Antes de que el niño
o niña empiece a discriminar las letras y a asociarlas con sus
correspondientes fonemas, probablemente sea capaz de leer algunas palabras
relacionadas con objetos muy ligados a su entorno afectivo. Niños
y niñas de poco más de dos años pueden reconocer
textos de anuncios a los que han sido expuestos reiteradamente, pero esto
no significa que sepan leer.
Leer es algo mucho más
complejo que implica el dominio de una extensa gama de habilidades y destrezas
perceptivas e intelectuales y el desarrollo de actividades e intereses
muy variados.
Dado que el aprendizaje de la
lectura es un proceso gradual, la primera pregunta que nos planteamos
es la de cuál es el momento propicio para iniciar al niño
o niña en la lectura. Se trata de una cuestión bastante
controvertida, pero la mayoría de los especialistas recomiendan
esperar a que el niño o niña haya alcanzado la madurez lectora,
entendida esta como "el momento del desarrollo que , ya sea por obra de
la maduración o del aprendizaje previo, o de ambos, cada niño
o niña individualmente pueda aprender a leer con facilidad o provecho"
Dado que, según esta definición,
la madurez no es sólo el resultado de un proceso de maduración
interna, independiente de las influencias del medio, se admite que se
puede intervenir de forma efectiva en el desarrollo de la capacidad lectora.
Consecuentemente, las experiencias
de aprendizaje adecuadas, la motivación, el entorno sociocultural
favorable, las actitudes de los padres y educadores, los métodos,
los recursos didácticos, etc., pueden ejercer un papel activo en
la disposición óptima para la lectura.
Para determinar el momento idóneo
para comenzar con la lectura, tenemos que diferenciar entre los componentes
que determinan la madurez lectora y los factores que favorecen la madurez
lectora.
Los factores que determinan la
madurez lectora son:
a) Percepción y discriminación
visual : El entrenamiento de la capacidad de percepción y agudeza
visual es un proceso continuo que comienza cuando el niño o niña
nace y se va ejercitando constantemente.
b) Organización espacio-temporal
: El acto de leer supone una transposición del espacio gráfico
en una percepción temporal. Primero se da una percepción
visual de las palabras escritas, para lo que no es suficiente una buena
visión, sino que se requiere además una adecuada estructuración
del espacio. Hay que considerar : las posiciones de las letras en el espacio,
el desplazamiento de los ojos de izquierda a derecha, el paso de una línea
a otra, el reconocimiento de la grafía, la secuenciación
de las mismas, los espacios entre palabras, los signos de puntuación,
etc. Por tanto, desde la perspectiva del plano visual, la organización
espacial será el elemento que facilitará o dificultará
el aprendizaje de la lectura.
c) Desarrollo del lenguaje : El
inicio de un aprendizaje lector precisa del dominio de un vocabulario
básico, el desarrollo de la función simbólica para
poder establecer la relación entre los significados y los signos
gráficos correspondientes, y tener presente o ser consciente de
la función comunicativa o socializadora del lenguaje.
Los factores que favorecen el
desarrollo de la lectura son :
a) Motivación: Es necesario
crear un clima que despierte el interés y el gusto por la lectura
y hacerle participar activamente de la experiencia de aprendizaje.
b) Influencia del medio: Está
probado que existe una estrecha relación entre el ambiente familiar
y la disposición del niño o niña para la lectura.
c)Actitud del educador: El
educador ha de ser el animador, el que, aprovechando los intereses de
los niños y niñas, ayude a crear un ambiente motivador,
suscitando actividades estimulantes que el niño o niña sea
capaz de realizar.
Por lo tanto el momento idóneo
para comenzar la lectura no dependerá de una edad cronológica
determinada, sino de la maduración del niño o niña,
de su experiencia anterior y del medio en que se desenvuelva. Es decir,
en el momento que empieza a desarrollar los componentes y factores integrantes
en la actitud lectora.