Tratamiento metodológico de la actividad motriz con niños que presentan alteraciones emocionales
TRATAMIENTO METODOLÓGICO
DE LA ACTIVIDAD MOTRIZ CON NIÑOS QUE PRESENTAN ALTERACIONES
EMOCIONALES
Conferencia pronunciada
en el SIMPOSIO INTERNACIONAL DE EDUCACION EN LA
DIVERSIDAD "Porque todos somos diferentes" Celebrado
en Panamá, 28 al 30 de enero de 2000, INDER,
La Habana. Cuba:
Dra. Catalina González
Rodríguez
Especialista en Educación
Física Preescolar
Muchos padres, sensibilizados
con la importancia del desarrollo de sus hijos, acuden a consultas
con especialistas preocupados porque sus niños presentan
dificultades de aprendizaje y en muchos casos manifiestan
falta de concentración, problemas posturales y conductuales.
La mayoría de las
veces estos problemas corresponden a alteraciones del proceso
de maduración del niño y afectan la esfera motriz,
afectiva y cognitiva.
El desarrollo de cada
niño es diferente e individual (influencia genética,
educativa y medio ambiental), aunque este desarrollo debe
evolucionar con una secuencia esperada, cuando este proceso
evolutivo se perturba, las alteraciones se manifiestan afectando
la motricidad y en consecuencia el proceso de aprendizaje.
Las alteraciones del sistema
nervioso en los preescolares afectan la coordinación
tanto gruesa como fina, el control de la respiración
y la postura.
Cuando se trata de alteraciones
en el proceso de maduración del organismo, no proponemos
un programa de reeducación donde se dirijan actividades
específicas para casos de mayor afectación (Down,
parálisis cerebral, etc.).
En los casos que referiremos
el asunto cardinal será una "atención individualizada
dentro del grupo", que conlleve a un tratamiento metodológico
diferenciado del contenido a desarrollar.
Las alteraciones en el
desarrollo motor e intelectual del niño pueden provenir
de diversas causas, originadas por la alteración en
mayor o menor grado del proceso de maduración.
En las primeras edades
las alteraciones emocionales del niño pueden ser de
origen genético y sociocultural, si no son bien atendidas
desatan en edades posteriores trastornos de la conducta que
traen como consecuencia dificultades en el aprendizaje.
Las de origen genético
generan daños cerebrales que en la mayoría de
los casos son provocados por enfermedades de la madre, anomalías,
irradiación en el embarazo, lesiones en el momento
del parto y enfermedades que afectan el organismo del niño
en el primer año de vida. Las de origen socio cultural
mayormente se manifiestan por cambios bruscos en la vida del
niño, dentro de las que influyen: personas que cuidan
al niño, trastornos en el horario de vida y por la
poca o mala atención al niño como: estimular
el temor, la sobreprotección y las discusiones en presencia
del pequeño dentro de otras.
El contenido general del
programa de motricidad para niños con alteraciones
emocionales es similar al que reciben el resto de los niños,
hablamos de un programa que desarrolle capacidades motrices
(coordinativas y flexibilidad) habilidades motrices que favorezcan
la percepción y el control del cuerpo, la ubicación
en el tiempo y espacio, así como la ejecución
de ejercicios respiratorios y de relajación que mejoren
las funciones orgánicas.
Con relación al
tratamiento metodológico a aplicar con estos niños
se harán algunas especificidades. Desde las primeras
sesiones de actividades deben determinarse las particularidades
de cada niño a fin de brindarles una debida atención
individual dentro del grupo.
Las principales particularidades
que generalmente se detectan en estos niños son: torpeza
motora gruesa y fina que hacen al niño caerse con facilidad,
tropezar contra los objetos, tener dificultades para agarrar
objetos, estar tensos, rígidos, concentrarse poco,
llegan rápido a la fatiga, están inquietos,
desganados y se orientan mal en el espacio.
Cuando el niño
manifiesta algunas de estas particularidades, las tareas motrices
deben sugerirse considerando la alteración emocional
manifestada, si esta provoca en el pequeño un estado
de excitación o de inhibición.
Los estados de excitación
generalmente desatan en el niño la hiperactividad y
los de inhibición muestran un niño retraído,
temeroso y tímido.
