formación del
hombre, condicionados histórica y socialmente; que toman una expresión
concreta a partir de los paradigmas filosóficos, pedagógicos y psicológicos
imperantes en una sociedad determinada y se mide por la distancia existente
entre la norma (los paradigmas) y el dato (lo que ocurre realmente en
la realidad educativa). Este autor aclara que considera que los paradigmas
son realizaciones científicas universales reconocidas, que durante cierto
tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica.
Por su parte M.A. Casanova define la calidad
educativa como: ”el buen rendimiento del alumnado, la satisfacción de
la comunidad educativa en su conjunto y, también, por una mejor respuesta
del centro escolar a las exigencias de la sociedad actual”. Explica como
ésta puede tener diversas acepciones, en dependencia de por quién sea
manejado el término y dice que quizás no coincida el criterio que sobre
calidad educativa tenga un profesional y el que tenga un padre de familia.
Otros hablan de calidad educativa cuando
el centro ofrece una respuesta a tres imperativos: funcionabilidad
(satisface necesidades exigidas por el entorno), eficacia (alcanza
los objetivos que se propone) y eficiencia (alcanza los objetivos
con un coste razonable). Se alerta que debe haber una combinación coherente
de estas tres condiciones, aunque no es frecuente que se logre; un centro
puede ser eficaz y eficiente, pero no funcional; funcional y eficaz pero
no eficiente, etc.
Sobre la aplicación del concepto “calidad
de la educación”, M.A. Zabalza habla de tres dimensiones básicas: calidad
vinculada a los valores, calidad vinculada a la efectividad y calidad
vinculada a la satisfacción de los participantes en el proceso y de los
usuarios del mismo:
§ Calidad vinculada a los valores.
Para muchos este es el componente básico de la calidad. Se dice que algo
posee calidad si responde a los valores que se esperan de ello (institución,
persona, situación). El autor lo destaca como el componente más importante
en el campo educativo.
§ Calidad vinculada a la efectividad.
Relacionado con los buenos resultados.
§ Calidad vinculada a la satisfacción
de los participantes en el proceso y de los usuarios del mismo. Relacionado
con la calidad de vida.
Sin duda, para valorar la calidad de la educación
hay que tomar en cuenta estas tres acepciones y en este sentido plantea
que estamos ante una escuela de calidad o ante un programa educativo de
calidad o ante un profesorado de calidad, cuando se puede reconocer en
ellos los componentes anteriores citados. Como la educación es un proceso
en el que están implicadas personas, la dimensión personal del proceso
educativo resulta básica. Se destacan como fundamentales en el condicionamiento
de la calidad de los procesos y sus resultados aquellos más ligados a
lo personal, en este sentido se refiere a: satisfacción, motivación, nivel
de expectativas, sentimientos de éxito, autoestima, etc.
Por otra parte, existe otro termino similar
al de calidad, muy utilizado en educación: “evaluar”. ¿Qué quiere decir
evaluar? Recurriendo al diccionario citado, evaluar, en sentido general,
significa el asignar un valor para juzgar cantidad, grado, condición,
calidad o efectividad de algo. En síntesis, la definición más simple de
evaluar es asignar un valor a algo. Desde este punto de vista evaluar
está relacionado con el concepto de calidad anteriormente citado, en la
medida en que puede atribuir un determinado valor a la calidad de algo.
Es decir, tal parece que estos dos términos,
calidad y evaluar, andan juntos de la mano, y que la determinación de
uno implica necesariamente la acción del otro: solamente puede llegarse
a un criterio de calidad cuando se conoce la esencia de un determinado
objeto y se evalúan sus componentes con vista a hacer una comparación
con otros objetos semejantes o al cuadro ideal que se tiene de lo que
debe ser la real esencia de ese objeto.
Cuando esto se pretende llevar a la determinación
de que cosa puede significar la calidad de un centro infantil, la cosa
se complica, y mucho mas aún cuando se pretende evaluar la calidad de
todo un sistema educacional.
Así, entre las tantas definiciones de calidad
educativa nos encontramos un enorme galimatías terminológico en la medida
en que cada cual enfoca este concepto desde su particular punto de vista.
Así, entre las tantas definiciones se encuentran:
Calidad es la capacidad
del sistema educacional para trasmitir lo que se propone trasmitir.
Es el dominio de contenidos
de un determinado campo cognoscitivo y sus correspondientes traducciones
en habilidades y destrezas.
Significa el buen
rendimiento del alumnado, la satisfacción de la necesidad educativa
en su conjunto, una mejor respuesta del centro escolar a las exigencias
de la sociedad.
Es ofrecer una respuesta
a la funcionalidad (satisfacción de necesidades), la eficacia (objetivos
que se propone) y la eficiencia (consecución de objetivos con un costo
razonable) del sistema educativo o el centro infantil en particular.
Características del
proceso educativo y sus resultados en la formación del hombre, condicionado
social e históricamente, y que se concretan a partir de paradigmas
filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos.
Cabría aquí añadir, y en nuestro caso especifico,
que si educación infantil la hemos definido como aquella ofrecida al niño
para que este alcance el máximo de sus potencialidades, un centro de calidad
sería aquel en el cual todos los niños han alcanzado el máximo posible
de su desarrollo, tanto físico como psíquico.
