Cuento narrado o cuento leído en educación infantil: una experiencia
INTRODUCCIÓN
Hoy día todo el mundo sabe
lo que es un cuento, todos hemos leído o contado un cuento alguna
vez en nuestra vida. Sin embargo, si tuviéramos que definirlo,
lo haríamos cada uno de una forma diferente, seguro que casi todas
válidas. Así, además de saber lo que es un cuento,
todos o casi todos sabremos, por lo que hemos aprendido o vivido, la importancia
que tienen éstos en la etapa infantil por ser un instrumento claro
para el desarrollo del niño en todos sus ámbitos y por configurar
su personalidad, ya que con los cuentos, además de obtener beneficios
para su vida posterior (que no son pocos, ya los veremos) formaríamos
lo que llamaremos el cuadro de sus vidas, en donde a su vez éstos
serán como el paisaje en el que va a destacar la silueta de su
personalidad.
Precisamente, en las clases de la
Facultad, trabajábamos el cuento y con él nos enseñaban
a narrar, pues se consideraba más beneficioso que la lectura de
ellos (ya se verán razones por las cuales se consideraba esta afirmación)
y entonces nos preguntábamos cómo lo hacían en las
aulas de Educación Infantil, pues si enseñaban a narrar
en la Facultad, cuando el alumnado se convertía en docente ¿qué
ocurría?
Para saberlo, primero teníamos
que entender los conceptos de narración, es decir, qué entendemos
por narración y qué entienden los docentes sobre el mismo
concepto.
Así que, para ello, en la experiencia
o investigación propiamente dicha, llegamos a conocer la realidad
de lo que significa el concepto de narración para las docentes,
muy distinto al que entendemos nosotras y he aquí el porqué
de nuestra investigación y los objetivos a conseguir:
En primer lugar, vimos, de forma general,
qué es la Literatura Infantil, ya que los cuentos forman parte
de ella, y más específicamente sus tipos, características
y formas expresivas para así poder ir descubriendo lo que pretendíamos
saber (de lo general a lo específico).
En segundo lugar, creímos conveniente
tratar el tema de la Literatura Infantil en la actualidad y la Literatura
Infantil como iniciación, para crear hábitos lectores y,
finalmente, llegar al concepto de cuento y la importancia de éste
para el hombre, el niño y lo más importante de la investigación,
la importancia del cuento en la Educación Infantil. Para ello,
quisimos saber la importancia que la L.O.G.S.E. daba al cuento en dicha
etapa.
Todo esto y otros elementos o instrumentos
servirían para la experiencia o investigación propiamente
dicha, con la que conseguiríamos dar respuesta a nuestras dudas
y conseguir nuestros objetivos que eran:
- Conocer la realidad de la narración
de cuentos en la comunidad educativa de Educación Infantil en Ceuta
y
- Conocer cuáles son las preferencias
del alumnado de E. Infantil en ‘la hora del cuento’.
¿Es fácil definir el
cuento?
No es fácil definir el cuento,
las definiciones abundan, se contradicen y sobre ellas se injertan ideas
acerca de posibles calificaciones. Así, en una ocasión,
Fernando Savater afirmó que: "Los cuentos nos acompañan
a lo largo de nuestras vidas. De ese aprendizaje de valor y generosidad
por vía fantástica depende, en gran medida, el posterior
temple del espíritu, la opción que marcará la vida
de ese ser, hacia la servidumbre resignada o hacia la enérgica
libertad".
En conclusión, decir que: se
trata de una creación literaria, oral o escrita, de extensión
variable, en la que se relatan con un esquema más o menos común
o arquetipo, vivencias fantásticas, experiencias, sueños,
hechos reales... es decir, lo fantástico y/o lo real, de forma
intencionalmente artística, con dos objetivos fundamentales: divertir
y enseñar.
Importancia del cuento en la
Educación infantil.
