Valoración del desarrollo de la motricidad en el niño de educación infantil
Las primeras orientaciones
sobre la estimulación de los niños canalizaron la teoría
con la frase de estimulación precoz. Aún existen tendencias
filosóficas que ante la palabra estimulación la trasladan
al significado de precoz. Estudiosos de la evolución de las personas
en los primeros años de vida determinaron que las técnicas
de estimulación en los niños no debían pronunciarse
como estimulación percoz, sino como estimulación temprana.
Más recientemente, autores de gran cualificación como Glenn
Doman, Rachel Kohen, Manuel Kovacs entre otros, han demostrado que no
es cuestión de precoz, ni tampoco temprana sino científica
y neurológicamente estimulación oportuna.
Ante estas tendencias educativas,
la Educación Infantil ha cobrado un sentido más profundo,
y de lo que hace unos años (todavía hay quién lo
denomina así) eran las guarderías, hoy han pasado a ser
Escuelas Infantiles con unos medios, tanto en recursos humanos como materiales,
de gran consideración, superando en profundidad educativa y de
desarrollo a los medios disponibles en la etapa de Educación Primaria.
Actualmente, la sociedad desarrollada
demanda una educación integral e íntegra. No solamente la
educación se considera completa en los términos de moral
y física, sino que hemos llegado a considerar lo más apropiado
y oportuno en cada edad, momento o estadio y en cada área de desarrollo
que puede evolucionar el niño.
Los padres que mandan los niños
desde las primeras edades a un centro educativo, no esperan del profesorado
que solamente les cuide, o que se preocupen de su bienestar físico
y social; es evidente que esto se pretende y se logra, pero casi podíamos
decir que es lo elemental y básico. Desean que sus hijos avancen
al ritmo del progreso que nuestra sociedad demanda. En estos momentos,
en que los estudios sobre la evolución humana avanzan y se asientan
en el funcionamiento del sistema nervioso, es la capacidad intelectual
la que marca de alguna manera la línea a seguir en Educación
Infantil.
El progreso social, tan alimentado
hacia los medios materiales, no tiene mucho sentido sin el progreso humano.
Hay voces que no creen en el progreso cuando se habla de máquinas,
de carreteras, de urbanizaciones. El progreso real se da en la evolución
humana. Una sociedad que progresa avanza en desarrollo de potenciales
humanos. Parece normal que mientras el ser humano progresa, los medios
para la convivencia y la calidad de vida también avanzarán
en el mismo sentido. Aludiendo a la teoría de Alejandro Llano podemos
decir que para avanzar hacia una sociedad de conocimiento es necesario
darnos cuenta de que la energía de los talentos humanos es incomparablemente
superior a la fuerza de la materia y de todas sus posibles transformaciones.
Los congresos de la década
de los años noventa han experimentado un cambio presencial tanto
en los ponentes como en los oyentes. Los pediatras han dejado el paso
a los educadores, lo cual tampoco creemos que ha de ser bueno, ya que
el aporte de unos sobre los otros y el equilibrio de ideas e interpretaciones
debe marcar el éxito en ambos tratados.
La influencia de estos congresos,
las investigaciones en el campo de la neurología humana, las publicaciones
aparecidas a través de distintas editoriales, los trabajos sobre
el aprendizaje en diferentes áreas, la intervención de los
políticos en reuniones de técnicos de la enseñanza,
etc., han despertado la conciencia de la sociedad sobre la importancia
que tiene el sistema educativo en los seis primeros años de vida.
La vida afectiva, el desarrollo intelectual, el desarrollo de la motricidad,
permite a los niños y niñas en las primeras edades llevar
un proceso de maduración personal. A su vez estas facultades adquiridas
en los primeros años condicionan los procesos de aprendizaje posteriores
y la adquisición de habilidades que son necesarias para la vida
adulta.
El proyecto de reforma de la enseñanza
marca pautas de interés para el segundo ciclo de la etapa de Educación
Infantil y reconoce la importancia del tratamiento didáctico en
los niños. Pero son posteriormente los movientos de renovación
pedagógica los que ofertan modelos pedagógicos referentes
a niños de estas edades. Su orientación está encaminada
a estimular su componente físico, afectivo, intelectual y social,
favorecedores y estimulantes de su desarrollo pleno. Por ello hemos de
pensar que la Educación Infantil es algo más que el cumplimiento
de una legislación educativa.
El ser humano crece en lo psicológico
y se desarrolla como persona social y física sobre la base de tres
componentes: el movimiento, la expresión, (principalmente hablada)
y la afectividad. Difícilmente se puede vivir sin movimiento, sin
expresión-comunicación y sin afectividad. Por tanto podemos
decir que:
Si nuestra vida es moverse,
sentirse, hablar y querer,
cuánto falta en esas mentes
carentes de ese saber
VALORAR
O
EVALUAR
LA EVALUACIÓN ES UNA VALORACIÓN
Una valoración baja, en
referencia al grupo, puede darnos una alta evaluación en referencia
al individuo.
