No podemos negar que vivimos en una época
de cambios y que muchos de ellos rompen paradigmas ya establecidos durante
años, abriendo puertas a una nueva era.
Actualmente, padres, niños, niñas y educadores
tenemos el privilegio de presenciar una nueva era en el ámbito educativo,
una era donde las ciencias afines como la Pedagogía, Psicología, Neurología,
Sociología se dan las manos y forman una cadena muy segura que tiene por
finalidad proteger, estimular y potenciar el desarrollo infantil.
Como educadores, sabemos que el “proceso
educativo formal” es uno de los ingredientes que sazonan el “proceso
de desarrollo infantil”, cuidando, con mucho detalle, la calidad de
las bases para los diferentes aprendizajes y propiciando oportunidades
de experiencias significativas que estimulan a las diferentes inteligencias
de nuestros niños y niñas.
Para el educador, tener el conocimiento a
cerca del “desarrollo infantil” llega a ser indispensable si quiere, él,
ser un guía de calidad dentro del “proceso educativo formal”, puesto que
podrá entender el porqué y para qué de sus acciones, antes de llegar al
cómo.
Muchos se preguntarán por qué hablar de un
“proceso educativo formal” cuando hablamos de niños y niñas de 0 a 2 años.
La respuesta es que el niño, o la niña, desde que nace, o mejor, desde
que está en el vientre de la madre, está aprendiendo algo a cerca de
su entorno. En muchos casos los aprendizajes se dan de manera espontánea,
como que siguiendo un camino ya establecido por la naturaleza humana.
Sin embargo, hay factores ajenos a este curso natural que pueden favorecer
y potenciar estos aprendizajes, colaborando de manera significativa con
la organización neurológica del niño o niña. Al mismo tiempo, muchos
de estos factores llegan a establecer parámetros que controlan la normalidad
del desarrollo infantil y sirven de guardianes protegiendo y alertando
en el caso de una posible amenaza.
Cuando niños y niñas tan pequeños están expuestos
a un “programa educativo formal”, y de calidad, también están expuestos
a un universo de oportunidades de las cuales podemos mencionar algunas:
1. Oportunidad de enriquecer el potencial
que viene establecido genéticamente.
2. Oportunidad de despertar nuevos potenciales.
3. Oportunidad de desarrollar todas sus
inteligencias.
Vale la pena mencionar que también están
bajo los procesos de prevención, reeducación y terapias en el caso que
se detecte factores endógenos o exógenos que puedan estropear el “proceso
de desarrollo infantil”.
La esquematización de nuestra labor en los
programas de educación y estimulación para niños y niñas menores de 3
años aún no está terminada, por el contrario, estamos recién trazando
varias metas, estableciendo contenidos y procedimientos y colocando en
práctica los programa. Nadie puede negar que gracias a los grandes avances
científicos estamos logrando cortar malezas, afilar machetes y abrir caminos
complejos en un bosque lleno de plantas entrelazadas, pero para llegar
a la meta, necesitamos una brújula que nos indique el norte y fundamente
nuestras acciones, para que, basándonos en los avances científicos contribuyamos
sustancialmente al desarrollo de todos los niños y niñas del mundo.
La propuesta de este taller es dar una breve
mirada en algunos aspectos importantes del “desarrollo infantil”, para
conocer o recordar detalles que hacen con que nuestra actividad pedagógica
tenga fundamentos válidos.
Teniendo en manos, entonces, nuestra brújula,
nada mejor que entrenarnos para ver si realmente no hay ninguna ambigüedad
entre lo que sabemos, hablamos y practicamos, logrando así abrir caminos
en este bosque tan fascinante: los tres primeros años de vida.
II. CONSIDERACIONES PREVIAS:
Los estudios hechos sobre el desarrollo infantil,
o mejor, sobre el desarrollo humano, están basados en el por que y en
el cómo el organismo humano crece y se modifica a lo largo de toda una
vida.
Tantos cambios, que se dan de manera ordenada
y que son relativamente duraderos, afectan no solo a estructuras físicas
sino también afectan a estructuras neurológicas, a las emociones, a las
distintas formas de pensamiento, de comportamiento, de interacción social
y de percepción del entorno. Estos cambios están directamente relacionados
con la herencia y potencial genéticos de cada ser humano y con la influencia
que este sufre del medio socio-cultural en el que está inmerso.
Algunos de los aspectos, características
o hitos del desarrollo humano, dentro de un parámetro de normalidad, ocurren
en cualquier niño o niña, en cualquier entorno. Por ejemplo, el que sonrían
frente a una cara conocida a los pocos meses de nacido, que chupen los
dedos, que emitan balbuceos hasta llegar a la primera palabrita, o que
se sientan sin apoyo aproximadamente a los 6 meses y pueden dar sus primeros
pasitos a los 12 meses, ocurre en la gran población de niños y niñas por
todo el mundo.
Sin embargo, a pesar de que las características
propias y las diferencias individuales de cada ser humano marcan su ritmo
de desarrollo, no podemos negar la fuerza de las influencias ambientales,
las cuales afectan directamente las áreas sensorial, emocional, social,
intelectual y física del desarrollo. El contexto o entorno físico y social
es tan importante cuanto la herencia genética, y llegan a ser socios
en este proceso. Ambos interactúan desde la concepción.