Desarrolla la memoria, recordar
que el cuento se ha ido conservando y transmitiendo de unos tiempos a
otros, gracias a su fácil memorización.
El cuento se convierte, así,
en instrumento para despertar el espíritu creador del niño.
El ejercicio de la fantasía
ofrece al niño la oportunidad de formar y/o deformar todo lo que
le rodea.
La fantasía frente a la realidad
concede al niño la facultad de situarse en mundos distintos al
real.
Bruno Bettelheim (1977:69): "un
viaje hacia un mundo maravilloso, para después, al final, devolverlo
a la realidad de la manera más reconfortante".
También permite
que los niños comprendan muchos de los hechos y realidades
con los que vive a diario y que, en su mente infantil, no parecen tener
lógica explicación.
Representa un libro para la vida
y de la vida.
Ayuda a entender y vislumbrar
alguna explicación a muchísimos eventos y hechos que
acontecen, por primera vez, ante sus vírgenes y atónitos
ojos.
Rodríguez Almodóvar
(1994) afirma que "El niño que crece sin cuentos es un inadaptado
social, es un ser incapaz de acercarse de modo no traumático
al mundo de los mayores..., privados de un centro de gravedad fundamental
en su desarrollo psicológico... seres incapaces de entender el
mundo de una forma no caótica."
Como afirma Dora Pastoriza (1983),
"el cuento infantil debe ser una pequeña obra de arte...
se hace necesario propiciar la educación estética del
niño como camino para despertar su amor por la lectura, que
debe ir aparejado al gusto por todas las cosas bellas... habremos de capacitarlo
para gustar lo bueno y rechazar lo malo o mediocre. Es decir, habremos
de educarlo estéticamente".
La finalidad del cuento infantil
en la escolaridad
El cuento infantil es una motivación
pedagógica muy agradable. La profesora lo utilizará en clase
para encauzar los intereses de estas edades y lograr en el niño:
Establecer una comprensión
oral correcta en la narración por parte del niño.
Acostumbrar al niño a estudiar
sus ideas.
Descubrir la relación entre
el comienzo, el nudo y el desenlace de una historia.
Enriquecer y completar el vocabulario
del niño: introduciendo frases y términos nuevos y ampliando
el significado de otros términos usuales.
Favorecer la creación de hábitos
de atención, para que aprenda a escuchar.
Estimular la observación a
través de las láminas que ilustran los cuentos.
Aprender a narrar, a expresarse oralmente,
al tratar de repetir los cuentos o dramatizarlos.
Enumerar las acciones que realizan
los personajes de los relatos.
Posibilitar la exposición oral
de los cuentos, con argumentos conocidos o inventados.
Favorecer la elocución con
la pronunciación correcta de palabras nuevas o de difícil
vocalización.
Distinguir sonidos onomatopéyicos
relacionados con acciones, ruidos, animales, etc.
Desarrollar la sensibilidad e imaginación
del niño que todo lo embellece.
Provocar en el niño una excitación
intelectual que dé lugar a una creación de carácter
personal y creativo.
EL CUENTO EN LA LOGSE (Educ. Infantil)
Teniendo nuestras dudas sobre qué
es lo que se debe hacer en la etapa de infantil respecto a la lectura
y/o narración de cuentos y queriendo saber lo beneficioso que puede
ser uno u otro en el niño de infantil, decidimos recurrir al punto
de vista legislativo es decir, a la lectura detallada del currículo
junto con las orientaciones didácticas que el MEC propone en esta
etapa para esclarecer qué es lo más conveniente hacer en
infantil con el cuento: ¿narrar o leer?
Así nuestra lectura comenzó
por el currículo de etapa y en la introducción (pág.
36, párrafo 3.) encontramos afirmaciones de lo más coherentes
en relación al lenguaje oral y escrito como son:
"En relación al lenguaje oral...,
se irá estimulando a través de interacciones diversas, el
acceso a las primeras palabras y al lenguaje hablado progresivamente convencional".
