Estimulación de la inteligencia lingüística: base para el desarrollo del habla y la lectoescritura.
Consideramos
de suprema importancia iniciar esta intervención partiendo de algunos
principios o conceptos fundamentales, para facilitar su comprensión
y maximizar sus ganancias, al momento de la puesta en ejecución.
Cuando nos planteamos el estudio de la inteligencia,
ya sea de su evaluación y/o su estimulación o mejora, la
primera cuestión que se nos presenta es la de su conceptualización.
Así pues, necesitamos responder a la siguiente pregunta: ¿A
qué llamamos “Inteligencia”?.
En este sentido presentamos una revisión
de algunas de las definiciones más conocidas de inteligencia.
Según Binet “la inteligencia es la capacidad general que
posee el individuo para ajustar conscientemente su pensamiento a nuevas
y cambiantes exigencias, aplicando y adaptando a las cosas y a los hechos
concretos las nociones abstractas y generales”.
Para Spearman “la inteligencia es
la facultad de percibir ideas universales, de formar conceptos abstractos
y, sobre todo, de percepciones ideales, de juicio y razonamiento”.
Stern afirma que la inteligencia es la capacidad
general del individuo para ajustarse a nuevas exigencias, mediante la
utilización adecuada del pensamiento; es la capacidad psíquica
general de adaptación a nuevas tareas y condiciones”.
Mientras que Hunt sostiene que “la
inteligencia es el conjunto de destrezas cognitivas que una persona posee”.
Así pues, para el psicólogo
E. García Pérez parece haber un acuerdo generalizado para
establecer las siguientes afirmaciones:
La inteligencia es una cualidad de las personas.
La inteligencia está relacionada con el uso de
procesos cognitivos.
La inteligencia está determinada por la carga
genética y por los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Hoy en día podemos afirmar que las
personas aprenden, representan y utilizan el saber de muchos y diferentes
modos. Estas diferencias desafían el sistema educativo que supone
que todo el mundo puede aprender las mismas materias del mismo modo y
que basta con una medida uniforme y universal para poner a prueba el aprendizaje
de los alumnos.
Los alumnos estarían mejor asistidos
si las disciplinas fueran presentadas en diferentes modalidades y el aprendizaje
fuera valorable, a través de la variedad de los medios.
El tema de la Inteligencias Múltiples
se ha venido estudiando y desarrollando desde siempre. Por ejemplo: Jean-Jacques
Rousseau opina que el niño debe aprender a través de la
experiencia, allí se pone en juego las relaciones inter e intra
personal y las inclinaciones naturales.
Johann Pestalozzi apuesta a un currículo
de integración intelectual basado también en las experiencias.
Friedrich Froebel (fundador de los Jardines
de Infancia) habla del aprendizaje a través de experiencias con
objetos para manipular, juegos, canciones, trabajos.
John Dewey ve al aula como un microcosmos
de la sociedad donde el aprendizaje se da a través de las relaciones
y experiencias de sus integrantes.
El lenguaje integral usa la inteligencia
lingüística como centro, pero usa otras inteligencias para
lograr sus objetivos; como la música, las actividades manuales,
la introspección, etc.
Para el Dr. Thomas Armstrong, “es
de máxima importancia que reconozcamos y formemos toda la variedad
de las inteligencias humanas, todas las combinaciones de inteligencias.
Todos somos diferentes, en gran parte porque todos tenemos distintas combinaciones
de inteligencias. Si lo reconocemos, por lo menos tendremos una mejor
oportunidad para manejar de manera adecuada los muchos problemas que nos
enfrentan en el mundo”.
En 1904 el gobierno francés pidió
al psicólogo Alfred Binet y a un grupo de colegas suyos, que desarrollaran
un modo de determinar cuáles eran los alumnos de la escuela primaria
en “riesgo” de fracasar; para que estos alumnos recibieran
atención compensatoria.
