La promoción de la lectura y la escritura en el hogar
RESUMEN
Leer para los niños y leer con los niños
es una actividad que se puede realizar en el hogar y en la escuela. Múltiples
son los ejemplos que podemos acotar para afirmar que las lecturas realizadas
para los niños por los padres, los abuelos los hermanos mayores,
al calor del hogar y, más tarde, por los maestros en el ambiente
escolar, son un recurso poderoso para iniciarlos en su formación
como lectores autónomos. No es tan importante que el niño
sepa la utilidad práctica que tiene la lectura, lo importante es
despertar en él el deseo de leer. Pero esa utilidad si es necesario
que se conozca en el hogar y en la escuela a fin de realizar actividades
que propicien el desarrollo del gusto y el interés por leer.
Es responsabilidad del hogar y de la escuela hacer
que el niño descubra que la lectura no es sólo una herramienta
que se utiliza para obtener información, sino que sirve para descubrir
mundos diferentes, despojarse de la ignorancia, viajar, crecer, imaginar.
Hay que demostrarle al niño con hechos concretos, con textos significativos
que la lectura puede ser una aventura extraordinaria y el mejor antídoto
para la soledad y el aburrimiento. Sastrias (1992).
Respetar la escritura de los niños, en todas
sus manifestaciones, no borrar sus primeros garabatos dejados como impronta
en las paredes de la casa utilizando lápiz labial, creyones o cualquier
otro objeto que al deslizarse sobre una superficie plana deja una marca.
Estas son las primeras muestras de escritura, y, al plasmarlas, el niño
está demostrando su espontaneidad en la construcción de
la lengua escrita.
Sus primeros cuadernos son un tesoro bien preciado,
el límite de su escritura es el final de la línea o de la
hoja en blanco, no utilizan signos convencionales, pero sí tiene
para ellos un sentido, sí están construyendo un cuento o
una historia. Esta espontaneidad para la escritura, generalmente, al llegar
a la escuela y encontrarse con la convencionalidad propia de la misma,
tiende a desaparecer. De ahí la importancia de que padres y maestros
conozcan que el niño pasa por diferentes niveles y etapas en su
proceso de construcción de la lengua escrita. De la misma manera
que conozcan que el énfasis de su enseñanza no debe ser
puesto en lograr que el niño tenga una "buena" letra, no cometa
errores de ortografía y utilice correctamente los signos de puntuación,
sino en que comprenda que las funciones de la lengua escrita son múltiples,
variadas e interesantes, como comunicarse, organizar el pensamiento, adquirir
conocimientos, expresar sentimientos, ideas, opiniones, y emociones.
El hogar y la escuela son los espacios más
idóneos para la formación de lectores y escritores autónomos.
CONFERENCIA
Vivimos inmersos en un mundo de letras, el niño
desde sus primeros meses de vida está en contacto con material
impreso, por eso al llegar a la escuela conoce la lengua escrita, en sus
usos y funciones. Sabe que un nombre identifica una calle, conoce las
letras de la marca de su helado favorito, de su refresco favorito, está
ávido y ansioso de que se le lea. Leer para los niños y
leer con los niños es una actividad que se puede realizar en el
hogar y en la escuela. Múltiples son los ejemplos que podemos acotar
para afirmar que las lecturas realizadas para los niños por los
padres, los abuelos los hermanos mayores, al calor del hogar y, más
tarde, por los maestros en el ambiente escolar, son un recurso poderoso
para iniciarlos en su formación como lectores autónomos.
No es tan importante que el niño sepa la utilidad práctica
que tiene la lectura, lo importante es despertar en él el deseo
de leer.
Existen dos maneras radicalmente diferentes de experimentar
la lectura y su aprendizaje: o bien como algo de gran valor práctico,
algo importante si uno quiere progresar en la vida; o como la mejor fuente
de conocimiento ilimitado y de las más conmovedoras experiencias
estéticas. Es labor de los padres que sus hijos, en el hogar, puedan
experimentar la lectura en el segundo sentido. De esta manera se logrará
que los niños se interesen en leer.
Relataré una anécdota con mi sobrino
de tres años: él tenía un libro que se le había
leído muchas veces y a cada momento me pedía que se lo volviera
a leer, como la historia yo me la sabía de memoria y él
también, se me ocurrió un día con el libro abierto
inventarle otra. Él inmediatamente se dio cuenta del cambio y me
gritó ¡eso no dice ahí!, yo cerré el libro y le dije
–entonces no te leo!. Mi sobrino comenzó a llorar y entre sollozos
me dijo –léeme, aunque sean mentiras. Mi sobrino cursa ahorita
sexto grado, es excelente estudiante y le encanta escribir cuentos.
