I. LOS ACELERADOS CAMBIOS QUE ADELANTARON EL PROXIMO
MILENIO
La imagen del siglo XXI está fuertemente
asociada a los cambios de todo orden, algunos de ellos inimaginables.
Sin embargo, varias de dichas aceleradas transformaciones ya se están
dando y las estamos viendo y viviendo. Por ello, es mejor partir no tanto
por insistir mucho en la referencia al próximo siglo sino, más
bien, por reconocer que ya estamos inmersos en él.
Más aún, hay quienes señalan,
con alguna razón, que el presente siglo XX concluyó apresuradamente
en 1989 con la caída del muro de Berlín. Hay algo de cierto
en dicha afirmación, no sólo por la enormidad del cambio
en los parámetros políticos que ese singular momento ayudó
a cristalizar, sino por la consolidación de un nuevo paradigma
productivo, en cuya base estuvo una progresiva globalización de
los mercados, una aceleración del conocimiento científico
tecnológico y de las comunicaciones.
Eric Hobsbawn nos recuerda que vivimos en una época
que transformó radicalmente, como nunca antes en la historia, la
vida humana y las sociedades en que ella ocurre, en un lapso relativamente
breve de tiempo. En su monumental obra sobre el que denomina "corto siglo
XX", se refiere a tres principales cambios acaecidos:
a) El primero está referido al increíble
proceso de urbanización mundial. La historia humana registra una
mayoría de seres humanos viviendo de la tierra y sus animales;
ello fue evidente hasta la Segunda Guerra Mundial. Hoy los campesinos
forman una minoría de la población; la veloz urbanización
ocurrida entre 1950 y 1975, determinó que en España y Portugal,
en Colombia y México, el porcentaje de los campesinos cayera por
la mitad en 20 años y que en República Dominicana y Jamaica
junto a Irak y Argelia, cayera en cifras mayores del 50%. Esta urbanización
está asociada a la extraordinaria explosión demográfica
que desde 1950 multiplicó la población mundial por 2,5 y
la latinoamericana por casi 4.
b) El segundo gran cambio considerado es la creación
sin precedentes de intelectuales como un fenómeno demográfico
masivo. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Alemania, Francia y Gran Bretaña
con una población total de 150 millones no poseían más
de 150 mil estudiantes universitarios. En los años 80 sólo
Ecuador tenía más del doble de esa cantidad. La explosiva
expansión de estudiantes universitarios constituye un signo de
nuestros tiempos. Habría que añadir a lo señalado
por Hobsbawn, que los países del norte poseen proporcionalmente
nueve veces más científicos, cinco veces más estudiantes
universitarios y 24 veces más inversión en investigación
tecnológica, que los del sur.
c) La tercera mudanza es la posición de las mujeres.
En 1940 apenas el 14% de las mujeres casadas en EE.UU. que vivían
con sus maridos trabajaban fuera; en 1980 ya eran más de la mitad.
Este gran avance femenino se expresa el hecho, impensable antes de 1950,
de que hoy las mujeres ocupan en varios países del orbe, cargos
de presidente o primer ministro.
A los elementos anteriores, debe sumarse otro gran
cambio central:
En las últimas dos décadas la transformación
del hábitat humano se ha hecho a una velocidad nunca vista en la
historia. Hoy se reconoce una segunda revolución tecnológica-
muy distante de la máquina de vapor y la producción industrial-
cuyos emblemas más significativos son el ordenador o computador,
la informática y la microelectrónica que están introduciendo
significativos cambios en las formas de comunicación, de vivir
y de organización social y económica. Para analizar su impacto,
bastaría con señalar tres hechos:
I) para poder conectarse a la comunidad intelectual,
financiera y empresarial del mundo es indispensable estar asociado a Internet;
el mercado de mayor crecimiento en los próximos 20 años
no será China, sino Internet;
II) hoy el dinero plástico mueve más fortunas
que el dinero físico; y
III) el uso del dinero cibernético para operaciones
bancarias e información codificada para proteger archivos personales
está determinando crecientes dificultades para que las naciones
puedan aplicar impuestos y para que los sistemas financieros puedan, a
su vez, controlar o seguir estos movimientos económicos.
Ha existido una visión inmediatista en el
sentido de que estos profundos cambios traerían paz y bienestar
colectivas. Hoy dicha visión está siendo profundamente revisada
y es menos optimista. La experiencia de los años recientes no ha
conducido necesariamente a mejorar la calidad de vida del conjunto de
la humanidad.
Existen por lo menos tres situaciones en el ámbito
planetario que demandan reflexión y acciones para superarlas:
. La creciente desigualdad entre países ricos
y pobres, reforzada por el crecimiento desproporcionado de la población
de los países pobres, es la mayor evidencia de un deterioro global.
Hoy 26 países con poco menos del 15% de la población mundial
disfrutan de un PNB per cápita medio encima de los U$ 18 mil, mientras
más de la mitad de la humanidad -32 billones de personas- sobrevive
con un PNB per cápita de aproximadamente U$ 330. En otros términos,
el quinto más rico de la población mundial concentra
el 82.7% de los ingresos internacionales, mientras que el quinto más
pobre alcanza sólo al 1.4% del PGB.
. El crecimiento económico ilimitado de los
países ricos gracias a los extraordinarios triunfos de la ciencia
y tecnología productiva y el uso descontrolado del mundo cibernético,
representa un desastre ecológico que pone hoy en riesgo de convertir
inhabitable a nuestro planeta/ y un real peligro de libertinaje y degradación
sin límites /.
. El colapso de los regímenes de economía
estatal centralizada y el auge del neoliberalismo tienden a minimizar
la acción del Estado y a maximizar la del mercado capitalista sin
control de la acción pública. Asimismo, se han dejado de
lado las visiones globales que pretendían una única interpretación
de la realidad para dar paso a admitir la evidencia que el conocimiento
nunca será completo y que debemos estar permanentemente abiertos
a otros nuevos y distintos.
Todo lo anterior nos invita a considerar que las
sociedades humanas y las relaciones de personas dentro de ellas han pasado
y están pasando por un terremoto económico, tecnológico
y social que afecta la vida de todos. Los niños de hoy serán
jóvenes y adultos de un siglo XXI que ya han comenzado a vivir
en la última década del presente milenio.
II. POSIBLES ESCENARIOS EN EL SIGLO XXI
El próximo e inminente milenio tendrá
múltiples características que condicionarán, de un
modo u otro, la acción y estrategias de la educación infantil
y del conjunto de los sistemas educativos.
Apoyándonos en pronósticos de un núcleo
selecto de inteligencias instadas a imaginar y pensar el futuro, podemos
afirmar que el siglo XXI tendrá expresiones que demandarán
respuestas e interpretaciones educativas distintas a las de ahora. Señalemos
algunas de sus más relevantes hipótesis:
Efectos de la victoria del capital
Se confirmará lo que en este fin de siglo
se insinúa como la era del pragmatismo lúcido, despojándose
la economía y política modernas de todo conjunto preestablecido
de reglas. A medida que la vida económica se torna más compleja
y abundante, aumenta y, a la vez, disminuye la necesidad de regulación
gubernamental.
Asimismo, la victoria del capital se traduce en
un nuevo perfil de sociedad que - tanto en el centro como en la periferia
- aparece marcado por disgregación y polarización crecientes.
No contenta con rehacer la sociedad, la agigantada empresa capitalista
volcará sobre sí misma "sus formidables energías
creadoras y destructoras: los progresos de la automatización y
la racionalización, que primero ralearon las filas de los trabajadores
manuales y luego las de los administrativos, han invadido ya la esfera
gerencial " (Tulio Halperin Donghi, 1995).
La globalización acentuará desigualdades
entre naciones
Ligado a los anteriores acápites, estará
el problema de si los valores que, de una manera más o menos exitosa,
estuvieron representados en las instituciones de las democracias industriales
pueden sobrevivir a la desintegración de la nación-estado
como una unidad socioeconómica, consecuencia inevitable de la globalización
de la economía mundial. Todo lleva a pensar que la globalización
del mercado no resolverá sino acentuará el problema de las
desigualdades actuales en los niveles de vida entre un habitante de países
como Nicaragua y otro de países como Canadá. El conflicto
entre justicia y lealtad y la obligación de seguir luchando por
una democracia global utópica, marcarán severamente las
relaciones planetarias. La demanda universal de obtener igual dignidad
para todos los hombres y todas las mujeres no dejaría lugar a las
lealtades particulares con su propia cultura, su bienestar y tradición
histórica entre los hoy beneficiados en dicha globalización
(Richard Rorty, 1995).
Por ello, enfatiza J. Kenneth Galbraith (1995),
debiera haber una preocupación mayor porque todos tengan una oportunidad
de empleo y progreso social y económico. Debiera crearse, asimismo,
una red de seguridad para aquellos que pudieran lograrlo. Una buena educación
para todos, de acuerdo a esta premisa, tórnase en factor decisivo.
La relación entre el Norte y el Sur y las
presiones migratorias
Aunque haya excepciones de autodesarrollo, como
el de China, para que la mayoría de los países del Sur-
representando una población de cerca de 80% del mundo a mediados
del próximo siglo- superen su subdesarrollo se requerirá
una amplia modificación del cuadro internacional y, sobre todo,
de su propio cuadro doméstico. Por otro lado, el vacío político
dejado por el comunismo y la actual crisis de la democracia social, podría
ser llenado por los movimientos de nacionalismo xenófobo y de intolerancia
religiosa (Eric Hobsbawn, 1995). La ruptura de la actual relación
perversa entre el Norte y el Sur requiere, según Helio Jaguaribe
(1995), de tres elementos: "el acelerado incremento de la educación
popular y de la capacitación de las masas, con la consiguiente
elevación de la productividad del país"; una disciplina
de la elite que reduzca, a cambio de compensaciones cívicas, su
acción apropiativa; y una intervención internacional que
propicie esas dos tendencias e incremente la capacidad productiva del
país y sus ganancias de exportación. De lo contrario, la
defensa contra la actual presión migratoria obligará a países
del Primer Mundo a formas más autoritarias y brutales de persecución
y manutención de las masas inmigrantes. Esto supondría introducir
cambios en las Naciones Unidas, para que la ONU pueda tener más
poder regulador en favor de los grandes intereses colectivos de la humanidad-
en los sectores de salud, educación, economía, transportes,
comunicaciones, seguridad internacional, promoción del desarrollo
y defensa del medio ambiente- logrando un mayor equilibrio y equidad mundial.
La alternativa será: un moderno social-humanismo o la barbarie
desde dentro y desde fuera.
La precariedad laboral y los cambios en el empleo
El tema más crítico de la agenda social
del futuro será el del empleo. De seguir las tendencias actuales
probablemente en el siglo XXI haya más desempleados que empleados
y, además, los nuevos tipos de empleos tendrán como característica
estar basados en la habilidad para la acumulación y el manejo del
conocimiento. La tecnología avanzada y la automatización
modificarán definitivamente el empleo; el progreso tecnológico
no se centrará en el ahorro de mano de obra sino en el ahorro de
capital, lo que importará será mejorar la rentabilidad y
la productividad en los servicios. El factor clave para definir los ingresos
de los trabajadores ya no será su mano de obra sino su capacidad
intelectual. El trabajador no venderá su capacidad para hacer
un producto, sino la franquicia para usar el software o los productos
electrónicos que haya creado; será la industria del copyright,
lo que hoy ya se observa en las producciones de cine y música.
Las grandes empresas tendrán como planta permanente un núcleo
altamente calificado de técnicos y dispondrán de un conjunto
de empresas de contratistas y consultores que trabajarán con dedicación
exclusiva para su firma y sólo eventualmente para la empresa contratante.
Se dispondrá de una gran cantidad de trabajadores con dedicación
parcial, que dedicarán sólo parte de su tiempo al trabajo,
para así atender otras necesidades como el cuidado de los hijos,
el descanso en el caso de los jubilados, el tiempo de estudio para los
jóvenes (León Trahtemberg, 1995). Además, se prevé
que la vida laboral de una persona se caracterizará por una constante
rotación y cambios de empleos en áreas heterogéneas.