Concepto y finalidad de la valoración
motriz
El Diccionario de la Lengua
Española define el término evaluación de la siguiente
manera: "señalar el valor de una cosa", "estimar, apreciar, calcular
el valor de una cosa". El significado que sacamos de estas definiciones
nos llevan a considerar que la evaluación ha de buscar aproximarse,
lo más objetivamente posible, al valor real de aquello que pretendemos
medir.
De alguna manera, nuestro planteamiento
de valoración motriz viene a coincidir con el concepto de evaluación,
pero nuestra intención evita, o trata de evitar, de alguna manera
aquellos aspectos ingratos de la evaluación escolar.
Inmersos en la tarea docente,
la valoración de la motricidad está en relación estrecha
con el modelo educativo que se aplica, y, por tanto, con las bases teóricas
que fundamentan el concepto de enseñanza y/o práctica psicomotriz
en que se apoya dicho modelo. Por eso la consideramos como un elemento
didáctico al servicio del proceso curricular. No es una constatación
del rendimiento, pero, en el campo de la motricidad (Educación
Física) tampoco podemos excluir esta realidad. En este complejo
criterio, tan traído y llevado, la valoración de la motricidad
debe ser concebida como una reflexión crítica que nos permite
conocer lo que sucede en el proceso educativo y nos ayuda a investigar
sobre nuestra organización docente en éste área de
desarrollo.
Con estos criterios, podemos considerar
a la valoración de la motricidad como una parte de la actividad
docente, que nos permite obtener información de los alumnos sobre
la evolución y asimilación de los conceptos y actividades
propias del programa desarrollado; con ello conseguimos información
para utilizarla como ayuda individual al alumno, como mejora del programa
y proceso seguido en la actividad docente o como apoyo para el informe
que se da a los padres sobre el estado actual y la evolución de
sus hijos.
Para realizar la evaluación
motriz distinguimos las siguientes fases:
- Elaboración de la prueba
o batería de pruebas. Sobre la base de los componentes del ámbito
motor, que hemos planteado desarrollar en el programa, establecemos las
pruebas que deseamos nos sirvan para comprobar aquello que necesitamos
medir.
- Establecimiento del protocolo
para la realización de la prueba. Son las condiciones básicas
de aplicación con el fin de eliminar errores y objetivar la realización
en todos los alumnos estudiados.
- Registro de las respuestas motrices
del alumno. Esta fase debe considerarse como una clase más y aplicada
con la metodología propia de una sesión del programa, considerando
que la valoración será individual y que hay pruebas que
deben ser realizadas en situaciones de individualidad. La información
ha de ser precisa y objetiva lo cual es fundamento para analizar una realidad.
- Formulación de juicios
de valores. A partir de los resultados de la información obtenida
(expresados en términos de medida numérica o conceptual),
deberemos emitir juicios de valor. Para ello necesitamos concretar la
edad del alumno, la prueba a valorar, el valor aplicable al rendimiento
de la manifestación motriz. Para la emisión de los juicios,
el docente necesita partir de criterios que sirvan de referencia. Estos
criterios pueden estar basados en datos estadísticos ya contrastados
o en datos de recogida propia que le permitan valorar su objetivo propio.
¿QUÉ PODEMOS VALORAR
DE LA MOTRICIDAD EN LOS NIÑOS
DE EDUCACIÓN INFANTIL
CUALQUIER COMPONENTE DE LA MOTRICIDAD
PROPIO DE LA EDAD Y QUE A LA VEZ
NOS INFORME DE LO QUE DESEAMOS SABER
¿QUÉ NECESITAMOS SABER?
EL NIVEL DE DESARROLLO NEURO-MOTOR
QUE LLEVA EL NIÑO EN CADA MOMENTO,
ASÍ COMO SU EVOLUCIÓN
Para valorar un concepto,
es necesario precisar lo que deseamos medir. En la motricidad, hemos de
definir cual es el campo epistemológico del área motriz.
Por ello partimos siempre de los componentes del ámbito motor.
En estos componentes diferenciamos tres bloques a/ el de las aptitudes
físicas, b/ el de la cinestesia o propioceptividad, c/ el de la
manifestación motriz. A pesar de diferenciar tres partes, es en
el grupo de la manifestación motriz en el que centramos nuestra
valoración sobre la respuesta motriz que encontramos ante propuestas
de movimiento concretas y que sean procedentes a la edad del niño.
Con ello encontramos el nivel
de desarrollo neuromotriz, ya que la respuesta motriz está en consonancia
con su madurez neurológica de la vía eferente de la motricidad
gruesa que estudiamos.
VALORACIÓN DE LA MOTRICIDAD
¿PARA QUÉ?
