La escritura no podemos
definirla solamente como un sistema de transcripción del lenguaje
hablado, sino también como un medio para fijar de manera permanente
nuestros pensamientos, experiencias, recuerdos,... y a la vez como una
forma de expresión, de comunicación y de intercambio.
El aprendizaje de la escritura,
en tanto que actividad motriz, INTELECTUAL Y EXPRESIVA, DEBEMOS CONSIDERARLO
EN DOS ETAPAS:
- De adquisición de los
requisitos necesarios para poder escribir.
- De aprendizaje propio de la escritura,
que en sus inicios deberá ser sumamente estructurado, para poder
resistir las continuas deformaciones que sufrirá con el transcurso
del tiempo.
Aquí, por exigencias del
nivel de Educación Infantil, solamente nos ocuparemos de la primera
parte; es decir, del dominio de los movimientos escribanos y de los ejercicios
que podemos realizar de preescritura.
Es en esta Etapa de Infantil donde
se debe iniciar este aprendizaje, sobre el cual se irán construyendo
la mayoría de las experiencias y conocimientos futuros e iniciar
al niño para llegar a un buen aprendizaje de la escritura.
La actividad gráfica es
un acto de tipo voluntario que podemos efectuar cuando poseemos determinadas
características desarrolladas.
Aprender a escribir es aprender
a organizar ciertos movimientos que nos permiten reproducir un modelo.
Es el efecto de hacer confluir dos actividades; una visual, que nos llevará
a la identificación del modelo, y otra psicomotriz, que nos permitirá
la realización de la forma. La evolución de la actividad
gráfica va desde el aprendizaje voluntario hacia la automatización
de una realización libre, en la que el pensamiento se expresa de
modo directo por la inscripción.
Para que el niño pueda
realizar este tipo de actividad, es necesario que posea:
a) Una maduración en el
ámbito global y segmentaria de los miembros.
b) Una buena organización
del espacio, el tiempo y el ritmo.
Para entender mejor cómo
el niño llegar a dominar los movimientos escribanos, analizaremos
su desarrollo en los siguientes aspectos:
- Desarrollo en el ámbito
global: El desarrollo está asociado en todos los casos a la maduración
nerviosa (mielinización progresiva de las fibras nerviosas, aumento
de las arborizaciones dendríticas y conexiones sinápticas),
y regido por dos leyes psicofisiológicas, válidas para todos
los vertebrados, antes del nacimiento: Ley cefalocaudal y ley proximodistal.
- Desarrollo de las funciones directamente
implicadas en la escritura: La actividad gráfica es, como se ha
dicho, un movimiento de tipo voluntario que necesita para su ejecución
de dos tipos de control: el motriz, que permite dominar los movimientos
del cuerpo y de las extremidades superiores, y el perceptivo, gracias
al cual se pueden efectuar los movimientos dentro de unas coordenadas
espacio-temporales concretas. El niño no posee estos dos tipos
de control y los irá integrando en el transcurso de la infancia
a medida que evolucionen en él los siguientes desarrollos: del
tono muscular, postural y de los miembros; de la prensión, y de
la dominancia lateral.
- Desarrollo de los conceptos de
espacio, tiempo y ritmo: Los grafismos se ejecutan en un espacio concreto
y, en consecuencia, el dominio del espacio es esencial en la escritura.
Es necesario que el sujeto que escribe conozca el espacio gráfico
en el que va a realizar los grafismos y, además, la dirección,
organización y situación concreta de los diversos trazos.
La representación del espacio
nos permitirá plasmar nuestros desplazamientos a través
de las imágenes mentales, el dibujo o el lenguaje, así como
el trazado de figuras y formas teniendo en cuenta las propiedades que
las caracterizan.
En el dominio de los movimientos
escribanos el concepto de tiempo es un factor esencial. Conocer el principio
y el fin de un movimiento, así como el antes y el después
de una sucesión de movimientos, permitirá al niño
anticipar, frenar, interrumpir o repetir unos movimientos determinado
La percepción del tiempo
es inseparable de la percepción del espacio, pues por medio de
las señales espaciales y de su permanencia, el niño adquirirá
las nociones de duración y ritmo.