El libro cibernético y los multimedios
El actual paso del libro escrito/impreso al texto
electrónico y a la lectura en pantalla, considerado como una revolución
mayor que la de Gutemberg- pues no sólo es una revolución
técnica sino también una revolución de la lectura-
demandará nuevas concepciones y estrategias de acción educativa
e institucional, ya que el lector se convierte en uno de los actores de
una escritura a varias manos y se halla en posición de construir
nuevos textos. La política editorial tendrá que elaborarse
sobre la base de parámetros surgidos de un nuevo contexto influenciado
por el incremento de los espacios cibernéticos. Se demandará
con urgencia a la biblioteconomía la tarea de recoger, proteger,
censar los objetos escritos del pasado, "aún los más humildes"
(Roger Chartier, 1995). Asimismo, la generalización de diarios
electrónicos y de los multimedios demandará estrategias
de comunicación e interaprendizaje de tipo interactivo, posibilitando
que los alumnos o participantes sean capaces de recibir y transmitir.
"Al igual que los diarios, los multimedios del futuro no serán
buenos ni malos; eso dependerá de cómo los usemos. Pueden
acercarnos a la utopía de una democracia más humanitaria
y equitativa o crear abismos sociales más hondos, según
los diferentes grados de acceso a la información" (Roberto Pablo
Guareschi, 1995).
Los nuevos ámbitos institucionales de la
educación
En medios hoy altamente industrializados
y en sectores pudientes de países en vías de desarrollo,
la escuela como escenario para el estudio será gradualmente desplazada
por un aprendizaje realizado esencialmente con medios audiovisuales interactivos
de teleaprendizaje. Estos sistemas podrán seguirse llamando escuelas,
universidades o institutos, pero su forma de operar será a través
de telecursos, en los que el lugar, la distancia o la asistencia serán
irrelevantes. Tecnológicamente las escuelas no se identificarán
con un local sino con franquicias de telemedia a través de las
cuales se accederá a los servicios de enseñanza; por ello
los estudiantes podrán cambiar con mucha facilidad de sus centros
o servicios educativos. El moderno aprendizaje integrado será totalmente
diferente a la actual instrucción compulsiva, estará basado
en el descubrimiento. Este es espontáneo, independiente, cooperativo
y caracterizado por un hiperaprendizaje/ que ocurre en cualquier ambiente
y afectará todas las formas conocidas de aprendizaje. Todo esto
exigirá el cambio de los sistemas de evaluación y acreditación,
privilegiándose aquellos que acrediten la obtención de competencias
específicas en el momento que éstas sean solicitadas. Esta
nueva institucionalidad educativa tendrá ambientes que se parecerán
poco a las aulas o edificios escolares que conocemos, bajo un mismo techo
coexistirán múltiples alternativas de entretenimiento, bibliotecas,
cuidados de la salud, teatros, juegos y programas telecomputerizados de
actividades. (León Trahtemberg, 1995).
Sin embargo de lo anterior, siempre se requerirán
de métodos y caminos que aseguren un adecuado y continuo vínculo
humano entre profesores y alumnos. Los niños- sin exclusión
de países y de condición social y particularmente en los
primeros años- seguirán requiriendo de ambientes escolares
en los que sean atendidos y estimulados por sus maestras y maestros.
III. LA EDUCACION PROYECTADA AL NUEVO MILENIO
Son dos los acontecimientos de carácter internacional
más importantes de mencionar en cuanto a la educación pensada
y proyectada para un nuevo milenio: la Conferencia Mundial Educación
para Todos, desarrollada en 1990 en Jomtien, Tailandia, con la convocatoria
de las principales Agencias de Naciones Unidas vinculadas a lo educativo:
UNESCO, UNICEF, PNUD y Banco Mundial y el Informe de la Comisión
Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, organizado
por decisión de la Conferencia General de la UNESCO y encomendado
a una Comisión integrada por un selecto núcleo de especialistas
presidido por el Sr. Jacques Delors /.
A. La Declaración Mundial sobre Educación
para Todos
La Conferencia Mundial de Jomtien acuñó
la noción de necesidades básicas de aprendizaje como
un concepto que abarca "tanto las herramientas esenciales para el aprendizaje
(como la lectura y la escritura, la expresión oral, el cálculo,
la solución de problemas) como los contenidos básicos de
aprendizaje (conocimientos teóricos y prácticos, valores
y actitudes) necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir,
desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad,
participar plenamente en el desarrollo, mejorar la calidad de su vida,
tomar decisiones fundamentales y continuar aprendiendo".
La escuela universal implícita en dicha noción,
significa que todos accedan a un cuerpo común de conocimientos
y valores, que ha de contener las destrezas requeridas para que quienes
lo deseen puedan seguir avanzando hacia niveles más exigentes de
comprensión y análisis. Para que esto sea posible, los primeros
años de la escuelaincluidos, por supuesto, los correspondientes
a la educación inicial, preescolar o parvularia deben asegurar
precisamente aquellas competencias básicas. Por ello es que se
justifica la prioridad social que en todas partes del mundo se asigna
a la escolaridad básica.
La Declaración de Jomtien plantea como misión
esencial de las instituciones dedicadas a la enseñanza básica
o general de niños o adolescentes la de lograr aprendizajes que
permitan interpretar la información socialmente disponible, los
valores y principios éticos, y las habilidades y destrezas para
un buen desempeño en los diferentes ámbitos de la vida:
en el mundo laboral, en la familia o en la esfera política.
La "visión ampliada" de la educación
básica propugnada en Jomtien, comprende lo siguiente:
. Universalizar el acceso a la educación y fomentar
la equidad
. Prestar atención prioritaria al aprendizaje
. Ampliar los medios y el alcance a la educación
básica
. Mejorar el ambiente para el aprendizaje
. Fortalecer la concertación de acciones
Fue importante para la educación inicial
en el mundo que la Declaración reconociera e incluyera como elemento
central de la ampliación de los medios y el alcance de la educación
básica lo siguiente:
"El aprendizaje comienza con el nacimiento. Ello
exige el cuidado temprano y la educación inicial de la infancia,
lo que puede conseguirse mediante medidas destinadas a la familia, la
comunidad o las instituciones, según convenga".
Asimismo, el marco de acción resultante de esta
importante reunión recomendaba: "La expansión del cuidado
a la primera infancia y las actividades de desarrollo, incluyendo intervenciones
por parte de la comunidad y la familia, especialmente para niños
pobres, desfavorecidos e incapacitados".
Reafirmando el significado de esta Declaración
Mundial, en junio de 1996 se publicó, en diversos e importantes
diarios del mundo, el artículo "La educación la mejor
inversión" suscrito por los máximos dirigentes de la
UNESCO, de UNICEF, del Banco Mundial, del Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo y del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
En dicho artículo, estas personalidades expresaron que resulta
inaceptable que en el mundo se gaste actualmente 800 billones de dólares
anuales en armas y que no haya capacidad de destinar unos 6 billones de
dólares por año para que en el inminente año 2000
todos los niños en edad escolar puedan estar en la escuela.
B. El Informe "La educación encierra un tesoro"
de la Comisión Internacional sobre la Educación para el
Siglo XXI
El informe presentado a la UNESCO en 1996, trató
de resolver una cuestión fundamental que engloba todas las demás:
¿qué tipo de educación será necesario mañana
y para qué tipo de sociedad?. Además, se procura
en él dar respuesta a otras interrogantes: ¿cómo acompañar
el crecimiento humano de las nuevas generaciones en un mundo cargado por
desequilibrios y tensiones? ¿Servirán los anteriores paradigmas
o será necesario modificar desde sus fundamentos la educación
del futuro?
Este Informe parte del reconocimiento que el actual
desarrollo de las interdependencias ha contribuido a poner de relieve
muchos desequilibrios y disparidades entre los ricos y los excluidos en
cada país y entre países pobres y países ricos. "Ayudar
a transformar una interdependencia de hecho en solidaridad deseada es
una de las tareas esenciales de la educación" se afirma en él.
El Informe remarca que nuestros niños y adolescentes
heredan una serie de tensiones: la tensión entre lo mundial y lo
local; lo universal y lo singular; la tradición y la modernidad;
el largo y el corto plazo; la competencia y la igualdad de oportunidades;
el desarrollo de conocimientos y la capacidad humana de asimilarlos; lo
espiritual y lo material.
Además, la educación debe responder
al nacimiento doloroso de una sociedad mundial en la que millones de seres
humanos experimentan la sensación de vertiginosos cambios. La globalización
y la interdependencia planetaria, fenómenos esenciales de nuestra
época, presentan el riesgo de que se produzca una ruptura entre
una minoría que puede moverse en ese mundo en formación
y una mayoría que se sienta arrastrada y no partícipe en
los acontecimientos e impotente para decidir sobre el destino colectivo.
Para hacer frente a los retos del siglo XXI, se
plantea como indispensable asignar nuevos objetivos a la educación
y, por consiguiente, modificar la idea que nos hacemos de su utilidad.
Plantea trascender una visión puramente instrumental de la educación,
percibida como la vía obligada para obtener determinados resultados
(experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas,
fines económicos) y, mas bien, considerar su función en
toda su plenitud asociada a la realización de la persona. "La educaciónagrega-
constituye un bien colectivo que no puede regularse mediante el simple
funcionamiento del mercado".
"La finalidad principal de la educación
es el pleno desarrollo del ser humano en su dimensión social".
Esta finalidad no está asociada a una etapa inicial de la vida
humana, ni siquiera sólo al período de aprendizajes en instituciones
educativas. El derecho a la educación debe ser disfrutado en todas
las etapas de la vida. La educación a lo largo de toda la
vida y la necesidad de avanzar hacia una "sociedad educativa"
son, a juicio de la Comisión Delors, elementos clave para entrar
al siglo XXI.
Sin negar la importancia de los aprendizajes escolares
- siempre y cuando estén en consonancia con esta visión
educativa -, la educación para el siglo XXI tiene como misión
y desafío lograr la "humanización" de todo el sistema de
relaciones de las personas y de sus instituciones. Lograr estos propósitos
sólo es posible si la educación se concibe como un proceso
permanente que dura toda la vida y abarca todos sus espacios, y que a
la vez incluye a todos los seres humanos, a todas sus instituciones y
a todas sus estructuras.
La educación a lo largo de la vida no es un
ideal lejano. Es un imperativo democrático. Con ella se pretende
que cada individuo ejerza la capacidad de dirigir su destino en un mundo
en que la aceleración del cambio, acompañada del fenómeno
de mundialización, tiende a modificar la relación de hombres
y mujeres con el tiempo y el espacio.
Ahora bien, una contribución central de este
Informe es su caracterización de cuatro aprendizajes fundamentales
o pilares del conocimiento, indispensable para que una educación
de este tipo pueda cumplir el conjunto de funciones que le demanda el
próximo milenio:
Aprender a conocer. Dada la rapidez de los cambios
inducidos por el progreso de la ciencia y las nuevas formas de actividad
económica y social, es indispensable tratar de combinar una
cultura general suficientemente amplia con la posibilidad permanente
de profundizar conocimientos en un reducido número de materias.
Esa cultura general sigue siendo lo más importante en el hecho
educativo pues contribuye como pasaporte para una educación
permanente, sentando las bases y dando alicientes para aprovechar
las posibilidades y desarrollar distintas expresiones que ofrece la
educación a lo largo de la vida.
Aprender a hacer. Más allá del aprendizaje
de un oficio o de una profesión, se requiere adquirir, en un
sentido más amplio, competencias que permitan hacer frente
a nuevas situaciones y que propicien trabajar en equipo, dimensión
frecuentemente descuidada en los sistemas actuales de enseñanza.
Procurar que los estudiantes tengan la posibilidad de evaluarse y
de enriquecerse en el marco de las distintas experiencias sociales
o de trabajo, en forma paralela a sus estudios. Esto justifica la
importancia cada vez mayor que debe darse a las diversas formas posibles
de alternancia entre la escuela y el trabajo.
