Definimos
evaluación como un proceso continuo sistemático y flexible
que se orienta a seguir la evolución de los procesos de desarrollo
de los niños o niñas y a la toma de las decisiones necesarias
para adecuar el diseño del proceso educativo y el desarrollo de
nuestra acción educativa a las necesidades y logros detectados
en los niños o niñas en sus procesos de aprendizaje.
Podemos decir que, la actividad
evaluadora así entendida contribuye de manera decisiva a la mejora
de nuestra actividad como educadores así como nos sirve como observatorio
permanente del desarrollo del niño.
Lo más importante es considerar
que el proceso de evaluación siempre debe implicar de una forma
comprensiva, a todos los elementos y procesos. Evaluar a un niño
o niña por tanto, no supondrá sólo ayudar a mejorar
su rendimiento sino que también afectará a los educadores,
a la organización del Centro, a los métodos y al mismo proceso
educativo. En el centro de educación infantil que todos debemos
perseguir e implantar, el concepto evaluación mas allá de
la simple evaluación de los logros. Los centros han de evaluar:
Los logros
El proceso educativo en su conjunto
La propia practica docente del educador, por
parte del mismo y de la comunidad educativa
Opinión general de los padres del conjunto
del centro
Ahora
bien, difícilmente se puede progresar y evaluar los resultados
sino se establecen unas metas u objetivos muy concretos y expresados en
términos de comportamientos observables, de ahí la importancia
de una correcta definición de los objetivos educativos que antes
hablábamos Los objetivos no solo clarifican el camino
a recorrer y anticipan en forma de pronóstico los resultados o
productos a conseguir, sino que además sientan las bases de una
evaluación objetiva y coherente, una evaluación que se fundamente
en una comparación, mínimamente lo que se pretende (propósitos)
y lo que realmente se consigue (resultados), permite no sólo establecer
el nivel de éxito alcanzado desde la perspectiva de los propósitos
sino también un feed-back, una constante concreción en
la dirección del proceso y
en todos sus elementos integrantes (objetivos, estrategias, etc.).
Esto es:
La evaluación no es algo
aislado y ajeno al proceso educativo sino que forma parte integrante de
él y como tal contribuye decididamente a corregirlo y mejorarlo
para obtener cada vez mayores rendimientos y óptimos resultados.
Ello quiere decir que la evaluación es también un factor
importante en el proceso educativo ya que se preocupa en cada momento
de analizar todas y cada una de las variables educativas y de hacer una
estimación precisa de los resultados.
La evaluación es comprensiva
y tiene que contemplar todas y cada una de las partes del proceso instructivo:
niños o niñas, educadores y programa.
La evaluación tiene que
ser continua. Para garantizar una buena dirección en el proceso
y unos buenos resultados finales, la evaluación tiene que estar
actuando de una forma constante y permanente.
A través del feed-back o
proceso de retro alimentación, la evaluación tiene una importante
capacidad recurrente que le permite "retroactuar sobre elementos de la
estructura y del proceso educacional e incluso, sobre los mismos objetivos,
para modificarlos y perfeccionarlos a la luz de los resultados".
La evaluación no es una
simple medida, es algo más, puesto que quiere disponer de una exhaustiva
y completa información sobre el objeto, y, además, tiene
que saber interpretar y clarificar ese conjunto de datos, a partir de
unos criterios, para llegar a establecer un juicio de valor. La verdadera
evaluación debe ser por tanto crítica.
Los juicios de valor que la evaluación
produce dan lugar a la toma de decisiones, en el sentido de modificar
o no los objetivos, los contenidos, las experiencias de aprendizaje...
y, en definitiva, todo el proceso educativo.
Por todo
ello, y para nosotros, la evaluación es un instrumento fundamental
tanto para facilitar el éxito en el logro como para perfeccionar
nuestros programas educativos, así como Centro como unidad. En
consecuencia, la evaluación la referimos tanto a los niños
y niñas como a la revisión de los distintos elementos de
la práctica educativa en el ámbito del aula y en el conjunto
del Centro.
De la definición dada de evaluación
podemos sacar los principios y objetivos que determinan su carácter.
Estos principios son: continuidad, sistematicidad y flexibilidad. Así
nos encontramos que los principios y objetivos han de ser:
Esto es, los principios básicos:
El principio de continuidad
hace referencia a la necesidad de entender la evaluación como un
proceso en el que podemos distinguir diferentes momentos: inicio, proceso-desarrollo
y fin.
Principios de sistematicidad
hace referencia a la periodicidad con que hay que realizarla.
El principio de flexibilidad
se relaciona con la posibilidad de utilizar en el proceso evaluador, y
siempre en función de los objetivos trazados, diversidad de técnicas
e instrumentos de registro.