Aquí incluimos al cuento narrado
ya que el acceso a las primeras palabras y al lenguaje hablado progresivamente
convencional, se realizará a través del lenguaje oral mediante
interacciones diversas y entre ellas se puede incluir la narración
de cuentos. Seguidamente, respecto al lenguaje escrito leíamos
(pág.37, párrafo 3) algo que ya sabíamos: que la
enseñanza sistemática de la lengua escrita no constituía
un objetivo de la educación infantil.
Continuamos leyendo y ya en los objetivos
generales (pág. 39, obj.: 2,3,5) constatábamos lo dicho
anteriormente.
Hasta ahora todo parecía coherente
y así llegamos a los contenidos (pág. 40, párrafo
2) y nos llamó la atención algo que leíamos: "la
aproximación a la lengua escrita debe basarse en la adquisición
y dominio del lenguaje oral".
A continuación estábamos
ante el bloque de lenguaje oral (pág. 40), los contenidos conceptuales,
y el concepto 3 trabaja con los cuentos, en los contenidos procedimentales
y actitudinales igualmente concordaban unos con otros. El procedimiento
uno, cuarto y octavo están de acuerdo con las actitudes segunda,
cuarta y sexta.
Seguidamente, pasamos al bloque de
aproximación al lenguaje escrito y efectivamente todo concuerda.
El concepto segundo, con el procedimiento tercero y con la actitud segunda.
Refiriéndose a los cuentos
se dice en diferencia con el lenguaje oral que los cuentos se deben leer
por un adulto.
Nuestras ideas empezaron a diferir
y nos preguntamos: ¿Si la enseñanza sistemática de la lengua
escrita no constituye un objetivo de la educación infantil por
qué se trabaja este bloque?
Pronto comprobamos que el MEC también
dice: "no se debe impedir el tratamiento de ese sistema, ni tampoco la
respuesta a los interrogantes que sin duda plantearán los niños".
Aun así nos quedó la
sospecha de que entonces era mejor y más conveniente narrar los
cuentos que leerlos ya que el bloque de la aproximación al lenguaje
escrito puede o no darse ya que no es obligatorio.
De todas formas continuamos leyendo
para ver si nos aclarábamos más. Llegamos a la secuencia
de los objetivos y contenidos por ciclos (pág. 74) y volvimos a
leer el lenguaje oral en el primer ciclo. Nos llamó la atención
la siguiente lectura (pág.75, párrafos 1, 3 y 4):
"Las prioridades educativas se articulan para
que el niño comprenda y utilice progresivamente el lenguaje
oral".
Por lo que la narración
de cuentos es beneficiosa para tal afirmación.
Se afirma que: "...la utilización de
los instrumentos del lenguaje oral permitirá que al final
de este ciclo, se pueda realizar actividades significativas en la
escuela en las que estén presentes la expresión y
comprensión de hechos, cuentos, etc...".
Con lo cual también es
un punto a favor para la narración de cuentos.
Por último se dice que: "las situaciones
que se crean para contar cuentos permiten al educador promover las
primeras conversaciones de grupo...".
Así que se concluye (pág.
76, párrafo 4) que: "los niños descubrirán, experimentarán
y utilizarán, con la ajustada ayuda del adulto (...) los variados
y diversos instrumentos de comunicación que la escuela puede ofrecerle
(...) para que puedan comunicarse adecuadamente.
Hasta ahora, para que el niño
desarrolle bien su lenguaje oral se considera buena o beneficiosa la narración
de cuentos, cosa que defiende más nuestras ideas y enseñanzas
en la facultad.
Pero ahora, en este ciclo (primero),
la aproximación al lenguaje escrito no se desarrolla, estando así
de acuerdo con el párrafo de los contenidos en el que se decía
que hasta que no se tenga dominio del lenguaje oral no se debe realizar
la aproximación al escrito, así que la lectura de cuentos
en este ciclo no tendría cabida como aproximación al lenguaje
escrito ya que éste no se desarrolla.
