En 1996, la
responsabilidad del gobierno sueco en términos del cuidado del
niño fue transferida del Ministerio de Salud y Asuntos Sociales
al Ministerio de Educación y Ciencias. En el proceso y como
parte del sistema escolar obligatorio, se introdujeron las Clases
Preescolares para niños de seis años de edad , compartiendo
el mismo currículo con las escuelas primarias. Los jardines
infantiles, que antes de la transición cubrían el grupo entre
1 y 6 años de ed
ad, pasaron
a ser el primer nivel del sistema educativo del país atendiendo
a niños entre 1 y 5 años y dotados de su propio currículo nacional.
El gobierno también amplió el derecho a una educación preescolar,
ofreciéndola a todos los niños independiente de la situación
laboral de los padres. Otra reforma salvó las brechas pedagógicas
entre las diferentes categorías de maestros, proporcionando
un marco de capacitación uniforme para maestros de jardines
y escuelas y pedagogos de tiempo libre. Actualmente, las normas
y regulaciones que regulan el cuidado del niño en Suecia se
legislan bajo la Ley Escolar.
(6) De hecho, en 1988
la Constitución Federal declara que la educación de la primera
infancia representa el derecho de todo niño y que su provisión
es deber del Estado y de la familia y bajo el Capítulo de
Educación se mencionan tanto las guarderías de niños, que
estaban bajo la dirección del Ministerio de Asuntos Sociales,
como los jardines infantiles. Sin embargo, la responsabilidad
por ambos servicios fue asignada al Ministerio de Educación,
sólo con la introducción de la Ley de Directrices y Bases
de Educación Nacional (Ley 9394), o Lei de Diretrizes e
Bases da Educaçao Nacional - LDB en 1996. Es importante
destacar que la responsabilidad por proveer servicios para
la primera infancia reside en las municipalidades.
(7) Incluso antes de la encuesta que
tuviera lugar el 2000, el ministerio ya había impulsado
algunas iniciativas a favor de las guarderías de niños.
Por ejemplo, había elaborado pautas curriculares, de acreditación,
operación y capacitación para los servicios de la primera
infancia que incluían a las guarderías de niños. Sin embargo,
en términos de acceso o financiamiento de guarderías de
niños, ninguna planificación de política de carácter significativo
había sido lanzada antes de la encuesta. |
La transición fue relativamente
simple y en sus etapas finales no presentó dificultades, si
bien las etapas iniciales provocaron debates y aprehensiones.
Una foco de resistencia fue el temor que los jardines se convirtieran
en instituciones muy formales, como había sucedido en otros
países. Los académicos mostraron preocupación que la pedagogía
de los jardines perdiera su énfasis en lo lúdico, en las estrategias
naturales de aprendizaje de los niños y en su desarrollo holístico.
Los actores involucrados en el sector de cuidado del niño temían
que el énfasis en actividades preescolares cambiara bruscamente
a uno educativo e interpretaron la integración como una amenaza
contra su profesión. También se temía que el área cuidado del
niño, que bajo el Ministerio de Salud y Asuntos Sociales disfrutara
de una alta prioridad como una política de apoyo a la familia,
perdiera su primacía y quedara marginada dentro del sector educacional.
Hasta la fecha, las observaciones han mostrado un resultado
mixto. Si bien hubo un grado de formalización también hay indicaciones
que los temores han sido exagerados. Con relación a las clases
preescolares para niños de 6 años de edad establecidas en las
escuelas, la influencia de la pedagogía escolar ha sido evidente.
Un estudio nacional de evaluación revela que los maestros organizan
sus actividades en una manera formal, basados en sus nociones
sobre cómo podría o debería ser la educación formal. En algunos
casos, sus nociones acerca de la educación formal han resultado
ser más rígidas que las de los propios maestros de escuela primaria.