Al referirnos a la actividad gráfica
no podemos olvidar el ritmo. La escritura es un ritmo de palabras, y el
niño debe percibirlo y representarlo como tal.
Los primeros trazos, al principio,
surgen en el niño de manera espontánea, sin intención
de reproducir el medio visual circundante; los realiza porque le producen
una sensación agradable.
Su evolución debemos considerarla
a través de los tres niveles de la actividad gráfica: el
motriz, que permite la realización de los movimientos; el perceptivo,
que se manifiesta por el progresivo control visual de los trazados, y
el representativo, que se pone en marcha a través de la función
simbólica y se caracteriza por la objetivización del acto
gráfico; éste último nivel permitirá realizar
las diferenciaciones entre el dibujo y la escritura.
El nivel perceptivo del acto gráfico
se comprueba cuando se empieza a ver que el niño deja de interesarse
en su gesto y empieza a preocuparse por su trazado; es decir, en el resultado
del gesto. Hasta este momento el ojo seguía a la mano comprobando
el trazo, a partir de este período (alrededor de los dos años)
el ojo será el que guiará a la mano.
El control perceptivo posibilitará
el nacimiento de las primeras formas y representaciones. Este control
evoluciona a partir del mejoramiento continuo del control motriz, la aparición
de la dominancia lateral (que se deduce por la desaparición de
la simetría primitiva), la progresiva coordinación ojo-mano
y la aparición de la función simbólica.
Las primeras formas surgen por
este orden; hacia los dos años y cuatro meses aparece el círculo
cerrado; éste se diferencia del trazado circular porque se ejecuta
de forma más lenta, se trata de un trazado controlado y se corresponde
con el nivel perceptivo del acto gráfico, pero procedente del trazado
circular.
Hacia los dos años y seis
meses aparece el cuadrado; a los dos años y siete meses, el rectángulo.
alrededor de los tres años realiza la espiral; ésta se caracteriza
por ser una curva de amplitud controlada que exige un cuidado permanente
de su realización.
Alrededor de los tres años
interviene un control más complejo. El niño puede realizar
la doble rotación de sentido positivo y luego de sentido negativo;
esta conquista hace posible la realización de híbridos y
arabescos.
En estos momentos podríamos
considerar que el niño posee todo el alfabeto gráfico espontáneo
que le permite llevar a cabo cualquier trazado, pero ha de lograr todavía
algunas adquisiciones: el sentido de rotación (positivo y negativo)
y el de traslación (hacia la derecha o la izquierda, hacia arriba
o abajo) de sus trazos en el espacio gráfico.
Además, por lo que se refiere
a la representación de figuras perfectas, la edad de tres años
se señala como el comienzo de esta realización. El cuadrado,
el círculo, el rectángulo, el rombo, etc., realizados de
forma perfecta, aparecen mucho más tarde, cuando el niño
posee perfectamente desarrollados el control motriz, el perceptivo y el
representativo, y tiene integradas las nociones del espacio topológico
y euclidiano.
Los estudios realizados por PIAGET
y GESELL demuestran que el niño realiza el círculo perfecto
a partir de los cuatro años; más tarde, el cuadrado y el
rectángulo; alrededor de los cinco-seis, el triángulo, y
entre los seis-siete, el rombo.
Durante los últimos años
se han ido imponiendo dos tipos de escritura:
a) La «scrip». Es el tipo de escritura
que reproduce la imprenta y la mayoría de las máquinas de
escribir. Se caracteriza por ser una escritura vertical y cada palabra
está formada por letras separadas; es decir, sin enlaces. Sus trazos
son simples, limpios, se parecen con facilidad, pero es lenta. En general,
a la misma velocidad de la cursiva se deforma y pierde legibilidad.
b) La manuscrita. Se introdujo
como una simplificación de la escritura inglesa (demasiado inclinada
y rebuscada). Es una escritura de tipo vertical, con enlaces que permiten
escribir cada palabra sin necesidad de levantar el lápiz. En el
momento del aprendizaje su dominio es más lento que la escritura
«script», pero una vez finalizado permite una inclinación progresiva
de las letras, de manera que la velocidad aumenta sin perder legibilidad.