Esta experiencia, relatada a la distancia, me hizo
sentir muy mal. Pero, tengo que confesar, me dejó un gran aprendizaje
que luego pude confirmar, al incursionar en el campo de la lectura y la
escritura y al leer a Smith (1990), encontré que él afirma
que los niños piden se les repita una misma lectura, porque siempre
estarán aprendiendo algo nuevo de la misma.
Desde los primeros meses de vida de mi hija, con muy
pocas excepciones, todas las noches antes de dormirse le leemos un cuento,
ella cursa tercer grado, ya sabiendo leer prefiere seguir escuchando.
Algunas veces yo me quedo callada cuando creo que está dormida,
entonces abre sus ojos me mira y dice –sigue mamá, yo te escucho!
¿Qué ventajas aporta para el aprendizaje de
la lectura y la escritura esta práctica familiar? La enumeración
sería infinita si pensamos en las funciones de la lectura y de
la escritura, lo importante no es que el niño sepa de la utilidad
práctica de estos instrumentos de aprendizaje, pero si es necesario
que se conozca, la misma, en el hogar y en la escuela a fin de realizar
actividades que propicien el desarrollo del gusto, el placer y el interés
por leer y posteriormente por escribir.
Es responsabilidad del hogar y de la escuela hacer
que el niño descubra que la lectura no es sólo una herramienta
que se utiliza para obtener información, "para estudiar las lecciones",
respuesta invariable de los niños a la pregunta de ¿para qué
sirve la lectura? sino que sirve para descubrir mundos diferentes, despojarse
de la ignorancia, viajar, crecer, imaginar. Hay que demostrarle al niño
con hechos concretos, con textos significativos que la lectura puede ser
una aventura extraordinaria y el mejor antídoto para la soledad
y el aburrimiento. Sastrias (1992).
Graves (1992) se plantea como pregunta ¿qué
hace la lectura? y responde con algunas razones por las cuales las personas
leen, sin embargo él mismo afirma que hay muchas otras, algunas
de estas razones planteadas por Graves son:
-La lectura acompaña nuestras experiencias.
Es difícil que exista una experiencia humana sobre la que no se
haya escrito. Se ha escrito sobre el amor, la soledad, la muerte, el hambre,
la guerra, el odio, la tristeza, la rabia, el dolor...
-La lectura extiende nuestra experiencia. Nos permite
viajar en el tiempo y en el espacio, trasladarnos a otros países,
a otras épocas, conocer otras culturas, qué pensaban los
hombres de tiempos remotos, qué alternativas de solución
a los problemas se planteaban, cómo veían la vida con todo
lo que ella comporta.
-La lectura provee reservorios de información.
No poseemos la capacidad de saber todo lo que queremos y necesitamos,
pero la lectura nos proporciona la oportunidad de encontrar esa información
en el momento en que lo necesitamos. A mis estudiantes les digo: no precisan
aprenderse esos datos de memoria, pero si necesitan saber dónde
y cómo encontrarlos cuando los requieran.
-La lectura provee distracción y evasión.
Cuando estoy detrás del detective para saber quién es el
asesino o el ladrón, cuando leo rápidamente para ver si
el príncipe y la princesa fueron felices para siempre, cuando trato
de descubrir quién es el amante de la protagonista de la novela
o viceversa, cuando viajo con el Principito por otros planetas y veo su
flor, puedo percibir su color y su perfume y puedo recordar la bondad
del amigo, al verlo sólo con el corazón.
-La lectura permite una degustación del lenguaje.
En palabras de Barboza (1991), "...si la pintura utiliza la línea
y el color para expresar belleza y la música el sonido, la escritura
utiliza la palabra para crear belleza" (p.32), son esas palabras de la
obra poética que nos quedan danzando en la mente, o esas palabras
de nuestros cantantes preferidos que repetimos mentalmente o en voz alta,
es esto lo que nos permite paladear el lenguaje. Pero también,
en algunas obras menos poéticas, lo plantea Barboza (1991) "los
límites entre la función informativa y la función
poética se tocan, para fundirse en una forma de llegar a la realidad
a través de la belleza" (p. 32).
-La lectura nos impulsa a actuar. Cuando leo en la
prensa sobre una desgracia acaecida en cualquier parte del mundo y solicitan
ayuda, me muevo, en la medida de mis recursos a proporcionarla. Cuando
leo sobre las ventajas del último curso que ofrece el Programa
de Perfeccionamiento y Actualización docente (PPAD), solicito información
sobre la inscripción. Cuando leo sobre cómo motivar a los
niños a la lectura me intereso en compartir con mis alumnos cada
nuevo hallazgo.
Al margen de las funciones que plantea Graves (1992),
existen y están presentes en nuestra vida cotidiana otras que se
deben conocer, entre las mismas, planteadas por Barboza (1991), tenemos:
-La función informativa, denotativa o referencial.