Para determinar el nivel de madurez
del niño en su desarrollo motor. Si tenemos en cuenta que el desarrollo
motor está muy relacionado con la seguiridad y con la personalidad
del niño, comprenderemos que el proyecto curricular en Educación
Infantil no puede dejar a la espontaneidad la actuación motriz
del niño.
VALORACIÓN DE LA MOTRICIDAD,
¿PARA QUÉ?
1. Para conocer el desarrolla neuro-motriz
del niño
2. Para conocer el nivel de partida
o de situación
3. Para obtener datos referenciales.
4. Para analizar las diferentes cualidades
personales
5. Para hacer una valoración
del trabajo realizado
6. Para ajustar y modificar el diseño
7. Para valorar el trabajo docente.
8. Para informar a los padres de una
realidad de sus hijos
Nos encontramos ante una herramienta
de trabajo de gran valor para la tarea docente. A partir del análisis
de la motricidad en el niño de Educación Infantil podemos
comprender el significado de los criterios arriba citados.
CON LA VALORACIÓN DE LA MOTRICIDAD
INTENTAMOS:
1. Identificación: reconocimiento
del progreso
2. Diagnóstico: analizar la
situación
3. Orientación: permite saber
cómo ayudar.
4. Información: Obtención
de datos objetivos
ESTAMOS VALORANDO UN APRENDIZAJE,
CONSIDERADO COMO:
1. Un proceso neural
2. Un cambio evolutivo en el rendimiento
motor
3. Derivado de la práctica
y la experiencia
El proceso neural es el misterio
funcional de la mente humana, aún sin precisar científicamente,
pero que los neurólogos lo justifican sobre la teoría de
las conexiones interneuronales. A partir de la intencionalidd de movimiento,
nuestras células cerebrales se estimulan y conectan con otras células
formando los "circuitos patrón" de distintos patrones motores.
El cambio evolutivo en el rendimiento
motor está determinado por la acción motriz propiamente
ideada y realizada en la interrelación social, manifestada a través
de los componentes de la coordinación dinámica general y
dentro de los factores espacio temporales.
¿CÓMO ANALIZAMOS LA RESPONSABILIDAD
DERIVADA DE LA PRÁCTICA Y LA EXPERIENCIA
LA ADQUISICIÓN DE NUEVOS NIVELES
DE MOVIMIENTO
SE EXPRESA GRACIAS A LA MANIFESTACIÓN
MOTRIZ
Nuestra evolución resulta
algo difícil de ver,
pero los primeros años
marcan la pauta del ser
Cuando comprendemos el movimiento
humano, las leyes que lo regulan y la influencia sobre la formación
integral de la persona, es más fácil centrarse en su evolución
ORIENTACIONES PARA LA VALORACIÓN
DE LA MOTRICIDAD
La valoración de la motricidad estará
en
consonancia con los objetivos propios del
desarrollo psicomotor
¿CUÁLES SON ESTOS OBJETIVOS?
Los específicos de los componentes
del ámbito motor
Medición, e investigación
sobre motricidad
El marco educativo requiere
de la observación diaria sobre la actuación del alumno.
La observación se hace desde técnicas y estrategias diferentes.
Pero para una valoración completa necesitamos aplicar variación
en nuestra forma de actuar.
La medición está
en relación con el registro de las respuestas motrices. Es el proceso
seguido por el profesor para recoger información sobre datos relativos
al rendimiento del alumno en cualquier aspecto de su aprendizaje. Para
ello deberá emplear los instrumentos de medida más objetivos
posible. En nuestra tarea de valorar la acción motriz estamos sujetos
a valores de manifestación motriz de diferentes componentes del
ámbito motor.
La valoración de el desarrollo
psicomotor compromete a la toma de decisiones. Es un proceso que incluye
y supera a la medición o verificación, los resultados de
la medición sirven de base para efectuar el proceso de la evaluación.
De ahí que sus resultados dependan de la exactitud y objetividad
de los datos de la medición. Esta propuesta de valoración
conlleva la interpretación de unas medidas en relación a
una norma o un criterio previamente establecido, con el fin de tomar decisiones
operativas.
En términos muy generales,
investigación es toda actividad encaminada a conocer o descubrir
una cosa, a partir del estudio atento de sus indicios. La investigación
está motivada por la satisfacción de la curiosidad y su
objetivo es sacar conclusiones que establezcan leyes o relación
entre variables.
Medición, valoración
y evaluación nos deben llevar a la investigación de qué
ocurre en el alumno cuando trabaja un concepto de motricidad y, en función,
a su vez, de cómo lo trabaja y lo asimila.
¿Qué valorar?