El MEC, por tanto, nos está
diciendo que no se tienen por qué leer los cuentos, así
que más a nuestro favor.
Sin embargo, ya estando en el segundo
ciclo de infantil (pág. 94) en el mismo área y bloque: lenguaje
oral, se ve que éste está en estrecha relación con
el primer ciclo, dirigiéndose más ahora a que los niños
y niñas de tres y seis años consoliden y desarrollen las
posibilidades de comunicación y representación.
Como muestra de ello, (pág.
94, párrafo 2) se pretende que el niño vaya tomando conciencia
del lenguaje oral y de su potencial como instrumento de comunicación
además de que encuentren gusto y placer por poder expresarse y
comprender a los demás mostrando interés hacia los textos
de tradición cultural propia, a los que se acerca con la ayuda
del maestro.
Con esto seguimos en la línea
de que para el desarrollo del lenguaje oral es beneficiosa la narración
de cuentos.
Seguidamente, en este ciclo sí
existe la aproximación al lenguaje escrito ya que se supone que
el niño tiene dominio de la lengua oral lo que permitirá
acercarse a la simbolización del lenguaje escrito.
Entonces, y a modo de conclusión,
la narración es adecuada para el primer y segundo ciclo de educación
infantil pudiendo comenzar en este último, la lectura de cuentos
ya que así si se desarrolla la aproximación al lenguaje
escrito pues se supone que el niño ya tiene dominio en el lenguaje
oral.
Así concluimos nosotras hasta
ahora diciendo que el MEC, deja la puerta abierta a la lectura de cuentos,
no obliga pero sí te deja una puerta abierta, entonces nos seguimos
preguntando: ¿Hay que leer cuentos en el segundo ciclo de infantil? Suponemos
que sí pero tampoco es obligatorio.
En consecuencia, decidimos seguir
leyendo las orientaciones didácticas de dicha etapa y de nuevo
comenzamos a leer y no descubríamos nada nuevo:
El lenguaje oral se estimula particularmente bien
con la utilización de cuentos y relatos.
Que éstos no deben considerarse como actividades
de relleno sino como actividades didácticas llenas de sentido,
pues motivan e incitan a introducirlo, a través del lenguaje
oral, en mundos distintos al suyo.
Pero llegamos al lenguaje escrito
y ahí descubrimos una contradicción que nos hundió
más en la duda de cómo trabajar los cuentos en educación
infantil.
Así, (en la pág. 69
primera línea) se dice: "cabe destacar por su valor intrínseco
la lectura de cuentos" y para sacar valor educativo a ésta no hace
falta esperar a que el niño tenga un gran dominio del lenguaje,
por lo que se pueden leer libros sencillos y manejables con los niños
más pequeños para fomentar su actitud de escucha, conocimiento
de la realidad, etc. Entonces, entramos en contradicción, y nos
preguntamos: Pero ...si en el primer ciclo no se desarrolla la aproximación
al lenguaje escrito y no se deben leer cuentos ... ¿qué pasa? ¿hay
que leer o no? ¿en qué ciclo? ¿hay que narrar? ¿qué se debe
hacer, leer o narrar? ¿qué ocurre?
A estas conclusiones hemos llegado
y seguimos con nuestras dudas, a saber:
La enseñanza sistemática del lenguaje
escrito no es objetivo en la educación infantil, aunque no se
debe impedir el tratamiento de ese sistema, ni tampoco la respuesta
a los interrogantes que sin duda plantearían los niños.
Las narraciones de cuentos son adecuadas para el
desarrollo del lenguaje oral, pues los cuentos se prestan particularmente
bien a este desarrollo tanto en el primer ciclo de infantil como en
el segundo.
La aproximación al lenguaje escrito no se
desarrolla en el primer ciclo pero sin embargo no hace falta esperar
a que el niño tenga un gran dominio del lenguaje para leerles
libros sencillos y manejables a los más pequeños.