Se considera como la más importante para la conservación
y transmisión del patrimonio cultural. Goodman (1984), señala
que el lenguaje escrito es una extensión de la memoria humana,
así los textos han llegado a constituirse en almacenes de información
disponible para obtener datos sobre hechos y/o acontecimientos pasados.
-La función normativa.
Toda la vida del ser humano, tanto individual como
de relación, está normada. Existe un código ético
que rige cada profesión, existen normas sociales, ley del trabajo,
ley de educación, ley de tránsito, nuestros deberes y derechos
están señalados en la Constitución Nacional, Ley
Suprema de la República; conseguimos avisos que se dirigen a exigir
el cumplimiento de órdenes para el desenvolvimiento de la vida
diaria: entrada – salida – alto – adelante – pare; nuestro lenguaje está
sometido a una serie de pautas de tipo léxico, ortográfico,
morfosintáctico. (p. 32).
-Función personal. Tiene la característica
de que el emisor es a la vez el receptor. Registramos por escrito ideas,
planes, programas, sentimientos, conclusiones para nuestro propio consumo,
para el cumplimiento de nuestros deberes como individuos inmersos en un
medio familiar y social.
Esta función también está presente,
como afirma Barboza (1991)
Cuando el individuo lee con el fin de extraer conocimientos
que le permitan resolver sus problemas, identificarse con una causa, buscar
las raíces de su propia identidad, aclarar dudas, crear o modificar
actitudes, necesita de la herencia cultural plasmada por otros hombres
en la expresión escrita.
En las funciones de la lectura que hemos planteado,
está implícita su importancia, de ahí la necesidad
de que en el hogar y la escuela se propicien situaciones para que los
niños puedan desarrollar sus competencias para ser lectores eficientes.
El compromiso de los padres es de gran responsabilidad,
pero es también de una gran riqueza para lograr los mejores resultados,
así, en investigaciones realizadas por Burgess, Henderson, , Hickey
et al., Siders y Siedjesky, Vukeliciks, Vukelich y Naeny (citados por
Fredericks y Taylor 1991), destacan el efecto positivo que los padres
tienen en el rendimiento en lectura del niño en la escuela. De
ahí, la importancia que los padres participen en forma conjunta
con los maestros en la promoción de la lectura. Para Fredericks
y Taylor (1991):
Se considera que los padres son personas que quieren
a sus hijos y se preocupen por ellos y, por tanto, que pueden proporcionarles
el mejor entorno social y educativo posible. Aunque los niños vivan
en una familia nuclear, en un hogar con uno de sus progenitores o en otro
tipo de estructura familiar, los padres o tutores pueden ser los primeros
profesores y con frecuencia los más importantes, de un niño
(p. 13).
Generalmente la escuela no toma en cuenta la colaboración
de los padres, pero es, justamente, el esfuerzo mancomunado el que puede
aunar esfuerzos para ayudar a un niño a leer bien y a leer de por
vida. Por esta razón la labor de los padres, en las actividades
de lectura, debe ser significativa, pero también duradera.
La escuela se ha encargado de restarle encanto a la
lectura al ofrecerle al escolar materiales vacíos de contenidos
significativos. Es labor de los padres contrarrestar ese efecto negativo
de los textos escolares. Para lograrlo pueden intentar que el niño
no se aburra, desanime o preocupe excesivamente por lo que ocurre en la
escuela. Conviene ayudarle a que cumpla lo que ésta le exige, por
inútil que parezca y tratar de proporcionarle algunas alternativas
más interesantes en la casa, por ejemplo, muchos libros y conversación,
así como unos interlocutores serios y atentos cuando el niño
desee hablar.
Yo me voy a permitir, en esta conferencia, sugerir
algunas actividades que los padres pueden realizar con sus hijos, en el
hogar, para contribuir a que amen la lectura, pero antes quiero resaltar
que es importante tomar en cuenta algunos elementos a la hora de propiciar
situaciones de lectura con los niños. En relación a la lectura
oral Bertrand e Ibañez: (1989) recomiendan al lector tener una
actitud positiva hacia la misma, es decir, sensibilidad, entusiasmo y
aprecio por lo que lee; conocer la historia antes de leerla a los niños,
motivar a los niños sobre el cuento que se va a leer, mostrarlo,
presentarlo, permitir que observen las ilustraciones, en caso de que las
tenga.
También es necesario proponer a los niños
que realicen predicciones utilizando preguntas como ¿de qué tratará
este cuento?, ¿cómo serán sus personajes?. Pero al finalizar
el cuento, también se recomienda se le pregunte al niño
¿cómo te sentiste con esta lectura?, ¿cómo te imaginaste
el personaje?, ¿te gustaría que el final fuese diferente?, ¿qué
final propondrías para este cuento?. Esta es una manera de contribuir
a la expresión de sentimientos y al desarrollo de la imaginación
y la creatividad.