Según Ana. R Downey
y Adela Soltanovich en el Manual de ejercitación
psicomotora y postural, las alteraciones emocionales tienen
manifestaciones tónicas y posturales que pueden hacerse
permanentes y bloquear al niño obstaculizando su desarrollo.
De acuerdo con esto la ejecución de juegos motrices
y ejercicios físicos son recomendables para estos niños
brindándose en cada caso el tratamiento metodológico
adecuado.
En la tabla 1 tenemos
una guía para tener en cuenta en el tratamiento.
Tabla 1
Necesidades del niño
de acuerdo a la alteración emocional que presente y
la atención que le debe ofrecer el adulto.
PARTICULARIDAD
NECESITA
SE
LE OFRECE
Hiperactividad.
Liberar
energía de forma ordenada.
Concentrarse.
Aumentar
su autovaloración.
Ser
estimulado, halagado.
Desarrollar
juegos con reglas a cumplir con poco tiempo de duración.
Variar
la forma de ejecutar el juego.
Ejecutar
juegos de relajación.
Desarrollar
juegos donde construyan el recorrido y al final verbalmente.
Cumplir
tareas motrices de forma individual que
Conlleven
al reconocimiento del grupo.
Cumplir
encomiendas en la actividad (recoger, organizar y entregar
materiales).
Estar
ocupado todo el tiempo de la actividad y tener responsabilidades
en la misma.
Tímido
Adquirir
seguridad en sí mismo.
Comunicarse.
Aumentar
su autovaloración.
Ser
estimulado y halagado.
Ocupar
con otro niño papeles principales en el juego.
Realizar
ejercicios que desarrollen el valor, ejecutándolos
en colectivos (sin obligarlos), como: saltar objetos,
caminar por muros, bancos (en parejas, tríos,
pequeños grupos). Ejecutar los juegos con menor
variación considerando un mayor tiempo de ejecución.
Cumplir
tareas sencillas que conlleven al reconocimiento del
grupo.
Darle
encomiendas en la actividad con otro niño (recoger,
organizar o entregar materiales).
Desarrollar
actividades públicas en colectivo.
Como se puede apreciar en el
cuadro anterior, el tratamiento metodológico en la
actividad motriz se realizará teniendo en cuenta cada
caso. En el contenido de la actividad que se desarrolla se
deben incluir ejercicios específicos que tienen como
objetivo prevenir o controlar estas alteraciones del sistema
nervioso. De esta forma además del contenido dirigido
a la motricidad gruesa, mediante el desarrollo de habilidades
motrices básicas, se deben reforzar los ejercicios
de motricidad fina, de relajación y posturales.
Estos ejercicios pueden propiciarse
en diferentes momentos de la actividad: al inicio, en la parte
medular y al final.
Es muy importante observar
el estado de los niños antes de proponerle la actividad.
Si se manifiestan muy excitados, se debe comenzar la misma
con ejercicios de relajación que pueden acompañarse
de narraciones, representaciones, rimas, cantos y cuentos.
El tono de la voz del adulto debe ser bajo y pausado.
Si por el contrario los niños
están cohibidos, muy tranquilos, apartados y desinteresados,
se comienza la actividad de una forma más dinámica
elevándose el tono de la voz. En este caso para empezar
la actividad se realizan desplazamientos por todo el espacio:
caminando, corriendo y saltando de diferentes formas y hacia
distintas direcciones.
Los ejercicios de motricidad
fina estimulan los pequeños segmentos del cuerpo: cara,
manos y pies. Estos tienen como objetivo básico el
control de los pequeños músculos y el desarrollo
psicomotriz.
Los ejercicios de relajación
fundamentalmente se dirigen a los niños que manifiestan
excitación del sistema nervioso, aunque en sentido
general estos ejercicios también son muy útiles
para aplicarlos con la totalidad del grupo de niños,
cuando se eleva el tono muscular producto de una actividad
motriz dinámica. Debemos considerar que una particularidad
generalizada del sistema nervioso en los niños preescolares,
es que los procesos de excitación predominan sobre
los de inhibición, por tanto, los ejercicios de relajación
comúnmente se incorporan a la actividad siempre que
esta lo requiera.
Los ejercicios posturales están
dirigidos más directamente a los niños tímidos,
ya que por sus características: se paran y se sientan
encorvados, mantienen la cabeza baja, los brazos generalmente
recogidos lo que hace necesario la corrección de su
postura.