Muchos científicos sugieren que más importante
que discutir cual de las dos influencias es la más determinante en el
desarrollo humano, está el hecho de concentrarnos en saber cómo estas
dos influencias, juntas, pueden llevar a un nivel de resultados óptimos.
Por lo tanto, teniendo esto en mente, podemos
proponer una nueva forma de mirar el desarrollo infantil, como resultado
de transacciones entre factores biológicos y ambientales, y cambiar algunos
patrones de nuestro quehacer educativo. Para esto necesitamos:
Repasar las características
fundamentales del desarrollo de nuestros niños y niñas.
Entender un poco más
a cerca de las áreas del desarrollo a ser estimuladas.
Conocer las nuevas filosofías
o metodologías que facilitan el proceso de desarrollo.
Establecer los principios
y fundamentos de nuestras acciones.
Elaborar programas para
la educación temprana según la realidad socio-cultural de los niños
y niñas que están bajo nuestra responsabilidad.
III. UNA BREVE MIRADA EN EL DESARROLLO INFANTIL
1. LA ETAPA PRENATAL
Todo empieza en el vientre materno.
El período entre la concepción y el nacimiento
está básicamente dividido en tres fases:
1ª fase- Fase Germinal
Abarca desde el período de la fertilización
hasta la implantación.
v El óvulo fertilizado se divide durante
su trayecto hasta el útero. Cuando llega al útero, tendrá el tamaño aproximado
de una cabecita de alfiler, y tendrá docenas de células.
v Es una etapa de rápido crecimiento celular
y gran aumento de la complejidad en su organismo.
v La división celular que empieza en esta
fase, continuará hasta alcanzar los ochocientos millones de células especializadas
en el cuerpo del ser humano adulto.
2ª fase- Fase Embrionaria:
Comienza con la implantación en la mucosa
uterina. Una vez instalado en su nueva casa, nuestro futuro bebé establece
una relación de total dependencia con su madre y su desarrollo empieza
a ser muy rápido.
v Se produce rápido crecimiento
v Se diferencian los principales sistemas
u organismos del cuerpo.
v Un corazón primitivo empieza a latir,
tiene indicios de cerebro, riñones, hígado y aparato digestivo.
v Al terminar esta fase, el embrión ya se
asemeja a un bebé: ya se distingue la cabeza del resto del cuerpo y se
desarrollan casi todos los sistemas y estructuras presentes en un recién
nacido.
v El embrión depende de la madre para recibir
sus alimentos y eliminar los materiales de excreción. Estas funciones
son realizadas a través de la placenta, sendo el cordón umbilical el nexo
entre la madre y el embrión.
3ª fase- Fase Fetal:
Es una fase que se extiende desde le segundo
mes hasta el nacimiento.
v Todos los sistemas del cuerpo, anteriormente
esbozados de manera primitiva y rudimental, se vuelven más desarrollados
y empiezan a funcionar.
v Hasta la octava semana de vida, el feto
llevaba una vida relativamente pasiva, flotando en esta piscina amniótica,
sin protestar. A partir de ahora, empezará a responder a estímulos táctiles
y sus funciones motoras serán cada vez más diferenciadas y complejas.
v Para el cuarto mes, el fenómeno más significativo
es el rápido crecimiento en términos de proporción orgánica, el mayor
de todo el período prenatal.
v A partir del quinto mes da muestras de
su individualidad: tiene patrones definidos de sueño y vigilia, adopta
una posición favorita, es más activo, puede respirar en forma regular,
llora, tiene hipo, chupa su dedo, etc.
v El período fetal se caracteriza principalmente
por el crecimiento orgánico.
¿Por qué tenemos que considerar esta etapa
prenatal para entender un poco más sobre el desarrollo infantil?
A través del desarrollo prenatal, las corrientes
sanguíneas de la madre y su hijo están separadas por la barrera placentaria,
sin embargo, hay varias sustancias que pueden pasar por esta barrera,
influenciando en el desarrollo del feto, ya en tan poco tiempo de existencia.
Veamos algunas de ellas:
v Nutrientes de la madre
v Vacunas
v Drogas
v Vitaminas
v Alcohol
v Etc.
También, desde esta etapa, la influencia
del entorno pueden influenciar o afectar significativamente el desarrollo
infantil. ¿Cuales son?
v Edad de la madre
v Estado nutricional de la madre
v Raios-X
v Enfermedades y desórdenes maternos
v Herpes genital
v Enfermedades virales
v Toxemia del embarazo
v Factor RH negativo en la sangre
v Estado emocional de la madre
v Edad y desórdenes del tipo genética del
padre
v Transmisión de virus del padre a la madre
v Salud paterna
2. LA ETAPA PERINATAL:
Una vez terminado su desarrollo en el útero
materno, ¡ el feto necesita nacer!
Es un proceso más complejo y difícil para
los seres humanos que para cualquier otra especie.
El proceso normal de nacimiento involucra
tres estadios:
El trabajo de parto en
el cual las contracciones uterinas llevan a una dilatación del cerviz.
Puede durar entre 8 y 14 horas. Una vez dilatado unos diez centímetros
empieza el segundo estadio del parto.