La autoridad nacional de educación ha hecho recomendaciones
para corregir estos problemas, alentando a los maestros de los
jardines a prestar más atención al desarrollo holístico del
niño. Sin embargo, dicha formalización no se ha observado en
jardines para niños entre 1 y 5 años de edad. Por el contrario,
con el cambio de la población escolar de seis años de edad a
clases preescolares, los jardines liberados de la responsabilidad
por la educación preprimaria, pudieron concentrarse en actividades
para niños entre 1 y 5 años basadas en enfoques más orientados
al desarrollo.
En materia de inversiones, además de las clases preescolares
gratis para niños de 6 años, el gobierno recientemente anunció
dos importantes medidas tendientes a bajar las matrículas de
los jardines y proporcionar educación preescolar gratuita a
todos los niños entre 4 y 5 años de edad a partir del 2003,
confirmando de esta forma su compromiso de universalizar la
educación preescolar. Estas medidas han aplacado el temor que,
en términos de inversiones, la educación preescolar pudiera
tener una baja prioridad dentro del sector educación. Por el
contrario, en la medida que la educación preescolar se ha ido
integrando al sistema educacional, el argumento que ésta debería
estar disponible para todos los niños, como un derecho del niño
más bien que como un derecho del adulto, ha ganado legitimidad
y ha redundado en una mayor inversión pública.
Adicionalmente, las escuelas primarias se están volviendo más
parecidas a los jardines, en el sentido de preocuparse por el
desarrollo holístico del estudiante. Si bien el concepto tradicional
de escolarización aún prevalece, en general existe acuerdo que
las escuelas suecas se están percibiendo en forma creciente
como lugares donde los niños de edad escolar reciben cuidado
integral mientras sus padres trabajan. Cada día más, las escuelas
se están transformando en hogares substitutos para niños de
edad escolar, tal como los jardines lo han sido para los niños
menores, donde maestros y personal dedicado al cuidado del niño
trabajan articuladamente para garantizar el desarrollo holístico
del estudiante. En el pasado, los problemas conductuales, emocionales,
sociales y de salud del estudiante pasaban a un segundo término
en las escuelas sin siquiera estar considerados dentro de las
preocupaciones de los maestros cuya principal tarea era la de
ocuparse de materias "educacionales". Sin embargo, hoy los maestros
ya están comenzando a hablar de la situación de desarrollo y
del progreso de sus estudiantes, así como de sus rendimientos
académicos y perciben en forma creciente la necesidad de cooperar
más estrechamente con los padres.
Esta integración "ascendente" - donde los jardines ejercen
influencia sobre las escuelas - es sorprendente, al menos para
quienes observan desde afuera, ya que normalmente se esperaría
lo opuesto. También es significativa en el sentido que marca
el comienzo de cambios largamente esperados en las escuelas
que privilegian un marco de aprendizaje a lo largo de la vida
que pone gran énfasis en el educando. Con relación a cómo tuvo
lugar, la integración es tan sorprendente y significativa como
compleja. Es el resultado de una serie de medidas de política
que se originan no sólo en el sector educativo pero también
en el sector social y económico, sin mencionar los factores
financieros e ideológicos involucrados. Las reformas y sus consecuencias
deben ser entendidas en este contexto más amplio. Sin embargo,
es significativo que esta integración ascendente haya sido,
después de todo, una meta de política establecida y perseguida
explícitamente por el gobierno, como se ilustra a continuación.
En la década de los 80
cuando los gobiernos intentaron reducir la edad del inicio escolar
la gente se opuso, interpretando esta idea como un intento de
acortar la primera infancia, período que los suecos consideran
los años dorados de la vida. La propuesta fue rechazada y desde
entonces el enfoque adoptado ha sido importar la pedagogía de
los jardines a las escuelas, en lugar de extender la educación
escolar hacia los niños menores. En 1991, cuando se creó el
Proyecto de Ley sobre Edad Flexible de Iniciación Escolar que
permitía a los niños de seis años de edad comenzar su escolarización
si éste era el deseo de sus padres, el entonces ministro de
educación enfatizó que el desarrollo holístico del niño debiera
ser la preocupación de todos los maestros, haciendo hincapié
en que éste era importante tanto para los estudiantes menores
como para sus pares de mayor edad. En 1996, cuando el primer
ministro presentó su visión del aprendizaje a lo largo de la
vida para Suecia, declaró que la educación preescolar debería
ser parte de la visión de aprendizaje a lo largo de la vida
del propio país y que esta visión debería influenciar la educación
escolar, al menos durantes los primeros años.