En cuanto a sus objetivos:
Conocer la situación
de partida de los componentes que inciden en el proceso en el momento
que se propone la evaluación.
Facilitar la formulación
de un modelo de actuación adecuado al contexto, en función
de los datos anteriores.
Detectar de modo permanente,
las dificultades que surjan en el desarrollo del modelo de actuación
elegido.
Regular el proceso de aplicación
continua del modelo de actuación, propiciando y facilitando la
consecución de las metas previstas.
Conocer los resultados obtenidos
al final del período fijado para la implantación del modelo.
Valorar los resultados obtenidos.
Replantear el modelo de actuación,
de acuerdo con la información recogida y con su valoración
y, consecuentemente, potenciar los aspectos positivos y corregir los negativos.
LA EVALUACIóN DE LOS NIñOS
Concebimos la evaluación
de forma continua y global, referida al conjunto de capacidades expresadas
en los objetivos generales. Sirve fundamentalmente de orientación
para conocer las posibilidades y limitaciones de cada niño o niña
y de regulación o reordenación del proceso educativo, pudiendo
incidir este reajuste en la propia programación y en la intervención
educativa. En consecuencia adquiere un carácter orientador para
el propio educador.
La evaluación es un elemento
fundamental de nuestro proceso educativo, ya que evaluar consiste en realizar
un seguimiento a lo largo de éste que permita obtener información
a cerca de cómo se está llevando a cabo, con el fin de reajustar
la intervención educativa en función de los datos obtenidos.
La evaluación en esta Etapa
es especialmente necesario para el educador, tanto para ir conociendo
al niño o niña, cada vez en aspectos más amplios
y con mayor profundidad, como para, potenciar sus características
positivas, estimular el correcto desarrollo y afrontar sus limitaciones
mediante programas inicialmente acomodados y progresivamente ajustados
a sus necesidades y características.
En la medida que la evaluación
se centra, de manera fundamental, en las actividades, es un medio básico
para su mejora y, a través de ellas, de perfeccionamiento, desarrollo
y potenciación de todos y cada uno de los niños y niñas.
Para nosotros la evaluación
del proceso de aprendizaje de los niños y niñas en este
período tiene que tener las siguientes características:
1) GLOBAL: Referida al conjunto
de capacidades expresadas en los objetivos generales.
Esta evaluación permite fijar
las metas que el niño o la niña ha de alcanzar a partir
de criterios derivados de su propia situación inicial.
La evaluación debe realizarse
en base a los objetivos, en los que se expresan las capacidades básicas
que los niños y niñas deben desarrollar
Realizar una evaluación individualizada
y global implica: utilizar diversidad de procedimientos, instrumentos
y situaciones de evaluación, de forma que podamos ajustarnos a
las diferentes características de los niños y niñas
y contenido educativo.
2) CONTINUA: La evaluación
debe ser un elemento más de la acción educativa, permitiendo
así regular, orientar y corregir de modo sistemático el
proceso educativo. La evaluación continua empieza en los inicios
del propio proceso educativo. Requiere, por lo tanto, una evaluación
inicial del niño, para adecuar el proceso de enseñanza-aprendizaje
a sus posibilidades y también una evaluación al final del
proceso.
3) FORMATIVA: Tiene en cuenta
todas las variables que ayudan o interfieren el proceso didáctico,
procurando durante dicho proceso, reunir información que permita
revisarlo y corregirlo. Su finalidad es determinar qué factores
favorecen o dificultan que los niños o niñas logren las
metas deseadas, de forma que podamos introducir las modificaciones oportunas.
4) PREVENTIVO: Porque nos permite
realizar sobre la marcha los ajustes oportunos que eviten llegar a objetivos
no deseados.
Por lo que respecta al qué
evaluar en relación con la educación de los niños
y niñas, la decisión más importante es la que se
refiere a concretar los objetivos generales en conceptos evaluables que
permitan comprobar si los niños y niñas están desarrollando
las capacidades deseadas lo mejor posible en función de las características
individuales de cada uno.
Los objetivos generales deben concretarse,
ya que, al tratarse de capacidades en las que es difícil precisar
el grado, no son directa ni unívocamente evaluables. Es por tanto,
necesario establecer una serie de conceptos más precisos que los
objetivos generales, que tendrán sobre todo la función de
ayudar a reajustar la educación si se comprueba que un niño
o niña se separa de los objetivos deseados más allá
de lo justificable por los ritmos personales que caracterizan esta etapa.
Una vez establecido lo que se considera
fundamental evaluar, será preciso que determinemos los procedimientos
mediante los que se va a obtener la información necesaria en relación
con el proceso de aprendizaje. Habitualmente, y en estas edades, la observación
directa e indirecta realizadas de forma sistemática garantiza un
alto grado de fiabilidad, si el educador es realmente profesional y objetivo.