A continuación se presentan actividades que
pueden realizar los padres en el hogar, para ayudar a los niños
a leer:
Escribirle a los niños constantemente notas
y cartas y colocárselas en sitios claves: sobre la almohada,
pegadas en el refrigerador, en los bolsillos de la ropa, sobre su mesa
de noche, cada padre debe conocer los sitios preferidos de sus hijos.
Pedirle a los niños que busquen en sus lugares preferidos notas
y cartas, dejadas por sus padres.
2. Leerle libros al niño exponiéndolo
a diferentes tipos de literatura, esto propiciará modelos para
su escritura personal.
3. Ir con su niño frecuentemente al supermercado
donde cada producto está identificado con un nombre escrito. Léaselo
si se lo pide.
4. Realizar igual actividad con el material gráfico
que encuentre en la calle: nombre de las calles, de las casas, de las
avenidas, de las urbanizaciones , avisos, propagandas y otros.
5. Pedirle a los niños que lean la receta,
que mamá está preparando, para la comida del medio día,
de esta manera se darán cuenta que la lectura tiene un valor funcional.
6. Hacer junto con ellos la lista del mercado, y al
finalizarla pedirles que la lean para saber, si está completa.
Propiciar la elaboración de una biblioteca
personal con todo tipo de material escrito preferido por el niño,
permitiéndole que sea él quien la organice.
Por experiencia sabemos que las primeras manifestaciones
de la escritura de los niños son sus garabatos dejados como impronta
en las paredes de la casa utilizando lápiz labial, creyones o cualquier
otro objeto que al deslizarse sobre una superficie plana deja una marca.
Estas son las primeras muestras de escritura, y, al plasmarlas, el niño
está demostrando su espontaneidad en la construcción de
la lengua escrita.
Sus primeros cuadernos son un tesoro bien preciado,
el límite de su escritura es el final de la línea o de la
hoja en blanco, no utilizan signos convencionales, pero sí tiene
para ellos un sentido, sí están construyendo un cuento o
una historia . Esta espontaneidad para la escritura, generalmente, al
llegar a la escuela y encontrarse con la convencionalidad propia de la
misma, tiende a desaparecer. De ahí la importancia de que padres
y maestros conozcan que el niño pasa por diferentes niveles y etapas
en su proceso de construcción de la lengua escrita. De la misma
manera que conozcan que el énfasis de su enseñanza no debe
ser puesto en lograr que el niño tenga una "buena" letra, no cometa
errores de ortografía y utilice correctamente los signos de puntuación,
sino en que comprenda que las funciones de la escritura son múltiples,
variadas e interesantes, como comunicarse, organizar el pensamiento, adquirir
conocimientos, expresar sentimientos, ideas, opiniones, y emociones.
Es muy importante que los padres en sus hogares estimulen
las funciones de la escritura en sus niños, cuando se están
iniciando en la lengua escrita se les debe "dejar hacer" y en ningún
momento frenarlos en su proceso, así Smith (1975) nos señala
"... no importa que el niño, proceda igual que el investigador:
observa, se pregunta, emite hipótesis, las somete a prueba y busca
verificarlas o rechazarlas para sacar conclusiones" (p. 275).
Es de suma importancia que tanto los padres como los
docentes conozcan los niveles por los que pasa el niño cuando se
está apropiando de la lengua escrita, para que de esta manera puedan
comprender qué ocurre cuando el niño comienza con sus primeros
intentos de comunicarse por escrito.
Así, tenemos que existen niveles de adquisición
y desarrollo de la lengua escrita, los cuales fueron descubiertos en investigaciones
hechas por Ferreiro y Teberosky (1979). Tellería realizó
investigaciones con su equipo de trabajo denominado GALE (grupo adquisición
de la lengua escrita), en nuestro país, con un grupo heterogéneo
de niños preescolares de la ciudad de Mérida, en éste
encontró que, además, en cada uno de los niveles existían
fases por las cuales pasa el niño al iniciarse en el proceso de
adquisición y desarrollo de la lengua escrita. Conocerlas y respetarlas
es función fundamental del docente de los primeros grados.
Todo lo anteriormente expuesto, es con la finalidad
de que padres y maestros, que me hayan podido escuchar, comprendan, en
primer lugar, la importancia de leerle a los niños en el hogar
y en el aula de clase y, en segundo lugar, lo importante que es para un
niño, que se está iniciando en su proceso de construcción
de la lengua escrita, se le respete en sus primeros intentos de comunicarse.
En ningún momento se pretende presentar un
modelo a padres o a maestros, pero sí se pretende darles a conocer
lo fácil y maravilloso que es formar lectores y escritores autónomos.