Aprender ser / Este pilar tiene relación directa
con la necesidad de construir democracias genuinas, con ciudadanos
conscientes y solidarios. El siglo XXI demandará una mayor
capacidad de autonomía y de juicio, una mayor responsabilidad
personal en la realización del destino colectivo. Se trata
de explorar con la educación cada uno de los talentos que tienen
los niños, adolescentes y adultos del mundo, como la memoria,
el raciocinio, el sentido estético, las capacidades físicas,
la facilidad para comunicarse con los demás, el carisma personal,
etcétera.
Aprender a vivir juntos. Clave para la construcción
de la paz y de un mundo tolerante. Será necesario la creación
de nuevos sistemas educativos que desarrollen un mejor conocimiento
de los demás, de su historia, de sus tradiciones y costumbres,
de sus lenguas y de su espiritualidad. Aprender a convivir alentará
la realización de proyectos comunes y una gestión pacífica
e inteligente de los conflictos entre personas y países.
La Comisión asigna a la educación
básica la connotación de "un pasaporte para toda la vida",
subrayando la importancia de la educación de la primera infancia.
Refiriéndose a la educación de la
primera infancia precisa:
"Además del inicio de socialización
que sus centros y programas permiten efectuar, se ha podido comprobar
que los niños a los que se imparte una educación destinada
especialmente a la primera infancia están más favorablemente
dispuestos hacia la escuela y es menos probable que la abandonen prematuramente
que los que no han tenido esa posibilidad. Una escolarización iniciada
tempranamente puede contribuir a la igualdad de oportunidades al ayudar
a superar los obstáculos iniciales de la pobreza o de un entorno
social o cultural desfavorecido. Puede facilitar considerablemente la
integración escolar de los niños procedentes de familias
inmigradas o de minorías culturales o lingüísticas.
Además, la existencia de estructuras educativas que acogen a niños
en edad preescolar facilita la participación de las mujeres en
la vida social y económica".
Sin embargo de lo anterior, el Informe Delors lamenta
que la educación de la primera infancia esté todavía
muy poco desarrollada en la mayoría de países, y que aún
en los más industrializados hay mucho por hacer. Sugiere la generación
de programas de bajo costo en el marco de servicios comunitarios con fuerte
presencia de padres, en particular en aquellos países de escasos
recursos.
Conscientes de la necesidad de políticas
educativas de largo plazo y de mecanismos que puedan garantizar la estabilidad
y duración de los programas educativos, los miembros de la Comisión
Delors destacan la ineludible función del Estado en la educaciónbien
colectivo que debe ser "accesible a todos" y que no puede someterse a
una simple regulación por el mercadopero, a la vez, corresponde
al orden político fortalecer a la sociedad civil para participar
en la formulación de las políticas, en la vigilancia de
su cumplimiento y en la realización de las estrategias educativas.
Los necesarios consensos nacionales sobre la educación demandan
diálogos permanentes con el conjunto de los partidos políticos,
las asociaciones profesionales y gremiales y las empresas. La transformación
de la estructura política de la educación tendrá
como consecuencias importantes: la ampliación de los espacios de
autonomía pedagógica y administrativa de las escuelas y
el fortalecimiento de sus nexos con su comunidad y otras instituciones
públicas y privadas.
Siendoel Informe a la UNESCO de la Comisión
Internacional sobre la educación para el siglo XXI, sin duda, una
ventana que muestra nuevas posibilidades y nuevos horizontes a la educación,
presenta, sin embargo, algunas insuficiencias. Así, se señala
que a pesar de que concentra un sentir generalizado respecto a las nuevas
exigencias que se le plantean a la educación, los temas de los
niveles y modalidades educacionales son vistos sin profundidad y a veces
con marcados parámetros e influencias de los países de larga
tradición occidental. Asimismo, a juicio de algunos analistas,
el capítulo sobre política educativa y la capacidad de decisión
de los gobiernos no es suficientemente enfático.
Un estudio de esta naturaleza y las recomendaciones
de él derivadas, no debieran medirse por el acierto de sus predicciones.
Importa, más bien, resaltar el esfuerzo desarrollado por los ilustres
integrantes de dicha Comisión Internacional, atreviéndose
a imaginar el futuro a partir de un sólido análisis de la
situación mundial y dando a la educación el carácter
de medio principal del mejoramiento individual y social y de "utopía
necesaria y esencial" en la construcción de ese futuro./
En síntesis, el Informe Delors se caracteriza
por una dimensión analítica más amplia que la estrictamente
educativa, pues su formulación comprende a políticos, académicos
y profesionales de varias disciplinas. Está centrado en la comprensión
mutua y la aceptación de diferencias y en temas sociales, políticos
y humanos. Sus planteamientos corresponden a una transición de
fin de siglo en el que el mundo será cada vez más pequeño
y más poblado y la economía se sustentará cada vez
más en el conocimiento. Presenta una visión humanista, alternativa
a otros documentos centrados sólo en las exigencias de la globalización
económica.
IV. IMPORTANCIA Y CARACTERISTICAS CENTRALES DE LA
EDUCACION INFANTIL
El carácter indispensable de la educación
infantil
En toda actividad humana, para poder satisfacer las
necesidades biológicas, socioculturales, productivas o espirituales,
se articulan diferentes sistemas fisiológicos, psicológicos
y sociales de alta complejidad. Ello implica que cada persona tiene una
particular manera de ser y estar en el mundo, de relacionarse con la realidad,
con las otras personas, con el espacio y los objetos.
Este esquema construye y desarrolla especialmente durante
los 6 primeros años de vida. Se puede afirmar que el niño
comienza a aprender desde su primera semana de vida, retroalimentando
su mundo interno de todo lo que recibe del exterior.
Diversas investigaciones permiten enfatizar que el desarrollo
de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social en los
seres humanos ocurre más rápidamente durante los primeros
años. La mayoría de las células cerebrales y las
conexiones neuronales se desarrollan durante los dos primeros años
y en el desenvolvimiento del cerebro- esencial para aumentar el potencial
del aprendizaje- intervienen no sólo la salud y nutrición
de los pequeños, sino factores como el tipo de interacción
social y el ambiente que los rodea; los niños que sufren tensión
extrema en sus primeros años pueden ser afectados desfavorable
y permanentemente en el funcionamiento del cerebro, el aprendizaje y la
memoria.
Los niños que disfrutaron de la interacción
estimulante con otros niños y con juguetesy que contaron,
además, con buena nutrición- muestran un mejor desarrollo
de las funciones del cerebro a la edad de 15 años, que aquellos
niños desnutridos y sin haber sido expuestos a una estimulación
temprana. Los impactos pueden ser acumulativos, afirma un estudio relevante
/.
Un importante estudio desarrollado en Estados Unidos/
muestra cómo un grupo de niños entre 3 y 4 años de
edad, provenientes de un barrio de bajos ingresos fue dividido al azar
en dos subgrupos. El primero participó en una experiencia preescolar
de buena calidad y el segundo no. Ambos grupos fueron evaluados periódicamente
hasta que sus integrantes cumplieron 27 años de edad. La investigación
experimental determinó que quienes asistieron a un buen preescolar
disfrutaron de: un nivel de escolaridad significativamente superior; salarios
significativamente más altos; mayor probabilidad de tener vivienda
propia; y, menor dependencia de los servicios sociales.
Otros trabajos citados señalan que dichas
constataciones son también válidas para países del
denominado "Tercer Mundo". Una sistematización de 15 estudios que
compararon niños con y sin educación temprana en diez países
diferentes / señala entre otras ventajas de la educación
inicial que:
a) el acceso a intervenciones tempranas suelen tener
efecto positivo sobre el progreso y desempeño escolar, con descensos
sustantivos en las tasas de deserción y repetición;
b) los niños pobres pueden beneficiarse más
de los programas multifacéticos que sus pares más privilegiados;
y
c) las condiciones estructurales y la mala calidad de
la primaria pueden atenuar los efectos potenciales del aprestamiento sobre
el desempeño académico. (R. Myers, 1998).
Por todas las anteriores razones es tan importante
la atención educativa durante la primera infancia. En particular,
la atención de niños provenientes de familias en situación
de marginalidad tiene un enorme potencial para compensar las carencias
de los propios hogares y contribuir substantivamente a romper el círculo
vicioso de la pobreza.
¿Dónde estamos?
Antes de cualquier balance global es importante
remarcar que la educación temprana constituye una rama joven y
poco frecuentada de la pedagogía. Su nacimiento puede ubicarse
en el siglo XVII, pero sólo recién en las últimas
décadas del siglo XVIII y en el S. XIX se crean los primeros "jardines
de la infancia", con énfasis asistencial (A. Legaspi, 1997)/.
En el balance hecho del primer quinquenio después
de Jomtien, se concluye que a partir de 1990 la educación inicial
es una de las áreas educativas que registra sostenido crecimiento.
La matrícula en este tipo de programas en los países en
desarrollo ha crecido en un 20%, alcanzando ya a 56 millones de niños
y niñas; esto significa que uno de cada cinco niños está
matriculado, correspondiendo a las niñas cerca de la mitad de las
matrículas. El número de instituciones de educación
temprana se expandió en cerca de un 30% desde 1990 y el empleo
de personas a cargo de esta área se amplió a 2.1 millones,
lo que constituye un 12% de aumento.
Cuadro 1.
EDUCACION PREESCOLAR. NUMERO DE ALUMNOS
Y DE PERSONAL DOCENTE.
Años 1980, 1990, 1995
1980
1990
1995
TOTAL
%
TOTAL
%
TOTAL
%
(miles)
Mujeres
(miles)
Mujeres
(miles)
Mujeres
NUMERO
DE ALUMNOS
MUNDO TOTAL
58324
48,1
85273
48,0
95269
47,6
PAISES DESARROLLADOS
33230
48,8
37394
48,4
34430
48,0
PAISES EN
DESARROLLO
25094
47,1
47879
47,8
60837
47,5
AMERICA LATINA
Y EL CARIBE
4738
49,7
11912
48,7
14238
49,5
NUMERO
DE DOCENTES
MUNDO TOTAL
2992
94,3
4613
94,6
4729
94,0
PAISES DESARROLLADOS
2097
98,4
2722
97,2
2438
96,8
PAISES EN
DESARROLLO
895
84,6
1891
90,7
2291
90,9
AMERICA LATINA
Y EL CARIBE
177
98,3
518
97,3
652
96,8
FUENTE. UNESCO. , SATISTICAL YEARBOOK 1997. PARIS.
1997
El cuadro Nº 1 indica que en el mundo la
educación preescolar aumentó durante 15 años (período
1980-1995) en cerca de 37 millones de alumnos, mientras el incremento
de docentes fue en ese mismo período de 1 millón 737 mil.
La inmensa mayoría de docentes de educación inicial o preescolar
es de sexo femenino, teniendo América latina y el Caribe la tasa
más alta de docentes mujeres (96,8%).
Se percibe un cambio positivo en gobiernos y organizaciones
internacionales para considerar los programas de desarrollo a favor de
la primera infancia como algo que merece atención e inversión.
Además de la expansión cuantitativa, a partir de 1990 se
evidencian nuevas tendencias en la educación infantil. Se han hecho
esfuerzos por ampliar la extensión y el enfoque de los programas,
algunos de los cuales no sólo preparan niños para la escuela
primaria, sino que ponen énfasis en proporcionar servicios con
base comunitaria de acuerdo a las necesidades básicas de los pequeños.
Se está dando mayor atención a quienes están en condiciones
de riesgo a través de programas conducidos en el ámbito
local; en ellos es activo el compromiso de padres, comunidades y otros
grupos participantes.
Cuadro 2-
EDUCACION PREESOLAR. TASAS DE CRECIMIENTO
PROMEDIO ANUAL DE LA MATRICULA Y DEL PERSONAL DOCENTE
PERIODOS 1980-1990 Y 1990-1995
1980-1990
1990-1995
TOTAL
Mujeres
TOTAL
Mujeres
MATRICULA
MUNDO TOTAL
3,9
3,9
2,2
2,1
PAISES DESARROLLADOS
1,2
1,1
-1,6
-1,8
PAISES EN
DESARROLLO
6,7
6,8
4,9
4,8
AMERICA LATINA
Y EL CARIBE
9,7
9,4
3,6
4,0
PERSONAL
DOCENTE
MUNDO TOTAL
4,4
4,5
0,5
0,4
PAISES DESARROLLADOS
2,6
2,5
-2,2
-2,3
PAISES EN
DESARROLLO
7,8
8,5
3,9
3,9
AMERICA LATINA
Y EL CARIBE
11,3
11,2
4,7
4,6
FUENTE. UNESCO. , SATISTICAL YEARBOOK 1997. PARIS.