La madre empuja, tratando
de impulsarlo la salida del bebé. Las membranas se rompen y el perineo
empieza a combarse. Puede durar entre 5 minutos y una hora.
Se expulsa la placenta,
un proceso que puede durar entre 10 a 15 minutos.
(OBS.: Algunas veces se hace necesario una
Cesárea)
¿ Por qué este momento también es crucial
para el desarrollo infantil?
La facilidad o dificultad con la cual nace
un bebé, la rapidez con la que empieza a respirar, la efectividad del
médico obstetra, pueden afectar significativamente el proceso de desarrollo.
Interrupciones en el proceso de oxigenación
del cerebro pueden ser cruciales y causar daños cerebrales en diferentes
grados. Estimase que un 30% de los casos de paralices cerebral son resultado
de la falta de oxigenación durante este período perinatal.
Los bebitos nacidos antes de las 38 semanas
de gestación y pesando menos de 2, 26 kg, son llamados prematuros. Actualmente
algunos especialistas consideran el factor peso (inferior a los 2.5 Kg.)
como determinante para afirmar que el niño o niña es prematuro/a.
Sin embargo, factores negativos que influenciaron
en la etapa prenatal, como drogas, enfermedades de la madre, ambientes
de alto riesgo, pueden desencadenar un aumento de probabilidad de un nacimiento
prematuro.
3. LA ETAPA POSNATAL
Al nacer un bebé, miramos con ternura la
fragilidad de este pequeño ser que tenemos en las manos. Sin embargo,
este ser con apariencia frágil es todo un campeón.
Nuestro bebé, acaba de pasar por una de las
experiencias más duras e impares de toda su vida: el nacimiento. Solo
por mencionar algunas, está la salida de la cabeza por un canal muy estrecho,
el brillo intenso de la luz que hacen doler sus ojos, los aires entrando
a sus pulmones, los ruidos molestos, olores nauseabundos, entre tantas
otras sensaciones que tuvo, sin contar que algunos de ellos sufren deformaciones
en sus cabezas o excoriaciones en sus cuerpitos.
Pero, allí lo tenemos, hecho un campeón,
listo para empezar un largo camino.
Para esta etapa, ya podemos observar aspectos
importantes que van perfilando el desarrollo infantil, como por ejemplo,
algunas características anatómicas, funcionales y sensoriales.
ANATÓMICAS:
El bebé presenta rasgos comunes a todos los
demás recién nacidos: cabeza un poco grande, a veces algo deformada, piel
rosada y un poco arrugada, abdomen un tanto pronunciado, extremidades
pequeñas, boca grande, el tronco más largo que las piernas, palmas de
las manos y plantas de los pies un poco azulados, etc.
FUNCIONALES:
Al nacer un bebé, su organismo experimenta
transformaciones impresionantes: la mayoría de sus funciones se adaptan
de manera brusca, como el sistema respiratorio y circulatorio, mientras
que otras funciones se adaptan de manera progresiva, como el sistema digestivo
y nervioso.
El cambio de las condiciones de vida, del
ambiente intrauterino al ambiente extrauterino, supone exigencias funcionales
más complejas. Observemos el siguiente cuadro:
Vida Intrauterina
v
Ambiente: acuoso
v
Temperatura: constante (37º)
v
Medio: aséptico
v
Estímulos sensoriales: matizados
v
Funciones: dependientes de la
madre
Vida Extrauterina
v
Ambiente: aéreo
v
Temperatura: variable
v
Medio: séptico
v
Estímulos sensoriales: directos
v
Funciones: independientes de la
madre
El hecho que la funcionalidad de todos los
sistemas del organismo de la gran mayoría de los bebés se logra de una
manera u otra, no quita la responsabilidad del adulto de intervenir en
el proceso de desarrollo para enriquecer y proteger todas estas funciones,
principalmente la del sistema nervioso, puesto que este aun es inmaduro
en un recién nacido.
También podemos mencionar la importancia
de la madurez neurológica para el desarrollo motor. Muchos reflejos son
definitivamente básicos para el período de adaptación y ajuste del bebé
a un nuevo medio, pero, a medida que el sistema nervioso va madurándose,
estos reflejos son reemplazados por movimientos voluntarios. ¡Es un proceso
increíble y apasionante!
SENSORIALES:
El recién nacido cuenta con un sistema sensorial
aun inmaduro, pero en completa disponibilidad para construir su madurez
por medio de las informaciones que capta o recibe.
Mas adelante hablaremos un poco más a cerca
de la intervención del adulto en el desarrollo sensorial del niño o niña.