De sus esfuerzos nacieron las primeras pruebas
de inteligencia. Importadas a los Estados Unidos varios años después,
las pruebas de inteligencia se difundieron, así como la idea de
que existía algo llamado “Inteligencia” que podía
medirse objetivamente y reducirse a un puntaje de “coeficiente intelectual”.
Armstrong, asevera que “nuestra cultura
ha definido la inteligencia de manera demasiado estrecha. El Dr. Howard
Gardner, director del Proyecto Zero y profesor de Psicología y
Ciencias de la Educación en la Universidad Harvard, propuso en
su libro “Estructuras de mente”, la existencia de por lo menos
siete inteligencias básicas. Cuestionó la práctica
de sacar a un individuo de su ambiente natural de aprendizaje y pedirle
que realice ciertas tareas aisladas que nunca había hecho antes
y que probablemente nunca realizaría después. En cambio,
sugirió que “la inteligencia tiene más que ver con
la capacidad para resolver problemas y crear productos en un ambiente
que represente un rico contexto y de actividad natural”.
Al tener esta perspectiva más amplia,
el concepto de inteligencia se convirtió en un concepto que funciona
de diferentes maneras en las vidas de las personas. Gardner proveyó
un medio para determinar la amplia variedad de habilidades que poseen
los seres humanos, agrupándolas inicialmente en siete categorías
o inteligencias. Sin embargo, recientemente el Dr. Gardner, en su libro
La inteligencia reformulada, ha sostenido “la posible existencia
de varias otras inteligencias”. Tres nuevas inteligencias han sido
nominadas: Inteligencia Naturalista, Inteligencia Espiritual e Inteligencia
Existencial.
Para el tema que nos ocupa, aunque no podríamos
hacer una disección de cada una de ellas por estar estrechamente
relacionadas, nos centraremos en la Inteligencia Lingüística,
su desarrollo y beneficios al ser estimulada adecuadamente en los niños(as).
La Inteligencia Lingüística
es la capacidad para usar palabras de manera efectiva, sea en forma oral
o de manera escrita. Esta inteligencia incluye la habilidad para manipular
la sintaxis o significados del lenguaje o usos prácticos del lenguaje.
Algunos usos incluyen la retórica (usar el lenguaje para convencer
a otros de tomar un determinado curso de acción), la mnemónica
(usar el lenguaje para recordar información), la explicación
(usar el lenguaje para informar) y el metalenguaje (usar el lenguaje para
hablar del lenguaje).
Demos un breve vistazo general a los fundamentos
de las Inteligencias Múltiples, a través del siguiente cuadro:
INTELIGENCIA
SISTEMAS NEUROLÓGICOS (Areas
primarias)
FACTORES EVOLUTIVOS
FORMAS QUE LA CULTURA VALORA
Lingüística
Lóbulos temporal y frontal, izquierdos.
“Explota” en la primera infancia, permanece robusta
hasta la vejez
Narraciones orales, contar historias, literatura, etc.
Lógico - matemática
Lóbulo parietal izquierdo, hemisferio derecho.
Hace cumbre en la adolescencia y los primeros años de la
vida adulta, las capacidades matemáticas superiores declinan
después de los 40 años
Descubrimientos científicos, teorías matemáticas,
sistemas de contabilización y clasificación, etc.
Espacial
Regiones posteriores del hemisferio derecho.
El pensamiento topológico de la primera infancia cede lugar
al paradigma euclidiano alrededor de los nueve – diez años;
el ojo artístico se mantiene robusto hasta la vejez.
Obras de arte, sistemas de navegación, diseños arquitectónicos,
invenciones, etc.
Corporal - Cinética
Cerebelo, ganglios basales, corteza motriz
Varía según los componentes (fuerza, flexibilidad,
etc.) o el dominio (gimnasia, mimo, etc.)
Artesanías, desempeños atléticos, obras teatrales,
danza, escultura, etc.
Musical
Lóbulo temporal derecho.