Un análisis general de estas definiciones
muestra que cada una de ellas refleja aspectos o factores que podrían
estar incluidos dentro de un concepto general de calidad educativa, y
que en términos generales expresa una evaluación del ideal educativo,
lo que debe ser en la práctica educativa, y lo que realmente ocurre, y
que está en estrecha relación con los fundamentos filosóficos, teóricos
y metodológicos de lo que en una sociedad específica y en un momento determinado
se considere lo que constituye ese ideal educativo. Es por ello que adscribirse
a una única definición de calidad educativa puede entrar en contradicción
con lo que en tal o cual grupo social se considere como calidad en la
educación y que lo más importante, en lugar de tratar de dar una definición,
sea como llegar a un criterio de calidad educativa en un centro infantil,
en una comunidad educativa o, incluso, en un sistema educacional total.
Sin embargo, la gran mayoría de la bibliografía
referente a la calidad de la educación se centra básicamente en los aspectos
teóricos del tema, en plantear sus definiciones, contextos y particularidades,
y con mucha menor frecuencia en como lograr alcanzar un criterio de calidad
educativa, como medirlo cualitativa y cuantitativamente, cuales son sus
componentes e indicadores, que permitan arribar a la conclusión de si
un centro o un sistema educativo tiene o no calidad, y en que medida es
posible llegar a un criterio científicamente comprobado de esa calidad.
CONSIDERACIONES BÁSICAS
A la hora de concebir un instrumento para
medir la calidad del trabajo educativo de una institución infantil se
hace imprescindible plantear que el mismo ha de ser capaz de evaluar todos
los factores que intervienen en el desenvolvimiento de dicho
proceso, así como posibilitar evaluar sus resultados. Definir cuales son
los elementos a considerar durante el proceso, y cuales son los que se
deben valorar en sus logros, es una tarea difícil y compleja. Pero,
independientemente de cualquier concepción que lo fundamente, cualquier
sistema de evaluación de la calidad debe asumir cinco condiciones
fundamentales:
a. Ser capaz de generar información
válida y confiable.
b. Plantear un método racional de recolección de los datos.
c. Estar bien organizado y estructurado.
d. Ser exacto y preciso.
e. Posibilitar el tomar decisiones.
Diseñar un dispositivo que cumpla
estas condiciones parece aparentemente fácil, no obstante la experiencia
refleja que constituye una tarea bastante complicada, y en la que intervienen
muchos factores, que han hecho de esta cuestión un tema aún no resuelto
en la práctica educativa.
Entre estos factores se encuentran el hecho
de que con frecuencia existe una cierta aprehensión a aplicar estos sistemas,
ya que los mismos pueden conducir a cambios que no todos están dispuestos
a enfrentar, a que se eliciten cuestiones que suelen mantenerse propositivamente
en un segundo plano o “dormidas”, a despertar inquietudes o encontrar
hallazgos negativos que cuestionen la práctica educativa que se realiza,
a publicitar cosas que se pretende mantener ocultas, entre otras.
También está el problema de los costos, pues
aplicar un sistema evaluativo de la calidad implica siempre un costo financiero
y en tiempo de trabajo que no siempre se puede asumir.
Finalmente, y esta es una de las razones
mas argumentadas, el desconocimiento del objeto de estudio y, consecuentemente
de que evaluar, hace que muchas veces no se vea la utilidad de un sistema
de evaluación de la calidad, máxime si el mismo descansa en una excesiva
teorización que no parece aportar nada a la práctica educativa.
A esta falta de conocimiento del objeto de
estudio se une la de la propia carencia de habilidades necesarias para
conducir un proceso de evaluación de la calidad, argumento manido para
justificar no crear ni aplicar sistemas de evaluación de la calidad.
Como consecuencia de todo ello, la evaluación
de la calidad se hace con menor frecuencia de lo que se debiera, y existen
proyectos educativos que jamás se evalúan o lo hacen solo parcialmente,
aunque se promocione con mayor asiduidad su eficiente gestión.
El sistema de evaluación de la calidad educativa
que aquí se propone no pretende entrar a debatir estas cuestiones anteriores,
si bien el señalarlas está indicando una toma de posición: evaluar la
calidad es necesario e imprescindible, debe hacerse con una cierta frecuencia
y periodicidad, y sobre su base tratar de tomar decisiones que permitan
perfeccionar la práctica educativa y, consecuentemente, el desarrollo
de los niños y niñas, que constituye la razón básica y fundamental de
la existencia del centro infantil.
Sobre la selección de los componentespara la evaluación de la calidad de un centro infantil
Cualquier sistema de evaluación de la calidad,
para ser efectivo, implica de inicio la definición y organización de los
factores o componentes que lo integran, y de ahí, establecer como evaluar
dichos componentes, en un sistema científicamente organizado. Es por ello
que para poder dar una valoración de la calidad se haga requisito indispensable
determinar cuales son esos componentes, como se expresan los mismos de
manera operativa para ser susceptibles de ser medidos, y que índices tomar
en cuenta para tal valoración.
Ello hace que especificar cuales son esos
componentes constituya lo primero a hacer al definir un sistema de evaluación
de la calidad, que en términos educativos significa establecer cuales
son los componentes que conforman el proceso educativo y cuales son los
resultados en el desarrollo de los niños y niñas.
Por supuesto, que para seleccionar tales
componentes se hace indispensable establecer criterios para establecer
cuales deben formar parte de un sistema de evaluación de la calidad educativa.
Esto implica un conocimiento profundo del proceso educativo, la relación
que los componentes relacionados guardan entre sí, y como incide cada
uno en el resultado. Lograr esto no es una tarea fácil, pues son muchos
los factores que pueden incidir en el desarrollo de un proceso educativo.