Hemos planteado unos objetivos
que deseamos conseguir y que los desglosamos en cuatro grupos: los concernientes
a las respuestas motrices, los de carácter cognitivo, los de carácter
social, y los de carácter afectivo. Los de carácter social
y afectivo los valoramos sobre la observación diaria, respuestas
actitudinales habituales. Los objetivos de carácter cognitivo y
de respuestas motrices los valoramos sobre la manifestación motriz
y su interpretación.
Por tanto tenemos por un lado
el componente actitudinal y por otro el aptitudinal. En todo nuestro proceso
consideramos de interés ambos componentes ya que lo actitudinal
tiene un factor multiplicador sobre lo aptitudinal y por añadidura
consideramos que son dos aspectos imbricados entre sí, fundidos
en el propio comportamiento de la persona. Por otro lado, es frecuente
que, el niño con dominio de su motricidad y con patrones motores
bien afianzados tiene a su vez actitudes favorecedoras para participar
en nuevas tareas motrices.
Una valoración sistematizada
nos lleva a una evaluación en la que podemos relacionar otros factores
como son los referidos a la enseñanza del profesor y su proceso
educativo, y a la confección del programa y su proceso de desarrollo.
a/ La consideración
del aprendizaje
Se refiere a la valoración
cualitativa y cuantitativa según la interpretación de la
manifestación motriz, considerando a su vez las aptitudes, actitudes
y evolución socio-afectiva.
Hemos de tener en cuenta que no
todo el proceso de aprendizaje se debe a la influencia del programa escolar,
es de destacar la importancia que tiene la actividad del niño en
su entorno familiar y social, el cual influye el los aprendizajes, desarrollo
de la motricidad y en la influencia sobre la madurez. Por tanto tiene
gran consideración la actividad espontánea realizada por
el niño en diferentes momentos de su vida.
b/ La consideración
del proceso didáctico
La evaluación del proceso
significa revisar, por parte del equipo de profesores que participa en
el programa, la propia acción educativa, la realización
de un análisis de las situaciones dadas en los momentos educativos,
los resultados obtenidos, las deficiencias detectadas en las sesiones
o programa, la influencia de unas tareas u otras sobre el desarrollo de
los alumnos, la motivación manifestada por los alumnos en las sesiones,
la participación y continuidad, etc. De esta forma, la evaluación
del proceso incide sobre las demás fases de la acción docente
(programación, realización y avaluación) y todos
sus elementos (objetivos, contenidos, actividades, metodología
y recursos).
c/ La consideración
del profesorado
Se dice que no hay efecto sin
causa. Aplicado a la evolución del alumno nos permite aceptar que
la progresión o limitación de ciertos aspectos evaluados
tienen la causa por el efecto de los componentes que inciden en la realización
del programa. Uno de los más importantes es el profesor, al cual
se debe evaluar y, él mismo se debe evaluar
El departamento o equipo de profesorado
es a quien le compete realizar la evaluación del profesor, enfocada
con carácter de ayuda, de la misma manera que hacemos con los alumnos.
Se trata de una ayuda estimulante y orientadora.
La autoevaluación tiene
como objeto la reflexión del profesor sobre su actuación
en las diferentes fases del proceso didáctico. Como referencias
importantes tenemos los resultados de progresión de los alumnos
y las conclusiones de investigación sobre la acción que
haya ido realizando.
Cómo valorar la motricidad
del alumno de Educación Infantil
Atañe este concepto a la
metodología de la evaluación. Es decir a los modos de valorar
la enseñanza y el aprendizaje, así como a las técnicas
e instrumentos que se pueden emplear para conocer los resultados y la
forma en que aprenden los alumnos.
Consideramos que los modos de
valoración técnicos que nos dan la información más
adecuada a nuestros intereses son los test. La objetividad de los datos
nos parece muy necesaria para conocer el nivel de los alumnos en diferentes
ámbitos de la motricidad, y su evolución a lo largo de los
años.
Es una forma de evaluación
basada en datos comparativos. Compara el resultado de cada alumno en determinada
prueba con el obtenido por un grupo. En principio puede considerarse como
una interpretación del rendimiento, pero puede servir para establecer
aclaraciones del movimiento o movimientos que pueden realizar los alumnos
y la intensidad, cantidad u otro elemento de dificultad que deben aplicarse
en clases de educación física.
Modelo de valoración de los
alumnos.
¿Qué pasaría si
tratáramos de establecer unos niveles de valoración neurológica
en referencia al nivel de pruebas motrices propias de cada edad? Sin lugar
a dudas, sería un medio ideal para determinar que nivel tiene cada
niño en un momento dado. Pero no sólo eso, los padres tendrían
la información del nivel de sus hijos y lo que resultaría
de mayor interés, partirían de un conocimiento objetivo
para poner los medios necesarios para progresar, cuando las dificultades
detectadas fueran indicativas de ello.