La primera de las inteligencias que se desarrolla; los prodigios
muy a menudo atraviesan crisis de desarrollo.
Composiciones musicales, ejecuciones, grabaciones, etc.
Interpersonal
Lóbulos frontales, lóbulo temporal (especialmente
del hemisferio derecho), sistema límbico.
Los lazos afectivos son críticos durante los primeros tres
años de vida.
Documentos políticos, instituciones sociales, etc.
Intrapersonal
Lóbulos frontales y parietales, sistema límbico.
La formación de un límite entre el propio yo y los
otros es crítica durante los primeros tres años de vida.
Sistemas religiosos, teorías psicológicas, ritos de
transición, etc.
Puntos clave en la teoría
de las Inteligencias múltiples:
1. Cada persona posee las siete inteligencias.
2. La mayoría de las personas pueden desarrollar cada inteligencia
hasta un nivel adecuado de competencia.
3. Las inteligencias, por lo general, trabajan juntas de manera compleja.
4. Hay muchas maneras de ser inteligentes dentro de cada categoría.
La mayoría de las personas pueden
desarrollar todas las inteligencias hasta poseer en cada una un nivel
de competencia razonable. Que las inteligencias se desarrollen o no, depende
de tres factores principales:
a. Dotación biológica:
incluyendo los factores genéticos o hereditarios y los daños
o heridas que el cerebro haya podido recibir antes, durante o después
del nacimiento.
b. Historia de vida personal: incluyendo las experiencias con los
padres, docentes, pares, amigos, otras personas que ayudan a hacer
crecer las inteligencias o las mantienen en un bajo nivel de desarrollo.
c. Antecedente cultural e histórico: incluyendo la época
y el lugar donde nació y se crió, y la naturaleza y
estado de los desarrollos culturales o históricos en diferentes
dominios.
Es evidente que tanto el hogar como la escuela
son, por el momento en que intervienen y su capacidad de interactuar,
los grandes responsables de la educación de los niños. Los
medios de comunicación son poderosos sugerentes, manipuladores
gigantes con uso abusivo de apreciaciones subjetivas, pero es la retroalimentación
de los padres y los maestros lo que más incidencia tiene en el
desarrollo del intelecto.
Los niños viven pendientes del reconocimiento
de los adultos. La expresión valorativa de las figuras parentales
es muy poderosa en la mente en formación del infante.
Existen dos tipos de experiencias extremas
que es importante tener en cuenta. Las experiencias cristalizantes y las
paralizantes. Las primeras, son hitos en la historia personal, claves
para el desarrollo del talento y de las habilidades en las personas. A
menudo, estos hechos se producen en la temprana infancia o pueden presentarse
en cualquier momento de la vida. Son las chispas que encienden una inteligencia
e inician su desarrollo hacia la madurez.
De manera inversa, el término experiencias
paralizantes “cierran las puertas” de las inteligencias. Las
experiencias de este tipo están llenas de emociones negativas,
capaces de frenar el normal desarrollo de las inteligencias. Sensaciones
de miedo, vergüenza, culpa, temor, ira y otras emociones negativas
impiden a nuestras inteligencias crecer y desarrollarse.
Revisemos el siguiente cuadro que analiza
los estilos de aprendizaje, según la inteligencia prevalente:
PREVALENCIA
PIENSAN
LES ENCANTA
NECESITAN
Lingüística
En palabras
Leer, escribir, contar historias, jugar juegos con palabras.
Libros, elementos para escribir, papel, diarios, diálogos,
discusión, debates, cuentos.
Juegos de actuación, teatro, movimientos, cosas para construir,
deportes y juegos físicos, experiencias táctiles, experiencias
de aprendizaje directas.
Musical
Por medio de ritmos y melodías
Cantar, silbar, entonar melodías con la boca cerrada, llevar
el ritmo con los pies o las manos, oir.
Tiempos dedicados al canto, asistencia a conciertos, tocar música
en sus casas y/o en la escuela, instrumentos musicales.