Sin embargo, veamos algunas características sensoriales en esta etapa
neonatal:
Vista
v Visión borrosa
v No presenta fijación en la mirada: “ojos de muñeca”
v Mirada poco expresiva
v No diferencia figuras u objetos
v Preferencia por contrastes
v Reacciona ante luz intensa, o ruido fuerte, cerrando
los ojos
Audición
v Sentido apto
v Reacciona más ante sonidos graves que a sonidos
agudos
v Reacciona a sonidos más variados y complejos que
a los más simples
v Puede reaccionar ante la voz de mamá o papá
Tacto
v Alta sensibilidad al toque
v Sensibilidad a las temperaturas
v Sensibilidad y respuestas faciales a caricias
y masajes
Olfato
v Reconoce el olor de su
madre
v Diferencia el olor de la leche materna entre otros
olores.
v Demuestra preferencia por olores asociados a circunstancias
agradables
Gusto
v Aunque inmaduro, más desarrollado
que otros.
v Percibe sabores y lo demuestra con expresiones
faciales.
v Demuestra más agrado con sabores dulces que con
los demás.
v Reacciona ante sabores fuertes
LA PREVENCIÓN Y EL
CONTROL DE LA SALUD
La prevención es una de las maneras más efectivas
para verificar si el proceso de desarrollo infantil sigue su curso normal.
Son muchos factores, internos y externos,
que inciden el en desarrollo integral del niño y niña, y todo padre, madre
o educador tiene la responsabilidad de controlar a estos factores que,
de algún modo, están directamente relacionados con la salud del infante.
Por medio de algunas técnicas realizadas,
por especialistas o por las personas del entorno del niño/a, podremos
sacar algunas conclusiones e indicar la normalidad o anormalidad de dicho
desarrollo.
Una transformación extraordinaria ocurre
en los primeros años de vida: multiplicación celular, maduración de todos
los sistemas del organismo, aumento de peso, de talla, del perímetro craneal
y toráxico, maduración ósea, etc, etc. Esta transformación es única, nunca
más habrá cosa igual en el cuerpo de nuestros niños. Esta multiplicación
celular es la responsable del crecimiento y desarrollo.
El desarrollo está determinado por factores
genéticos (estatura, por ejemplo) como herencia de los progenitores, sin
embargo, factores externos también ejercen influencia sobre el mismo,
desde los primeros meses de vida (oxígeno, agua, nutrientes, etc)
El curso normal del desarrollo se verá afectado
en caso estos factores, genéticos o externos, dificulten o perjudiquen
en algo una o más función del organismo. Observemos algunas de las influencias
perjudiciales al desarrollo:
· Mala nutrición
· Ambiente de alto riesgo (socio-económico-cultural)
· Falta de higiene
· Contaminación ambiental
· Contaminación bacteriana
· Enfermedades
· Maltrato (físico-verbal-emocional)
La prevención y el control constante de la
salud de nuestros niños, es excelente aliado en el proceso de desarrollo
infantil.
J. Garcia Sicilia ( 1989) hace una excelente
resumen de los cuatro parámetros básicos que permiten evaluar y comparar
la evolución somática de cada niño y niña:
v PARÁMETRO 1: TALLA
La talla normal en el momento del nacimiento,
es aproximadamente 50 cm.
Primer año de vida: Aumenta progresivamente
en 10 cm a los 3 meses, 6 cm hasta los 9 meses, y 1 cm para cada que falta,
hasta los 12 meses.
Al año, el bebé deberá medir más o menos
75 cm, respetando algunas variaciones por la determinación genética de
los progenitores.
Segundo año de vida: Crecimiento mensual
entre 0.5 y 1 cm.
Tercer año: Crecimiento total de 9
cm.
Cuarto año: Crecimiento total de 7
cm (el doblo de la talla del nacimiento)
A partir del quinto año, se estabiliza
un crecimiento regular de 5 o 6 cm anuales, hasta la pubertad.
Estar atentos al crecimiento de nuestros
niños y niñas, nos ayudará a certificarnos del normal proceso de desarrollo.
v PARÁMETRO 2: PESO
Después del nacimiento, nuestro bebé pierde
algunos gramos, debido al proceso de readaptación hidroelectrolítica,.
Esto ocurre del cuarto al séptimo día de nacido. Esta pérdida es normal
hasta el 10% de su peso inicial. Para el décimo día, la recuperación del
peso es efectiva.
Primer año de vida: se triplica al
peso inicial.
A partir del segundo año de vida: se
puede observar una estabilidad de 2000 a 2500 g para cada año.
Observar el proceso de aumento de peso es
el segundo parámetro para comparar la evolución.
v PARÁMETRO 3: PERÍMETRO CRANEAL
Con el rápido crecimiento del encéfalo y
con la maduración del SNC (Sistema Nervioso Central), se puede observar
el aumento del perímetro craneal durante los primeros años de vida.
Generalmente, este crecimiento es proporcional
a la talla de nuestro bebé.
En mi opinión, este parámetro llega a ser
uno de los más importantes, pues a través de su control podremos identificar:
normal crecimiento y osificación
del cráneo: normal desarrollo cerebral.
falta de crecimiento del encéfalo
y cráneo: indicios de problemas o enfermedades del encéfalo, con atrofia
de la masa celular.
aumento desproporcionado del perímetro
craneal o masa celular: posibles anomalías como hidrocefalia, que al
aumentar la separación entre los huesos, impedirá la soldadura de las
suturas y fontanelas.
cierre precoz de las suturas y
fontanelas: impedirá normal crecimiento y desarrollo de las estructuras
encefálicas, pudiendo traer consecuencias muy graves al desarrollo.
Primer año de vida: Perímetro craneal
oscilante entre los 43 cm a los seis meses, y 46 cm al año.
Para el tercer año de vida: se alcanza
un P.C. de 49 cm.