Estos niveles de valoración
motriz, los hacemos según movimientos patrón. Un chico que
adquiere un movimiento patrón con un nivel de maduración
neurológica, ya lo tiene para siempre, no lo olvida, no pierde
su habilidad adquirida.
Esta es la razón, hallar
los movimientos patrón que le corresponde a los niños de
cada edad y sobre ellos poder establecer una valoración objetiva
que nos de información de la competencia de movilidad del niño.
Esto nos permite una comparación, primero con los de su edad, segundo
con etapas sucesivas para analizar la evolución del niño
y sus repercusiones y tercero comprobar los efectos del programa docente
para la consecución de los objetivos. La adquisición de
esos movimientos patrón en la etapa de los seis primeros años
permitirá garantizar que su nivel de inteligencia física
está bien establecido.
Dentro de estos conceptos que
hemos expuesto sobre la evaluación, nuestro modelo se ha centrado
en diez pruebas de manifestación motriz como reflejo de diferentes
componentes del ámbito motriz.
El resultado cuantitativo se ha
traducido en un valor numérico referencial del nivel sobre el que
se encuentra el alumno. Esta referencia se ha elaborado en relación
a las muestras que hemos tomado en los tres últimos años
y sobre los que hemos establecido el baremo correspondiente a cada edad,
prueba y nivel de ejecución o respuesta motriz determinada.
Valoración de los alumnos
según las pruebas
Gateo. Actividad en patrón
motor cruzado. Su manifestación motriz se consigue, normalmente
(no todos los niños gatean a esa edad), entre los ocho y los doce
meses.
El alumno debe gatear sobre sus
rodillas y manos. El movimiento de patrón cruzado requiere un avance
de su mano derecha y rodilla izquierda y viceversa. El movimiento del
gateo implica un control motriz determinado por los siguientes factores:
- La posición de los pies sin
rotación
- Apoyo de las rodillas en avance
alterno, ligeramente separadas unos 20 cms.
- La verticalidad del muslo, línea
desde la cadera a rodilla.
- Posición de la pelvis, en
anteversión o retroversión
- Espalda en posición de ligera
cifosis
- Posicionamiento de la cintura escapular
- La posición de la cabeza
en línea con la espalda (plano longitudinal), y ligeramente levantada
(plano transversal)
- Los brazos ligeramente flexionados
y en movimiento alterno.
- Las manos apoyadas por las palmas.
- Los dedos ligeramente abiertos y
orientados en su eje longitudinal con la línea de desplazamiento.
Realización de la prueba
El alumno realiza el movimiento
de gatear por un circuito establecido con una longitud medida con anterioridad.
Sobre esta distancia efectúa cuantas vueltas considera que puede
aguantar, con la libertad de abandonar en cualquier momento. En el circuito
gatean cuatro, cinco o seis niños a la vez, ya que cuando uno se
retira entra otro a realizar la prueba. Es una prueba que mide básicamente
la actitud del alumno al trabajo físico. Su realización
neuromotriz es compleja, pero todos los niños mayores de tres años
la realizan con cierta naturalidad. Por tanto el continuar más
tiempo gateando no lo consideramos como factor limitado por la capacidad
neuromotriz, sino fundamentalmente por la actitud o capacidad física
para soportar más trabajo.
La carrera frontal.
La carrera la evaluamos
por la percepción espacial y el control propioceptivo del movimiento.
Para ello marcamos diferentes distancias en función de la edad:
80 cms., diez espacios, para alumnos del primer nivel de Primaria; 1 m.,
diez espacios, para alumnos del segundo nivel y 1,10 m., diez espacios,
para alumnos del tercer nivel.
Realización de la prueba:
Cada niño realiza la prueba
de forma individual pero bastante continuada entre unos y otros, de tal
manera que el niño participa como si fuera una actividad casi conjunta.
Aquellos alumnos que dominan el movimiento de la carrera hacen con naturalidad
un apoyo en cada espacio en el recorrido propuesto. Aquellos alumnos que
tienen cierta dificultad pueden fallar en uno, dos, tres, .... espacios
con lo cual se les valora su realización demostrada.
Carrera lateral -sin cruzar
los pies-.
El movimiento de carrera lateral
implica un impulso casi simultáneo de las extremidades inferiores,
que no se cruzan, hacia la derecha o izquierda, y un pequeño acompañamiento
de las extremidades superiores. Esta prueba se realiza con los niños
del primero y segundo nivel de Infantil, ya que para los de más
edad representa una prueba muy sencilla.
Realización de la prueba:
La realizan por grupos de cuatro
alumnos, acompañado por un juego que denominamos "STOP". Se les
indica y se señala "izquierda o derecha" para que todos vayan en
el mismo sentido; cada vez que cambiamos de sentido hacemos STOP. Se observa
si realiza los movimientos con corrección hacia los dos lados,
hacia uno solamente, o si no puede para ninguno de los lados.
Salto en longitud a pies juntos.