Uno de estos criterios importantes es comprender
que en el proceso educativo intervienen tres agentes fundamentales, los
que se han de incluir necesariamente en la selección de tales componentes,
y que son los correspondientes al centro infantil, a la familia y a
la comunidad en que se inserta el mismo, que son los agentes educativos
más importantes a considerar. Por lo tanto, el establecimiento de dichos
componentes no puede obviar aquellos que se refieren al proceso educativo
que realiza el centro infantil como institución educacional, al papel
que juegan los padres y la familia en el desarrollo de dicho proceso educativo,
y como la comunidad ejerce de igual manera una determinada acción
Por supuesto que esto no quiere decir que
estos agentes educativos son los únicos factores que intervienen
en el proceso educativo del centro, pero sí que los mismos son indispensables
a la hora de tomar en cuenta los diversos componentes que deben considerarse
para poder evaluar su calidad educativa.
En este proceso educativo otro importante
criterio de selección de los componentes radica en valorar no solamente
los resultados o logros derivados del proceso de enseñanza o instrucción,
sino también aquellos que están mas directamente relacionados con el proceso
de educación, visto en su expresión más general como la formación en las
niñas y los niños de determinados rasgos de la personalidad como producto
de dicho aprendizaje. Es decir, concebir al proceso educativo como una
indisoluble unidad del proceso de enseñanza-instrucción y el de educación.
De esta manera se evade la nociva tendencia de considerar solamente los
logros instructivos derivados del proceso de enseñanza-aprendizaje alcanzados
al valorar la calidad educativa, y se incorporan de igual manera aquellos
que tienen que ver con la formación de la personalidad de los educandos,
y que han intervenido, tanto en el trayecto de la consecución de estos
logros como expresión en sí mismos de los resultados obtenidos a través
del proceso educativo.
Desde el momento que la educación constituye
un proceso y está encaminada a obtener determinados resultados en el desarrollo
de los niños y niños, es obvio que cualquier sistema bien concebido ha
de considerar, tanto los componentes que se refieren al proceso educativo,
como aquellos que materializan sus resultados en el desarrollo de los
educandos. Es decir, para poder llegar a conclusiones certeras sobre los
resultados y el cumplimiento de los fines y objetivos de la educación,
es necesario comprobar como han incidido los factores que se corresponden
al proceso y su relación con dichos resultados, pues de cómo se haya desenvuelto
este proceso ha de depender en mucho los logros finales que han de obtenerse.
Esto obliga a considerar también la unidad que ha de existir entre los
componentes referidos a dicho proceso como aquellos referidos a los resultados.
Por supuesto, y aunque parezca una evidente
verdad asumida hace mucho tiempo, la función educativa del centro infantil
y los logros del desarrollo que se obtengan como resultado de dicha función,
ha de estar encaminada a que tales logros se obtengan en todos los
niños y niñas que forman esta comunidad educativa, y no solamente
a unos cuantos y, ni siquiera a una mayoría. Considerar que todos ellos
han de obtener esos logros implica una concepción para la selección de
los componentes de los resultados, y donde garantizar esta totalidad es
un reflejo importante de la valoración de la calidad educativa de cualquier
centro infantil.
Esto ha de expresarse en numerosos indicadores
que permiten expresar de manera operativa como podría medirse tal o más
cual componente, por ser estos indicadores parte consustancial del componente
dado. De esta manera se transita de la definición teórica de lo que constituye
la esencia de cada componente del proceso educativo, o de los resultados
que se esperan del mismo, a una organización práctica de cómo evaluarlos,
de cómo hacer operativos los elementos o factores que constituyen un componente
dado.
Sin embargo, no basta con enumerar un grupo
de componentes y un conjunto de índices operativos que funcionen de manera
aislada y separada, sino que se hace preciso integrarlos en un sistema
que le dé coherencia a todo el conjunto de datos aportados por las mediciones,
así como del peso que los mismos tienen para alcanzar un criterio acertado
de calidad. De esta manera se garantiza la validez de lo observado y se
le imparte un rigor científico a los resultados de la evaluación realizada.
Sobre los indicadores para la evaluación
de los componentes de la calidad educativa
Existe mucha discusión sobre lo que constituye
un indicador, tanto en lo que se refiere al proceso de evaluación como
al del criterio de calidad educativa.
Una distinción en este sentido es señalar
que la investigación empírica trata de buscar medidas y, por lo
tanto, buscar hallazgos que pueden ser contados o mensurados, mientras
que la investigación teórica o cualitativa busca hechos, tipos de comportamiento
u opiniones que indiquen que algo está sucediéndose o manifestándose.
Esto hace que plantear indicadores esté muy en estrecha relación con la
clase de criterios que se pretendan alcanzar.
Realmente, no existe una única vía para llegar
a decisiones respecto a que cosa puede constituir un indicador de algo,
sino que existen muchas maneras de definirlos, y que, por lo tanto, cada
sistema de evaluación de un fenómeno estará definido por sus propias particularidades,
sin que exista una definición universal de tales indicadores.
Cuando se trata de definir estos indicadores
en referencia a la calidad educativa el problema se complica, por las
muchas definiciones que pueden atribuírsele a este concepto. A fuer de
ser simples se puede concluir que un indicador que pueda utilizarse para
evaluar la calidad educativa debe tomar en cuenta, o debe al menos implicar:
Una descripción del hecho,
factor o situación educativa.
Un criterio de su funcionamiento
máximo.
La posibilidad de ser medido
o evaluado.
Ser claramente definido
para no dar espacio al subjetivismo.
Ser lo suficientemente sencillo
para una fácil comprensión del mismo.
Corresponderse unívocamente
con el componente que describe.
