Dificultades del aprendizaje de la lectura y la escritura
RESUMEN
El uso del lenguaje escrito implica
la capacidad para aprender cosas nuevas mediante la lectura y la capacidad
para exponer nuestros pensamientos por escrito. La lectura y la escritura
exigen coordinar una amplia variedad de actividades complejas, algunas
implicadas en asignar un significado a los símbolos escritos y
otras, en la interpretación del significado del texto. Aprender
a leer y escribir requiere el uso del lenguaje de manera más consciente,
formal, deliberada y descontextualizada. Dada su complejidad, el aprendizaje
de estas actividades llega a convertirse en un serio problema para educadores
y educandos. En este trabajo se pretende dar respuesta a las siguientes
interrogantes: ¿ Qué problemas en la ejecución de la lectura
y la escritura presentan los niños considerados con problemas de
aprendizaje? ¿Cómo identificar el origen de los problemas? ¿Cómo
abordar los problemas de los alumnos que aprenden a leer y escribir con
dificultad? ¿Cómo favorecer la comprensión y el aprendizaje
a través de la lectura y la escritura?
CONFERENCIA
Cuando se dice que un niño
no lee bien, esta afirmación puede referirse a diferentes cosas,
la mayor parte de las veces, quiere decir que el niño no ha aprendido
a leer mecánicamente, esto es, no decodifica correctamente; otras,
que al leer el niño sólo da razón de algunas palabras
aisladas sobre lo leído y en el mejor de los casos se piensa que
el niño al leer no comprende. De manera similar, al afirmar que
un niño no sabe escribir, casi siempre se habla de la apariencia
de lo escrito, esto es, no usa letra con buena forma y bonita; en otras
ocasiones se habla de la escritura como copia incorrecta, pero en muy
contadas ocasiones, se piensa en su contenido o mensaje escrito. Evidentemente
estas interpretaciones guardan estrecha relación con la concepciones
de lectura y de escritura que se manejen.
Antes de juzgar el desempeño
de los alumnos al leer y escribir, tendríamos que empezar por preguntarnos
qué entendemos por lectura y escritura. Si se entiende por lectura
la construcción del significado o la decodificación de sonidos,
y por escritura, la expresión del pensamiento por escrito o la
letra con buena forma, para poder luego observar e identificar qué
es lo que hacen aquellos niños que no leen y escriben correctamente.
La lectura es más que una simple
actividad de decodificación, si se la entiende no como un proceso
mecánico en el que primero se aprende a identificar y nombrar bien
cada una de las letras para luego, al unirlas, pensar qué dicen,
sino como un proceso en el cual el lector a medida que se enfrenta al
texto escrito va construyendo el significado intentado por el escritor,
utilizando para ello, tanto los conocimientos que posee sobre el tema,
las pistas que le brinda el texto, como una serie de estrategias y operaciones
mentales que ponen en marcha al leer.
La lectura encierra pues, una serie
de operaciones indispensables todas para la elaboración del significado,
tales como: reconocimiento de la información, relación de
dicha información con la almacenada en la memoria semántica
del lector, activación de los significados semánticos, realización
de distintos tipos de relaciones entre las partes del texto, construcción
del significado global o macroestructura, entre otras. Todas estas operaciones
intelectuales hacen de la lectura una actividad compleja.
Si se piensa en la complejidad de
la lectura, se puede deducir que su aprendizaje también lo es.
Aprender a leer es algo más que adquirir un sistema de representación,
e implica la capacidad para usar el lenguaje de manera más consciente,
deliberada formal y descontextualizada.
En nuestro medio, la mayoría
de los niños que, según el criterio de los adultos, no son
capaces de aprender a leer y escribir, demuestran una capacidad de funcionamiento
intelectual totalmente normal, no evidencian trastorno alguno y han entrado
en contacto con las experiencias habituales de aprendizaje en la escuela,
sin embargo, no leen ni escriben bien.
En la literatura referida a los problemas
de aprendizaje de la lectura y la escritura se encuentran una serie de
afirmaciones que tratan de explicar la situación de dichos niños.
Una de ellas sostiene que estos niños tienen deficiencias perceptivas
que les ocasiona problemas para diferenciar símbolos simples como
b y d, y la consiguiente elaboración de las reglas de correspondencia
entre fonemas y grafemas, que se interpreta como confusiones entre los
símbolos y/o alteraciones en el reconocimiento, lo cual incide
en la falta de fluidez
Al hecho de que los niños se
confundan en muchas y variadas correspondencias entre letras del alfabeto
y los sonidos componentes de las palabras habladas, se le atribuye como
causa un defecto en la habilidad para discriminar los sonidos del habla.