1997
El cuadro Nº 2 señala que en todo el mundo
se registraron tasas continuas de crecimiento de la matrícula y
del personal docente durante la década pasada. En el primer quinquenio
de esta década los países desarrollados, fruto del descenso
de la natalidad, registran crecimiento negativo en ambos factores. En
este cuadro sobresale la región de América Latina y el Caribe,
que presenta porcentajes superiores a los de los países desarrollados
y a los del conjunto de países en desarrollo.
Este singular crecimiento no debiera hacer perder
de vista que en la mayoría de los lugares se hace desde una base
inicial muy baja, cubriendo un campo reducido, particularmente en la etapa
anterior a los tres años. Los infantes de las clases altas y de
zonas urbanas acaparan dicho crecimiento. Por lo demás, los recursos
gubernamentales para la educación temprana representaban a mediados
de la presente década aproximadamente sólo el 4% de los
presupuestos nacionales de educación. La realización de
programas en gran escala sigue siendo un desafío en la mayoría
de los países.
No pueden ignorarse en este balance otros elementos
de la realidad que siguen sobrecogiéndonos.
A pesar de la tendencia decreciente de la mortandad
infantil, por lo que previsiones para este fin de siglo parecen indicar
que 19 de cada 20 niños nacidos logrará sobrevivir hasta
cumplir su primer año, es una evidencia imposible de ignorar u
ocultar que millones de los que logran sobrevivir continúan viviendo
en estado de pobreza y miseria. Su futuro está condicionado. Dicho
ambiente pone en peligro su desarrollo físico, mental, social y
emocional ya retrasado durante sus primeros meses de vida. En cambio un
niño nacido en una nación industrializada consume él
solo lo que 50 niños del Tercer Mundo /.
Sigue siendo tarea pendiente luchar por un mundo que
no se limite al crecimiento económico y a las leyes del mercado,
en el que se parta no sólo del convencimiento de una mejor distribución
de las riquezas y de las oportunidades, sino de la convicción colectiva
que no hay segunda oportunidad para la infancia.
Características de la educación
temprana en Latinoamérica
Cuadro 3.
EDUCACION PREESCOLAR. TASAS BRUTAS DE
ATENCION ESCOLAR PARA SIETE PAISES DE LA REGION DE AMERICA LATINA Y EL
CARIBE
AÑOS 1985 y 1995 (porcentajes)
PAISES
GRUPO
AÑO
1985
AÑO
1995
DE EDAD
TOTAL
HOMBRES
MUJERES
ARGENTINA
3-5
50
54
53
56
BRASIL
4-6
36
56
...
...
COLOMBIA
3-5
12
28
...
...
COSTA
RICA
5
52
70
70
70
CUBA
5
79
92
105
79
MEXICO
4-5
56
71
70
72
PERU
3-5
21
36
36
37
FUENTE. UNESCO. STATISTICAL YEARBOOK 1997. PARIS,
1997
El cuadro Nº 3 está referido a siete países
latinoamericanos. Cuba presenta en 1995 el mayor porcentaje (92%) de niños
matriculados en edad preescolar. Entre 1990 y 1995 todas las tasas brutas
de atención preescolar crecieron: Argentina en un 4%, Brasil en
un 20%, Colombia en un 16%, Costa Rica en un 18%, México y Perú
en un 15%. Obsérvese la disparidad de los grupos de edad considerados
en cada país: Argentina, Colombia y Perú consideran en su
información el grupo 3-5 años, Brasil el de 4-6, México
el de 4-5, mientras Costa Rica y Cuba sólo el de 5 años.
Los múltiples programas existentes son conocidos
a través de diversas denominaciones: educación inicial,
preescolar, parvularia o preprimaria; además de las denominaciones
genéricas de "educación infantil" o "temprana" /.
Estos programas se desarrollan a través
de formas convencionales, institucionalizadas en centros preescolares,
jardines infantiles y cunas, administrados por el Estado o a por particulares
autorizados por gobiernos. También se dan a través de servicios
no escolarizados con programas que incluyen tanto servicios no formales
de atención infantil como programas de capacitación de adultos
orientados a mejorar sus habilidades como padres o cuidadoras y otros
de desarrollo psicosocial, funcionando con frecuencia fuera de los sistemas
educativos.
Ambas modalidades brindan atención al niño
desde el nacimiento hasta los seis años. Las diversas modalidades
de atención se concentran en los niños de edades más
altas, cercanas al ingreso a la educación primaria. Los programas
de salud y estimulación temprana dan preferencia a los menores
de tres años. Los de desarrollo comunitario y atención a
las madres y a las familias incluyen todas las edades del nivel.
Los programas no escolarizados han trascendido el
plano pedagógico, convirtiéndose en acciones de desarrollo
comunitario con alta participación de madres y padres de familia
como protagonistas de las mismas. Se puede afirmar que el conjunto de
cerca de 30 años de experiencia de este tipo de programas, en los
que muchos iniciados experimentalmente se convirtieron en programas nacionales
(casos de Colombia, Cuba, Chile, El Salvador, Guatemala, México,
Nicaragua, Perú y Venezuela) constituye uno de los aportes latinoamericanos
a la educación planetaria /.
La acelerada expansión del nivel preescolar
constituye uno de los cinco logros más importantes de los sistemas
educativos en América Latina y el Caribe durante las últimas
décadas /.
La atención de la población de 05
años de edad creció en la región desde un 7,8% en
1980 hasta un 14% en 1989, lo que representa un sustantivo incremento
cercano al 10% anual.
Sin embargo de dicho progreso de la cobertura del
preescolar, la situación está lejos de ser satisfactoria.
Sólo atiende a una pequeña parte de la población:
a unos dos tercios de los niños de 5 años y a poco más
de la cuarta parte de los niños de 3-4 años de edad.
Hacia 1991 la cobertura del preescolar era entre
1.5 y 3 veces más baja que la de la primaria; acceder al preescolar
en muchos países era apenas igual a la de ingresar a la secundaria.
La cobertura del preescolar creció más durante la primera
mitad de los ochenta que durante la segunda mitad, este decrecimiento
se acentúa en los 90.
La cobertura del preescolar está sesgada
hacia los niños de familias con mejores condiciones. En Chile,
sólo el 19% de los infantes en el quintil más pobre, pero
un 43% de los niños del quintil más rico tienen acceso a
la educación temprana; en Uruguay, el 36% de los niños pobres
y el 90% de los niños ricos; en Argentina, sólo un 42% de
los pobres de 5 años reciben educación inicial, en cambio
un 81% de los no pobres accede a ella; y Ciudad de México muestra
una cobertura del 82% mientras que Chiapas, con alta densidad indígena,
llega a un 38% (PNUD, 1998).
El sector privado ha tenido un papel importante
en prestar servicios de educación inicial o preescolar a los sectores
en condiciones de pagarlos. La cuarta parte de la educación preescolar
de la región es privada. La participación privada en el
medio rural es, en promedio, la octava parte de la del sector urbano.
El número de alumnos por docente tiende a ser menor en el sector
privado que en el público, tendencia que es menos clara en áreas
rurales (Schiefelbein-Tedesco, 1995).
El concepto de "calidad" tiende a ser problemático
en el preescolar. Algunos lo asocian fundamentalmente a la infraestructura
(ambiente físico) y materiales de trabajo, otros a la proporción
niños/docentes o niños/adultos; habría que añadir
a dichos factores la participación de padres y la propia preparación
de agentes educativos.
La actual tendencia de ampliar cobertura sin costos
excesivos conspira contra las soluciones de buena calidad pedagógica.
Sin embargo, este tema de la calidad adquiere nuevas connotaciones si
se tiene en cuenta que muchos niños estarían en completa
desprotección social si no pudiesen acceder a estos servicios.
V. LA EDUCACION INFANTIL ANTE EL NUEVO MILENIO
El inicio de un milenio con las características
del próximo demanda optar por prioridades estratégicas en
materia de educación temprana.
Han sido dos los criterios prevalecientes para la
elección de estas prioridades: la trascendencia de lo que se desearía
hacer para el largo plazo y el efecto multiplicador pensándose
en el plazo inmediato.
El orden en el que están presentadas estas
prioridades no implica necesariamente un mayor o menor grado de importancia.
Dicho orden puede variar de acuerdo a cada realidad regional o nacional.
Todas las prioridades propuestas son consideradas indispensables en el
presente trabajo.
1ª. PRIORIDAD
Consolidar una nueva cultura de la infancia con
educación temprana para todos los niños, enfatizando estrategias
de "discriminación positiva" en favor de los niños de familias
pobres y en situación de vulnerabilidad.
Una nueva cultura de la infancia debiera
partir por el cumplimiento de los derechos de todos los niños sin
excepción alguna. Aceptar esto supone aceptar la necesidad de un
cambio en las condiciones objetivas de vida de todos los niños.
Dicho cambio se da modificando realidades sociales concretas. Por ello,
la generalización de una nueva cultura de la infancia estará
íntimamente vinculada a la modificación de las realidades
socioeconómicas en las que se desenvuelve la vida de los niños.
La educación tiene especial valencia en la
construcción y consolidación de esa nueva cultura de la
infancia. Mas, el papel de la educación no puede limitarse a la
transmisión de valores culturales de una sociedad. Su función
debiera orientarse a posibilitar que el niño desde su nacimiento
tenga todas las oportunidades posibles para desarrollar sus potencialidades.
Es en este contexto que se inscribe la educación infantil o inicial.
Como se ha señalado, los resultados de investigaciones
y de la propia práctica educativa determinan considerar a la educación
preescolar como elemento insustituible de una educación como la
planteada en el Informe Delors: un bien que debe alcanzarse y desarrollarse
a lo largo de toda la vida, en el contexto de un mundo en transformación
incesante. Los niños de hoy y los jóvenes y adultos de un
mañana próximo, demandan contar o haber contado como base
de su andamiaje educativo, con una educación temprana dada desde
el vientre materno y antes de su ingreso a los niveles de educación
primaria.
Robert Meyrs (1990) señala: "la asistencia
y educación durante la primera infancia mejora las capacidades
tanto físicas como mentales afectando a la tasa de matrícula,
avance y rendimiento de los niños durante la escolarización.
La escolarización se asocia a cambios importantes en las habilidades
(para obtener y utilizar conocimientos) y capacidades de visión
(como por ejemplo la capacidad para influir sobre el propio futuro) que
a su vez afectan a la capacidad tecnológica y de adaptación
y a la productividad económica tanto en el sector industrial como
en el agrícola o de servicios".
A pesar de ser cada vez mayor la conciencia de los
elevados costos sociales y educativos que se derivan de no invertir en
programas de desarrollo durante la primera infancia, sabemos que los esfuerzos
realizados son insuficientes.
Coexisten dos factores que conspiran contra la calidad
y la equidad en el acceso a la educación que tiene toda persona
como derecho:
a) los niveles de pobreza en el mundo crecen de modo
tan pavoroso que la no-superación de este problema pone en riesgo
todo posible desarrollo nacional y la construcción de sistemas
democráticos de gobierno; y
b) los importantes avances en materia de escolarización
en el mundo, durante mucho tiempo han descuidado un problema central de
la desigualdad social: la gran desventaja que llevan los niños
de origen popular cuando ingresan al primer año de la escuela primaria
sin haber contado con estimulación temprana ni atención
educativa preescolar.
En efecto, la pobreza es el mal del fin de siglo.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, "el mundo
está cada vez más polarizado y la distancia que separa a
los pobres de los ricos se agranda cada vez más". Para el caso
de América Latina y el Caribe, la CEPAL (1997) presenta cifras
elocuentes: en términos absolutos el número de personas
en situación de pobreza asciende a 210 millones, de las que 94
millones se encuentran en situación de extrema pobreza, algo nunca
antes registrado. La asamblea de la Conferencia Episcopal Latinoamericana,
reunida en Tegucigalpa (julio 1998) denunció que el 24% de los
latinoamericanos vive con un dólar o menos al día.