Si el crecimiento y maduración neurológica
se dieron de manera normal, el control de este parámetro puede obviarse
a partir de los 3 años, pero deberá SER ESTRICTO Y CONSTANTE los dos primeros
años de vida.
v PARÁMETRO 4: MADURACIÓN ÓSEA
El proceso de maduración ósea empieza en
el vientre materno y sigue su curso hasta la calcificación de aquellos
tejidos óseos y partes fibrocartilaginosas determinados antes del nacimiento.
Este es uno de los parámetros más complejos
para comparar, con exámenes más sofisticados. Sin embargo, nosotros tenemos
a la dentición como prueba externa de este proceso. Hacia el sexto mes
podemos observar la aparición de los primeros dientes. Con una tabla muy
sencilla, podemos las modificaciones que se dan a lo largo de aproximadamente
30 meses.
Es importante tener en cuenta que, las modificaciones
en la dentición de nuestros niños no es estricta, estando sujetas a factores
genéticos, a la precocidad o al retraso dentro de un margen aceptable
en el desarrollo.
EDAD
PIEZAS DENTALES
6 a 9 meses
Incisivos centrales inferiores
8 a 11 meses
Incisivos centrales superiores
9 a 12 meses
Incisivos laterales inferiores y superiores
11 a 24 meses
Premolares inferiores y superiores
17 a 22 meses
Caninos inferiores y superiores
24 a 30 meses
Molares inferiores y superiores
OTROS
FACTORES QUE PUEDEN INFLUENCIAR EN EL PROCESO DE DESARROLLO INFANTIL:
v FACTORES NEUROLÓGICOS QUE INCIDEN EN EL
DESARROLLO PSICOMOTOR:
Los bebés nacen con la capacidad motora aun
limitada. Sus respuestas motoras van aumentando a medida en que su Sistema
Nervioso va madurando.
Según G. Doman (1988), la evolución de las
habilidades motoras está relacionada con la maduración del cerebro y con
las conexiones de los circuitos motores, desde la medula espinal, bulbo
raquídeo, protuberancia anular hasta la corteza cerebral.
Toda esta evolución motora, es resultado
de la información sensorial enviada al sistema nervioso. Por lo tanto,
la armonía entre las vías sensoriales y motoras, inciden en el normal
desarrollo psicomotor.
La evolución motriz depende fundamentalmente
de la maduración neurológica, pasando por diferentes fases:
Fase de Automatismo: primeres meses
de vida
Fase Receptiva: en el segundo trimestre
de vida
Fase de Experimentación: a lo largo
de toda la vida
A partir de la “Fase Receptiva”, la discriminación
sensorial es más rica y sofisticada, lo que facilita la adquisición de
habilidades. También sería recomendable acompañar la valoración de la
evolución del desarrollo motor con observaciones específicas del desarrollo
socio-emocional y lingüístico.
Cualquier amenaza al desarrollo neurológico
del niño o niña, podrá afectar directamente el proceso de desarrollo psicomotor.
Abajo, alistamos algunas de estas amenazas:
· Falta de estimulación
· Exceso de estimulación
· Enfermedades crónicas
· Enfermedades virales
· Desnutrición
· Deprivación sensorial
· Deprivación emocional
Entre otras.
Como parte del programa de prevención, se
puede acompañar de cerca el desarrollo motor, observando las tablas con
los hitos característicos de cada etapa de la evolución de las habilidades
y conductas motoras.
Veamos una tabla con los hitos del primer
año de vida:
EDAD
HABILIDADES
Al nacer
Reflejos primarios. Postura
fetal. No sostiene la cabeza.
1 mes
Boca abajo, levanta el
mentón. Presenta reflejo prensil.
2 meses
Boca abajo, levanta y
endereza la cabeza de vez en cuando.
3 meses
Boca abajo, se apoya
con codos y antebrazos, sostiene la cabeza. Boca arriba, levanta
los pies. Abre totalmente las monos y puede coger objetos frente
a él.
4 meses
Se sienta con apoyo (posterior
y lateral). Sostiene la cabeza. Extiende totalmente los miembros
superiores. Puede soltar los objetos.
5 meses
Se sienta con menos apoyo.
Presenta agarre prensil: sostiene objetos con las manos y juega
con ellos. Cabeza erguida. Puede girar su cuerpo.
6 meses
Permanece sentado en
silla, se voltea hacia arriba, hacia abajo. Sostiene el peso de
su cuerpo en cuatro puntos de apoyo.
7 meses
Se sienta sin apoyo.
Agarra los objetos con toda la mano, pero aun no logra oposición
del pulgar e índice.
Se arrastra.
8 meses
Se pone de pie con apoyo.
Se arrastra. Presenta oposición cortical en una de las manos (
pulgar/ índice) cogiendo los objetos con mayor destreza, oponiendo
el pulgar.
9 meses
Permanece de pie por
más tiempo, sujetándose a un mueble. Empieza a realizar movimientos
de marcha cuando agarrado por debajo de los brazos. empieza a
gatear.
10 meses
Gatea en manos y rodillas.
Da paso laterales, con apoyo.
11 meses
Camina con ayuda, sustentado
de una o dos manos. Puede sentarse solo, estando de pie. Demuestra
mayor destreza de las posturas intermedias.
12 meses
Comienza a caminar. Coge
objetos utilizando pinza digital. Se agacha y se para sin caerse.
v ALIMENTACIÓN
Para un saludable crecimiento y desarrollo,
tanto físico como cerebral, los niños necesitan los nutrientes que corroboren
con este proceso.
El niño o niña bien nutrido, presenta condiciones
favorables para el aprendizaje y facilita la maduración neurológica.
En los primeros años de vida, la alimentación
debe ser básicamente nutritiva, natural, libre de colorantes y preservantes.
Empezando por la leche materna, alimentación
indicada para los primeros meses de vida, pasando por la alimentación
complementaria hasta llegar a la educación alimentaria, nuestros niños
y niñas recibirán de nosotros, adultos, las pautas para una alimentación
sana y nutritiva (o por el contrario). Los hábitos alimenticios se forman
desde muy pequeños.
Cuidar la alimentación de los más pequeños,
garantizará su salud mental y física.
v SUEÑO Y VIGILIA
Según el Dr. Franklin Martínez (1999), el
momento del sueño es tan importante como el de vigilia.
El sueño permite el descanso al minimizar
las funciones que exigen energía, permitiendo la recuperación del Sistema
Nervioso y el equilibrio fisiológico.
En los momentos de vigila, los adultos
deben reconocer la importancia de dosificar el nivel de estimulación que
reciben nuestros niños, ya que, a pesar del progresivo aumento de las
habilidades del Sistema Nervioso, hay aun, en los primeros años de vida,
limitada capacidad de resistencia de las células nerviosas.
El papel del adulto en este aspecto es fundamental,
al cerciorarse de que:
Se respete las horas de sueño
Se dosifique el tiempo de exposición
a un determinado estímulo
Se ofrezca minutos de relajación
entre una actividad y otra
Se establezcan hábitos y horarios
Se respete una rutina preestablecida
v EL MEDIO DONDE SE DESARROLLA
Otro factor básico a ser controlado es la
influencia del medio donde viven y crecen nuestros pequeños.
Como hemos comentado anteriormente, determinados
factores externos pueden perfilar el desarrollo infantil, tanto positiva
cuanto negativamente.
Del medio deben venir estímulos que proporcionen
no solamente las condiciones para el desarrollo físico, sino para el desarrollo
emocional, social, sensorial e intelectual.
Niños y niñas ambientalmente deprimidos,
resultado de un entorno socio-económico y cultural de riesgo, tienen su
desarrollo amenazado.
El papel del adulto es velar para que las
condiciones ambientales sean las mejores posibles, dentro de las posibilidades
de cada familia, puesto que esta influencia ambiental es crítica para
el desarrollo motor, cognitivo y afectivo (Rosalía Aranda, 1996).
IV. FACTORES QUE RESPALDAN LOS PROGRAMAS
DE EDUCACIÓN NEONATAL:
Corrientes y contracorrientes discuten, año
tras año, la importancia del “proceso educativo formal” en las vidas de
los niños y niñas menores de tres años.
Por una cuestión científica, todas estas
corrientes, no pudieron negar la evidencia que nos dejaron los científicos,
después de años de estudios, de que los primeros años de vida son
cruciales en el proceso de desarrollo cerebral y por ende, en el desarrollo
infantil.
Como manera de repaso, consideremos algunos
de estos fantásticos aportes y conocimientos que estamos recibiendo en
estas últimas décadas:
Hoy en día ya sabemos que tres semanas
después de la concepción las células cerebrales comienzan a formarse y
crecen de manera extraordinaria, a veces hasta 250.000 células por minuto.
Ya se sabe también que después del nacimiento el cerebro sigue creciendo
y formando su red de conexiones.
Los 400 gramos de masa encefálica de
un recién nacido guardan las neuronas de toda una vida. Las conexiones
entre ellas, entretanto, no están totalmente desarrolladas; y lo interesante
es que ellas no son impalpables, son materia. Allí está la explicación
para la diferencia de peso entre el cerebro de un bebé y el cerebro de
un adulto.
Cuantas más experiencias tiene un bebé,
más conexiones son hechas. Cuantas más conexiones, más posibilidades tendrá
el cerebro de aprender cosas nuevas. Las experiencias crean conexiones
nuevas o refuerzan las existentes.
Las fibras nerviosas capaces de activar
el cerebro tienen que ser construidas y eso ocurre mediante los
estímulos, exigencias y desafíos a los cuales el niño es sometido mayormente
entre cero y cuatro años.
No se sabe aún con precisión, qué tipo
de cambio fisiológico ocurre en el cerebro durante el aprendizaje, pero
todas las experiencias demuestran que mientras más se aprenda en la temprana
edad, mayor es la cantidad de conexiones neuronales; y por su parte,
el uso continuo de esas conexiones las fortalece y así se refuerza el
aprendizaje.
Todos los caminos que son activados
son fortalecidos y las facultades mentales no utilizadas se atrofian.
Por lo tanto el cerebro, así como un músculo es fortalecido a través del
uso y debilitado por la falta de uso. De ahí viene la famosa frase de
Doman que dice que “el cerebro, así como un músculo, necesita gimnasia”.
Afirma que el cerebro crece y se desarrolla con el uso.
Glenn Doman, quien por más de 40 décadas
tiene una relación muy cercana a este maravilloso órgano, el cerebro,
nos enseña que todo niño ha nacido con un potencial genético individual,
como el de Leonardo DaVinci, Shakespeare, Mozart o Eisten, puesto que
nuestro potencial genético individual es el de la raza humana. Y esta
herencia genética (que empieza por dotarnos de la capacidad de mantener
la propia vida) sumada a los factores exógenos, determinarán el potencial
de un individuo.
La Enciclopedia Británica declara que
“…el cerebro del hombre es dotado de un potencial considerablemente mayor
de lo que él pueda lograr durante el curso de su vida, además declara
que el cerebro humano “podría asumir cualquier carga de aprendizaje y
memorización que se pueda poner en él y muchísimo más.”
En los bebés el cerebro es un órgano
de gran plasticidad. Sus dos hemisferios todavía no se especializaron.
Eso pasará entre los 5 y 10 años. Más aún, dentro de cada hemisferio las
terminaciones nerviosas, a nivel de la corteza, responsables por dones
elementales como visión, habla, tacto o dones más refinados como razonamiento
matemático, pensamiento lógico o musical todavía no están plenamente conectadas.
Los circuitos cerebrales responsables
por diferentes funciones maduran en períodos diferentes de la vida. Por
eso, hay que aprovechar las épocas más propicias para estimular el desarrollo
de estos circuitos.
El estudio científico de la dimensión
afectiva o las últimas informaciones en el campo de la inteligencia emocional
han contribuido de manera extraordinaria aumentando el conocimiento que
tenemos sobre desarrollo cerebral. El niño estará más abierto y disponible
a la actividad intelectual en la medida que se encuentra emocionalmente
estable. El ambiente emocional favorable es el secreto para el buen aprendizaje
motor, cognitivo, social y sensorial.
El cerebro del bebé está trabajando
siempre y capta, desde que nace, muchas informaciones de su entorno,
por eso hay que sumar a todos los estímulos y sensaciones que reciba,
estados anímicos positivos, cálidos, alegres y demostrarle mucho afecto
para que pueda ocurrir, entonces, su desarrollo integral como individuo.
Para nosotros, educadores, es de fundamental
importancia tener un mínimo de conocimiento sobre el Sistema Nervioso
y el desarrollo cerebral. Solo así, nuestros programas de educación
neonatal tendrán verdadero sustento científico.
Consideremos algunas informaciones básicas:
Si miramos microscópicamente el sistema
nervioso, podemos encontrar tres elementos básicos: las neuronas, la neuroglia
y el tejido vascular.
La neurona es una célula nerviosa, la
unidad anatómica y funcional del sistema nervioso. Presenta mucho más
variedad que cualquier otro tipo de célula del cuerpo. Cada una inicia
su existencia más o menos parecida a una esfera y hasta terminar su migración,
va alterando su forma con ramificaciones llamadas dendritas y axones.
Las dendritas recogen información y los axones conducen y trasmiten las
órdenes del cerebro.
Las células nerviosas se comunican por
medios de neurotransmisores que trasmiten la información entre los axones
de una neurona y la dendrita de la otra.
El impulso nervioso viaja en fracción
de segundo.
Las conjunciones que vinculan una neurona
con otra se llaman sinapsis.
Las conexiones neuronales se efectúan,
se refinan y se reorganizan constantemente, a lo largo de toda la vida,
bajo influencias ambientales o genéticas.
Las experiencias de aprendizaje provocan
cambios en las conexiones sinápticas.
El cerebro de un recién nacido tiene
muchas más neuronas que el de un adulto, pero las conexiones sinápticas
son relativamente pocas. Sin embargo, el estímulo que recibe tan solamente
en dos años de vida resulta en el doble de sinapsis que tiene su madre.
La estimulación y educación temprana
desempeñan un papel importantísimo en la creación y en la supervivencia
de las sinapsis.
La maduración del Sistema Nervioso está
sometida a la programación genética y al índice y calidad de experiencias
provenidas del entorno.
Entre los 0 y 6 años, la posibilidad
de modificar estructuralmente y funcionalmente las neuronas, por su uso
o desuso, es lo que se puede entender por plasticidad cerebral.
El tejido cerebral madura en forma escalonada.
Cuanto mejor y más adecuada sea la estimulación
que reciba el cerebro de un niño en su período de formación, más rápida
será su organización neurológica y más alto será el nivel de su aprendizaje
y la potenciación de sus habilidades.
Todos los estímulos e información que
recibe un niño, entran por las vías sensoriales pero es el cerebro quien
reúne e interpreta la información.
Cuanto más información reciba el cerebro,
mayor será su capacidad de aprendizaje.
El desarrollo cerebral está directamente
relacionado con la influencia de los agentes del entorno, y los más críticos
son los elementos tóxicos en el útero, la desnutrición, las enfermedades
infecciosas, el aislamiento sensorial y las relaciones interpersonales.
Las inteligencias son producto del cerebro
humano, pero para desarrollarlas necesitamos hechos o bits de información
que las construyan.