A continuación, se propone
un grupo de ejercicios específicos que se pueden realizar
con niños de 3 a 6 años según las necesidades.
El adulto podrá seleccionar los mismos teniendo en
cuenta las particularidades de sus alumnos.
EJEMPLOS DE EJERCICIOS ESPECÍFICOS
A DESARROLLAR CON LOS NIÑOS PARA PREVENIR O CONTROLAR
ALTERACIONES EMOCIONALES
EJERCICIOS DE MOTRICIDAD
FINA:
Para las manos:
. Enseñar mano derecha- izquierda.
Palmas unidas (abrir y cerrar), tocarse
las yemas de los dedos, las manos se saludan, abrazan, se
dan palmadas en diferentes en partes del cuerpo o en distintas
superficies.
Tocar materiales (suaves, duros).
Apretar pelotas pequeñas, pasarla
de una mano a la otra.
Jugar con bolas, amarrar y desamarrar (cuerdas,
cintas).
Para los pies:
(preferentemente sentados,
individual).
Con los pies: decir adiós, encontrarse,
decir sí y no, rodar bolas, conos, agarrar cuerdas
(tirarlas) y agarrar frazadas.
Para manos y pies:
Unir pies y manos, alternadamente.
Tocar con los dedos de las manos cada dedo
de los pies, pasar la pelota pequeña por los pies.
Para la cara:
Inflar la cara y soplar, sacar la lengua,
arrugar la frente.
Abrir y cerrar los ojos, mirar arriba, abajo,
a un lado y otro, sonreír y enojarse.
Cara y dedos de las manos:
(esquema corporal).
Un dedo de cada mano: tocar nariz y una
oreja, barbilla y la otra oreja, nariz y frente, boca y
cabeza.
En pareja: hacer el espejo, tocar con un
dedo partes del cuerpo del compañero; encontrarse
con las dos manos, derecha, izquierda; alternando con los
codos; con las rodillas; con los pies (arriba, al frente,
movimientos simultáneos).
EJERCICIOS PARA LA RELAJACION
Mediante la palabra (imágenes habladas):
"pensamos en el mar", "cómo se mueve", "en su azul",
"el viento sopla", "escuchar un sonido lento", "caminar
lento como..." "derretirse como el helado".
Mediante tareas motrices: Brazo arriba de
una mesa o de la pierna flexionada: dejar caer el brazo
que pesa, de pie igual dejar caer el brazo al lado del cuerpo
"pesa mucho y cae".
Sentados piernas extendidas, subir un poco
la pierna y dejarla caer que pesa (alternar).
Acostado de espalda: dejar caer brazo y
pierna que pesa "temblar".
De pie, colocar una bolsa en la cabeza y
hombro (sentarse y de pie), caminar lento con la bolsa,
sentarse, acostarse bolsa colocadas en la barriga (subir
y bajar la barriga) en cuadrupedia bolsa colocada en la
espalda (subir y bajar la espalda).
EJERCICIOS POSTURALES
Caminar en las puntas y talones de los pies.
Caminar con los brazos arriba (estirándose
bien) con movimientos simultáneos y alternadamente.
Caminar elevando las rodillas al frente
y las manos en la cintura.
Caminar tratando de golpearse los glúteos
con los talones de los pies.
Caminar por líneas y cuerdas llevando
los brazos laterales.
Combinar caminar y correr (trote suave).
Al caminar dar palmadas hacia arriba, atrás, a un
lado y otro.
Ejecutar saltillos en el lugar (buscando
altura) y después saltillos con desplazamientos.
Combinar caminar, correr (trote) y un saltillo
arriba.
Caminar, correr y saltillos hacia diferentes
direcciones (lateral y atrás).
Caminar llevando un objeto en la cabeza
y después en la espalda.
Parados y después sentados pasar
un aro por el cuerpo ("vestirse y desvestirse").
Desplazarse lentamente introduciendo el
cuerpo por el aro.
Parados con el aro sostenido en la espalda,
girar el tronco a un lado y otro.
Lanzar un objeto hacia atrás (pelota,
cuerda, bolsita).
Apoyarse en los pies y en las manos (cuadrupedia),
flexionar y extender el tronco ("el gatico").
Acostarse de espalda al piso y realizar
movimientos libres con las piernas. Se alterna cambiando
la posición a acostado de frente al piso.