En estos casos, se supone que los niños carecen de conciencia fonológica,
lo cual es falso, porque el hecho de que el niño no pueda producir
algunos sonidos, no significa que no los identifique.
Las personas no tienen necesidad de
identificar y clasificar las letras individuales para comprender las palabras,
sino que al ver la palabra escrita se alude directamente al significado.
Es fundamental no reducir la enseñanza de la lectura a la identificación
de sonidos, ni convertir la enseñanza de la escritura en sonidos,
porque de esta manera no se ayuda a clarificar su significado.
Una segunda explicación, atribuye
los problemas de lectura y escritura a las deficiencias del lenguaje oral,
al cual recurren los niños al escribir, pues su dominio supone
el darse cuenta de que los grafemas representan categorías de sonidos
y eso es realmente complicado. En este caso, el problema no está
en el reconocimiento de los grafemas entre sí, sino en ver qué
se representa en cada grafema, lo que le ocasiona problemas de comprensión
al niño porque se ve obligado a dividir las palabras en sílabas
y éstas en sonidos. Es importante recordar que el lenguaje escrito
no es un código para el lenguaje oral.
Otra de las explicaciones se refiere
al hecho de que los alumnos que leen en forma muy apegada al texto, lo
hacen porque se centran en la descodificación y descuidan el uso
de información de mayor nivel, lo que se traduce en dificultades
para construir el significado del texto. Esto, generalmente ocurre porque
el niño no está en condiciones de activar los conocimientos
previos referidos al tema que se pretende leer, bien sea, por falta de
conocimientos del tema sobre el que versa el texto o por el vocabulario
reducido del alumno, lo que impide el establecimiento de relaciones entre
lo que se sabe y lo que se quiere leer, operación indispensable
para la construcción del significado al leer.
Con las explicaciones anteriormente
expuestas, se ha tratado de interpretar la conducta de los alumnos considerados
con dificultades de aprendizaje y a partir de dichas interpretaciones,
la enseñanza ha tratado de dar respuesta propiciando la aplicación
de distintos métodos con la finalidad tanto de facilitar el aprendizaje
como de subsanar las deficiencias. Pero en realidad la solución
no consiste en poner en práctica uno u otro método para
ayudar a los alumnos con problemas de lectura y escritura, porque son
muchas las variables que afectan directamente su aprendizaje, y un único
método sólo se dirige a cubrir ciertos aspectos del lenguaje
en detrimento de los otros.
Según el tipo de explicación
que se dé a las dificultades en lectura y escritura, se plantea
la intervención pedagógica para ayudar a los alumnos. La
ayuda debe apuntar directamente a la superación de las deficiencias,
lo cual requiere de una cuidadosa observación e identificación
de los problemas para que el trabajo con los alumnos se apoye en los puntos
fuertes y simultáneamente a partir de éstos se fortalezcan
los débiles. Los niños no se convierten en lectores gracias
a las metodologías, según Smith (1999).
Los niños aprenden a leer
cuando las condiciones son adecuadas. Estas condiciones incluyen sus relaciones
con libros y otros materiales de lectura y sus relaciones con personas
que pueden ayudarlos a leer. Las condiciones también incluyen sus
propias y únicas personalidades, su autoimagen, su manera de ser,
intereses expectativas y comprensión. ( p 155)
La visión actual sobre la enseñanza
de la lectura y la escritura enfatiza sobre la importancia de que los
niños hagan sus primeros inicios como lectores y escritores con
todos los medios materiales posibles a su disposición, inclusive
utilizando el teclado para enseñar a escribir, lo que eliminaría
los problemas que para el niño representa el trazado de las letras,
centrando así su atención, entonces, en el significado que
pretende comunicar. Asimismo leer variedad de materiales impresos conduce
al niño a obtener información de distintas fuentes, valorarlas,
realizar su propia interpretación, familiarizarse con los distintos
formatos en que puede aparecer la escritura y disfrutar distintos mensajes.
No existen, pues, condiciones preestablecidas que garanticen el aprendizaje
de la lectura y la escritura.
Para concluir, es importante señalar
que para evitar las dificultades en lectura y escritura, debemos introducir
en el trabajo diario de aula variedad de materiales impresos con la finalidad
de poner en contacto a los niños con diversidad de mensajes y comprometerlos
a participar en variedad de experiencias de lectura y escritura, animarlos
a producir textos y a leer sus propias producciones escritas, de esta
manera se puede olvidar el uso del libro único que además
de ser reduccionista elimina el interés por la lectura y por la
producción de mensajes que respondan a la expresión del
pensamiento y las necesidades sociales de comunicación.