Interpersonal
Intercambiando ideas con otras personas.
Dirigir, organizar, relacionarse, manipular, asistir a fiestas,
mediar.
Fijarse metas, meditar, soñar, estar callados, planificar.
Lugares secretos, tiempo para estar solos, proyectos manejados a
su propio ritmo, alternativas.
Dada esta amplia revisión general
a la teoría de las Inteligencias Múltiples, podemos adentrarnos
a la segunda parte de nuestra propuesta temática: adquisición
del habla y la lectoescritura; para fusionar una, en tanto estrategia
de estimulación, con la otra, en tanto conocimiento indispensable
para la adecuada articulación de ambas.
Algo importante que cabe señalar
es que las producciones que va logrando el niño durante los procesos
de adquisición de su lenguaje, no son copias abreviadas del lenguaje
adulto, sino que él va estructurando su propio sistema, el que
si bien tiene estrecha relación con lo que escucha a su alrededor,
no es una mera imitación reducida. Un claro ejemplo de esto es
la excesiva regularización, fenómeno característico
en niños de 3 años aproximadamente. Así el niño
muchas veces dice “andé” por “anduve”,
“pudí” por “pude”. Lo más curioso
de esta etapa es que el niño antes utilizaba las formas correctas,
pero luego, al enfrentarse a la realidad de que la mayoría de los
verbos son regulares (comí, salté, corrí, hablé),
él elabora sus propias reglas y transforma los verbos irregulares
en regulares.
El niño comienza a desarrollar su
capacidad para la adquisición del lenguaje desde el nacimiento,
desde los primeros llantos. A su vez aprender a hablar no implica una
simple acumulación de palabras al azar, sino que existe una serie
de procesos y desarrollos que deben darse inevitablemente para poder afirmar
que el niño sabe hablar o que está aprendiendo a hablar.
Sin duda alguna, estos procesos están determinados e incididos
por factores emocionales y afectivos, por la capacidad de poder relacionarse
con su entorno, jugar, experimentar, escuchar, ver, en fin determinados
e incididos por la posibilidad que el niño tenga o no de vivir
sus propias experiencias lingüísticas y compartirlas con los
demás.
El lenguaje es un sistema arbitrario de
símbolos abstractos reconocido por un grupo de personas, que sirve
para comunicar sus pensamientos y sentimientos. Los símbolos pueden
ser verbales o no verbales.
El lenguaje debe reconocerse como algo más
que sólo un medio de comunicación entre los seres humanos,
pues es la característica que hace claramente humana la conducta
humana.
Normalmente el hablar con otras personas
se nos hace algo de lo más cotidiano, sin embargo, el lenguaje
es algo muy complejo donde interactúan diversas actividades mentales.
Primero es necesario reconocer las palabras
dentro de la cadena sonora, después determinar el significado de
cada una de ellas en el contexto de la oración que forman, identificar
el nivel de significado o significados de la oración, y formular
una respuesta.
El hombre se sirve del habla para numerosos
propósitos como para satisfacer demandas y necesidades, controlar
a otros, establecer contactos con la gente, expresar sentimientos, simular,
crear, preguntar, escribir.
También el lenguaje es la razón
fundamental por lo que el hombre crea cultura, mientras que otras especies
no tienen dicha capacidad.
Existe una gran variedad de lenguajes que
parecen ser muy diferentes, pero que comparten ciertas propiedades fundamentales.
La más importante es la productividad, todas las lenguas naturales
son productivas en dos sentidos:
1. En ninguna lengua humana está limitado el número de
nuevas oraciones que pueden crearse.
2. Se pueden expresar las mismas ideas en cualquier lengua; claro que
si una lengua no posee una palabra para un concepto específico,
tendrá que utilizar varios vocablos para expresarlo.