¿Cómo se van a leer cuentos
en el primer ciclo (niños más pequeños) si en éste
no se desarrolla la aproximación al lenguaje escrito?, si no se
pasa al lenguaje escrito hasta no dominar el oral ¿cómo es que
se pueden leer cuentos a los más pequeños sin tener gran
dominio del lenguaje oral?
Creemos que existen contradicciones
en lo que el MEC afirma y por tanto seguimos en la duda de qué
hacer desde el punto de vista legislativo ante el tema narración
o lectura de cuentos en la etapa infantil.
EXPERIENCIA
Tras la lectura de varios libros recomendados
para la investigación y la lectura realizada del currículo
de la etapa infantil y sus orientaciones didácticas llegamos a
la conclusión que era preferible la narración de cuentos
frente a la lectura de éstos en la educación infantil.
Por lo pronto, en la Facultad, se
nos recomendaba también la narración de cuentos, entendiendo
por narración la representación oral y corporal de la trama
de una historia fantástica contada de modo riguroso. Además
de enseñarnos a narrar, nos enseñaban a utilizar las técnicas
propias para la narración con la finalidad de poder contarlo en
las clases prácticas que realizaríamos posteriormente con
una duración de tres meses aproximadamente en aulas de educación
infantil. Con todo esto, nos surgió la idea de investigar en las
aulas de infantil cómo se trabajaba el cuento. Si se trabajaba
la narración (tal y como se había recomendado en la Facultad)
o si por el contrario se leían los cuentos.
Así comenzó nuestro
trabajo. Queríamos saber:
Cómo se trabajaba el cuento en la educación
infantil.
Qué entendían las docentes por narración
de cuentos para ver si coincidían con el concepto que nosotras
teníamos.
Ver las preferencias de éstas y las de sus
discentes para acabar determinando la importancia de la narración
frente a la lectura de cuentos en educación infantil. Objetivo
clave de nuestra investigación.
Para nuestro trabajo nos apoyamos
en cuestionarios muy sencillos para las docentes y para los niños,
que sería realizado a un grupo de ocho docentes y a un total de
cuarenta y dos niños (cinco y seis por aula y todos ellos del segundo
ciclo de educación infantil). En dichos cuestionarios se preguntaban
a las docentes sobre cómo trabajaban los cuentos, sus preferencias
y qué es lo que creían que gustaba más a sus alumnos.
En cuanto a los alumnos, se preguntaba el tipo de cuentos que conocían
y cómo les gustaba más, que les contasen un cuento: con
o sin libro. (Con sería leyéndolo y sin sería narrándolo).
Al final, hacíamos que nos
contasen dos cuentos, uno que le hubiesen contado con libro y otro sin
él para ver cuál era el que recordaban mejor.
Así comenzó nuestra
experiencia. Personalmente la mía era atípica en Ceuta.
El aula donde realicé mis prácticas trabajaba con un método
relativamente nuevo basado en el constructivismo practicado ya en Cataluña.
A consecuencia de esto, y ser por
cierto un método innovador y con muy buenos resultados, en el aula
se trabajaba la lectura de cuentos (en el amplio sentido de la palabra)
pues la teoría de la que se partía era que "a leer se aprende
leyendo" entonces con pocas oportunidades de narrar cuentos me iba a encontrar;
y no es que nosotras no estemos de acuerdo con esa teoría, ¡no!,
sino que partíamos de que era necesario narrar para después
confrontarlo con la lectura del mismo, así se puede ver que la
narración oral de cuentos trae consigo la propaganda del libro
y su lectura.
Partiendo de estas afirmaciones
pude narrar oralmente varias versiones de La Ratita Presumida (pues
en clase se trabajaban varias versiones de un mismo cuento) y quedaba
sorprendida pues los niños además de estar atentos quedaban
entusiasmados y les gustaba la idea de posteriormente ver el libro del
mismo cuento con sus ilustraciones.