Se trata de ver la capacidad de
impulsión y el desplazamiento en salto desde parado con impulso
de las dos piernas a la vez y el contol de caída tras el salto.
Realización de la prueba:
El alumno se sitúa al lado
de una línea y realiza un impulso buscando el desplazamiento más
largo posible. La prueba puede repetirse cuantas veces se crea necesario
para encontrar el salto que determine la capacidad del alumno. La prueba
se realiza en orden individual. Se contabiliza la distancia que hay desde
la punta de los pies, o línea de salida, hasta el apoyo de los
talones en el momento de la caída, (punto del primer contacto con
el suelo).
Salto desde altura -50 cms-.
La ilusión del salto es
manifiesta permanentemente en los niños sanos. El salto hacia abajo
es un reto constante desde que es capaz de saltar la altura de una escalera
(18-20 cms.). El niño supera la caída por adquisición
del control neuro-muscular y dominio de equilibrio en situaciones cada
vez más complejas. Es una prueba que se realiza solamente con niños
del primer nivel de Infantil, pues los de edad más avanzada superan
alturas muy considerables.
Realización de la prueba:
Colocamos los módulos de
espuma, o cajones del plíntom hasta una altura de cincuenta centímetros;
los niños suben y saltan desde esa altura. Para la valoración
se observa a los niños que al aterrizar son capaces de amortiguar
la caída sin rodar por el suelo, sin caerse. El niño que
mantiene el equilibrio con el apoyo de sus pies se valora como "Bien";
El que se inclina hacia delante y apoya las manos, se valora como "Regular";
si cae al suelo con las rodillas o con los glúteos se valora como
"Mal"; igualmente si no se atreve a saltar.
Saltos a "patacoja" -pierna
dominante-.
Habitualmente, el niño
en el primer curso de Educación Infantil es capaz de hacer saltos
en patacoja con una pierna que, por norma, es la dominante, no obstante
hay niños de esa edad que tienen dificultad para iniciarse en ese
movimiento. En estos casos es importante prestar las ayudas necesarias
para que consiga los primeros saltos, lo que es lo mismo que su sistema
neuromuscular se organice para conseguir un patrón motor nuevo.
Realización de la prueba:
Se le marca un recorrido por el
cual desplazarse, pero el niño tiene libertad para hacer el "patacoja"
por el trayecto que desee. Se contabiliza el número de saltos que
realiza sin apoyar el otro pie. El movimiento se realiza con avance hacia
delante, y sin contactar en el suelo con el pie no ejecutor.
Saltos a "patacoja" -pierna
no dominante-.
Un tiempo después de realizar
el "patacoja" con la pierna dominante se consigue hacer con la otra pierna,
que llamamos no dominante. Es en el segundo curso de Educación
Infantil cuando aplicamos el control con ambas piernas. El niño
que controla bien con la dominante es habitual que realice el movimiento
con la otra pierna, aunque la ejecución de los movimientos es inferior
en número.
Realización de la prueba:
Igual que con la pierna dominante,
se realiza por un circuito establecido, libre de obstáculos, y
se contabiliza el número de saltos que consigue sin perder la dinámica
del movimiento
Saltos a la comba.
El patrón motor del salto
a la comba con cuerda difiere de cualquier otro, ya sea de carrera o de
salto. Coordinar, ordenar los movimientos de piernas, brazos y cuerda
conlleva alta dificultad. Las niñas son más hábiles
para conseguir este movimiento que sus compañeros los niños.
Es una prueba que se realiza solamente con alumnos de tercer nivel de
Educación Infantil, ya que los cursos anteriores no tiene dominio
suficiente.
Realización de la prueba:
Los alumnos toman la cuerda (aproximadamente
dos metros), con sus manos por los extremos de la misma, se les explica
y se muestra cual es el movimiento que han de realizar y cómo lo
pueden hacer. Se admite el salto con los pies juntos o con apoyo alterno
en cada ciclo de cuerda, pudiéndose hacer sin desplazamiento en
el espacio horizontal o con desplazamiento sin les resulta más
cómodo. Lo realizan de forma individual. Se contabiliza el número
de secuencias (ciclos de cuerda completos) que realiza sin perder la dinámica
del movimiento. Puede realizar cuantos intentos desee, de los cuales se
les anota el de mejor resultado.
Equilibrio -apoyo estático
con una pierna-.
Buscamos, como norma, la concentración
y la percepción del movimiento. El equilibrio estático es
una muestra del dominio y control sobre nuestra capacidad de autocontrol
motriz.
Realización de la prueba:
Se trata de mantenerse quieto
sin mover un pie del suelo teniendo el otro levantado. Los brazos actúan
como equilibradores y pueden oscilar hacia arriba y abajo para no perder
la posición de apoyo inicial. Se realiza por parejas. Cada niño
tiene el sitio suficiente para no apoyarse en el compañero. Se
pone el cronómetro en marcha a la vez que se les da la información
para que adopten la posición de equilibrio con una pierna. Se contabiliza
la fracción de tiempo (en segundos) mas amplia que ha conseguido
mantener.
