X
Conferencia Iberoamericana de Educación
(Ciudad de
Panamá, Panamá, 3 y 4 de julio de 2000)
Declaración
de Panamá
"La Educación
Inicial en el Siglo XXI"
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Las ministras y los ministros
de educación de los países iberoamericanos convocados
por el Ministerio de Educación de Panamá y la
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, OEI, nos hemos reunido en la ciudad
de Panamá para la celebración de la X Conferencia
Iberoamericana de Educación, con el propósito
de analizar y debatir los problemas propios de la Educación
Inicial en el Siglo XXI.
Los
resultados de nuestras deliberaciones, que elevaremos a la próxima
Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se
realizará en la ciudad de Panamá el 17 y 18 de
noviembre de 2000, se expresan en la Declaración de
Panamá
Reconociendo:
La
constante preocupación de los Jefes de Estado y de Gobierno
de Iberoamérica, y las afirmaciones y propuestas de las
sucesivas Conferencias Iberoamericanas de Educación,
particularmente el pronunciamiento hecho en la Declaración
de La Habana en la que se señala la necesidad de "reforzar
la educación inicial para favorecer un mejor desempeño
de los niños en grados posteriores y como factor de compensación
de desigualdades", los compromisos de la comunidad internacional
expresados, entre otros, por la Convención sobre los
Derechos del Niño, la Cumbre Mundial a favor de la Infancia,
la Cuarta Reunión Ministerial Americana sobre Infancia
y Política Social, las Declaraciones de Jomtien y de
Dakar, así como en los otros pronunciamientos internacionales
y regionales referidos a la atención de los niños
y de las niñas tal como el Marco de Acción Regional
de Santo Domingo, ponen de manifiesto que para lograr una educación
de calidad para todos se requiere impulsar la educación
de la primera infancia.
Considerando:
Que
la educación es un proceso social ininterrumpido que
comienza desde el momento de la concepción y se extiende
a lo largo de toda la vida y, dentro de ella, la educación
inicial (desde el nacimiento y hasta la educación primaria
o básica, según las distintas acepciones en los
países) es una etapa en sí misma, en la cual se
sientan las bases para la formación de la personalidad,
el aprendizaje, el desarrollo afectivo, la capacidad de diálogo
y tolerancia en las relaciones interpersonales, así como
el entendimiento entre pueblos y culturas.
Que
los niños y niñas son sujetos de derecho y requieren
de una educación integral de calidad, nutrición
y salud que aseguren su supervivencia, crecimiento y el pleno
desarrollo de sus potencialidades físicas, mentales y
emocionales, a través del acceso a los bienes socioculturales,
ampliando así el desarrollo de las capacidades relativas
a la expresión, comunicación, interacción
social, ética y estética, con vistas a iniciar
su formación para una ciudadanía activa.
Que
el Estado tiene responsabilidades indelegables, complementando
la función educativa de las familias y que las autoridades
educativas tienen la oblilgación de diseñar y
promover políticas orientadas al fortalecimiento de este
nivel, así como velar por su cumplimiento.
Que
la educación inicial es uno de los factores estratégicos
para garantizar la equidad, disminuir los efectos de la pobreza
y promover la justicia en pos de la consolidación de
la democracia, la convivencia social, así como en el
apoyo al desarrollo económico y a la competitividad de
nuestros países.
Que
una educación inicial de calidad contribuye a disminuir
los índices de repitencia, deserción y sobreedad
en los siguientes niveles, constituyendo así una inversión
de alta rentabilidad social que impacta en la eficacia y eficiencia
interna de los sistemas educativos.
Que
el respeto a la dignidad y a los derechos de los niños
y de las niñas debe tomar en cuenta sus diferencias individuales,
sus necesidades especiales, sociales, culturales, étnicas
y religiosas, desde una perspectiva de género.
Que,
para asegurar la calidad del nivel inicial, son necesarias políticas
públicas, amplias e integrales, que involucren a todos
los sectores y actores sociales, así como una articulación
armoniosa y corresponsable entre las familias, las comunidades
locales, las organizaciones sociales y las instituciones educativas.
Que
la extensión del sistema educativo para todos los niños
y las niñas, en una etapa previa a la educación
obligatoria, conlleva esfuerzos muy importantes de nuestros
pueblos, sobre todo en aquellos casos que, además, tienen
que superar dificultades tales como la deuda externa.