En cuanto a la realización
de cuestionarios comprobamos que las docentes entienden por narración
oral de cuentos el hecho de relatar un cuento utilizando algunas de las
técnicas básicas para narrar un cuento y siguiendo las ilustraciones
que vienen en libros, pues dicen que a los niños les gusta ver
las ilustraciones..
Por tanto, ya obtenemos de los
cuestionarios que el concepto de narración para las docentes y
para nosotras difiere.
Por consiguiente, los resultados
en los cuestionarios realizados a las docentes fueron estos:
Todas trabajan los cuentos sobre todo los tradicionales
aunque también otros que puedan ser de interés para los
niños.
En cuanto a la narración oral, cinco de
ocho docentes utilizan la narración oral pero entendiendo ésta
como hemos dicho anteriormente, con lo cual no es narración como
tal y las tres docentes restantes (que impartían clases a niños
de cuatro y cinco años) trabajaban la lectura de cuentos.
Todas menos dos, están de acuerdo en que
a los niños les gusta más que les narren oralmente cuentos.
Las docentes que no están de acuerdo avalan su desacuerdo con
estas posturas:
a los niños les gusta tanto la narración
como la lectura.
Depende de variables como el estado anímico
del niño y su edad.
No obstante, los cuestionarios
realizados a los niños muestran los siguientes resultados:
Todos coinciden en que les gustan los cuentos y
que éstos los cuentan en su mayoría: maestras, padres
(generalmente la madre) y algún que otro abuelo/a.
Los niños prefieren que les cuenten los
cuentos con el libro, es decir, lo que sería para nosotros la
lectura de cuentos. Lo que ocurre es que seguidamente le preguntábamos
el por qué y veinticinco de ellos (más de la mitad) coincidían
diciendo que porque veían los dibujos ya que así no se
aburrían, con lo cual no era lectura de cuentos como tal ya que
la mayoría de las profesoras dijeron que narraban los cuentos,
esto da pie a concluir que las docentes llaman narrar a lo que es verdaderamente
un relato apoyándose en el libro y utilizando algunas técnicas
de narración como son: gestos, mímica, adaptaciones del
vocabulario, onomatopeyas, etc.
Otra parte de los alumnos decían
gustar del cuento narrado; he aquí algunas de sus opiniones: "para
aprenderlo", "porque pienso y veo los dibujos con la cabeza", "pienso
cómo son los dibujos", "así pienso el cuento y me lo aprendo",
etc.
COMENTARIO DE LA EXPERIENCIA
Respecto a los objetivos planteados
al iniciar esta investigación y experiencia y después de
realizar varias lecturas con el fin de aclarar las ideas y dudas que teníamos
en principio, llegamos a las siguientes conclusiones:
En una reducida comunidad educativa de educación
infantil (reducida porque la investigación ha sido realizada
en ocho aulas con distintos niveles culturales y económicos)
en Ceuta se trabaja la narración de cuentos entendida ésta
no como la representación oral y corporal de la trama de una
historia fantástica de modo riguroso en la que se utilizan
técnicas y habilidades propias de buen narrador sino como el
relato de una historia fantástica de modo no riguroso y con
libro en mano para enseñar las ilustraciones a sus alumnos
por lo que no puede ser considerada narración oral como tal,
sino relato, muy diferente al concepto de narración oral.
Tampoco se puede considerar que trabajen la lectura
de cuentos pues esta no ha aportado una información diferente
a la narración oral ya que lo único que hacen es enseñar
a sus alumnos los dibujos con lo cual no estamos ayudando a los alumnos
a desarrollar el pensamiento divergente sino el convergente.