Estas declaraciones públicas
fueron acompañadas de acciones concretas de política tendientes
a incorporar la pedagogía de los jardines a las escuelas primarias.
Un estudio nacional conducido en 1994, "Fundamento del Aprendizaje
a lo Largo de la Vida: Una Escuela Pensada en el Niño", exhortaba
a las escuelas suecas a ser más sensibles ante los estilos y
necesidades de aprendizaje individuales de los niños. En él
se argumentaba que la integración de los jardines a las escuelas
permitiría que los primeros transformaran a las segundas. Este
punto fue debidamente tomado en consideración en la revisión
del currículo escolar que abordó numerosas prácticas pedagógicas
de los jardines. Aprender reemplazó a enseñar, cambiando el
centro de atención del maestro al estudiante o educando. Las
expresiones artísticas y lúdicas, elementos centrales de las
actividades preescolares, fueron reconocidas como importantes
medios de aprendizaje y comunicación para los niños de edad
escolar. El currículo revisado, al establecer estas expresiones
como metas pedagógicas de las escuelas, facilitó la integración
ascendente.
El cuidado y la educación
de la primera infancia suelen percibirse como la última frontera
que debe conquistarse para completar la imagen de un sistema
educacional que promueve el aprendizaje a lo largo de la vida,
y que debe comenzar desde el momento de nacer. Desde este punto
de vista, la primera infancia representa un eslabón perdido,
puesto que en la mayoría de los casos no forma parte del sistema
educacional del país ni de su visión de aprendizaje a lo largo
de la vida. La experiencia sueca, demuestra que este eslabón
perdido tiene el potencial de galvanizar los esfuerzos de un
país para hacer las escuelas más centradas en el educando, para
dar origen al cambio de paradigma en educación, dentro del cual
el cuidado, el desarrollo y el aprendizaje ya no serán conceptos
foráneos juntos al de educación. Sin embargo, no se trata que
la integración sea cuestión de encontrar el eslabón perdido
y adecuarlo al marco existente, o que un sector absorba al otro
- las escuelas a los jardines. Para las escuelas y los jardines
es posible construir una visión común de la niñez, el cuidado,
el desarrollo y el aprendizaje.
Quizás lo más importante es que la reforma sueca sobre cuidado
del niño nos desafía a ir más allá de la primera infancia y
a desarrollar un nuevo enfoque holístico de trabajo con el niño
que abarque su aprendizaje y desarrollo basándose en el concepto
de niñez como proceso ininterrumpido, desde el nacimiento hasta
los 18 años de edad , dentro del cual la primera infancia constituye
una parte integral e indispensable.
Sección Educación de la Primera Infancia y la Familia *
División de Educación Básica
UNESCO, París
Notas de la UNESCO sobre políticas de la Primera Infancia
son una serie de breves notas de temas de políticas acerca
de la primera infancia y la familia. Buscan responder las
diversas preguntas que los elaboradores de políticas puedan
tener acerca de la planificación e implementación de las
políticas de la primera infancia y la familia. Si desea
mayor información o la versión electrónica de los Notas,
sírvase consultar en:
http://www.unesco.org/education/educprog/ecf/html/ecbrief.htm
Sírvase dirigir sus comentarios o consultas a:
UNESCO,
Early Childhood & Family Education Section 7, Place
de Fontenoy, 75352 PARIS 07 SP, France
F. 33 1 45 68 08 12, fax: 33 1 45 68 56 26, sh.choi@unesco.org
Traducción versión en español: Oficina Regional de Educación
para América Latina y el Caribe. UNESCO-Santiago. |
|