Todos estos parámetros apuntan a grosso modo
a especificar exactamente que debe registrar el indicador de un componente
dado, cual es el criterio para poder establecer que realmente exprese
un nivel de calidad, y como funciona de manera operativa. De esta forma
se evita el elaborar indicadores tan difusos que se vuelven no funcionales
por no cumplir con alguno o varios de los criterios anteriormente enumerados
para considerar lo que constituye un buen indicador, y a la vez se evita
dar una definición general que no se puede concretar en criterios operativos.
Un indicador educativo será, por tanto, aquel que cumpla cabalmente con
los elementos señalados arriba y que aparecen operativamente descritos.
Es por ello que un sistema dirigido a evaluar
la calidad educativa ha de comprender una definición lo mas exacta posible
de los componentes que constituyen los factores o elementos determinantes
en el funcionamiento del centro infantil, y su correspondencia con el
grado o valoración que el mismo debe poseer para considerar que tiene
un determinado nivel de calidad, de modo tal que sus indicadores puedan
ser definidos con absoluta certeza y no dar espacio a interpretaciones
subjetivas.
Sobre los índices para evaluar los resultados
de los indicadores
La evaluación de la calidad educativa está
estrechamente relacionada con el conocimiento del objeto de estudio de
la misma, la práctica educativa, y con la manera en que la misma se puede
valorar o evaluar comparándola con lo que se consideran sus paradigmas.
Un paradigma educacional no es mas que un
conjunto de creencias, valores, teorías, que hacen referencias a generalizaciones
validadas y consideradas ejemplares, por lo que asumen carácter normativo
general que comparte una comunidad educativa. Es un modelo, un tipo ejemplar.
Por lo tanto, evaluar la calidad educativa
presupone indefectiblemente realizar una comparación con criterios respecto
que se consideran paradigmáticos con respecto a esta calidad, con lo que
se valora como procesos y resultados ideales de la práctica educativa.
Ello hace que señalar cuales sean los índices
para evaluar los datos constituye una tarea primordial en la evaluación
de la calidad educativa, una vez que se hayan establecido cuales son sus
componentes e indicadores.
Estos índices pueden ser determinados siguiendo
dos enfoques primordiales:
Índices que implican una
valoración cualitativa de lo observado y que, por lo tanto,
conducen a un criterio subjetivo de los datos analizados.
Índices que conllevan una
evaluación cuantitativa, y por lo tanto, reflejan un análisis
empírico y objetivo de tales datos.
En este sentido, existe una tendencia a considerar
que los datos obtenidos de manera cuantitativa son mas “científicos” que
los obtenidos por métodos cualitativos, y que son mas objetivos que los
otros. Esto es discutible, pues muchas de las cosas que se desean evaluar
no siempre pueden ser cuantificadas, como puede ser, por ejemplo, el grado
en que algo enseñado en un curso de capacitación ha sido realmente asimilado
o puede ser aplicado en la práctica pedagógica.
Por otra parte, no siempre el dato cuantitativo
recogido por un instrumento cualquiera ofrece todas las facetas de un
problema, o puede diferir de un instrumento a otro, en dependencia de
su complejidad, de quien aplica el instrumento, a quienes se refiere.
Ello lleva a la necesidad, incluso en este
tipo de métodos tan objetivos, a comprobar por diversas fuentes un mismo
hecho, como se hace con los cualitativos en que se “triangulan” los resultados
(es decir, se contrastan al menos tres fuentes de información) para llegar
a resultados y criterios definitivos. Es por ello que, tanto en un método
como en otro, tanto en el análisis cualitativo como en el cuantitativo
se hace necesario hacer una validación interna entre los distintos instrumentos
y criterios para llegar a conclusiones definitivas.
En resumen, significar que se llegue a un
criterio subjetivo de los datos observados cualitativamente, no implica
en grado alguno que estos datos no puedan ser confiables, pues todo ha
de depender de los elementos que se consideren para hacer tal validación
subjetiva. Por otra parte considerar los datos valorados empíricamente
por medio de un análisis cuantitativo tampoco quiere decir que sea infalible,
pues esto también ha de depender de los criterios seleccionados y de la
manera en que los instrumentos utilizados sean realmente confiables.
Desde este punto de vista un sistema evaluador
de la calidad educativa debe asumir ambos enfoques y, partiendo de los
datos empírica y objetivamente calificados, llegar a su vez a una valoración
cualitativa general, pues ambos tipos de análisis se complementan y reflejan
aspectos de una misma realidad. Lo importante aquí es como correlacionar
ambos niveles de valoración, para que cada uno cumpla cabalmente su función
en la búsqueda de un único criterio de calidad educativa.
ESTRUCTURA PROPUESTA PARA LA EVALUACIÓN
DE LA CALIDAD
La calidad de un centro infantil ha de valorarse
de acuerdo con los elementos fundamentales que lo caracterizan, ymediante
los cuales es posible llegar a un criterio de definido de su funcionamiento.
Estos elementos generales del sistema comprenden aquellos factores que
tipifican la función educacional del centro infantil, y aquellos que constituyen
los resultados o logros de todo el sistema. En este sentido unos están
referidos fundamentalmente a las condiciones y procesos necesarios
para que se cumplan los objetivos inherentes a dicha función educacional,
y en los que intervienen los agentes educativos principales, y otros al
cumplimiento de tales objetivos expresados en el desarrollo de los
niños y niñas y en la eficiencia del centro infantil para lograr sus
objetivos fundamentales.