Asimismo, es alta la convicción de que los
programas de educación temprana contribuyen a reducir la pobreza
de distintas formas. Tal potencialidad será mayor si están
asociados y combinados con otros programas de cuidado infantil y forman
parte de los esfuerzos más significativos por alcanzar mejores
niveles de desarrollo local y comunitario. Los actuales y graves niveles
de ausentismo, deserción y repetición afectan gravemente
los presupuestos nacionales destinados a la educación y corresponden
a niños de las familias con menores recursos.
Hay elementos suficientes para afirmar que los niños
que tienen acceso a programas de educación preescolar demuestran
una mejor preparación emocional, física y mental para la
escuela, lo que se refleja en la superación de dichas expresiones
de fracaso escolar y en mayores rendimientos en centros educativos. Se
puede afirmar que la educación inicial es la modalidad educativa
que debiera tener prioridad en las estrategias nacionales para enfrentar
la pobreza.
Datos de una investigación desarrollada en
Chile explican que las diferencias en el desarrollo psicomotor en la primera
infancia surgen claramente a partir de los 18 meses, se incrementan de
allí en adelante y tienen relación directa con la pobreza.
El 40% de los niños pobres muestran un retraso en su desarrollo
a la edad de un año /.
La sistematización de investigaciones mencionada
anteriormente en 10 países de varios continentes, enfatiza que
los niños pobres de países tan heterogéneos entre
sí como Argentina, Colombia, Marruecos y la India, pueden beneficiarse
más de los programas educativos de primera infancia que sus pares
más privilegiados (R.Myers, 1998).
Por ello, en el inicio del próximo milenio
será preocupación y desafío central de los sistemas
educativos en el mundo brindar atención inicial a todos los menores
de 5 años provenientes de los grupos más pobres. Esta
ampliación sustantiva de la actual cobertura tendrá que
desarrollarse según sean las circunstancias de cada país,
complementándose con medidas que hagan posible alcanzar y mantener
niveles aceptables de calidad.
Mas, no será suficiente que esos niños
logren acceder a la educación inicial. Será fundamental
atacar la pobreza en otros frentes que son determinantes críticos
de la capacidad de aprendizaje: la nutrición, la salud y la estimulación
psicosocial. Por lo mismo, el concepto de educación inicial
o educación temprana no debiera quedar reducido al convencional
preescolar ni apoyarse exclusivamente en formas escolarizadas.
En países con insuficientes recursos será
inevitable la opción por combinar programas formales y no formales.
Se tratará de ampliar substantivamente los recursos fiscales para
esta educación inicial; estimulando, además, la participación
de formas privadas y mixtas en establecimientos donde el servicio y no
el lucro sea principal motivación.
En el caso de los países latinoamericanos,
la rica experiencia acumulada en educación inicial no formal o
no convencional, debiera servir para una verdadera acción regional
mancomunada en la que determinados países y programas están
en mejor condición que otros para dar asistencia bilateral o entre
pares. Se requerirá, además de alianzas explícitas
entre organismos públicos y no gubernamentales para flexibilizar
horarios y calendarios, de ambientes educativos que no coincidan con criterios
e instituciones convencionales, de la convocatoria y participación
de personal a cargo sin título docente, de una participación
familiar y comunal activa y decisiva tanto en el cuidado de los niños
como en su apoyo a los programas de nutrición y salud.
Hay claros elementos que demandan estrategias de
"discriminación positiva". Las disparidades sociales y las enormes
limitaciones que tiene la familia pobre para conocer la importancia de
la educación temprana y tener acceso a ofertas educativas que beneficien
a sus hijos, demandan tratar de beneficiar directamente a los grupos en
mayor situación de pobreza. Además, es aún alto el
porcentaje de niños no incorporados así como la concentración
de la oferta en zonas urbanas.
La "discriminación positiva" es, en la práctica,
una estrategia inversa al tratamiento "igual para todos" que la retórica
de documentos propositivos y de tipo legal proponen en los países.
Con ella se trata de dar una educación diferenciada para obtener
resultados semejantes. En el caso de la educación inicial, al asignar
más recursos en centros y programas educativos formales y no formales
que atienden a niños de 0 a 6 años más pobres o sujetos
a discriminación social o étnica, se posibilita que el medio
donde viven les otorgue más oportunidades de beneficiarse con ambientes
estimulantes de educación infantil. Este criterio, además
de justo, es económicamente rentable, ya que impide desperdiciar
recursos escasos tal como lo hacen políticas que privilegian el
acceso sin tener en cuenta el logro de aprendizajes (J.E.García
Huidobro, 1996).
2ª. PRIORIDAD
Propiciar aprendizajes en ambientes que favorezcan
el desarrollo afectivo y motriz del niño, reconociendo y estimulando
las capacidades infantiles
La rica experiencia de trabajos educativos con niños
y diversas investigaciones, coinciden en afirmar que los niños
van construyendo sus matrices de comunicación y aprendizaje a partir
de una organización psicomotriz desarrollada por lo menos en cuatro
ámbitos: el vínculo con el (los) adulto(s) más significativo(s);
la exploración; la comunicación y el equilibrio.
Se señala, con razón, que la interacción
de estos ámbitos organizadores es la que permite al niño
ir construyendo las bases fundamentales de su educación inicial
y permanente: la representación mental, la abstracción y,
por ende, el desarrollo de su lenguaje y del denominado "pensamiento operativo".
Como se hará explícito en los siguientes
puntos, en la educación inicial del niño hay que partir
por reconocer que el niño ya tiene una forma de ser, es capaz de
poner sus propios contenidos y de recibir contenidos externos, lo que
demanda nuevas posiciones tanto a la práctica pedagógica
como al docente: una educación más libre e igualitaria que
incorpore los intereses del niño y un maestro que no sea actor
excluyente en la entrega de contenidos, convirtiendo al niño en
protagonista de su aprendizaje y desarrollo.
I) Dar la mayor importancia al mundo interno del
niño y a su núcleo psicoafectivo
Aún con el riesgo de simplificar la larga
experiencia pedagógica se puede afirmar que todo aprendizaje puede
llevarse a cabo a través de dos formas: por el dolor, la compulsión
estresante, la exigencia externa o por el placer, la motivación,
el afecto.
De la primera forma sobran experiencia y con malos
resultados conocidos. "Todo lo que se memoriza por la fuerza, a nivel
del córtex, sin haber despertado ningún eco emocional, no
hace más que parasitar la memoria. El olvido entonces es signo
de salud mental" nos dicen A. Lapierre y B. Aucouturier (1985).
En cambio, a través del placer y el afecto
el niño tiene menos posibilidades de fragmentarse y puede, de esta
forma, desarrollar armónicamente sus áreas social, intelectual,
afectiva, corporal y emocional, como un todo.
La opción por lo lúdico en la educación
infantil tiene aquí uno de sus principales fundamentos. Aprovechar
el juego espontáneo del niño, posibilitará rescatar
la gran riqueza que lleva éste al centro o programa educativo,
pues en dichas manifestaciones lúdicas se refleja todo lo que está
viviendo y su capacidad de intercalar con los otros.
Será importante, por otro lado, considerar que
los desafíos del siglo XXI tienen que ver mucho más con
la salud mental que con la salud intelectual
Por ello, la formación de la autoestima,
la seguridad personal, la confianza en los demás, la tolerancia
con lo diferente a sí mismos, la capacidad de asumir retos y riesgos,
será forjada en las primeras experiencias educativas con adultos
y con otros niños que representa la educación temprana.
La paz interior, la acogida ante las dificultades y el balbuceo de la
vida que se inicia será forjada y marcada también en las
primeras prácticas educativas
Los principales esfuerzos de la educación inicial
debieran estar dirigidos a que el niño de hoy pueda proyectarse,
vía un ambiente que lo acoja amorosamente, a ser más tarde
una persona capaz de trabajar en equipo, de cooperar con los demás,
de expresarse, de deliberar, de resolver problemas nuevos, y de ser autónomo
pero en relación con los demás.
II) Descubrir y alentar las potencialidades de
cada niño
Diversos estudios, especialmente en los campos de la
Biología y la Psicología, son coincidentes en reconocer
la capacidad de los niños para autoimpulsar su propio desarrollo
desde sus primeros días /. Al hacerse mayores, los niños
fortalecen su capacidad de "aprendizajes autogenerados" y con ella la
calidad y potencialidad de las señales que ellos producen. Esta
constatación determina la necesidad de partir de dicho reconocimiento
en toda práctica educativa.
José Amar cita los trabajos de Gamble y Zingler
(1986) dando claves para demostrar que aún en el caso de niños
expuestos a situaciones de extrema pobreza y excesivas privaciones, la
inteligencia es la más resistente al impacto del medio ambiente,
entre los subsistemas que estos niños emplean para su funcionamiento
social, intelectual y emocional. Es probable que varias de las habilidades
cognoscitivas de estos niños puedan permanecer aún cuando
su situación de privaciones se prolongue durante un largo tiempo.
Esto no oculta, sin embargo, otra realidad: los niños con gran
dosis de sufrimiento pueden perder su curiosidad y confianza en los adultos
y toda esperanza, factores más gravitantes que el de la inteligencia.
Estos datos confirman lo ya señalado en el
sentido que la educación infantil debe ser instrumento que, unido
a su nutrición y salud, asegure las bases de todo buen desarrollo
posterior de la persona. La calidad de las experiencias en relación
con otros niños y con adultos que pueda ofrecerse al educando infante,
será fortalecida si se toma en cuenta las propias capacidades infantiles
y se alienta sus posibilidades de proyectar sus movimientos, intenciones,
inteligencia y afectos para modificar su propio entorno ya familiar o
educativo.
III) Dar particular atención al desarrollo
del lenguaje con enfoques multiculturales
El lenguaje se adquiere en el intercambio social. El
lenguaje en sus diversas expresiones es imprescindible para comunicarnos
con los otros y para representar y configurar el mundo. "El crecimiento
intelectual del niño depende del dominio de los mediadores sociales
del pensamiento, esto es, del dominio del lenguaje" enfatizó L.Vigotsky
/.
El lenguaje desarrolla el pensamiento propio, la convivencia
con los demás y es principal factor de comunicación. Se
señala, con razón, que sin el lenguaje no sería posible
construir los pensamientos ni amar /.
Mas, para ayudar al niño a construir su expresión,
comunicación y comprensión a través del lenguaje,
será fundamental partir del reconocimiento de las potencialidades
de todo niño, de su creatividad y de sus capacidades para producir.
Alicia Legaspi (1997) afirma que "se puede hablar de
creatividad en el lenguaje de los niños, como equivalente a riqueza,
individualidad e imaginación en su utilización. Pero
la idea de actos creativos del lenguaje de los preescolares al margen
o separados de la adquisición de la lengua, no se ajusta a las
nociones ofrecidas por la lingüística y la psicolingüística
contemporánea". Ello debe ser tenido en cuenta por la pedagogía.
Para concretar elementos como los anteriores, en el
siglo venidero seguirán vigentes los valiosos aportes de escritos
como los de Vigotsky y de investigaciones como las de Emilia Ferreiro/
y, sobre todo, será indispensable modificar la concepción
que muchos docentes tienen de niños como seres con la mente en
blanco, sin experiencias previas y posibles depositarios de la sapiencia
docente.
La reiterada pregunta sobre si deben o no aprender a
leer y a escribir los niños de educación parvularia o preescolar,
deberá ser resuelta de acuerdo a situaciones individuales y ambientales
de aprendizaje. Sin embargo, no debiera dejar de considerarse en su desarrollo
la necesidad de comunicación y las iniciativas de los propios niños
por aprehender los códigos de lectoescritura, incluso como parte
de sus necesidades lúdicas. Todo parece indicar que es importante
que los niños deben en la educación preescolar ser puestos
en situaciones de usar el lenguaje escrito, aunque el objetivo no sea
el aprendizaje de la lectoescritura sino su propio descubrimiento de las
funciones sociales del lenguaje. Es difícil admitir hoy el argumento
de esperar la "madurez" cuando se conoce que la riqueza de experiencias
es lo que provoca el desarrollo de las competencias lingüísticas.