Detrás de esta productividad se encuentran
ciertos rasgos fundamentales que todas las lenguas poseen (Universales
lingüísticos) y que Roger Brown señala:
Todas las lenguas utilizan un número
limitado de sonidos, llamados fonemas.
Todas las lenguas poseen un pequeño número
de unidades sin significado que pueden combinarse para formar un número
prácticamente infinito de unidades significativas conocidas
técnicamente como “dualidad de estructura”.
Todas las lenguas asignan el significado a la
palabra de manera arbitraria. Una palabra no tiene que sonar como
la cosa a la que se refiere, aunque existen palabras que si suenan
como las cosas a las que se refiere, como el “croar” de
una rana.
Todas las lenguas combinan las palabras de manera
sistemática para formar oraciones.
La universalidad de estos 4 rasgos llega
incluso al lenguaje de señas de las personas sordas.
En las últimas décadas, varias
investigaciones se han dirigido a los procesos de aprendizaje del lenguaje,
tanto por su propio valor como por las luces que arrojan sobre otras áreas
del aprendizaje. Ha habido mucha controversia sobre el modo preciso en
que se desenvuelve este proceso, pero es posible destacar cuatro componentes
que forman parte de él:
1. Imitación:
tiene un gran papel en el aprendizaje del lenguaje. Es evidente que
los niños aprenden sus primeras palabras oyendo e imitando.
2. Reforzamiento: es un poderoso medio de aprendizaje.
Si la palabra produce resultados favorables, se inclina a repetirlas.
Pero el reforzamiento no parece suficiente para explicar la adquisición
de la sintaxis.
3. Estructuras lingüísticas innatas.
El lingüista Noam Chomsky, piensa que todo ser humano nace con
las estructuras mentales para la adquisición del lenguaje,
que permite que el niño procese selectivamente la información
lingüística del medio y formule una gramática generativa
con la cual produce su lenguaje.
4. Desarrollo cognoscitivo: subraya la relación
entre el aprendizaje lingüístico y las nociones y conceptos
infantiles en desarrollo. Las estructuras gramaticales básicas
no están presentes en las primeras expresiones verbales, sino
que se desenvuelven progresivamente; de lo que los teóricos
concluyen que su aprendizaje depende del desarrollo cognoscitivo previo.
Así, cada patrón particular de habla no aparecerá
antes de que el niño adquiera el concepto en que se funda,
y son capaces de expresar sólo los conceptos que ella domina.
Entre las teorías sobre la adquisición
del lenguaje que gozan de mayor aceptación en el ámbito
de la psicolingüística, podemos mencionar las siguientes:
Teoría de Chomsky o del dispositivo
de adquisición del lenguaje:
Chomsky propone la existencia de una “caja negra” innata,
un “Dispositivo de Adquisición del Lenguaje” (LAD –
Language Acquisition Divice), capaz de recibir el input lingüístico
y, a partir de él, derivar las reglas gramaticales universales.
Este input es muy imperfecto; sin embargo, el niño es capaz de
generar de él una gramática que genera oraciones bien estructuradas
y que determina cual es la forma en que deben usarse y comprenderse éstas.
La naturaleza de este LAD no es conocida, pero es bastante aceptada la
idea de que el hombre tiene una tendencia innata para aprender el lenguaje.
Teoría de Bruner o de la solución de problemas:
Para Bruner, tanto las cogniciones como los contextos son cruciales para
el desarrollo del lenguaje. Bruner sugirió que el niño aprende
a usar el lenguaje para “comunicarse en el contexto de la solución
de problemas”, en lugar de aprenderlo per se; se enfatiza el aspecto
comunicativo del desarrollo del lenguaje más que su naturaleza
estructural o gramatical. De acuerdo con Bruner, el niño necesita
dos fuerzas para lograr el aprendizaje del uso del lenguaje. Una de ellas
es equivalente al LAD de Chomsky; la otra fuerza sería la presencia
de un ambiente de apoyo que facilite el aprendizaje del lenguaje. Bruner
denominó a estos procesos con el nombre de Sistema de Ayuda a la
Adquisición del Lenguaje (LASS – Language Adquisition Support
System). Dentro de este sistema sería relevante la presencia del
“habla infantil”, forma de comunicación que tienen
los padres con sus hijos pequeños, que se caracteriza por su lentitud,
brevedad, repetitividad, concentración en el “aquí
y ahora” y en su simplicidad; esta manera de comunicarse le permite
al niño “extraer la estructura del lenguaje y formular principios
generales”. Esta “habla infantil” aparecerá generalmente
en un contexto de acción conjunta, en el que el tutor y el niño
concentran su acción en un solo objeto y uno de ellos “vocaliza”
sobre él.