Estos elementos fundamentales son:
1. El proyecto educativo del centro
2. El proyecto curricular
3. Gestión educativa de la familia
4. Gestión educativa de la comunidad
5. Desarrollo de los niños y niñas
6. Estado nutricional y de salud de los niños y niñas
7. Eficiencia (interna) del centro infantil
Los elementos generales señalados de por
sí constituyen áreas de trabajo y de funcionamiento que engloban toda
la labor del centro infantil, y en sí mismos resultan demasiado amplios
para posibilitar una valoración eficiente y precisa de cada uno de ellos,
por lo que el sistema de evaluación de la calidad de un centro infantil,
en arreglo a lo anterior, ha de estar compuesto por:
§ Componentes § Indicadores de los componentes § Índices
A los que habrá que sumarle los instrumentos
de consecución de los datos.
Los componentes señalan las partes
integrantes generales de cada elemento fundamental del sistema, que se
estructuran a su vez de distintos indicadores. Los índices significan
los criterios, o rangos, para evaluar tales indicadores, para los que
utilizaremos diversos instrumentos que los califican de manera cuantitativa.
DE LOS COMPONENTES
La definición de los componentes se realiza
a partir de cada uno de los elementos generales que constituyen el centro
infantil, y resumen en su conjunto a cada uno de ellos.
A su vez, el grupo total de todos los componentes
constituirá el resultado de toda la labor del centro infantil, y son la
base de todo el sistema de evaluación de la calidad.
El proyecto educativo del centro infantil
se concibe como el conjunto de fundamentos, principios y lineamientos
que permiten materializar en la práctica pedagógica un determinado modelo
curricular. El mismo contempla las finalidades del centro infantil, así
como sus señas de identidad, reflejando en su concepción los objetivos
curriculares generales que se proponen para una determinada etapa educativa.
Desde este punto de vista, el proyecto educativo
por su esencia abarca multitud de aspectos o áreas fundamentales que no
se concretan exclusivamente al proceso educativo, sino que engloba todo
lo referente a la estructura, la organización y gestión que implica el
modelo curricular.
La modalidad curricular tipifica el proyecto
educativo y la misma uniforma en cierta medida a los centros infantiles,
particularmente los de subordinación estatal, lo cual permite un
proceso de normatividad de los mismos, en los de iniciativa privada, estos
pueden tener una gran variabilidad estructural y organizativa, pero en
lo referente a fundamentos, principios y lineamientos pueden coincidir
con aquellos, lo que hace que su calidad educativa pueda ser medida por
los mismos componentes e indicadores, y valorada por el mismo sistema
de evaluación de la calidad.
Por supuesto, el proyecto educativo es muy
amplio, y abarca un número considerable de aspectos de la función educativa
del centro infantil, por lo que este elemento necesariamente comprende
varios componentes que se integran en su análisis global, pero
que requieren ser valorados de manera particular, para tener un criterio
bien fundamentado de su funcionamiento individual. No es infrecuente que
un centro infantil, que aparentemente reúne condiciones materiales y organizativas
aceptables, sin embargo, presente problemas en el desarrollo de su proceso
pedagógico y sea evaluado deficientemente en su calidad educativa.
En consecuencia, para una óptima evaluación
de la calidad del centro en su totalidad, este elemento constitutivo del
centro lo analizaremos en base a los siguientes COMPONENTES:
l Proyección educacional del centro infantil.
l Estructura y diseño del centro infantil.
l Organización de las instalaciones
l Reglamento Interno
l Organización de los tiempos
l El personal docente
l Clima emocional del centro infantil.
El proyecto curricular del centro infantilse define como un proceso de toma de decisiones mediante el cual,
en una etapa educativa dada, y partiendo del currículo oficial, las particularidades
del proyecto educativo y la propia experiencia pedagógica, se establecen
una serie de planteamientos y acuerdos para desarrollar el proceso de
enseñanza y aprendizaje de manera lógica y coherente, con vista a alcanzar
los logros del desarrollo que se pretenden para todos los niños y niñas
que están en esa etapa educativa.
El proyecto curricular constituye la razón
de ser del centro infantil, es una propuesta de desarrollo del currículo
que sugiere un modelo de institución y de los agentes que intervienen
en los procesos de enseñanza-aprendizaje, implicando variados aspectos
en su evaluación, como son la adecuación de sus objetivos a las características
de los niños y niñas, la distribución de contenidos, el uso de las metodologías
y medios de la enseñanza, entre otros.
Entre el proyecto educativo y el proyecto
curricular existen estrechas e interdependientes relaciones, si bien cada
uno mantiene su propia especificidad y, por lo tanto, debe ser evaluado
por sí mismo.
Este elemento constitutivo del centro lo
analizaremos bajo los siguientes COMPONENTES:
l El currículo
l El proceso docente-educativo
Donde el currículo se refiere a un conjunto
de supuestos de partida, metas a alcanzar, y los pasos a dar para la consecución
de los logros que se plantean a la educación en una etapa específica dentro
de una sociedad dada.Esta definición tan general del currículo
pretende englobar en su generalidad a muchas definiciones particulares
de currículo, que hacen hincapié en algunos de los agentes educativos
que intervienen, o limitan el mismo a la simple relación enseñanza-aprendizaje
con un evidente enfoque reduccionista. El currículo es parte integral
del proyecto curricular en su conjunto, pero no se reduce a este, pues
aquel implica muchos otros factores que no están concretados exclusivamente
en el plan de estudios. Evaluar la calidad del currículo, en sus numerosos
aspectos que lo integran, constituye uno de los aspectos centrales de
cualquier sistema de evaluación de la calidad educativa de un centro infantil,
y significa uno de sus pilares mas importantes.