Botar y coger un balón.
Los niños de primer nivel
disfrutan con el manejo de las pelotas y balones, pero su dominio y control
no es muy preciso. Por eso buscamos una prueba para esa edad que tuviera
posibilidades de manifestación exitosa en la mayoría. La
prueba de botar y coger se acopla muy bien a la edad de tres-cuatro años.
El material utilizado ha de ser ligero y fácil de manejar. En nuestro
caso nos decidimos por el balón de voleibol, en cuero, que tiene
unas características adecuadas para estas edades en cuanto a tamaño,
peso, y viveza del bote. El suelo debe ser liso para que el bote sea noble
y sin desviaciones.
Realización de la prueba:
El niño toma su balón
con las dos manos y comienza el movimiento cuando desea. Deberá
botar y coger el balón al primer bote con las dos manos, a un ritmo
continuado. No puede cogerlo al segundo bote. Se contabiliza el número
de botes que consigue sin que el balón se le caiga o lo pierda
por no recogerlo al momento propuesto. Puede intentarse varias veces y
se contabiliza la mejor de las fracciones conseguida.
Botar el balón.
Botar el balón supone poder
jugar con él y dominar el control para tener continuidad en la
posesión del mismo. El bote continuado con balón se hace
con los niños de los tres cursos. Cuando un niño realiza
más de 150 botes seguidos sin perder el control, se le para y se
contabiliza sobre esa cifra, ya que algunos tienen tal dominio de la acción
que seguirían por tiempo muy prolongado. El balón utilizado
es el mismo que para la prueba anterior, es decir, el balón de
voleibol, en cuero, que permite buen control y fácil continuidad
en el bote.
Realización de la prueba:
Se trata de botar el balón
de forma continuada sin cogerlo ni perder la dinámica de movimiento.
Se puede hacer sin desplazamiento o con desplazamiento, permitiendo libertad
al niño en su ejecución. El niño toma un balón
en la mano y comienza la prueba de forma libre. Se contabiliza el número
de botes que realiza sin perder.
Giro sobre el eje transversal
-voltereta-.
La voltereta adelante sobre el
eje transversal es un movimiento que lo realiza con cierta facilidad desde
el primer curso de Educación Infantil. En los alumnos de segundo
y tercero es una prueba superada con gran facilidad por la mayoría.
Realización de la prueba:
Se colocan varias colchonetas
y los niños realizan volteretas de forma tranquila, sin aglomeraciones
para poder observar la realización de cada uno y su forma de ejecutarla.
La valoración se realiza de la siguiente manera: El niño
que tiene impulso y rueda sobre su espalda con fluidez se valora como
"Bien"; si falla en el impulso o rueda de forma descontrolada sobre su
espalda se valora como "Regular"; si no es capaz de impulsar su cuerpo
para girar se valora como "Mal".
Lanzamiento con una mano -pelota
de tenis-.
El lanzamiento es una prueba
en la que intervienen en gran medida la fuerza y el carácter agresivo
del niño para conseguir medidas superiores. En el lanzamiento se
valora la distancia y la forma de lanzar; un niño a los dos años,
cuando lanza, en sus primeros intentos, sus pies están a la misma
altura, es una posición inicial que habrá de evolucionar
con la práctica y el conocimiento de otras formas; más adelante,
tres, cuatro años sus pies adoptan una posición de separación
anteroposterior pero con el miembro inferior del mismo lado, del brazo
que realiza el movimiento, adelantado, es el lanzamiento homolateral;
posteriormente las piernas y los brazos actúan es sentido contralateral,
de tal manera que la pierna contraria al brazo ejecutor se adelanta para
hacer la torsión-distorsión de manera eficiente.
Realización de la prueba:
Se marca una zona de lanzamiento.
Se marca en el suelo líneas separadas a un metro de distancia.
El alumno debe lanzar la pelota por encima de la cabeza, no es válido
lanzarla desde abajo o lateral. Situado en la zona de lanzamiento realiza
cuantas veces necesita (tres, cuatro, cinco) para hacerlo de manera más
adecuada. Cuando se le observa que su lanzamiento ya ha sido realizado
de la manera que él mejor lo puede hacer, se le toma la medida
y la forma de realización. La valoración se hace aplicándole
un índice corrector a la distancia en función de la forma
en que se ha realizado el lanzamiento, de tal manera que el niño
que lanza con pies a la misma altura (igual, =) se multiplica por uno
(1); el que lanza adelantando el pie del mismo lado que su brazo de lanzamiento
(homolateral H), multiplica por uno con cinco (1,5); el que lanza adelantando
la pierna del lado contrario al brazo ejecutor (contralateral C), multiplica
por dos (2).
