El juego es la actividad que permite a los niños
y niñas investigar y conocer el mundo que les rodea, los objetos,
las personas, los animales, las plantas e incluso sus propias posibilidades
y limitaciones. Es el instrumento que le capacita para ir progresivamente
estructurando, comprendiendo y aprendiendo el mundo exterior. Estos conocimientos
que adquiere a través del juego le dirigen a reestructurar los
que ya posee e integrar en ellos los nuevos que adquiere.
Jugando, el niño desarrolla
su imaginación, el razonamiento, la observación, la asociación
y comparación, su capacidad de comprensión y expresión
contribuyendo así a su formación integral.
El juego es un recurso creador,
tanto en el sentido físico (desarrollo sensorial, motórico,
muscular, coordinación psicomotriz), cuanto en el mental, porque
el niño pone a contribución durante su desarrollo todo el
ingenio e inventiva que posee, la originalidad, la capacidad intelectiva
e imaginación; tiene, además un claro valor social, puesto
que contribuye a la formación de hábitos de cooperación
y ayuda, de enfrentamiento con situaciones vitales y, por tanto, a un
conocimiento más realista del mundo; por otra parte es un medio
de expresión afectivo-evolutiva.
Desde finales de los años
ochenta los juegos electrónicos han invadido el mercado. El éxito
masivo de los juegos electrónicos se podría explicar en
función de varias vertientes.
Indudablemente constituye una
importante forma de ocio en nuestra sociedad, y está estrechamente
relacionada con el desarrollo tecnológico que estamos viviendo.
Además, debemos tener en cuenta el componente de carácter
psicológico que explicaría el gran atractivo que ejercen
los juegas electrónicos sobre sus usuarios, puesto que principalmente
lo que determina su éxito viene a ser común a la mayoría
de estos.
Pues bien, cualquier forma de
comportamiento se caracteriza por la consecución de una serie de
metas, que en Psicología del Aprendizaje se denominan Reforzadores.
Así pues, esta forma de juego plantea unos reforzadores que pueden
explicar su introducción masiva dentro de los hábitos lúdicos
de muchos jóvenes y niños.
La mayoría de estos juegos,
además de tener una meta clara, conectan con las expectativas del
jugador, incluyen diferentes niveles de dificultad (lo que hace que aumente
la motivación), y permiten un feedback que resulta fundamental
en la adquisición de aprendizajes complejos, puesto que todas las
acciones se siguen de inmediato de una consecuencia o existe un sistema
de puntos que ayuda a saber si se ha actuado correctamente o no.
Si además incluyen información
oculta que se revelará progresivamente al jugador, o emplean elementos
de fantasía con audio y vídeo, el interés aumenta,
del mismo modo que lo hacen los reforzadores que mantienen la atracción
sobre esta forma de ocio.
Evidentemente, ésta como
cualquier otra actividad, puede resultar perniciosa si se lleva hasta
sus últimas consecuencias; pero en muchas ocasiones una actitud
negativa proviene del desconocimiento que se posee de estos juegos y de
una experiencia escasa o nula en informática, unido a la información
sensacionalista y poco objetiva que en muchas ocasiones poseen algunos
sectores de la opinión pública. Sin embargo estos juegos
pueden proporcionar un sentido de control, constituir una forma de aprendizaje
y de entrenamiento para futuras actividades.
Es más, estos juegos pueden
promover y desarrollar la coordinación óculo-manual y enseñar
habilidades específicas de visualización, matemáticas
y lenguaje. Los niños pueden adquirir también estrategias
para "aprender a aprender" y aplicarlas en materias de estudio e iniciarse
en los requisitos de la informática.
Los niños que utilizan
la informática a una edad temprana tienen la ventaja de crecer
con la tecnología y usarla para su provecho a lo largo de su vida.
Al ritmo actual de progreso e investigación, está claro
que la tecnología del futuro será más fácil
de usar, con mayores aplicaciones y ayuda en áreas adicionales
y además estará disponible a menor costo.
Debido a la complejidad de la
tecnología disponible es importante que esta sea adecuada para
la habilidad del niño y el aula. La informática es eficaz
para un niño solamente solo si se corresponde a sus habilidades
así como a los objetivos y prioridades de este. Los padres y profesionales
que están trabajando en la intervención temprana deben mantenerse
al día con los avances de la tecnología.