En cualquier caso se recomienda la TRIANGULACIóN en el estudio
de los datos, esto es, que la evaluación la realicen distintos
miembros del equipo educativo del centro para su posterior confrontación.
Si bien y con otros fines que luego veremos, nuestra propuesta es que
en esta triangulación también intervengan los padres y madres.
DOCUMENTOS DE REGISTRO DE DATOS
PARA LA EVALUACIóN DE LOS NIñOS Y NIñAS
El seguimiento de los procesos de
aprendizaje de los niños o niñas exige una gran variedad
de documentos de registro. Nosotros proponemos los siguientes documentos
de registro:
EVALUACIóN
INICIAL
Nota: ver en BIBLIOTECA
de la Asociación CUESTIONARIOS DE EVALUACIóN INICIAL
La
evaluación inicial tiene por objeto proporcionar información
de la que parte el niño o la niña cuando llega al
Centro. Conviene conocer su nivel madurativo, el grado de desarrollo
de sus capacidades y los conocimientos que los niños y
niñas tienen.
La evaluación inicial la llevaremos
a cabo mediante las siguientes estrategias:
a) Entrevista con los padres: la llevaremos
a cabo antes de la incorporación del niño o la niña
al centro. Previamente sé prepara la información
que se quiere obtener y transmitir.
Se entregará un cuestionario a cumplimentar
por los padres previamente a la entrevista. Durante la entrevista
comentaremos los aspectos más relevantes o significativos
del cuestionario, realizando los educadores posteriormente una
valoración de la entrevista.
b) Observación inicial de cada niño
o niña durante el periodo de adaptación: durante
el primer periodo del niño o niña en el Centro y
mediante distintas actividades, se observará el grado de
desarrollo de las diferentes capacidades, registrándose
dicha observaciones para poder ajustar adecuadamente la planificación
educativa.
También tomaremos como referentes las
evaluaciones finales correspondientes al nivel correspondiente
al curso anterior.
EVALUACIóN
DIARIA
El intercambio
de información sobre la comida, el sueño la salud
y las observaciones pertinentes. Constituye un modo importante
de colaboración con los padres y madres, para facilitar
la continuidad entre el ámbito escolar y el ámbito
familiar. Para conseguir este equilibrio es necesario un esfuerzo
por parte de los implicados en el sentido de realizar diariamente
una pequeña valoración sobre el estado general de
los niños y niñas, y comunicar por ambas partes
los avances más significativos, así como las estrategias
llevadas a cabo para conseguir un determinado objetivo.
EVALUACIóN
TRIMESTRAL
Nota: ver en BIBLIOTECA de la
Asociación EVALUACIóN DE LOGROS
Corresponde
a los educadores informar regularmente a los padres o tutores
legales de los niños o niñas. Esta información
se referirá a los objetivos establecidos en el Proyecto
Curricular y a los progresos o dificultades detectados en la consecución
de los mismos. Esta información se realizará por
escrito, con una periodicidad trimestral. Con este fin elaboraremos
unos cuadernillos al efecto.
El educador debe seleccionar la información
que pueda ser más significativa para las familias, desde
la perspectiva de su posible colaboración en el desarrollo
de sus hijos en el Centro, este informe debe ser claro y asequible
para los padres y madres.
Un aspecto fundamental de la información
a las familias es que deben reflejar los progresos de cada niño
o niña, es decir, las adquisiciones que va realizando.
Es importante hacer comprensible el mensaje
a los padres y madres. Los informes se refieren a objetivos que
deberían ser conocidos por las familias desde la primera
reunión del curso. Estos objetivos señalados serán
los que para el período se han determinado
Estos informes presentarán una pequeña
introducción para explicar a las familias el objetivo de
la evaluación, qué se evalúa, qué
significa la valoración que aparece en el informe, cómo
pueden entrar en contacto con el educador y cómo pueden
comunicar sus propias valoraciones sobre el proceso educativo.
Los modelos de informes que adoptamos constan de una breve introducción
donde explicamos las características psicoevolutivas más
significativas de los niños y niñas en el momento
de redactar el informe, la consecución o no, de los objetivos
previstos para ese trimestre y una propuesta de actividades que
pueden realizarse en el ámbito familiar en paralelo con
los del ámbito escolar. La valoración del proceso
de aprendizaje se expresará en términos cualitativos,
adoptándose los indicadores: CONSEGUIDO, EN DESARROLLO
Al objeto de asegurar una coordinación
con las familias, en los informes de evaluación proponemos
una doble casilla enfrentada a la realizada por el educador correspondiente
para rellenar por los padres y madres con las casillas ACUERDO
o DESACUERDO con la apuntada por el educador. Obviamente al
encontrarse frente a un mismo ítem valores contradictorias
los padres y madres buscarán y recabarán información
ante el educador, lo que sin duda provocará una puesta
en común de estrategias.