A fin de precisar mejor estas
afirmaciones y facilitar la elección, se expone a continuación,
de manera breve, los autores que preconizan la elección de un tipo
u otro, así como las razones que les inducen a realizar esta elección.
Método MONTESSORI
Los ejercicios y materiales que
ella cree más adecuados son los siguientes:
a) Ejercicios de vida diaria. Abrochar
botones,; lavarse las manos, procurando hacerlo de forma individual para
cada dedo; cortar flores, verter agua o arroz sin derramarlos, etc.
b) Ejercicios con materiales sensoriales.
c) Ejercicios con materiales sensoriales
concretos para la escritura. Los tableros de tacto; fabricados con tiras
de papel esmerilado dispuestas de manera alterna encima de una plancha
de madera, lo preparan por la diferenciación de liso y áspero
y la orientación de izquierda a derecha. Los encajes metálicos,
constituidos por un conjunto de diversas piezas de metal que se pueden
encajar. El niño dibuja una forma trazando su contorno y luego
la rellena con líneas paralelas de diferentes colores. Más
tarde superpone éstas formas y realiza combinaciones diferentes.
El alfabeto realizado con letras de papel esmerilado adosadas a planchas
de madera. El niño toca con sus dedos la forma de la letra a la
vez que pronuncia su sonido.
La innovación de FREINET
Este autor ha popularizado el
método natural de lectura y escritura y considera que el aprendizaje
de la escritura, así como cualquier otro, el niño lo efectúa
a partir de tanteo experimental. Según él, éste es
el proceso natural y exclusivo del crecimiento de todo ser y, partiendo
de la experimentación, el niño realizará sus primeros
trazos, los cuales, con el tiempo irá modificando. Las motivaciones
que este autor ofrece a los niños, por lo que se refiere al aprendizaje
de la escritura, son de tres tipos:
a) Las correspondencias escolares.
Los niños intercambian dibujos y textos escritos con niños
de otras escuelas.
b) El texto libre. El niño
explica en un texto cosas que cree pueden interesar a sus compañeros
de clase.
c) La imprenta. En relación
con la escritura, su utilización es de una gran ayuda para el niño.
Está compuesta por letras de forma estable, las cuales le permiten
percibir modelos perfectos; de esta manera se habitúa a reflexionar
sobre su composición, así como a imitar su pulcritud.
El método natural de escritura
ha cosechado muchos éxitos por lo que se refiere a las técnicas
de motivación, pero también muchas críticas por lo
que concierne a la falta de sistematización en los inicios del
aprendizaje.
La versión de PIERRE VAYER
Este autor francés ha hecho
un vasto estudio sobre el niño y la psicomotricidad. Dentro de
su investigación incluye la educación para la escritura,
la cual analiza en función del desarrollo psicomoriz en el niño.
Considera que la educación de la mano no puede separarse de la
educación del ser completo, pero incluso así, cree que es
necesario pensar también en una preparación de la escritura
en términos de aprendizaje. Este sería el motivo que le
induciría a confeccionar una serie de ejercicios para educar la
grafomotricidad.
Consideramos dos tipos de situaciones
interesantes en esta educación: los juegos y manipulaciones con
la arena y la actividad gráfica en la pizarra. Según él,
los ejercicios en la pizarra proporcionan una gran riqueza educativa,
pues permiten trabajar: la independencia brazo-hombro, la independencia
mano-brazo, la independencia de los dedos, la aprehensión de los
instrumentos de la escritura y la coordinación entre aprehensión-presión.