La teoría de Piaget:
Piaget resalta la universalidad de la cognición y considera al
contexto relativamente poco importante y escasamente influyente en los
cambios cualitativos de la cognición. El niño es visto como
constructor activo de su conocimiento y, por lo tanto, del lenguaje. Piaget
presentó una teoría integrada del desarrollo cognitivo,
que era universal en su aplicabilidad y fue caracterizada la estructura
subyacente del pensamiento. Su aproximación es constructivista
e interaccionista a la vez. Se proponen dos mecanismos constructores de
las estructuras cognitivas para tratar con entornos cada vez más
complejos: la organización y la acomodación. Estos principios
son aplicables al estudio del desarrollo del lenguaje; éste se
centraría en una expresión cada vez clara y lógica
del pensamiento y en una progresiva socialización, basada en la
capacidad progresiva del niño para comprender puntos de vista ajenos
(del lenguaje egocéntrico al social).
Teoría de Vygotsky o de las
influencias socioculturales:
Es un teórico dialéctico que enfatiza tanto los aspectos
culturales del desarrollo como las influencias históricas. Para
Vygotsky la reciprocidad entre el individuo y la sociedad, siendo definida
esta tanto histórica como culturalmente, es muy importante. El
contexto de cambio y desarrollo es el principal foco de atención,
dado que ahí es donde podemos buscar las influencias sociales que
promueven el progreso cognitivo y lingüístico. Para Vygotsky
el habla es, fundamentalmente, un producto social.
El lenguaje precederá al pensamiento e influirá en la naturaleza
de éste: los niveles de funcionamiento intelectual dependerían
de un lenguaje más abstracto. Además, habla y acción
están íntimamente unidas: mientras más compleja es
la conducta y más indirecta la meta, más importante es el
rol de la lengua.
Teoría de Skinner o del condicionamiento:
Para Skinner, el aprendizaje del lenguaje se produciría por simples
mecanismos de condicionamiento. En un principio los niños simplemente
imitarían, para después asociar determinadas palabras a
situaciones, objetos o acciones.
El aprendizaje del vocabulario y de la gramática se haría
por condicionamiento operante. Las personas que se encuentran alrededor
del niño recompensarán la vocalización de enunciados
correctos gramaticalmente, la presencia de nuevas palabras en el vocabulario,
la formulación de preguntas y respuestas, etc. y castigaría
con la desaprobación todas las formas del lenguaje incorrecto,
como enunciados agramaticales, palabras obscenas.
El problema de esta teoría es que no explica la similitud en el
desarrollo del lenguaje de todos los niños, aun presentando todos
diferentes historias de refuerzo en el ámbito de lo lingüístico.
Las investigaciones experimentales han demostrado
que el aprendizaje de la lectura tiene tres etapas (Egorov):
Analítica: El escolar
lee letras aisladas y pronto pasa a leer.
Sintética: Los estudiantes
con frecuencia se aceleran a sintetizar los elementos de las palabras
y las pronuncian en conjunto antes de que hayan percibido todos sus
elementos.
Analítico-Sintética:
Se regulan los dos lados del proceso y se consigue el paso rápido
y exacto de la palabra percibida visualmente a la palabra oral. Esta
es la etapa de la lectura de corrido.
Al igual que la lectura, el aprendizaje
de la escritura también tiene tres etapas (Gurianov y Sherbak):
Elemental:
El escolar fija su atención principal en los elementos que componen
las letras, en cómo debe coordinar los movimientos y utilizar
la pluma, el lápiz y el papel.
Literal: La atención se
fija principalmente en el dibujo de las letras, mientras que la representación
de sus elementos y la observación de las reglas técnicas
se automatizan.
Escritura coordinada: La atención
se fija principalmente en la unificación de las letras en la
palabra, en conservar el aspecto regular y uniforme de las letras por
su tamaño, inclinación, situación y distribución
en el renglón.
Después aparece una nueva tarea: Escribir conforme a las reglas
ortográficas.
La forma más desarrollada del lenguaje
escrito se alcanza cuando el sujeto puede exponer por escrito sus
pensamientos de manera consecuente y coordinada.
En este punto de nuestra intervención
retomaremos algunos de los postulados de Vygotsky, para sustentar nuestra
propuesta de estimulación oportuna de las inteligencias, particularmente
la Inteligencia Lingüística, para obtener un adecuado desarrollo
del habla y, posteriormente, de la lectura y la escritura.
Diferenciar entre aprendizaje (escolar)
y desarrollo, permitió a Vygotsky describir un principio central
en su teoría, la zona de desarrollo próximo. En gran medida
su razonamiento sobre ese concepto se derivó de una insatisfacción
con el uso de los test de Coeficiente Intelectual (CI) para medir la inteligencia
del niño. Consideraba que estos tests únicamente eran capaces
de medir la amplitud del conocimiento del niño en un momento dado.
En cambio, no decían nada de los procesos por los cuales el niño
llegaba a la solución. Para dar cuenta de esta discrepancia entre
producto y proceso, Vygotsky propuso la zona de desarrollo próximo.
Este concepto teórico fue introducido para explicar la distinción
entre el nivel de desarrollo real del niño, medido por los tests
de CI, por ejemplo, y el nivel de desarrollo potencial. El último
nivel se caracteriza por lo que el niño es capaz de llegar a conseguir
dado su desarrollo sociocultural hasta ese momento.
Para valorar el nivel potencial de desarrollo
sería necesario presentar al niño un problema cuya solución
esté por encima de sus capacidades mentales y permitirle interactuar
con otra persona mientras busca la respuesta. Los procesos por los cuales
el niño llega a la solución darían una idea más
ajustada de su capacidad intelectual que el simple examen de lo que ya
sabía.
Más formalmente, Vygotsky definió
la zona de desarrollo próximo como “la distancia entre el
nivel de desarrollo real determinado mediante la resolución independiente
de problemas y el nivel de desarrollo potencial estimado a través
de la resolución de problemas bajo la guía de un adulto
o en colaboración con compañeros más capaces”.
Trazar la zona haría posible descubrir
lo que el niño es capaz de conseguir en un momento dado y también
lo que podría conseguir en un futuro próximo.
Para que el niño aprenda habría
que establecer tareas que estén un poco por encima de su nivel
de desarrollo real y dirigir la instrucción hacia su nivel de desarrollo
potencial. La instrucción juega un papel fundamental en la teoría
de Vygotsky, especialmente porque para él instrucción significaba
enseñanza y aprendizaje combinados. La instrucción sería
el mecanismo por el cual el niño podría evolucionar intelectualmente
e interiorizar los procesos necesarios para ese desarrollo. El adulto
o un compañero más capaz en colaboración con el niño,
le trasmitiría los instrumentos sociales, los cuales podrá
utilizar en la interacción y posteriormente por sí solo,
independientemente.
La idea del aspecto instruccional de la
zona de desarrollo próximo ha generado una gran cantidad de investigaciones
en los últimos años y los psicólogos están
empezando a identificar procesos de funcionamiento cognitivo individual
que tienen sus raíces en la interacción social.