EVALUACIóN
ANUAL
Nota: ver en BIBLIOTECA
de la Asociación EVALUACIONES ANUALES Y FINALES
El educador
elaborará un Informe Anual de evaluación al finalizar
cada curso a partir de los datos obtenidos a través de
la evaluación continua.
EVALUACIóN
FINAL
Nota: ver en BIBLIOTECA
de la Asociación EVALUACIONES ANUALES Y FINALES
Al finalizar
el niño o la niña la Etapa de Educación Infantil,
el educador recogerá los datos más relevantes de
los informes de cada nivel y elaborará el Informe Final
de Evaluación
LA EVALUACIóN DEL
PROCESO EDUCATIVO EN SU CONJUNTO
La evaluación de la intervención
educativa debe hacerse en dos niveles distintos: el del contexto del aula
y el del conjunto del Centro de Educación Infantil. En el primer
caso el responsable es cada educador, mientras que la evaluación
del funcionamiento de cada ciclo debe ser tarea del conjunto de los educadores.
La evaluación del proceso
de enseñanza incluirá, además de la práctica
educativa en sí misma, aspectos como la organización del
aula y el aprovechamiento de los recursos del Centro de Educación
Infantil, haciendo clara referencia a la distribución de los espacios
y materiales; el carácter de las relaciones entre los educadores
y niños y niñas, así como la propia convivencia entre
los niños o niñas, como reflejo del clima afectivo de la
escuela; la coordinación entre los educadores de un mismo ciclo
así como la coordinación general entre todos los órganos
y personas responsables de la planificación y desarrollo de la
práctica docente, y finalmente, la regularidad y calidad de la
relación con las familias, sin cuya colaboración no se puede
realizar una labor educativa adecuada.
Así debe de recoger:
Nota: ver en BIBLIOTECA de la Asociación
EVALUACIóN DEL PROCESO EDUCATIVO
1.- Contexto en el que se desarrolla
el proceso de enseñanza:
Objetivos del Centro de Educación
Infantil.
Clima del Centro de Educación
Infantil.
Organización y funcionamiento.
Recursos.
2.- Planificación del proceso
de enseñanza:
El proyecto curricular.
La programación del aula.
3.- Desarrollo del proceso de enseñanza:
La práctica educativa.
Aprendizajes del alumno.
Para llevar a cabo esta evaluación
del proceso de enseñanza es necesario hacer uso de unos instrumentos
adecuados. El diario del educador, el contraste con otros compañeros
o técnicas más sofisticadas, como grabaciones o la presencia
de un observador externo, son algunos de los procedimientos que ayudan
a sistematizar la evaluación.
Podemos utilizar indicadores a través
de escalas cuantitativas o bien puede utilizarse palabras más significativas,
que dependerán de cada caso,
La evaluación del proceso de
enseñanza, en cierta medida, debe llevarse a cabo de forma continua.
No obstante, puede haber momentos especialmente indicados para proceder
a la valoración de la marcha del proceso. Esta evaluación
se inicia con la planificación educativa del Centro de Educación
Infantil (a través de los distintos proyectos) y finaliza con la
memoria en la que se recogen las principales conclusiones y la modificación
de los distintos documentos de planificación, con lo cual podemos
concluir que de manera genérica se realizará una vez al
año. A partir de ahí se inicia nuevamente, con un carácter
continuo y retroalimentado.
AUTOEVALUACIóN DE LA ACTITUD
DEL EDUCADOR.
Nota: ver
en BIBLIOTECA de la Asociación AUTOEVALUACIóN DE
LA ACTITUD DEL EDUCADOR
Conviene que los educadores nos detengamos
de vez en cuando a reflexionar sobre nuestras actitudes y comportamientos
ante los niños. Sentarnos frente a un cuestionario y responder
a una serie de preguntas nos ayudará a conocernos y mejorar nuestra
labor docente. Como quiera que nadie o casi nadie reconocerá sus
propios fallos, el cuestionario que incluimos, rellenado de manera anónima
nos servirá para realizar reuniones de grupo.
OPINIóN GENERAL DE
LOS PADRES DEL CONJUNTO DEL CENTRO
Si bien los padres y madres no son
profesionales de la educación, conviene saber también como
valoran el centro en su conjunto, por lo que, en nuestra propuesta del
centro de futuro, recomendamos que transcurridos unos meses, se les pasen
unos cuestionarios de evaluación sobre las actividades y servicios
del conjunto del centro. No se trata en este caso de una evaluación
en el sentido estricto, sino más bien de su visión particular
de nuestra acción educativa, pero la practica dice que es sumamente
instructiva.
Nota: ver
en BIBLIOTECA de la Asociación ENCUESTA GENERAL PARA PADRES