Mediante el uso de la informática
se ponen en juego las siguientes habilidades:
Coordinación motora
Variedad de movimientos
Fuerza y resistencia
Oprimir y soltar
Movimiento consistente y seguro
Habilidades cognitivas y
de lenguaje
Causa-efecto
Capacidad de atención
(selectiva o constante)
Permanencia de objetos
Relación medios-fin
Imitación
Correspondencia uno a uno
Conducta intencionada (deseo
de comunicación)
Representación simbólica
(reconocimiento de imágenes)
Respuestas "sí" y "no"
consistentes
Comprensión de los
comandos
Habilidad para elegir
Habilidades visuales/de
percepción
Seguimiento y búsqueda
Discriminación entre
figura y fondo
Diferenciación
de formas
Habilidades sociales/emocionales
Inicio y fin de interacciones
Actuación por turnos
(en el caso de más de un jugador)
Atender a un objeto o persona
Seguir instrucciones paso
a paso
El niño debe estar al corriente
de la importante era tecnológica en la que vive, puesto que hoy
en día los niños debutan en el ámbito educacional
con un proceso temprano de estimulación que se mantiene durante
los años posteriores. Por lo que los niños actualmente asumen
el desarrollo tecnológico y lo incorporan rápidamente tanto
a su forma de aprender como a sus juegos.
De este modo, se puede afirmar
que los niños que manejan juegos electrónicos a edades tempranas,
no sólo pueden aprender tareas de reconocimiento de formas y colores,
estrategias de solución de problemas o tener una mayor coordinación
óculo-manual, sino que también pueden aprender a procesar
la información más tempranamente.
Además, muchos de estos
juegos incluyen elementos de tipo perceptivo y deductivo, elementos espaciales,
de atención selectiva y memoria, que son fundamentales para fomentar
los requisitos básicos que necesitan para su formación.
Por otro lado los juegos electrónicos
implican un manejo activo de la fantasía, ya que esta tiene lugar
cuando el niño se estimula con la situación del juego o
los medios puestos a su alcance. Sin mencionar el dinamismo visual de
las imágenes al que se suma la interactividad del juego. Y es precisamente
esa posibilidad de interaccionar con la máquina lo que proporciona
un control del comportamiento que tiene gran importancia para cualquier
tipo de aprendizaje.
Además, es importante resaltar
que ayuda a enseñar a los niños a centrar la atención,
cosa que es bastante dificultosa a edades tempranas. Para los niños
más mayores y con mayor control motor, los juegos ofrecen la posibilidad
de pasar un rato entretenido superando las dificultades que presentan
las tareas o resolviendo los problemas que van apareciendo, sin olvidar
que se estimulan a la vez los requisitos básicos necesarios para
todo aprendizaje posterior.
También podemos señalar
que los juegos electrónicos constituyen instrumentos mediante los
que el niño comprende el medio cultural que le rodea puesto que
en muchas ocasiones reflejan el estado propio de nuestra época.
Un aspecto muy importante que
debemos resaltar en estos juegos es que facilitan una interacción
con los adultos difícil de conseguir con otras actividades o juegos
de este tipo. Se parte de la base de que el niño necesita la ayuda
del adulto en muchas ocasiones y se especifican tareas que pueden hacer
mientras y después del juego, lo que le permite al adulto interaccionar
con el niño, explicarle dudas, ampliar sus conocimientos comentándole
curiosidades o pasar un rato agradable, y al niño le permite saber
qué es la interacción social y las actividades que requieren
el trabajo con otras personas. La importancia de las relaciones basándolas
en el desarrollo infantil y su influencia en la personalidad y la socialización
del niño o niña han sido objetos de estudio durante décadas.
En ellos se ha destacado el papel de los padres y madres como agente socializador
y representantes de la cultura y de la determinación psicológica
y social de sus hijos.
Conociendo la importancia que
el juego tiene en la vida del niño o niña y la repercusión
en su psicología. Consideramos importante hacer una reflexión
sobre la incidencia en el niño o niña del juego con sus
padres y madres.
Las relaciones que se establecen entre
los distintos miembros que integran una familia se convierte en un sistema
natural de aprendizaje de conceptos y actitudes que de forma permanente
refuerza y motiva los logros infantiles.
A la hora de elegir un juguete
un adulto piensa en la ilusión que el niño o niña
va a vivir con el obsequio. Pero tenemos que pensar que el juego tiene
que educar y formar al niño o niña y además le va
a servir en su desarrollo psicológico.
Ya que vivimos en una época
en que la mayoría de los padres y madres no tienen demasiado tiempo
para sus hijos y que los niños o niñas de hoy pasan más
tiempo fuera de casa que antes, la comunicación suele fallar entre
niños o niñas y adultos. El juego puede servir para ampliar
el campo de acción de las relaciones padres y madres-hijo. El juego
une a niños y niñas con los adultos. Jugar equivale a conocerse
mejor, a dialogar y crear lazos más entrañables.
Tengamos siempre presente que
el mejor juguete para el niño o niña e imprescindible son
los adultos y sus juegos. Al jugar con tu hijo estimularás su iniciativa
y le abrirás la puerta de su imaginación creadora. Es el
mejor medio de conocer a tu hijo y que él te conozca, es el mejor
regalo que puedes hacerle y a la vez será una gran forma de educar.