De acuerdo con Vygotsky, el aprendizaje
y el desarrollo están interrelacionados desde muy pronto en la
vida del niño. Dentro de este marco, Vygotsky pudo examinar cómo
cambian las funciones del lenguaje hablado en los niños pequeños.
El habla se vuelve interior porque su función cambia con el desarrollo
del niño. El habla egocéntrica es funcionalmente habla interior
en el sentido en que el niño la utiliza para sí mismo. En
ese sentido, el habla egocéntrica es precursora del habla interiorizada,
con sus funciones de planificación y control, aunque es comunicativa
en cierta mediad.
Respecto al desarrollo del lenguaje, Vygotsky
afirmó que los niños aprenden este último de los
adultos, asimilando los nombres de los objetos del ambiente. Los niños
hacen preguntas a los adultos y no solamente adquieren información
lingüística, sino también información sobre
una serie de fenómenos. En general, los niños están
acostumbrados a ser instruidos, a aprender, incluso antes del período
de aprendizaje formal en la escuela. Han tratado algunos de los conceptos
intelectuales que les serán enseñados en la escuela y el
aprendizaje escolar debería por tanto construirse sobre el aprendizaje
y la experiencia que ha tenido lugar antes. Sin embargo hay algunas diferencias
entre le aprendizaje preescolar (en casa) y el aprendizaje con que el
niño se enfrenta en la escuela.
Por escritura, Vygotsky entendía
el lenguaje escrito en lugar de los procesos de escritura. Consecuentemente,
en términos evolutivos, éste implicaría tanto el
aprendizaje de la lectura como el de la escritura.
Normalmente el proceso de la escritura se
enseña dentro de las estrechas limitaciones del currículum
escolar. No se concibe como una actividad de desarrollo continuo. Esto
contrasta fuertemente con la prominencia y el alto grado de importancia
concedido a la escritura como actividad cultural y social. El aprendizaje
de la escritura también está ensombrecido por el de la lectura.
Parte del problema reside en el hecho de que es difícil enseñar
la escritura. Se anima al niño a que haga trazos sobre el papel,
pero no necesita escribir. Enseñar a escribir requiere esfuerzo
por parte del profesor y habilidades de motricidad fina y motivación
por parte del niño.
En el juego de ficción, el niño
aprende que una caja puede ser la cama de una muñeca o que un palo
largo puede ser una espada. Vygotsky estableció paralelismos entre
estos juegos y los primeros dibujos del niño. El nivel de simbolismo
en los dos casos es frecuentemente bastante imperfecto, pero existe una
evidencia rudimentaria de que el niño puede entender que los objetos
cotidianos se pueden representar de diversas formas. Todo esto ocurre
de forma natural y espontánea y constituye en precursor de ulteriores
desarrollos.
En el caso del desarrollo de la escritura
se da un desplazamiento desde dibujar líneas y garabatos a darse
cuenta de que de hecho éstas pueden significar algo. Además,
existe una distinción entre dibujar y escribir. Las figuras que
simbolizan objetos como hombres, casas, árboles o caballos, se
han de diferenciar de las líneas y figuras que son signos.
El niño se da cuenta de que el habla
también se puede representar con la escritura. Vygotsky postuló
que la progresión en el desarrollo sería de “dibujar
cosas a dibujar el habla”.
Recogiendo el sentido de la propuesta de
Vygotsky de intentar organizar y facilitar la transición de dibujar
cosas a dibujar el habla, deben hacerse intentos de introducir esta secuencia
como fundamento para enseñar al niño la escritura.
Bajo este marco de referencia científico-teórico
desarrollaremos nuestra propuesta en este taller, haciendo énfasis
de los aportes aquí expresados y en los recursos que los padres
y docentes pueden emplear en el hogar y el aula, respectivamente, para
potenciar las capacidades innatas de los niños y mejorar las áreas
en que se detecte posibles deficiencias.
Bibliografía:
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