Además, como señala la propia E. Ferreiro, los niños
"no piden permiso para comenzar a aprender".
Hay evidencias, asimismo, de la conveniencia de
un enfoque multicultural de la educación infantil. Los centros
o programas de educación temprana, y las docentes en ellos, no
debieran perder de vista que la mayor parte de la educación durante
la primera infancia no gira en torno a la escuela. Por lo mismo, importa
que centros infantiles y docentes reconozcan y acepten el universo simbólico
infantil, sin obligar a realizar "adaptaciones" que restrinjan la creatividad
del niño; le ofrezcan un ambiente amoroso de confianza y seguridad
que propicie hacer explícitas la curiosidad y la duda infantiles
y, evidentemente, el recurso de la palabra y sus expresiones corporales.
El lenguaje que se habla en el hogar no es el lenguaje utilizado en la
escuela. Los programas de educación infantil pueden superar las
posibles barreras que se alcen por esa realidad, permitiendo una exposición
prolongada al lenguaje utilizado en la escuela en un entorno informal
y lúdico que favorezca la experimentación, la comunicación,
el aprendizaje y la asimilación.
3ª. PRIORIDAD
La educación inicial en el sistema educativo:
mejor articulación del nivel inicial con la educación primaria
y mayor influencia sobre ésta.
Los sistemas educativos ante el siglo XXI
La mayoría de los países en desarrollo
entra al siglo XXI con problemas del siglo XIX aún no resueltos.
Sus déficits en materia de cobertura, repetición y deserción
siguen siendo muy altos. Los grandes desafíos son, precisamente,
cumplir con el sueño de una escuela efectivamente universal y preparar
a nuestras sociedades para asumir todo lo que implica el tercer milenio
en cuanto una integración exitosa y equitativa a todos sus desafíos,
particularmente los vinculados a un mundo con procesos productivos que
demandan información e inteligencias creadoras. Se trata entonces
de educar a todos para el siglo XXI.
El sistema educativo/desde la educación
a la primera infancia hasta el postgradotiene en esta tarea un papel
central e irrenunciable. Mas, educar tiene que ver también, como
se ha dicho, con la incorporación de nuevos y viejos actores como
la familia, los partidos políticos, las iglesias, los sindicatos,
los gremios empresariales o los medios de comunicación. La labor
educativa para ser eficaz tiene que propiciar la cooperación armónica
entre instituciones convirtiendo a la educación no sólo
en derecho sino en deber de todos.
La educación básica integral tiene
que superar los actuales resultados de dispositivos legales que demandan
una escuela básica obligatoria. No basta ni bastará con
lograr la cobertura de las matrículas y aproximarse al 100% de
niños asistiendo a escuelas. Será indispensable atacar los
principales factores del atraso y fracaso escolar. Se tendrá como
propósito alcanzar los mínimos necesarios para lo que nos
demanda el siglo XXI: bilingüismo; habilidad matemática y
de lectura correspondiente por lo menos a un octavo o noveno grado; habilidad
para un trabajo en equipo que ayude a resolver problemas; comprensión
y disfrute de la ciencia y tecnología; utilización de informática
y medios de comunicación; tolerancia y respeto a las diferencias.
Es en ese contexto futuro que tendrá que
situarse la importancia de una educación infantil de calidad y
de su ubicación en el conjunto del sistema educativo. El nivel
inicial por lo general ha surgido con bastante posterioridad a los niveles
clásicos de la enseñanza y tiene como función central
estimular y acompañar los procesos de gestación de los primeros
aprendizajes. Se ha reconocido que para alcanzar los grandes propósitos
del sistema educativo, el atraso infantil es uno de los principales factores,
sino el principal, de desequilibrio educativo, y que es el gran transmisor
de la pobreza de generación en generación. Ya se ha señalado
que, por ello, los programas deben dirigirse prioritariamente a los niños
más vulnerables- a los de hogares incompletos, de etnias marginadas
o sostenidos por una sola mujer- y atender las necesidades mínimas
de salud, nutrición y desarrollo psicosocial de todos los niños
en edad preescolar.
Más y mejor articulación entre educación
inicial y primaria
Además de esos factores, los sistemas educativos
presentan una clara tarea pendiente en materia de articulación
entre niveles y modalidades. Esta articulación es claramente insuficiente
entre la educación inicial y la educación primaria. Los
buenos avances obtenidos al considerarse a la educación infantil
como parte esencial de la educación básica, no tienen correlatos
semejantes ni suficientes en el paso de un nivel a otro.
Lo anterior está unido también a los elevados
índices de repetición en el primer grado de primaria, sobre
todo en zonas rurales y en áreas urbano-marginales. El fracaso
escolar se concentra en los niños pobres de zonas pobres, coincidentes
precisamente con la ausencia de oportunidades de educación temprana.
Mas, existen también evidencias de que ese fracaso escolar pueda
deberse también al brusco cambio experimentado en su paso al nivel
primario por niños que tuvieron oportunidad de educación
inicial.
El fracaso en el primer año de la primaria implica
fracasar en la adquisición de los conceptos básicos de alfabetización,
sostiene Emilia Ferreiro (1993), remarcando que el caso latinoamericano
presenta un contexto lingüístico muy diferente a otros como
el de Africa /. Estudios recientes, afirma, muestran que la imperante
visión mecanicista de la alfabetización en lugar de facilitar
el aprendizaje, lo dificulta precisamente a aquellos niños que
más necesitan de la escuela para aprender a leer y escribir: niños
de los sectores más desfavorecidos de la población.
El primer grado de primaria por lo general se da en
ambientes extremadamente formales primando en ellos la presión
porque los niños aprendan a leer y a escribir y las operaciones
básicas. Los ambientes del aula se dan con muy pocas oportunidades
de trabajo en equipo ni para aspectos lúdicos; en ellos no se estimula
la expresión y creatividad infantil. La relación del docente
con los niños dista mucho del ambiente afectivo y preocupado por
la socialización de experiencias de vida que es propósito
de programas de educación temprana.
En países como los latinoamericanos, parte del
problema no resuelto de la participación docente de educación
básica en el cambio educativo, junto a sus bajos sueldos y ausencia
de condiciones básicas de equipamiento, es la debilidad de su formación
y capacitación; en ellas priman aspectos teóricos sobre
otros que incidan en su práctica pedagógica. Muchos centros
de formación docente tendrían que dar mayor importancia
a enfoques actualizados respecto a la construcción del lenguaje,
al pensamiento lógico-matemático o a las características
étnicas y la ecología, lo que enriquecería y fortalecería
su capacidad de enseñanza. A ello se suma que en buen número
de países- la mayoría de las veces por decisión del
resto de docentes del establecimiento- se encarga los dos primeros grados
de la educación primaria a los profesores recién egresados
o con menor experiencia.
Una perspectiva funcional y otra individual tendrían
que ser consideradas para una mejor articulación entre el nivel
inicial y el primario. Respecto a la perspectiva funcional, cada nivel
educativo tiene funciones específicas, la articulación integra
los niveles dentro del conjunto del sistema educativo como unidad mayor,
manteniendo dichas funciones específicas. La perspectiva individual
corresponde a la del alumno. Cada etapa en la vida del niño se
diferencia de la anterior, y ambas se articulan en un proceso gradual
y continuo; sin embargo, la organización escolar desde una lógica
externa a este proceso impone al niño "cortes" correspondientes
a niveles educativos. La articulación entre el nivel inicial y
el primario, tendría que posibilitar que la lógica institucional
no atente contra el proceso de aprendizaje de cada niño.
En esta articulación siempre será
necesario partir del niño como individualidad, como ser distinto,
con habilidades, con saberes, con expectativas con experiencias diferentes.
No todos concluyen su educación preescolar de la misma forma en
cuanto a aprendizajes obtenidos. En muchos casos, lamentablemente, no
todos han tenido posibilidad de acceder a alguna de las diversas formas
de educación temprana. Un diagnóstico inicial en el primer
año primario valorando los saberes previos para integrarlos después
en un proceso de continuidad en la construcción de los conocimientos,
deviene en acción indispensable.
Una de las necesidades de esta mayor articulación
es la generación de una creciente brecha entre una educación
inicial con concepción y efectos estimulantes y una educación
primaria con más dificultades para renovarse. Esta articulación
tendría que posibilitar influencias sobre la educación primaria
de las metodologías de atención personalizada a los niños
y la creación de ambientes lúdicos y estimulantes en sus
aprendizajes propios de la educación inicial. La importancia de
la afectividad y de las relaciones interpersonales es vital como posible
foco de influencia.
Una constante en todo intento de articulación
es tratar de responder al cómo se pueden adaptar las escuelas o
programas y los docentes a los niños y no partir de lo contrario.
Este esfuerzo debiera concertar voluntades, generar discusiones y trabajos
conjuntos entre docentes de ambos niveles, que posibiliten una mayor continuidad
en la organización curricular, las metodologías y el clima
afectivo emocional, entre inicial y primaria.
La educación primaria tendría que detenerse
más en la educación infantil e incorporar en su práctica
muchas de las técnicas y métodos propios de esta etapa,
facilitando mayor coherencia en el proceso educativo y conseguir un aprendizaje
activo y más significativo. Una tarea pendiente es la sensibilización
de los profesores de primeros grados de primaria sobre las ventajas del
aprendizaje centrado en el niño y su lenguaje afín al modelo
pedagógico preescolar.
Por su parte en la educación inicial tendría
que superarse algunos sesgos "antiescolares" que caracterizan la formación
de muchos docentes de educación temprana y asumir sus tareas reconociendo
tanto ventajas como carencias en su accionar pedagógico. Un riesgo
latente en muchos programas es la gradual formalización de programas
preescolares asimilando el funcionamiento de la primaria. La necesidad
de avanzar hacia la mayor definición y el reconocimiento de una
más clara identidad en el perfil profesional de los educadores
infantiles será parte de la tarea por realizar.
Todo ello supone, desde el punto de vista organizativo,
la necesidad de establecer cauces, intercambios y coordinación
entre centros de educación infantil y las escuelas primarias o
entre docentes de ambos niveles donde coexistan en un mismo centro educativo.
En síntesis, resultaría mucho más sabio y prudente
asumir la educación inicial y la educación primaria como
inversiones complementarias en lugar de competitivas.
Necesidad de estrategias intersectoriales
El carácter integral del desarrollo infantil
y el reconocimiento de la fuerte influencia que ejerce la salud y la nutrición
en el aprendizaje demanda que los educadores infantiles no sean los únicos
encargados de la asistencia y educación durante la primera infancia.
Se considera necesario buscar nuevas formas de trabajo superando directrices
burocráticas que muchas veces dificultan combinar los programas
educativos con los de salud y nutrición y otros de bienestar social.
De esta manera, los programas de educación infantil amplían
sus propósitos poniendo esos vitales servicios al alcance de sus
niños y niñas. Esto tiene mayor relevancia en países
con bolsones de pobreza con niños demandantes no sólo de
cuidado educativo sino de estrategias de supervivencia y desarrollo especiales.
El papel de la educadora infantil posee, por lo
mismo, una importante dimensión social, pues ha de trabajar con
padres, otros profesionales no docentes y con dirigentes y miembros de
comunidades.
Importa, en ese sentido, referirse a la necesaria vinculación
entre la educación inicial y la educación con jóvenes
y adultos. En correspondencia al enfoque integral postulado, los programas
de alfabetización destinados a padres de familia de escasos recursos
tendrían que alentar, junto con el dominio de la lectoescritura
y matemáticas, el conocimiento de las necesidades de aprendizaje
de sus hijos y la importancia de la estimulación psicomotriz en
el desarrollo infantil.
Los programas educativos con mujeres madres posibilitarán
mejores condiciones para el aprendizaje de sus hijos y su mejor calidad
de vida /.
4ª. PRIORIDAD
Vincular más a la familia como agente educador
y socializador, propiciando la reflexión y comprensión de
su papel en el desarrollo de la infancia.