Que
a pesar de los esfuerzos sostenidos de los Estados de la región
para la puesta en marcha de reformas educativas, aún
persisten brechas significativas entre nuestros países
y entre la mayoría de los mismos respecto de los países
industrializados, en términos de cobertura y calidad,
particularmente en educación inicial.
Que
es necesario expresar el reconocimiento a los docentes y personal
de apoyo que llevan adelante la educación inicial cotidianamente
en nuestros países.
Por
consiguiente,
- Reafirmamos
una vez más el valor de la educación inicial,
como una etapa fundamental para el desarrollo de la personalidad,
el logro de una educación de calidad para todos y para
la construcción de la ciudadanía de los niños
y niñas iberoamericanos, su capacidad de aprendizaje,
de relacionarse con los demás y de realizarse como
seres humanos.
- Destacamos
el papel que deben desempeñar las autoridades educativas
en la definición de políticas públicas
intersectoriales para la niñez, así como en
el desarrollo de acciones para su cumplimiento, con la colaboración
de la sociedad civil.
- Promoveremos
y fortaleceremos políticas públicas que
conduzcan eficazmente a la ampliación de la cobertura
y mejoramiento de calidad con equidad según sea apropiado
para los tramos de edad correspondientes.
- Realizaremos
esfuerzos para que la asignación de recursos económicos
y financieros previstos en los presupuestos nacionales, y
los provenientes de la cooperación internacional, expresen
la importancia de la educación inicial en el marco
de las políticas de infancia como un indicador de la
voluntad de los Estados hacia este nivel, a través
de la redistribución de actuales recursos presupuestarios
provenientes, entre otros, de ahorros en gastos militares.
- Reconocemos
la necesidad de definir y desarrollar estrategias que tomen
en cuenta la singularidad de cada grupo etario en los contextos
nacionales, priorizando el papel básico de las familias
en la atención de las edades más tempranas y
la generación y consolidación de condiciones
de incremento de calidad y cobertura escolarizada en las edades
inmediatamente anteriores al ingreso a la educación
básica (primaria).
- Valoramos
a la familia en su papel como institución educativa
primordial e insustituible y asumimos el compromiso de promover
acciones que tiendan a su fortalecimiento y a la formación
de los padres y madres como agentes educadores responsables.
- Señalamos
la importancia de fortalecer la especificidad y especialización
del nivel inicial, en una estrategia de desarrollo articulado
con los demás niveles del sistema educativo, en particular
en el desarrollo de las competencias para un efectivo aprendizaje
de la lectura y escritura en los momentos apropiados.
- Propiciaremos
instancias de formación y actualización de personal
docente y de apoyo para la educación inicial, a través
de modalidades presenciales y no presenciales, utilizando
los medios de comunicación al alcance y las redes académicas,
sociales, institucionales, tecnológicas, culturales,
de intercambio y cooperación iberoamericanas.
- Procuraremos
instancias de reflexión y diálogo con los responsables
de los medios de comunicación, especialmente la televisión,
a efectos de obtener su cooperación en los planes y
metas de la educación inicial.
- Prestaremos
especial atención a los niños y las niñas
de sectores vulnerables urbanos y rurales, particularmente
aquellos que están en condiciones sociales más
adversas, niños de y en la calle, hijos de trabajadores
migrantes y madres adolescentes o solteras, con políticas
integrales, intersectoriales y focalizadas.
- Impulsaremos
políticas y programas educativos de inclusión
que reconozcan la diversidad cultural existente en la región,
y propicien la interculturalidad y la multiculturalidad, la
atención y el respeto a las necesidades educativas
referidas a las diferencias individuales y de género,
promoviendo medidas de discriminación positiva.
- Avanzaremos
hacia la institucionalización de políticas y
programas sostenibles de educación inicial de calidad.
- Fomentaremos
programas específicos de atención a las niñas
y niños con necesidades educativas especiales en el
nivel inicial, procurando mediante las adecuaciones correspondientes,
su integración plena al sistema educativo.
- Instamos
a la Organización de Estados Iberoamericanos a que
incorpore en su programación acciones orientadas a
la promoción de la educación inicial, a través
de modalidades de cooperación horizontal, y coordine
con otros organismos internacionales y subregionales actividades
tendientes al desarrollo del nivel inicial, tales como el
diseño y desarrollo de programas focalizados, diseño
y desarrollo curricular, investigaciones y estudios, diseños
de materiales educativos, intercambios de experiencias.
Ciudad
de Panamá, cuatro de julio de 2000
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