Por proceso docente-educativo se entiende
aquel mediante el cual se desarrolla el proceso de enseñanza y aprendizaje
en el centro infantil, y constituye la médula del trabajo pedagógico de
la institución. Es, desde muchos puntos de vista el componente que mas
implicaciones tiene en la evaluación de la calidad educativa, y al cual
hay que dedicar la mayor atención, y abarca no solamente la finalidad
de enseñar conocimientos y desarrollar habilidades, sino también de formar
valores y proyecciones sociales en los educandos.
La gestión educativa de la familia,que constituye uno de los agentes fundamentales en el proceso educativo
de los niños y niñas que asisten al centro infantil, es de por sí uno
de los elementos mas importantes a la hora de evaluar la calidad educativa
en la institución. No es posible concebir el transcurso del desarrollo
de los niños y niñas sin la consideración de la acción de la familia,
y de la medida en la misma ejerce una acción sobre el proyecto educativo
del centro infantil, asimismo se está hablando de la calidad de su acción
educativa.
Entre las muchas funciones que desempeña
la familia como institución social, una de las mas significativas es la
referente a su función educativa, por lo que, conocer a la familia, interactuar
con la misma, y hacer que trabaje a favor del proyecto educativo, es una
tarea básica del centro infantil y uno de los componentes fundamentales
a la hora de evaluar su calidad.
El COMPONENTE de este elemento la
reflejamos en:
l Participación e implicación de la familia
La gestión educativa de la comunidad
también es uno de los elementos que forman parte de las condiciones y
procesos necesarios para que el centro infantil pueda cumplir su función
social.
El centro infantil actual constituye un sistema
abierto que ejerce una influencia sobre la comunidad inmediata, y a la
vez recibe la influencia de esta. La comunidad como tal tiene una serie
de expectativas respecto al papel que ha de jugar el centro infantil,
lo que trae como consecuencia relaciones de participación y cooperación
que apoyan su gestión educativa. De ahí que se le considere un importante
agente educativo y como tal, con una gran responsabilidad en el cumplimiento
de la función social que se le atribuye a la institución.
Este elemento fundamental en la vida del
centro lo recogemos la bajo el COMPONENTE:
l Participación e implicación de la comunidad
El desarrollo alcanzado por los niños
y niñas constituye el elemento, en teoría, mas importante de todo
el sistema de evaluación de la calidad educativa, pues refleja el cumplimiento
de las metas y objetivos del centro infantil, así como de su funcionamiento
técnico y laboral, y consecuentemente de su encargo social. De nada vale
que los componentes que se refieren a procesos y condiciones tengan un
desenvolvimiento aparentemente óptimo, si esto no se materializa en el
logro del desarrollo de los educandos.
Como COMPONENTE de la evaluación de la calidad,
consideraremos los siguientes ítems:
l Desarrollo alcanzado por los niños y niñas.
Estado nutricional y de la salud
que constituye el soporte básico de la actividad de los niños y niñas,
y que posibilita que el comportamiento físico-motor y psíquico-afectivo
puedan manifestarse en toda su plenitud.
Como COMPONENTE de la evaluación de la calidad,
consideraremos:
l Estado nutricional y de la salud de los
niños y niñas
La eficiencia interna de la gestión
educativa del centro infantil es el elemento que revela la efectividad
del centro para alcanzar los objetivos propuestos y que a su vez sean
logros que se alcancen con un determinado costo que no exceda los límites
de una gestión educativa rentable. Esta eficiencia va a estar fundamentalmente
expresada por el número total de niños y niñas que alcanzan los logros
del desarrollo previsto para la etapa educativa y su relación con los
costos que implica dicha gestión educativa.
El COMPONENTE que caracterizan a este
elemento será:
l Costo por educando.
Líneas abajo se proporcionan los índices
de los distintos componentes.
DE LOS INDICADORES
La concepción de los distintos COMPONENTES
es realmente muy amplia para poder realizar una evaluación de la calidad
con rigor. Cada uno de ellos deberá a su vez sub-dividirse en una serie
de factores a los que denominaremos INDICADORES
Los indicadores constituyen los elementos
mas importantes del sistema de evaluación de la calidad educativa, pues
son los que permiten hacer operativos los componentes. Desde el momento
que se operacionalizan permiten medir, mensurar, evaluar los componentes,
que de otra forma serían factores teóricamente bien concebidos de las
condiciones, procesos y resultados del trabajo formativo y educativo del
centro infantil, pero de los cuales sería muy difícil llegar a un criterio
valedero de su calidad, por la complejidad intrínseca de cada uno de ellos.
DE LOS INDICES
El hacer operativos a los componentes y sus
indicadores integrantes conlleva la posibilidad de contrastarlos con determinados
índices que apuntan a los ideales paradigmáticos, y de esa manera
poder establecer la medida en que se acercan o se alejan de dichos paradigmas
y, consecuentemente, su nivel de calidad.
Evidentemente cada indicador deberá ser evaluado
cuantitativamente en base a su propia concepción, no pudiendo establecer
un único índice para todos los indicadores.
Cada uno de los índices considerados los
evaluaremos cuantitativamente entre el rango 1 (más alejado del ideal
paradigmático) y el 5 (coincidiendo con el).
Plantilla para Gráficos
Proyecto Educacional
INDICADORES:
A
Conocimiento de la política educacional
del sistema educativo.
B
Conocimiento de la función social del
centro infantil.
C
Aceptación del proyecto educativo por
el personal del centro.