La familia es mediadora activa entre el individuo
y la sociedad. Su importancia es tal que se puede afirmar que es ella,
de acuerdo a sus posibilidades y limitaciones, quien facilita o limita
los procesos de desarrollo que afectan a sus integrantes. Si su acción
es adecuada, los resultados favorecen a la propia sociedad. Es considerada,
cada vez más, como el espacio privilegiado para la acción
de las políticas públicas y aquel en que ellas pueden tener
mayor impacto.
Son reconocidas como funciones esenciales de la
familia las sociales, en cuanto a ser regulador básico del
comportamiento del niño y sus miembros, las económicas,
se buscan en ella ingresos para poder satisfacer necesidades biológicas
y sociales de sus miembros, y las emocionales, es unidad de intercambio
emocional y de comunicación entre sus miembros. La influencia del
entorno familiar es predominante en todos los períodos cruciales
de crecimiento; por ejemplo, los estilos de comunicación interpersonal
ayudan al niño a ir definiendo sus modelos de reaccionar ante las
experiencias, pensamientos y sentimientos de los demás /. Cuando
la educación posibilita la participación de los padres;
éstos mejoran su forma de comportarse como tales, favorecen la
independencia de sus hijos y ayudan a la autoestima de ellos mismos, lo
que repercute en el desempeño escolar de los niños /.
A esas funciones esenciales debe sumarse su función
educativa. Ella es agente educativo por excelencia; el aprendizaje por
imitación, determinante en los niños, es uno de sus productos.
Glen Nimnicht plantea que "al fin y al cabo en la mayoría de los
casos, la familia es la única influencia educativa permanente en
la vida del niño; los maestros van y vienen, el niño puede
ser cambiado de escuela, pero la familia permanece"/.
El ambiente familiar viene a ser la primera oportunidad
que tiene todo ser humano para constituirse como tal. Será por
ello decisivo considerar la presencia y acción de los padres o
de la madre sola como primeros educadores y de la familiacualquiera
sea la forma que ésta adoptecomo estructura primaria de pertenencia
al niño donde éste puede constituirse en sujeto en virtud
de un proceso de identificación y diferenciación que le
permite adquirir su propia identidad.
Por lo anterior, todo programa de educación infantil
debe integrar a la familia si quiere tener real éxito en sus tareas.
Los programas basados en la familia tendrán mayor posibilidad de
logros educativos. Una cuestión clave en programas de educación
temprana residirá en posibilitar que los padres ganen confianza
en sí mismos y desarrollen destrezas que mejoren su interacción
con los niños.
Lamentablemente, en ambientes de pobreza, los padres
no tienen, muchas veces, posibilidades de reconocer su propio valor o
sus potencialidades como educadores. Una causa frecuente es que ellos
mismos no poseen una experiencia pedagógica exitosa durante sus
años de escuela. Se reconoce, sin embargo, una tendencia a desarrollar
programas con mayor protagonismo paterno y materno.
Una primera convicción que se reafirma oteando
el tercer milenio, es que la educación de los padres debiera ser
encarada como algo estratégico para el desarrollo de los niños
y para el desarrollo del nivel inicial o preescolar.
La mejora del ambiente cultural familiar y la elevación
de la conciencia paterna de que esa mejora repercutirá directamente
en el desarrollo educativo de sus hijos y en sus mejores aprendizajes,
y de que la vinculación de los adultos docentes con los niños
debiera ser mediadora, fueron valoradas y hechas explícitas en
el ya lejano 1932 por Lev Vigotsky: "Por mediación de los demás,
por mediación del adulto, el niño se entrega a sus actividades.
Todo absolutamente en el comportamiento del niño está fundado,
arraigado en lo social... De este modo, las relaciones del niño
con la realidad son, desde el comienzo, relaciones sociales". De acuerdo
con Vigotsky, la escuela no se limitaría a enseñar sistemáticamente
lo que fuera de ella se aprende sin método pedagógico. La
conjunción hogar y escuela concurre e interactúa a favor
del nivel evolutivo en el aprendizaje infantil, definido como el conjunto
de tareas que el niño es capaz de resolver con ayuda de la maestra
y de otros compañeros en la escuela o de los padres si se trata
del hogar. El nivel de desarrollo potencial del niño será,
entonces, determinado a través de la resolución que haga
de un problema, bajo la guía de un adulto o en colaboración
con otro compañero más capaz /.
La investigación reciente permite señalar
que las variables de mayor contribución familiar al aprendizaje
escolar, pueden clasificarse en las siguientes cinco categorías
/:
Hábitos de trabajo de la familia.
Orientación académica y apoyo al estudio.
Estímulos para explorar y descubrir.
Riqueza lingüística del medio familiar, y
Aspiraciones y expectativas de los padres.
Apostar por la renovación de políticas
educativas requiere "invertir" en los padres. El nivel educativo de los
padres, particularmente el de las madres, aparece en muchas experiencias
y determinados estudios como el factor clave en la educación y
salud de sus hijos; es también influencia directa para la opción
por dar a sus hijos educación preescolar y para evitar el abandono
escolar en los grados superiores de primaria y secundaria/.
La anteriormente señalada necesidad de una
mayor vinculación de la educación inicial con programas
de educación de adultos tiene en el trabajo educativo con madres
gestantes y con niños de 0 a 3 años a su cuidado, una posibilidad
de mayor influencia y prospección educativas. Dicho período
etario es decisivo en el lenguaje y la adquisición de destrezas
estimuladoras de un mejor aprendizaje. Asimismo, la alfabetización
y mejora del nivel académico de padres en situación de marginación
y pobreza, tendrán directa relación con su mejor autoestima,
con su capacidad para aprender y actuar y su mayor conciencia y mejor
aptitud para estimular y acompañar los aprendizajes de sus hijos.
Las múltiples experiencias de programas de
educación inicial no formal tienen precisamente en madres y cuidadoras
pertenecientes a la comunidad y comprometidas con ella, a cargo de dichos
programas, una clara expresión de la potencialidad educativa de
mujeres de baja instrucción debidamente capacitadas y motivadas.
Hay trabajos que demuestran un mayor efecto pedagógico en este
tipo de programas que en los conducidos por docentes profesionales. Se
aduce en ellos, como razones, que en estos programas no convencionales
"las madres y cuidadoras establecen relaciones armónicas con otros
padres y madres, posibilitando fluidez, coherencia y pertinencia en el
manejo de la comunicación y los códigos afectivos, junto
a una mayor facilidad en la interpretación de los comportamientos".
Ello puede explicarse por compartir los mismos parámetros, patrones
y valores sociales pues el recurso humano pertenece a la comunidad /.
5ª. PRIORIDAD
Fortalecimiento del conocimiento científico
sobre la infancia, su familia y comunidad a través de la investigación
Si existe el propósito de un real mejoramiento
de la calidad de la educación integral a la infancia, la investigación
científica será fundamental para alcanzarlo.
Siguiendo criterios clásicos de las ciencias
sociales, con dicha investigación científica se tratará
de influir en el curso de la educación infantil y de la protección
a la infancia alcanzando diversos requerimientos:
Suministrando datosno sólo estadísticos- confiables
Proporcionando conceptos y teorías para entender los fenómenos
concurrentes en una educación inicial y para dar mayores bases
a una protección integral de la niñez
Ofreciendo patrones que permitan evaluar las prácticas educativas
y sociales así como el impacto de la atención integral
al niño considerando su entorno familiar y comunitario. Obteniendo
datos orientadores sobre las múltiples funciones sociales del
papel socializador de la familia. Induciendo y evaluando las políticas
gubernamentales y los proyectos no gubernamentales. Rescatando y difundiendo
las innovaciones educativas con la primera infancia. Estudiando los
comportamientos sociales respecto a la infancia. Analizando los efectos
de la excesiva dependencia de los niños a los medios electrónicos.
Posibilitando que los distintos principales actores vinculados
a la educación infantil (maestras y padres de familia sobre
todo, además de investigadores, administradores, etc.) intercalen
e interactúen de diversas formas entre sí.
Dando pautas para la construcción de proyectos y obras nacionales
de "ingeniería social" vinculados a la infancia.
Proporcionando insumos para favorecer movimientos de opinión
y luchas políticas en favor de la infancia y su educación.
Sin embargo de los anteriores elementos de tipo general,
una prioridad de la investigación científica en el desarrollo
de la educación infantil, será tratar de conocer realmente
al niño con el que se trabaja en la educación inicial. Partiendo
del niño real y en un mundo real, y, asimismo, procurando tener,
a través de la investigación, mayor claridad conceptual
sobre el niño ubicado en ambientes concretos.
El niño promedio o el niño de estadísticas
abstractas en realidad no existe /. El énfasis que se dé
a la investigación básica sobre el niño concreto
ayudará a conocer cómo un niño a una determinada
edad aprende y piensa y, a la vez, cómo usar ese conocimiento para
el diseño de alternativas de enseñanza. Los resultados de
esas investigaciones impedirán la hoy frecuente estandarización
de programas sobre núcleos infantiles por lo general diversos y
heterogéneos.
La imposibilidad de aislar a los niños de los
contextos donde se desarrollan, demanda analizar los múltiples
elementos internos y de su realidad exterior que interinfluyen en su estructura
biológica así como la realidad socioeconómica que
vive, el medio ambiente en el que se desarrolla, las relaciones que establece
con otros niños y con adultos.
En este sentido, hay autores que luego de experiencias
en terreno y de revisar el conjunto de conocimientos científicos
sobre los niños y la niñez de las regiones y los países
del mundo en situación de atraso y pobreza, concluyen que los enfoques
utilizados, a pesar de ser valiosos, no llegan a interpretar ni a ser
adecuados a las características de los niños en situación
de marginación/.
Es prioritario entonces asociar múltiples experiencias
e investigaciones en terreno y buscar- en cada continente- la obtención
de una nueva cosmovisión de la psicología de los niños
asiáticos, africanos, latinoamericanos, árabes, distinta
a la ofrecida por los estereotipos originados en el norte desarrollado.
José Amar (1994) plantea que si bien la Psicología
Genética es una cosmovisión que ha aportado mucho a la transformación
de la vida psíquica, "la realidad de millones de niños,
sus familias y comunidades... que se debaten en la pobreza absoluta y
representan la mitad de la población, necesita de una dimensión
diferente para explicar no sólo el desarrollo infantil, sino también
la cosmovisión del mundo". Sugiere como indispensable, en el caso
latinoamericano, lograr dicha "cosmovisión" estudiando "el psiquismo
en su formación y en sus transformaciones que, junto con descubrir
los orígenes biológicos de la vida psíquica, también
estudie la relación con las posibilidades de variación individual
ligadas a las diferentes formas de interacción con el medio y a
las diferencias existentes en los distintos medios" /.
6ª. PRIORIDAD
Aproximación a las nuevas tecnologías
con predominio de los criterios pedagógicos
La historia del siglo que termina es pródiga
en ejemplos del entusiasmo con que la educación ha acogido como
potenciales medios educativos al cine, la radio, la televisión,
el vídeo y, más recientemente, al computador u ordenador.
Pareciera que cada nuevo medio significó para algunos innovadores,
respuestas finales a problemas educativos acumulados. Sin embargo, al
cabo de años de aplicación cada medio resultó efímero
en cuanto a las potencialidades que se le atribuían, en gran medida
por tratar de implantarlos como mecanismos educativos sin antes tomar
en cuenta los fines que se persiguen con su aplicación.
Ante las nuevas tecnologías es frecuente
encontrar posiciones que van desde las utópicas (la tecnología
como panacea resolviendo principales problemas en el aprendizaje) a las
escépticas (la televisión y los ordenadores pueden ser nocivos
para los niños y estimulan un aprender inocuo). Ambas posturas
obedecen a una visión tecnocéntrica del problema, sin considerar
elementos humanos, culturales y contextuales y privilegiando sólo
lo tecnológico, sustituyendo indebidamente un fin por los medios.
La cuestión fundamental no es ¿qué se puede hacer con el
ordenador o el televisor? O ¿qué hacen los computadores o la televisión
a los niños? Si no ¿qué pueden hacer los niños y
los padres de los niños con los computadores o la televisión?
¿Qué cosas pueden construir con ellos?