P. VAYER considera que el niño
entre los dos y los cinco años tiene que trabajar y superar las
siguiente etapas:
1. De la mancha al trazo; para
ello trabaja: a) La mano en la pizarra; y b) Utilización de los
instrumentos de la escritura.
2. El control del trazo; es también
de dos tipos: a) Pintura con los dedos; y b) Utilización de los
instrumentos de escritura, los niños realizan con la esponja y
el pincel trazos oblicuos, círculos, espirales y bucles, procurando
efectuar los trazos cada vez más finos y de forma más precisa
y cogiendo los instrumentos adecuadamente.
3. Coordinación y precisión:
en esta etapa se inicia una adecuación metódica de la organización
perceptiva y se instalan hábitos neuromotrices de preparación
de la escritura. en este momento es necesario poner énfasis especial
en la realización de los trazos de izquierda a derecha. Los bucles
se ejecutarán en sentido sinistrógiro (en la dirección
contraria a la de las agujas del reloj) y el niño debe aguantar
perfectamente los instrumentos de la escritura. Los ejercicios que se
realizan son: a) Pintura con el dedo, en este momento se realiza en el
plano horizontal; b) Utilización de los instrumentos de la escritura,
con pincel y pintura se realizan en el plano horizontal; c) Ejercicios
grafomotrices: se efectúan en los dos planos, vertical (en la pizarra
con tiza) y horizontal (encima de la mesa con papel).
Estos ejercicios que propone P.
VAYER son para efectuarlos con niños de dos a cinco años;
en etapas posteriores (de cinco a once) también propone ejercicios
parecidos, pero remarca un interés especial en que se realicen
de manera más precisa, tal como corresponde a estas edades.
La metodología de GISELE
CALMY
Concibe el gesto gráfico
como un gesto de orden motriz, el cual evoluciona con el tiempo. Considera
cuatro niveles del grafismo infantil, en los cuales la libertad del niño
se va restringiendo. Estos son: El dibujo figurativo; La diversión
o entrenamiento gráfico; El aprendizaje de la escritura.
En su propuesta para llevar a
cabo la educación del gesto gráfico considera esencial vivenciar
los movimientos en el espacio antes de realizar las trayectorias en el
papel. La vivencia, según ella, será la que dará
lugar al nacimiento del gesto gráfico.
Para educar el gesto gráfico
propone los siguientes ejercicios:
a) Entretenimientos gráficos.
Son ejercicios semidirigidos por el maestro, El niño dibuja signos
gráficos a partir de una proposición; ésta puede
ser un adhesivo, un recorte de papel, etc., y debe rellenar o completar
con signos gráficos el entorno de éstos.
b) Movimientos vivenciados y observados
alternativamente. El niño vivencia u observa diferentes movimientos
y luego los realiza gráficamente.
c) Ejercicios con ritmo musical.
El niño escucha una música y la debe transcribir gráficamente.
Una propuesta de trabajo
La propuesta de trabajo parte
del análisis de los movimientos que debe realizar el niño
para poder escribir, graduándolos según su dificultad, hasta
llegar a determinar qué ejercicios se deben realizar para conseguir
un buen dominio de los movimientos escribanos.
Para saber qué tipo de
gestos gráficos debe realizar el niño, a fin de estar preparado
para el aprendizaje de la escritura, parte del análisis de los
movimientos que se encuentra aglutinados en cada letra. En éste
se observan una serie de rectas, curvas y movimientos cruzados, pero para
lograr un dominio total del gesto gráfico no es suficiente con
la realización de este tipo de grafismos. Cuando ejecutamos una
letra, nunca lo hacemos de forma tan analítica, sino que nuestro
gesto debe ser realizado de un solo trazo, combinando estos elementos
entre sí (rectas, curvas y bucles) obtendremos una serie de grafismos
que permitirán al niño un dominio total de los movimientos
gráficos. Las combinaciones que se proponen son las siguientes:
- vertical
- Horizontal
- inclinadas
- composición vertical-horizontal
- composición de vertical-diagonal,
diagonal-diagonal
- medias curvas
- composición de medias
curvas
- composición de medias
curvas y verticales
- composición de medias
curvas y líneas diagonales
- composición de medias
curvas cruzadas
Con la finalidad de poder graduar
los movimientos y de esta forma decidir por cuál de ellos se debía
empezar a trabajar, se tuvieron en cuenta las investigaciones que sobre
grafísmo espontáneo había realizado L. LUCAT, y también
las realizadas por J. PIAGET, A. GESSEL y V. LIWNFELD sobre formas perfectas.