Las preferencias del alumnado en la educación
infantil en "la hora del cuento" no son claras pues en realidad a
la mayoría lo único que les gusta es ver las ilustraciones
del cuento, pero según mi experiencia decir que a todos les
gustan los cuentos narrados, los transportan a mundos diferentes y
en sus caras se reflejan las vivencias del cuento, posteriormente
si les enseñas que ese cuento está en un libro ellos
se interesan por éste y seguidamente por su lectura, por lo
que aquí comienza nuestra defensa por la narración oral
de cuentos, he aquí los beneficios que siempre nos han convencido:
Supone recreación del texto.
Enlaza con el libro directamente e interesa
al niño con una viveza que ningún otro medio de comunicación
ofrece.
La narración oral lleva a la propaganda
del libro y a su lectura.
Es un incentivo a la lectura, con ella se crea
afición por la misma.
Es un modo de socialización. Con la
narración de cuentos se promueven las primeras conversaciones
de grupo.
Provocan mayor capacidad de expresión
y comprensión que les permitirá ser progresivamente
más autónomos.
Con el cuento se estimula el lenguaje oral.
La narración de cuentos introduce al
niño en mundos diferentes al suyo lo que revierte en una
utilización más rica y ajustada del lenguaje oral.
Con el cuento narrado se está dando
paso a actividades relacionadas con la capacidad de comprender,
sintetizar y crear.
Fomenta su conocimiento de la realidad, su
utilización de la memoria y su actitud de escucha pues no
se limita a oír sino que escucha, pues todos los detalles
cuentan.
Fomenta el desarrollo del pensamiento divergente.
Fomenta la imaginación, la creatividad
y la fantasía.
Por último, el cuento leído no
tendrá la sugestión, el encanto original, el gesto,
la mirada y la vibrante emoción del pensamiento. La narración
de cuentos supone además un vínculo afectivo, pues
frente a las imágenes impuestas con las que nos bombardean
hoy día necesitamos más que nunca el ejercicio de
la palabra.
BIBLIOGRAFÍA
*ANDERSON, E. (1979): Teoría
y técnica del cuento. Buenos Aires, Miramar.
*BETTELHEIM, B. (1977): Psicoanálisis
de los cuentos de hadas. Barcelona. Crítica.
*BORTOLUSSI, M. (1985): Análisis
teórico del cuento infantil. Madrid, Alhambra.
*BRAVO - VILLASANTE, C. (1979): Historia
de la Literatura Infantil española. Madrid, Escuela Española.
*BRYANT, S. C. (1987): El arte
de contar cuentos. Barcelona, Istmo.
*CERVERA, J. (1986): La Literatura
Infantil en la Educación Básica. Madrid, Cincel-Kapelusz.
*CERVERA, J. (1991): Teoría
de la Literatura Infantil. Bilbao, Mensajero.
*JEAN, J. (1988): El poder de
los cuentos, Barcelona, Pirenne.
*PASTORIZA, D. (1962): El cuento
y la literatura infantil, Buenos Aires, Kapelusz.
*PASTORIZA, D. (1975): El arte
de narrar, un oficio olvidado. Buenos Aires, Guadalupe.
*RAMÓN, E. Y PEREDA, A. (1992):
"La enseñanza de la L1 y la L2: Una propuesta para el trabajo interdisciplinar".
En Actas del II Congreso Internacional de la SEDLL, Universidad
de las Palmas de Gran Canaria.
*RODRÍGUEZ ALMODÓVAR,
A. (1993): "Los arquetipos del cuento popular" en AA.VV., Literatura
infantil de tradición popular. Universidad Castilla - La
Mancha.
*RODRÍGUEZ ALMODÓVAR,
A. (1994): "Entrevista publicada en ABC de Sevilla, el día 18 de
octubre.
*SAMPEDRO, José Luis (1997):
Valor de la palabra. (Separata publicada con motivo del Día
del Libro)
*TRIGO CUTIÑO, J. M. (1992):
"La poesía y la recitación. Una propuesta didáctica",
en TRIGO, J. M.: Didáctica de la lengua. Propuestas metodológicas.
Cuadernos del Mediodía. Universidad de Sevilla.