Importa partir de admitir que toda nueva tecnología
no tiende a reemplazar la anterior. El ordenador no reemplaza a la máquina
de escribir ni al vídeo, éste no reemplaza al televisor,
ni éste a la radio. Cada una tiene su función, sus potencialidades
y limitaciones. De lo que se trata es que los niños desde pequeños
sepan de su existencia y sean motivados para usar cada medio con mente
alerta o atenta.
En el caso de la televisión ésta es
considerada cada vez más como medio de entretención y "escapista".
No se puede decir lo mismo de los efectos sobre la mente y el modo de
mirar el mundo de los niños, de las adicciones infantiles a la
televisión ni de la difusión videográfica de cómics
cargados de violencia.
Un informe de la UNESCO del año pasado señala
que: "El 91 por ciento de los niños con acceso al televisor en
sus hogares, pasan un promedio de tres horas diarias delante de la pantalla
y le dedican más de un 50 por ciento que a cualquier otra actividad".
La encuesta que sirvió para dicho informe estableció que
una hora de programa contiene en promedio, de cinco a diez escenas de
violencia presentadas, en su mayoría como agradables o benéficas
/.
Otro modo de aproximarse a la televisión es considerarla
como instancia de socialización infantil. El niño utiliza
los códigos que la televisión ofrece (violencia, amor, sexualidad,
acuerdos, conflictos) para relacionarse con sus pares. Las imágenes
televisivas- y de videojuegos- no tendrían que perturbar el desarrollo
de la personalidad de un niño que se siente amado y tomado en cuenta.
A éste, la vida misma le ayudará a discernir entre el bien
y el mal en estos medios con el especial apoyo y cuidado de su familia
y su centro educativo. En cambio, un niño que se siente solo, no
integrado ni contenido por la familia y la escuela, estaría más
expuesto a esos medios, al tomarlos como refugio y no poder enfrentarlos
activamente. No se trataría, entonces, de suprimir la imagen televisiva,
sino de ayudar al niño, a través de la contención
y el afecto, a enfrentar su realidad de manera activa.
Una de las tareas pendientes de la educación
inicial es precisamente tener como un problema por resolver la actitud
de los padres o progenitores con el uso del medio televisivo y con la
adicción que absorbe e impide otra actividad a los niños.
Las sesiones de audiovisión crítica entre maestros y padres
respecto a programas infantiles, estimuladas desde los centros o programas
de educación inicial, pueden constituir una de las salidas a esta
inercia colectiva.
Con referencia a los ordenadores habría que
partir de reconocer que tiene características distintas a otros
medios, algunas de ellas muy ligadas a sus potencialidades para el aprendizaje.
Varios autores sostienen, incluso, que estaríamos en un punto de
la historia de la educación en el cual son posibles cambios radicales
y que la posibilidad de esos cambios tiene en los computadores un medio
indispensable para lograrlos.
Sin coincidir con dichas posturas, una innegable ventaja
del ordenador es su capacidad de ser medio interactivo, sobre todo a partir
de cuando se volvieron conversacionales/. Esta interactividad le da mayor
potencialidad de proveer nuevas formas de aprendizaje a través
de actividades de construcción. La aplicación de formas
interactivas y constructivistas de aprender con la tecnología,
con padres, maestros y niños, puede dar resultados sorprendentes.
A estas alturas será difícil ignorar a
los computadores como partes de la vida moderna que está llegando
a universalizarse incluso en lugares insospechados de comodidad o riqueza.
De allí la importancia de aproximarse a su uso con fines pedagógicos
partiendo de que el contexto es el niño, su ambiente, su cultura
y no la tecnología.
Introducir el computador en educación infantil
puede parecer hoy inusitado y demasiado ambicioso. Sin embargo, estaremos
en mejores condiciones de asumirlo si dejamos de considerarlo como una
tecnología que puede o no producir beneficios, sino como un material
que pueda ayudarnos a hacer mejor lo que se está haciendo. Para
ello será necesario responder previamente- padres y maestros- cómo,
para qué, cuándo y dónde utilizarlo para fines de
aprendizaje. La presencia del docente será esencial para que incorpore
elementos de humanidad impidiendo que el medio distorsione los fines educacionales
y logrando que todas las potencialidades del niño estén
involucradas en los procesos de aprendizaje.
A los anteriores elementos debieran añadirse
por lo menos otros dos, de tipo problemático:
Los software educativos de la computación a menudo
no son hechos por educadores sino por técnicos de computación
con poco conocimiento de procesos de aprendizaje;
El uso de computadores como medio educativo será distinto
si se trata de países ricos o pobres. En los primeros, por
lo general, las tecnologías educativas no sirven para ahorrar
recursos sino para elevar la calidad de los aprendizajes. En los países
pobres la opción por computadoras en las aulas debe pasar por
analizar factores de por sí escasos: recursos financieros y
maestros bien entrenados /.
7ª. PRIORIDAD
Búsqueda de la maestra de excelencia para
la educación infantil
Esta última prioridad puede ser perfectamente
la primera y está asociada al buen cumplimiento de las anteriores.
Si asumimos la hipótesis de la importancia central
que tiene para el desarrollo humano y personal la educación temprana,
admitiremos la necesidad de optar por estrategias que posibiliten una
selección y formación inicial rigurosas de este personal
docente así como darle posibilidades de constante evolución
y puesta al día profesional.
Tomando en cuenta el estudio de la realidad y la opinión
de los expertos consultados en investigaciones sobre la especialización
en educación infantil, se concluye que las características
personales que debe poseer un especialista en la atención al niño
preescolar son fundamentales para su buen desempeño.
Estas características pueden agruparse en categorías
como las siguientes:
La relación con los niños. Esta condición
es prioritaria. Se demanda a esta docente ser cariñosa y afectuosa
con los niños, ser paciente pero a la vez activa para poder
adaptarse al ritmo intenso de trabajo con niños. Por ello,
se señala, con razón, que es preferible contratar a
una persona que sienta amor hacia los niños, aún cuando
no posea calificación especializada, a otra con mucha calificación
pero sin esa cualidad.
La relación con el tipo de trabajo. Una especialista
en la atención de los niños en edad temprana, necesita
tener afinidad hacia las actividades propias de su oficio. Su vocación
de servicio tendría que expresarse también en responsabilidad
frente al trabajo, deseo de actualizarse y de aprender para brindar
mejor atención.
La relación con los demás. Sus facilidades
de comunicación y el manejo adecuado de las relaciones humanas,
le permitirán una buena relación con la comunidad, con
los padres de los niños y con las compañeras de trabajo,
aspecto importante para el desempeño en el área. Por
ello, en dichos estudios se recomienda que la especialista pertenezca,
en lo posible, a la misma comunidad donde funciona el centro de atención
o programa.
La relación consigo misma. El equilibrio emocional
y la buena salud física y mental serán armas importantes
para enfrentarse con grupos numerosos, de edades diferentes y con
imprevistos frecuentes y situaciones difíciles que demandan
muchas veces sentido común y equilibrio para la toma de decisiones.
Respecto a las competencias profesionales/ y a lo
que demandaría el saber teórico a una profesional en educación
infantil, en lugar de recurrir a tratados de formación profesional
y a valiosas experiencias de centros de formación profesional,
permítaseme esta vez recurrir a la opinión de los propios
niños.
En 1996, el Programa de Escuelas Asociadas de la UNESCO
consultó a niños de todas las regiones del mundo a responder
la siguiente pregunta: ¿Cómo debe ser un buen maestro?.
Los niños podían responder por escrito o por medio de
un buen dibujo. Uno de los motivos centrales de esta encuesta fue que
mucho se ha dicho y escrito sobre el papel del maestro en un mundo cambiante,
pero rara vez se han recogido las voces y las ideas de los propios niños
alumnos. En sus frases y dibujos pueden encontrarse muchas claves para
conocer cómo ven y cómo quisiera que sean los rostros de
50 millones de docentes repartidos por el mundo.
¿Cómo debe ser un buen maestro?/
CON LAS PALABRAS DE LOS NIÑOS
Un buen maestro es un amigo
"Tienes que ser bueno, amigable y tener confianza en
mi... debes escuchar y comprendemos a todos nosotros... y no perder
nunca la calma..."
Rosa, 9 años, de Nueva Zelandia
"Nos tratas con igualdad y comprendes
los sentimientos y aspiraciones y el humor de cada uno de nosotros".
Le Nhy Anh, 9 años, de Viet Nam
Un buen maestro escucha...
´"Para llegar a ser buen maestro que me ayude a pensar y encontrar
respuestas por mí mismo".
Tasha-Leigh, 12 años, Jamaica
"Me gusta un maestro que me ayude
a pensar y encontrar respuestas por mí mismo".
Bongani Sicelo, 9 años, de Zimbahue
Un buen maestro es un modelo
para nosotros...
"Un buen maestro es alguien que transmite a la generación
futura lo que tiene de más valioso: su cultura y educación".
Nawal, 12 años, de Marruecos
"El maestro debería comportarse
bien puesto que los niños le copian".
Julietta, 12 años, de Ghana
... nos ayuda a crecer y
desarrollarnos
"Debe saber convertinos en alumnos autónomos y ayudarnos
a ser mayores".
Anabella, 12 años, de Italia
"Un buen maestro es quien nos guía
por el buen camino para alcanzar nuestras metas".
Analia, 12 años, de México
CON LOS OJOS DE UN NIÑO
Un niño chileno, José Bernardo Schmeisser
Saavedra, de 11 años, ganó el primer premio en esta convocatoria,
dibujando así a su maestra Doris Winkler Niepel, docente de una
comunidad situada en una provincia del sur de Chile:
Evoca el invierno con abrigos, gorros y bufandas
de lana. Los ocho niños de diversas razas y con ropa multicolor,
sonríen posando como para una fotografía. Detrás
de todos está la imagen de su maestra protectora, acariciadora
y acogedora. Los brazos de la maestra son tan largos que alcanzan a rodear
los ocho niños sin esfuerzo alguno. Más que mujer, el niño
ve a su maestra como heroína capaz de inspirar la mayor confianza
y seguridad personal. El amor como pedagogía suprema está
allí representado.
Marin Moos, niño alemán, se inspira
así en su maestra Ulrike Heitmeier:
Sobre un idílico y verde paisaje, un río
divide dos campos, uno de ellos con un árbol derribado mostrando
sus raíces y el otro, con un enorme árbol florido. Seis
niños cruzan un puente salvador guiados por su maestra quien les
dice señalando el árbol: "Esto es un roble". Las ideas de
maestra guía y de recorrer juntos senderos bajo su segura conducción
y acción educadora, son hechas explícitas en el dibujo.
Jonnathan Zorku Tei, niño de Ghana,
imagina a su maestra Florence Adzabeh:
Siete niños son estimulados en el gran patio
de la escuela por otro niño que sirve de guía sobre un taburete
en los ejercicios físicos. La maestra, solícita, orienta
y alienta a otros dos niños a desarrollar bien los ejercicios,
uno de ellos es ayudado por ella a quitarse la camisa para facilitar dichos
ejercicios. El grupo de niños corresponde a distintas edades. Es
clara la percepción del niño autor que su maestra combina
el amor por ellos con una buena organización del aprendizaje, dando
tareas directivas a uno de los compañeros.
BIBLIOGRAFÍA
Amar Amar, José Juan. (1994). "Educación
Infantil y desarrollo social". Ediciones Uninorte. Barranquilla, Colombia.
CEPAL. (1997). "La brecha de la equidad". Santiago,
Chile.
Comisión Internacional sobre la educación para
el siglo XXI. Presidida por Jacques Delors (1996).
"La educación encierra un tesoro" Informe a la UNESCO. Editorial
Santillana, Ediciones UNESCO. Madrid, España.
Diario "Clarín". (1995). Suplemento "Lo
que vendrá". Revista del 50 aniversario (28.08.95). Artículos
consultados: "La era del pragmatismo lúcido", John Kenneth
Galbraith; "La amenaza ahora está adentro", Eric
Hobsbawn; "Del libro a la pantalla: ¿una extravagante felicidad?",
Roger Chartier; "El encanto de una buena historia",
Roberto Pablo Guareschi; "Cautelosa incursión
de un historiador en la profecía", Tulio Halperin Donghi;
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