Además, para dar más
validez a la investigación, se comprobó con 107 niños
cuáles eran los grafismos que realizaban con más facilidad
y los que suponían un mayor grado de dificultad.
¿Qué ejercicios concretos
deben efectuarse para llegar al dominio de cada uno de estos gestos gráficos?
Se propone trabajar en los siguientes niveles y por este orden:
a) A nivel del propio cuerpo.
b) En el plano vertical.
c) En el plano horizontal.
Para concretar, el niño
trabajará cada movimiento en los tres planos y empezando por los
ejercicios más fáciles, y no pasará a otro de dificultad
superior hasta que domine el primero.
Los ejercicios a nivel del propio
cuerpo se realizarán en la sala de psicomotricidad o en el patio.
Para ayudar a su realización se pueden emplear palos, aros, cuerdas,
pañuelos, etc.
Los ejercicios en el plano vertical
se realizarán teniendo en cuenta la dirección izquierda-derecha
de la escritura. Con la finalidad de ayudar al niño en esta adquisición,
se propone dibujar en el lado izquierdo un objeto o animal que llame su
atención; por ejemplo, un ratón, que es un animal que gusta
mucho a los niños y tiene la suficiente motivación para
captar su atención, al final se dibuja un trozo de queso. Al realizar
los movimientos, el niño deberá procurar empezar por el
lado del ratón hasta llegar al trozo del queso, y si el movimiento
se debe repetir, debe volver al mismo lado.
Este tipo de ejercicios se puede
realizar en la pizarra, o con agua.
Por lo que se refiere a los ejercicios
en el plano horizontal se propone la construcción del siguiente
material de tipo sensorial: Se recortan en papel esmerilado los movimientos
que el niño debe adquirir y se pegan encima de una madera. En el
lado izquierdo se dibuja el ratón, a fin de que el niño
reconozca por qué lado se inicia el movimiento y en qué
dirección. También puede construirse con materiales similares,
pero con otras modalidades; por ejemplo, vaciando diferentes cartulinas
o plásticos con cada uno de los movimientos básicos, para
que luego el niño pueda pasar los dedos por su interior.
Una vez realizados todos estos
ejercicios llegamos a la última fase, en la que se comprobará
si el movimiento ha sido o no adquirido. Esta comprobación se realiza
con unas fichas que el niño debe reseguir.
En su elaboración se han
tenido en cuenta los siguientes aspectos: 1. El movimiento correspondiente;
2.La orientación y direccionalidad; 3. La motivación.
1. El movimiento que de debe realizar
lo encuentra dibujado con una línea de puntos fina, la cual él
debe reseguir con un grafito.
2. La orientación de las
fichas la proporciona el ratón o la motivación que se ponga.
Esta indica el lado por el cual debe empezar el movimiento y al cual se
debe volver. La dirección la dan las flechas.
3. La motivación para que
el niño realice la ficha es el dibujo. El niño pinta éste
después de haber reseguido el movimiento para el grafito.
Si una vez realizada la ficha,
el niño lo ha hecho con impresiones y errores, se debe empezar
de nuevo todo el proceso; propio cuerpo, plano vertical y plano horizontal.
Creemos que esta propuesta de
dominio de los movimientos escribanos cumple bastantes requisitos como
para llevar a buen término la maduración neuro-perceptivo-motriz
del niño.
(La Enseñanza de la escritura.
Enciclopedia de la Educación Preescolar II. SANTILLANA. Madrid
1986)