D
Implicación y sentido de pertenencia
a los objetivos y fines del proyecto educativo
E
Criterio de adecuación del proyecto
educativo a las necesidades del centro
F
Participación personal en la adecuación
del P.E. a las necesidades concretas del C.I.
G
Estabilidad del proyecto educativo.
H
Seguimiento y evaluación del proyecto
educativo por el personal técnico y docente
I
Orientación-control de la dirección
del centro del proceso pedagógico en los grupos etarios
Estructura y diseño del centro
INDICADORES:
A
Estado constructivo del centro infantil.
B
Estética y ambientación del centro infantil
acorde con la etapa educativa que atiende.
C
Factores ambientales incidentes en el
proceso educativo (iluminación, ventilación, ruido).
D
Aulas y locales acordes con relación
de matrícula por grupo etario.
E
Calidad y adecuación del mobiliario
a las necesidades infantiles.
F
Suficiencia y adecuación de servicios
sanitarios a las particularidades de los educandos.
G
Relación de capacidad del centro con
superficie vital.
H
Espacios y áreas exteriores apropiados
a necesidades de los niños y niñas.
I
Espacios y áreas interiores acordes
con necesidades de educandos.
J
Suficiencia de equipos y elementos de
juego en áreas exteriores.
K
Mantenimiento e higiene del centro,
áreas de servicio y dependencias.
L
Organización y control de los materiales
y recursos de trabajo
Organización de las instalaciones
INDICADORES:
A
Proporción matrícula-capacidad apropiada
y nivel de hacinamiento.
B
Aprovechamiento de la capacidad instalada
en el centro infantil.
C
Distribución de aulas y áreas acordes
con particularidades de los grupos etarios.
D
Ratio adecuada de personal docente y
no docente por educando.
E
Distribución apropiada del personal
docente de acuerdo con grupos etarios.
Reglamento interno
INDICADORES:
A
Funcionalidad del reglamento interno
de la institución.
B
Aseguramiento de condiciones para el
trabajo del personal docente y de servicios.
C
Cumplimiento por el personal de las
normas y disposiciones laborales vigentes en el centro.
D
Organización del sistema de tareas de
trabajo de cada trabajador y conocimiento del mismo.
E
Cumplimiento de los acuerdos y acciones
derivados de la dirección técnica y administrativa.
F
Experiencia y estabilidad del personal
de dirección y técnico-docente.
G
Correspondencia entre el diagnóstico
de necesidades del centro infantil y estrategias de trabajo.
H
Aceptación por el personal docente y
de servicios del equipo de dirección.
I
Utilización de métodos democráticos
y participativos en el sistema de trabajo y decisiones.
J
Inexistencia de líderes y grupos informales
en el grupo de trabajadores del centro.
K
Organización de un sistema de incentivos
para el personal técnico-docente y de servicios.
Organización de los tiempos
INDICADORES:
A
Existencia y adecuación del horario
de la institución a las necesidades del proyecto educativo.
B
Existencia de horarios de vida y rutina
diaria en cada grupo de niños y niñas.
C
Conocimiento por el personal docente
del horario de vida y rutina diaria del grupo.
D
Adecuación de horarios de vida de los
niños a cada grupo evolutivo.
E
Orden paulatino y consecutivo de actividades
y procesos de satisfacción de necesidad básicas.
F
Asistencia y puntualidad del personal
técnico-docente y de servicios.
Personal docente
INDICADORES:
A
Calificación profesional del docente
para su función laboral
B
Motivación de los docentes para la realización
de su trabajo educativo
C
Capacidad del educador para planificar
el proceso pedagógico.
D
Existencia de un sistema de preparación
metodológica de los docentes para realizar su labor.
E
Existencia de un sistema de autopreparación
y superación individual de los docentes
F
Correspondencia del sistema metodológico
y la autopreparación con las necesidades del grupo.
G
Maestría y tacto pedagógico de los educadores
en la realización de las diferentes actividades.
H
Aporte grupal de los docentes en el
sistema de preparación metodológica del centro infantil.
I
Correspondencia de la evaluación técnica
de educadores y resultados del trabajo pedagógico.
J
Estabilidad del personal docente en
sus grupos respectivos de educandos
K
Autoestima de los docentes respecto
a su labor pedagógica
L
Correspondencia entre criterios evaluativos
del educador y desarrollo alcanzado por su grupo.
Clima emocional del centro infantil
INDICADORES:
A
Control del proceso de adaptación de
los niños y niñas para su ingreso al centro infantil.
B
Control de la adaptación a cambios de
grupos etarios.
C
Posibilidad de movimiento, juego y esparcimiento
de los niños y niñas en áreas exteriores.
D
Existencia de materiales y elementos
de juego a nivel accesible de los niños y niñas.
E
Existencia de una atmósfera de tranquilidad,
independencia, comprensión y afecto en el centro.
F
Estado emocional positivo de los niños
y niñas en sus juegos y actividades.
G
Armonía y unidad de los técnicos y docentes
en su trabajo con los educandos.
H
Atención a necesidades y reclamos inmediatos
de los niñ@s por el personal docente y técnico.
I
Manifestación de camaradería y relaciones
positivas del personal entre sí.
J
Manifestación de relaciones positivas
entre la familia y el personal docente y administrativo.
El curriculum
INDICADORES:
A
Dominio teórico y metodológico del
currículum por el personal técnico-docente
B
Cumplimiento de la programación curricular
en el centro
C
Adecuación y flexibilidad en la aplicación
del currículum por el personal docente.
D
Implicación personal y aceptación del
currículum por los educadores.
E
Organización y ejecución del currículum.