Puntuación para la valoración
de las pruebas según el resultado de la manifestación motriz
PRUEBA: GATEO
Puntos: 1º Ed. In. 2º Ed.
In 3º Ed. In.
10 400 533 666
9 350 467 583
8 300 400 500
7 250 333 416
6 200 267 334
5 160 213 266
4 120 160 200
3 80 107 134
2 40 53 67
1 1 1 1
PRUEBA: SALTO A PIES JUNTOS
Puntos: 1º Ed. In. 2º Ed.
In 3º Ed. In.
10 65 85 105
9 63 82 101
8 60 78 96
7 56 73 90
6 52 67 83
5 45 60 75
4 35 50 65
3 25 35 50
2 12 20 30
1 1 1 1
PRUEBA: PATA COJA PIERNA DOMINANTE
Puntos: 1º Ed. In. 2º Ed.
In 3º Ed. In.
10 20 40 80
9 18 36 72
8 16 32 64
7 14 28 56
6 12 24 48
5 10 20 40
4 8 16 32
3 6 12 24
2 3 6 12
1 1 1 1
PRUEBA: PATA COJA PIERNA NO DOMINANTE
Puntos: 1º Ed. In. 2º Ed. In 3º
Ed. In.
10 No hacen 20 40
9 - 18 36
8 - 16 32
7 - 14 28
6 - 12 24
5 - 10 20
4 - 8 16
3 - 6 12
2 - 3 6
1 - 1 1
PRUEBA: SALTO CON CUERDA A LA COMBA
INDIVIDUAL
Puntos: 1º Ed. In. 2º Ed.
In 3º Ed. In.
10 No hacen No hacen 15
9 13
8 11
7 9
6 7
5 5
4 4
3 3
2 2
1 1
PRUEBA: EQUILIBRIO ESTATICO SOBRE
UN PIE
Puntos: 1º Ed. In. 2º Ed.
In 3º Ed. In.
10 15 30 45
9 13 26 39
8 11 22 33
7 9 18 27
6 7 14 21
5 5 10 15
4 4 8 12
3 3 6 9
2 2 4 6
1 1 1 1
PRUEBA: BOTAR Y COGER
Puntos : 1º Ed. In. 2º Ed.
In 3º Ed. In.
10 20 no hacen no hacen
9 17
8 14
7 11
6 8
5 6
4 5
3 4
2 2
1 1
PRUEBA: BOTAR CONTINUADO
Puntuación 1º Ed. In. 2º
Ed. In 3º Ed. In.
(libres, con o sin desplazamiento)
10 15 30 60
9 13 26 52
8 11 22 44
7 9 18 36
6 7 14 28
5 5 10 20
4 4 8 16
3 3 6 12
2 2 4 8
1 1 1 1
PRUEBA DE LANZAMIENTO CON PELOTA
DE TENIS
Puntuación 1º Ed. In. 2º
Ed. In 3º Ed. In. 1º Prim. 2º Prim.
10 10 16 28 38 48
9 9 14 24 34 42
8 8 12 21 30 36
7 7 11 18 25 30
6 6 10 15 20 25
5 5 8 12 16 20
4 4 6 9 12 14
3 3 4 6 8 10
2 2 3 4 5 6
1 1 1 1 1 1
8. 9. Valoración del
programa.
Los resultados de los primeros
años se valoraron al final de curso, en junio. Esto nos llevó
a sacar unas conclusiones, que por su proximidad a las vacaciones dejaba
a la profesora sin muchas posibilidades de información a los padres.
Era una herramienta de trabajo para el año siguiente, con un valor
importante, pero no se aprovechaba en su mejor posibilidad. Tampoco nos
permitía ver la evolución del alumno en el curso, aunque
sí en el año, es decir, de junio a junio.
La valoración sobre un
niño de final de curso difería bastante de un niño
al comienzo del mismo, por eso consideramos que era necesario analizar
la capacidad motriz al comenzar el curso, primera quincena de octubre
y nuevamente al final del curso, en el mes de mayo.
La información a los padres
resultaba de mayor eficacia y de apoyo a la orientación sobre lo
que debían apoyarle en caso de considerarlo necesario.
Y a lo largo de todo esta reflexión
podemos considerar que los periodos críticos de desarrollo pasan
con rapidez y cuando se fueron ya no vuelven. No quiere decir que toda
oportunidad se tiene una sola vez, las posibilidades de desarrollo persisten
a lo largo de la vida, pero la facilidad de alcanzar ciertas cotas de
desarrollo está reservada a ciertos momento críticos, que
como educadores debemos buscar. Y como la literatura queda para poderla
utilizar, me atrevo a citar a Machado en una interpretación que
bien puede sintonizar con nuestro congreso, y que dice: