Al hablar del Lenguaje necesariamente nos tenemos
que remitir a otros conceptos que están en estrecha relación
con este. Y es que el habla y el lenguaje, a través de procesos
de maduración y desarrollo, hacen posible la comunicación
humana.
Iniciemos pues este diálogo definiendo someramente
algunos de estos conceptos que nos permitirán adentrarnos al maravilloso
universo del Lenguaje.
Cuando nos referimos a Maduración lo hacemos
indicando un proceso programado genéticamente y que responde a
pautas filogenéticas y ontogenéticas preestablecidas.
Aprendizaje, sin embargo es el proceso resultante de
la interacción con el entorno, utilizando todas las capacidades
que provee la maduración. Mientras que Desarrollo es la convergencia
de la maduración y el aprendizaje.
Visto desde este punto de vista, podemos afirmar que
el Lenguaje es un fenómeno cultural y social que permite, a través
de signos y símbolos adquiridos, la comunicación con los
demás y con nosotros mismos y que se halla instalado sobre un desarrollo
suficiente de funciones neurológicas y psíquicas.
Debemos aclarar desde ahora, que al referirnos al Lenguaje
nos dirigimos hacia una función adquirida y dependiente en su mayor
parte del desarrollo cultural del medio ambiente y su influencia sobre
el individuo.
En esta oportunidad no nos detendremos a revisar las
múltiples aferencias y eferencias del sistema nervioso central
que permiten la realización del Lenguaje. Dialogaremos acerca de
las etapas de adquisición progresiva de las estructuras lingüísticas
del niño y sobre algunas sugerencias para su mejor y mayor estimulación.
PERIODOS DE DESARROLLO DEL LENGUAJE EN EL NIÑO
PERTENECIENTE A LA CULTURA OCCIDENTAL, PARTICULARMENTE A LA CULTURA HISPANA:
El habla y lenguaje normal del niño entre cero y nueve meses:
Si partimos de la definición de Lenguaje dada
anteriormente, no podremos llamar "lenguaje" a ninguna de las manifestaciones
del recién nacido. Por lo tanto esta etapa la consignaremos como
"pre-lingüística" y coincidirá, hasta el final de las
reacciones circulares secundarias de Piaget, con las tres primeras etapas
de la fase senso-motriz.
Sabemos bien que el niño ya oye desde antes de
nacer. Pero es evidente que si bien oye, no le otorga a lo audible una
significación determinada. Durante los primeros meses, la percepción
resulta evidente, pero no así la significación de lo percibido.
Es recién entre los 8 y 9 meses de vida extrauterina que el niño
comienza las imitaciones del mundo sonoro que lo rodea y su primera atención
la dirige hacia sus propias emisiones sonoras que para esa época
son silábicas. Durante los 8 primeros meses va a existir un continuo
reaccionar reflejo frente a estímulos táctiles, kinestésicos,
auditivos, visuales. Va a existir también una evolución
en la postura y en el movimiento voluntario y todo esto va a ir dejando
una experiencia concreta del propio cuerpo y del mundo circundante que
debe ser aceptada como una condición necesaria para la aparición
del habla.
El habla y lenguaje normal del niño entre 9 y 18 meses:
Durante este periodo el niño ve evidenciando
atención y respuesta ante su nombre, en el décimo mes comprende
o parece comprender significaciones convencionales del "no" y del "mamá",
si bien en un principio la significación que el niño le
otorga a algunas palabras como "mamá", no es la misma que le otorga
el adulto.
A los diez meses el niño imita al adulto. Repite
sonidos y sílabas después que los hace el adulto. Hacia
los once meses comienza el empleo de palabras sencillas con un significado
preciso. Algunas palabras adquieren un carácter generalizador.
Por ejemplo: ante la pregunta ¿dónde está el auto? El niño
busca cualquier juguete.
Alrededor de los 12 meses ya el niño es capaz
de realizar acciones motrices bajo la sugestión de órdenes
dichas oralmente: el dame y el toma serán las primeras acciones
de contenido verbal transitivo que llegará a captar. Imita con
facilidad nuevas sílabas; pronuncia 10 palabras aproximadamente.
Entre los 12 y 18 meses el niño alcanza a expresar
un promedio de 15 palabras, comenzando con mamá, papá, a
las que otorga un amplísimo significado y continuando con una "jerga"
(habla infantil) que se va acentuando a medida que las posibilidades fonoarticulatorias
van siendo mayores, y hasta el momento en que la etapa comprensiva logre
desarrollarse suficientemente como para superar esta situación.
No debemos olvidar que en esta edad las distracciones
son frecuentes pero, aun así órdenes como "abre la boca",
o "dame la pelota" pueden ser comprendidas por la mayoría de los
niños y realizadas correctamente.
El habla y lenguaje normal del niño de 1 ½
años:
A la edad de 18 meses el niño usa aproximadamente
20 palabras, incluyendo nombres. Refleja en el juego algunas acciones
observadas con mayor frecuencia. Reconoce fotografías de personas
y objetos familiares. Combina dos palabras, que en su mayoría son
sustantivos (nombres) o verbos (acciones), tales como: "Papito va", "mamita
leche", etc. Utiliza palabras para expresar lo que quiere, tales como:
"más", "upa", "allí", "abajo", "no", "ese", "este". Imita
palabras o sonidos en forma precisa. Apunta y hace gestos para llamar
la atención sobre algo deseado.
Cuando se le pide, lleva objetos familiares de un lugar
a otro. Hojea un libro volteando varias páginas a la vez. Dice
"adiós" moviendo la mano. Imita actividades domésticas,
tales como: poner la mesa, secar con toallitas. Sigue instrucciones simples.
Tararea y canta tonadas sencillas.
El habla y lenguaje normal del niño de 2 años:
El niño próximo a los dos años,
en ambiente de ciudad, posee unas 300 palabras promedio, aunque es preciso
reconocer que varias de ellas son simplemente juegos fonoarticulatorios
y auditivos placenteros sin significación alguna.
Además, aun a esta edad la palabra con significado
de frase (palabra–frase) existe, y es así como "agua" vendrá
a significar "quiero tomar agua" o "está lloviendo" o "ahí
hay un charquito" o "vamos a jugar con agua" etc.
Comprende preguntas e instrucciones sencillas.
Identifica las partes de su cuerpo.
Explica a su manera situaciones usando principalmente nombres de
cosas, acciones y personas.
La entonación de su voz es importante al darle significado
a las palabras.
Entabla "conversaciones" consigo mismo y con muñecos.
Elabora preguntas tales como: "¿Qué es eso?", "¿Qué
es esto?", "¿Dónde está...?".
Construye oraciones compuestas de 2 ó 3 palabras que, generalmente,
son sustantivos y verbos.
Se refiere a sí mismo por su nombre; empieza a usar pronombres
personales (yo, tú, él...).
Identifica y nombra dibujos.
Puede hablar en plural agregando la "s"; pero sus oraciones se caracterizan
por no concordar en género y número.
Pide de comer, de beber o ir al baño.
Escucha relatos de cuentos ilustrados.
El habla y lenguaje normal del niño de 2 ½
años:
Tiene un vocabulario de 450 palabras aproximadamente.
Dice su nombre
Usa el verbo "ir" en los tiempos presente, pasado y futuro más
otro verbo en infinitivo: "voy a comer".
Utiliza el género y el plural de algunas palabras.
Combina nombres y verbos en frases.
Comprende conceptos simples de tiempo: "anoche", "mañana".
Se refiere a sí mismo como "yo", más que por su nombre.
Empieza a utilizar posesivos como: "de" + "el nombre": "de Pepe".
Trata de obtener atención de los adultos: "mírame".
Le gusta escuchar cuentos repetidos.
Usa la palabra "no" en su lenguaje, utilizando frases de negación
tales como: "no quiero", "no está".
Habla con otros niños, tanto como con adultos.
Empieza a controlar su conducta verbalmente en lugar de físicamente.
Aparecen las preguntas: "¿Dónde?", ¿adonde?, ¿por qué?,
¿para qué?, ¿cuándo?.
Usa frases cortas para hacer comentarios de lo que está haciendo.
Iguale o aparea de 3 a 4 colores.
Conoce los conceptos: "pequeño" y "grande".
Dice su edad con sus dedos.
El habla y el lenguaje normal del niño de
3 años:
Alrededor de los 3 años el niño ha adquirido
muchas palabras nuevas aproximándose a 1,200 el número de
las que expresa. El niño de esta edad usa frases y contesta a preguntas
simples. Aprende con facilidad versos y canciones sencillas. Emplea oraciones
subordinadas aunque gramaticalmente no siempre sean correctas.
Entiende y produce frases de tiempo como: "ayer", el lunes", "hora
de la comida", "esta noche", "todos los días".
Usa palabras para relacionar observaciones, conceptos e ideas.
Frecuentemente practica hablando consigo mismo.
Empieza a comprender oraciones de lugar, tales como: "pon el cubo
(debajo, enfrente, detrás) de la silla. Sin embargo, le es difícil
entender: "al lado".
Conoce su apellido, sexo, el nombre de la calle en donde vive y algunas
rimas infantiles.
Puede hablar de un cuento o relacionar una idea u objeto.
Usa oraciones compuestas de 4 a 5 palabras.
Aparecen oraciones adverbiales introducidas por preposiciones: "está
en la escuela".
Puede pronunciar los sonidos de los siguientes fonemas: /m/, /n/,
/p/, /w/, /t/, /k/, /b/, /j/, /l/, /s/, /ch/.
Usa formas posesivas como: "mío", "mía", "tuyo", "de",
más el nombre (de mi mamá), y los pronombres reflexivos
"te" y "se".
Usa formas verbales simples y complejas tales como: "estoy jugando",
"voy a jugar".
Usa las oraciones de negación utilizando palabras tales como:
"nada", "nunca", "nadie" y "ni".
Empieza a usar oraciones compuestas unidas por "y", "que", "donde",
"como".
Expresa verbalmente fatiga (dice que está cansado).
El habla y el lenguaje normal de niños de
4 años:
El niño de 4 años posee un vocabulario
de unas 1,500 palabras: es el niño preguntón, a quien no
le interesa mayormente las respuestas que obtenga pero si adaptarlas a
su forma de ver el mundo; es el niño que acepta las respuestas
globalmente, sin llegar al análisis de las palabras, es el niño
que juega deliberadamente con palabras que sabe incorrectas para el uso
que les otorga y que difiere las respuestas de preguntas concretas o de
verbalizaciones no presentes para el momento en que su pensamiento se
halla encausado hacia el sentido de la pregunta (respuesta diferida).
Sigue instrucciones aunque no estén presentes los objetos.
Entiende conceptos de: "en la mañana temprano", "el siguiente
mes", "a cualquier hora", "el próximo año".
Señala el color rojo, el azul, el amarillo y el verde.
Identifica cruces, triángulos, círculos y cuadrados.
Formula muchas preguntas acomodando las respuestas más a sus
pensamientos que a la explicación.
Utiliza oraciones empleando de 4 a 5 palabras.
Hace preguntas usando: "Quién", "¿Por qué?".
Utiliza oraciones complejas.
Utiliza correctamente el tiempo pasado y pronuncia adecuadamente
los fonemas: /m/, /n/, /p/, /f/, /w/, /y/, /ll/, /k/, /b/, /d/, /g/,
/r/, /ch/, /s/.
El habla y el lenguaje normal del niño de
5 años:
A los 5 años de edad el niño conoce relaciones espaciales
como: "arriba", "abajo", "detrás", "cerca", "lejos".
Puede definir objetos por su uso (tú comes con el tenedor)
y puede decir de qué están hechos los objetos.
Sabe su dirección.
Construye oraciones utilizando de 5 a 6 palabras.
Posee un vocabulario de aproximadamente 2,000 palabras.
Usa los sonidos del habla (fonemas) correctamente con las posibles
excepciones de /rr/ y /z/.
Conoce opuestos comunes como "grande/chico" y "suave/duro".
Entiende el significado de las palabras: "igual" y "diferente".
Cuenta 10 objetos.
Sigue la secuencia de un cuento.
Utiliza los tiempos presente, pasado y futuro de los verbos.
Distingue izquierda y derecha en sí mismo; pero no en otros.
Tiene bien establecido el uso de los pronombres.
Usa todo tipo de oraciones, algunas de las cuales pueden ser complejas,
por ejemplo: "Yo puedo entrar a la casa después de quitarme mis
zapatos mojados".
El habla y el lenguaje normal del niño de
6 años:
Tiene una fonoarticulación correcta.
Usa una gramática adecuada en oraciones y conversaciones.
Comprende el significado de la mayoría de las oraciones.
Nombra los días de la semana en orden y cuenta hasta 30.
Predice lo que sigue en una secuencia de eventos y narra una historia
compuesta de 4 a 5 partes.
Nombra el día y mes de su cumpleaños, su nombre y dirección.
Distingue entre izquierda y derecha.
Conoce la mayoría de las palabras opuestas y el significado
de "a través", "hacia", "lejos", y "desde".
Sabe el significado de las palabras: "hoy", "ayer" y "mañana".
Formula preguntas utilizando frecuentemente: "¿Cómo?", "¿Qué?"
y "¿Por qué?".
SUGERENCIAS PARA LA ESTIMULACION DEL HABLA Y EL LENGUAJE
DEL NIÑO DE 0 A 6 AÑOS:
De 6 a 12 meses:
Responda a sus balbuceos y gorjeos.
Háblele frecuentemente.
Léale cuentos todos los días.
Utilice un lenguaje simple y concreto.
Recítele rimas infantiles.
Cántele o tararé melodías infantiles.
Enséñele nombres de objetos de su vida y personas familiares.
De 1 año de edad:
Estimule juegos de imitación.
Léale cuentos cortos.
Recítele rimas infantiles.
Evite presionar al bebé para que responda a un estímulo.
Recompense y estimule sus pequeños esfuerzos al producir nuevas
palabras.
De 1 año y medio:
Háblele despacio con palabras claras y sencillas.
Léale frecuentemente.
Proporciónele experiencias para estimular el habla y el desarrollo
del lenguaje, tales como: caminar, ir de compras, sembrar una planta,
ir de día de campo, limpiar la casa o el patio con él.
Imite e identifique sonidos con su niño, tales como: el ladrido
del perro, canto de un pájaro, una sirena de ambulancia o policía,
etc.
Describa lo que el niño hace, siente y escucha.
Haga de la experiencia de hablar y escuchar una actividad divertida
e interesante.
De 2 años:
Repítale nuevas palabras una y otra vez.
Léale cuentos con dibujos sencillos y de colores.
Estimúlele a escuchar y seguir instrucciones al realizar juegos:
"levanta la pelota", "dame el globo", etc.
Escuche música con él.
Evite decirle: "no te entiendo" cuando esté hablando.
Lleve al niño a viajes, excursiones y días de campo;
convérsele acerca de lo que está viendo.
Hágale preguntas para estimular su habla, lenguaje y pensamiento.
De 2 años y medio:
Permítale al niño que responda a preguntas simples.
Describa lo que está haciendo, planeando o pensando.
Exponga al niño a constantes experiencias nuevas y háblele
acerca de ellas, durante y después del evento.
Formúlele preguntas para estimular su lenguaje y pensamiento.
Extienda las expresiones del niño. Por ejemplo, si dice "más
jugo", se le responde "Carlos quiere más jugo".
Introduzca vocabulario y conceptos nuevos de una manera regular.
De 3 años:
Extienda su conversación y utilice palabras que se le dificultan
en la misma.
Enséñele relaciones entre palabras, objetos e ideas.
Ayude al niño a contar cuentos usando libros y dibujos.
Léale cuentos largos.
De 4 años:
Ayúdele a clasificar objetos y cosas, explicando el por qué
pertenecen a tal o cual categoría.
Enséñele a usar el teléfono, la televisión,
el equipo de sonido, etc.
Léale historias cada vez más largas.
Permítale crear y contar cuentos.
Muéstrele constantemente su interés en el desarrollo
de su lenguaje y pensamiento.
No espere total perfección en la forma de pronunciar las palabras.
De 5 años:
Invítelo a usar su lenguaje para expresar sus sentimientos,
ideas, sueños, deseos y temores.
Proporciónele oportunidades de aprender canciones, rimas o
versos de memoria.
Léale cuentos largos.
Hable con el niño de temas variados sin utilizar términos
y formas infantiles.
Recuerde que el niño comprende más de lo que es capaz
de hablar.
De 6 años:
Pídale al niño que lea cuentos.
Ayude al niño a escribir su propio libro de cuentos con dibujos.
Pídale que actúe diversos cuentos o juegos.
Dé al niño tareas que impliquen recordar una lista
de instrucciones.
Permita que el niño vea videos especiales o programas de televisión
para pedirle después que narre lo que vio.
Permita que el niño participe en discusiones que involucren
la toma de decisiones.
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