F
Correspondencia del currículum del centro
con la programación curricular del aula.
G
Participación de agentes educativos
principales (centro, familia, comunidad) en su elaboración.
H
Participación activa de los niños y
niñas durante la realización del currículum.
I
Vinculación del currículum con la realidad
social inmediata del centro infantil.
J
Existencia de un sistema de seguimiento,
orientación y evaluación del currículum en el centro.
K
Posibilidad de generalización de experiencias
individuales de los docentes al currículum
L
Control de cumplimiento del currículum
del personal docente.
Proceso docente educativo
INDICADORES:
A
Dominio teórico y metodológico de los
objetivos y contenido del programa educativo.
B
Distribución del tiempo de las actividades
en función de los objetivos propuestos.
C
Nivel de conocimiento de particularidades
del desarrollo infantil de cada año o etapa educativa.
D
Aseguramiento de las condiciones y materiales
necesarios para la realización de actividades.
E
Uso de los medios y recursos de enseñanza
de acuerdo con el tipo de actividad a realizar.
F
Utilización de métodos activos de aprendizaje
en el proceso de enseñanza.
G
Mantenimiento de un clima emocional
positivo por el educador en la realización de actividades.
H
Organización del grupo de niñ@s para
las actividades y satisfacción de necesidades básicas.
I
Motivación y orientación del grupo de
niñ@s para la realización de actividades pedagógicas.
J
Participación conjunta del educador
y sus niñ@s en la planificación de las actividades
K
Conocimientos y atención a las particularidades
individuales de los educandos
L
Consecución de los objetivos propuestos
en la realización de las actividades
M
Inclusión en el proceso pedagógico de
situaciones significativas para el aprendizaje.
N
Adecuación de las situaciones de aprendizaje
a las particularidades sociales y culturales.
Ñ
Aprovechamiento del tiempo de aprendizaje
en la realización de las actividades pedagógicas.
O
Participación de los niñ@s en la organización
y preparación de materiales para las actividades.
P
Accesibilidad de los educandos a los
materiales y recursos de las actividades pedagógicas
Participación e implicación de la familia
INDICADORES:
A
Posibilidades de comunicación de representantes
de la familia con la estructura de dirección.
B
Posibilidades de comunicación habitual
de la familia con los educadores de sus hijos.
C
Cooperacion en las tareas generales
del centro de educación infantil
D
Participacion en acciones derivadas
de la aplicación del curriculum
E
Colaboración con las funciones inherentes
a la asociación de padres de familia.
F
Criterio de familia respecto a la función
educativa del centro infantil.
G
Organización de vías para propiciar
la información mutua de la familia y el centro infantil.
H
Asistencia de los representantes de
la familia a las actividades de educación de padres.
I
Organización de una estrategia educativa
conjunta de la familia y el centro
J
Conocimiento del centro de educacion
infantil de las particularidades de cada familia
K
Expectativas y aspiraciones de la familia
respecto a la educación de sus hijos.
Participación e implicación de la comunidad
INDICADORES:
A
Comunicación e interrelación social
entre el centro infantil y su comunidad inmediata.
B
Participación de la comunidad en actividades
de la función educativa y social del centro.
C
Ayuda material de la comunidad a la
labor educativa del centro infantil.
D
Criterio de la comunidad respecto a
la gestión educativa del centro infantil
E
Conocimiento por parte de la comunidad
de actividades del centro respecto a su contexto social
F
Asistencia de la comunidad a actividades
organizadas por el centro para su contexto social.
G
Apoyo de las organizaciones comunales
a la proyección educativa y social del centro.
Desarrollo alcanzado por los niños
INDICADORES:
A
Consecución de capacidades físicas y
motrices de los niñ@s correspondientes a su nivel etario.
B
Posibilidades de una actividad motriz
libre y participación en juegos motores.
C
Posibilidad de contacto abierto con
la naturaleza y el medio exterior
D
Consecución de las habilidades intelectuales
generales de los niñ@s
E
Rendimiento de los educandos en las
actividades de tipo cognoscitivo
F
Desarrollo de intereses cognoscitivos
acordes con la edad del desarrollo
G
Estado emocional positivo de los educandos
en la generalidad de las actividades
H
Autonomía e independencia de los niñ@s
en su comportamiento diario y en las actividades.
I
Manifestación de normas y valores sociales
positivos en el comportamiento de los niñ@s
J
Presencia de una autodisciplina en los
niñ@s en la realización de actividades del grupo
K
Logros del desarrollo de los niñ@s correspondientes
a su nivel etario y grupo evolutivo.
L
Criterio del nivel de desarrollo de
la personalidad de los niñ@s acorde con los objetivos.
M
Cumplimiento de los objetivos educacionales
previstos para los niñ@s en la intitución.
N
Cantidad de niñ@s que pasan sin objetivos
vencidos al siguiente grupo de edad
Estado nutricional y de salud de los niños
INDICADORES:
A
Estado nutricional de los niñ@s
B
Cumplimiento de los indicadores generales
de salud en el centro infantil.
C
Balance dietético de la alimentación
de los educandos en el centro infantil
D
Existencia de control médico de la salud
de los niñ@s por el centro infantil.
E
Ocurrencia de accidentes en el centro
infantil
Costo por educando
INDICADORES:
A
Ajuste del funcionamiento de la institución
al presupuesto señalado.
B
Correspondencia del cumplimiento de
objetivos educacionales previstos y recursos materiales.
C
Falta de recursos materiales y financieros
para la gestión del centro infantil.
D
Rentabilidad del centro infantil acorde
con nivel de ingresos.