Somos inteligentes porque utilizamos
nuestro cerebro.
Con un poco de conocimiento, educadores,
psicólogos y padres tendremos bases más sólidas para estructurar los
programas de educación temprana, sin olvidar, por supuesto del afecto
como ingrediente básico en nuestras acciones.
Veamos los datos que nos respaldan y a
la vez nos impulsan a promover la necesidad de formalizar la educación
desde los primeros años de vida.
Delacato, Doman, Raimundo Veras, Temple Fae,
y un enorme equipo de profesionales, han comprobado que en los primeros
años de vida se establecen las habilidades físicas, emocionales, sociales,
perceptivas e intelectuales, puesto que es la etapa de mayor organización
neurológica y nos dejan muchas pruebas científicas a cerca de la función
y fisiología del cerebro y su enorme potencial para el aprendizaje.
Para Wallon, el desarrollo del psiquismo
era el resultado del proceso de interacción constante del medio y del
organismo.
Las bases orgánicas y la interacción con
el medio físico y social, posibilitan el proceso de aprendizaje que se
formaliza en las intervenciones educativas de los programas para la primera
infancia.
Para Vygotsky, la Zona de Desarrollo Próximo,
como la distancia entre lo que el niño puede hacer y lo que podrá hacer,
si el medio le ofrece los recursos necesarios y estímulos adecuados, demuestra
que la interacción del niño(a) con el medio es de vital importancia y
esencial para el aprendizaje.
Según la ONU (Organismo de las Naciones Unidas),
el Índice de Desarrollo Humano, se da en base a tres variables ponderadas
en forma equitativa: la educación, el nivel de vida y la longevidad.
La OEA (Organización de los Estados Unidos)
publica año tras año los resultados en diferentes países de las evaluaciones
de inversión en la educación temprana, algo sorprendente, corroborando
con las variables mencionadas anteriormente.
También, podríamos mencionar de manera general,
el sorprendente impacto que se observa en las sociedades que invierten
en los Programas de Desarrollo de la Infancia Temprana. El hecho que los
niños y niñas empiecen a recibir un tipo de educación formal desde recién
nacidos (pudiendo ser impartido por los padres capacitados y educadores)
trae resultados positivos a largo plazo, como los que alistamos abajo:
En la calidad de individuo:
Las pruebas científicas demuestran que los
niños y niñas que asistieron a los Programas de Educación Temprana tienen
mayores logros a nivel intelectual, físico y socio-emocional. Por haber
estado expuestos a estos programas, en los 3 primeros años de vida, el
proceso de desarrollo cerebral definitivamente se vio afectado positivamente,
abriéndoles las puertas para los aprendizajes posteriores: aprenden a
aprender, a comprender y a emprender. Los programas no funcionan como
una vacuna, mas sí como base sólida para la construcción de un óptimo
desarrollo.
Nosotros, quienes estamos día a día conviviendo
con estos niños y niñas, tenemos la suerte y la oportunidad de ver efectiva
esta afirmación, al verlos más ávidos de aprender, descubrir, explorar,
experimentar y resolver problemas por cuenta propia. Los vemos más sociables,
más seguros, con hábitos marcados, demostrando un buen desarrollo del
lenguaje comprensivo y expresivo y utilizando sus potenciales y sus inteligencias
para relacionarse con los demás, con los objetos, con ellos mismos y
con el mundo que los rodea.
En la Sociedad:
Invertir en los Programas de Educación Temprana
trae repercusiones positivas a nivel social pues ataca algunas problemáticas
muy serias de la sociedad: la pobreza, el analfabetismo, la salud, la
deserción escolar, la repetición de cursos escolares, la desigualdad social
entre ambos sexos, el nivel económico de las familias, entre otras.
En el Presupuesto Gubernamental:
Apostar en los Programas, demuestra, según
estudios longitudinales, que el impacto a largo plazo resulta en ahorro
en el presupuesto para la educación. Es como si formara una cadena, donde
el resultado final influencia directamente en la economía del país: niños
y niñas que asisten a los programas para el desarrollo en los primeros
años de vida, tendrán mayores facilidades para ingresar a los grados que
siguen, como la primaria y secundaria, siguiendo hasta su graduación como
profesional, con mayores oportunidades en el mercado de trabajo. Veamos
los ejemplos de esta afirmación en los siguientes países donde fueron
realizados estos estudios:
- Brasil: un niño que asistió a un programa
en los primeros años de vida (PROEPE) significó para su gobierno, un ahorro
de US$ 41.00 en la etapa de educación primaria.
- Estados Unidos: el Proyecto Perry estima
haber ahorrado aproximadamente US$ 7.16 por cada dólar invertido, debido
al ahorro en la cantidad destinada a la educación primaria y al bienestar
social.
También, es interesante considerar que el
impacto de estos programas en la salud de la población es notorio, ya
que desde muy pequeños los niños y niñas participan de un programa de
educación alimentaria, del control de su desarrollo físico y mental, están
más bien nutridos, lo que funciona, a largo plazo, como prevención y cuidado
de la salud, lo que reduce los gastos en el presupuesto gubernamental
para este ámbito.
Con todo esto en mente, para que los Programas
de Educación Neonatal puedan ser realmente estimulantes, serios, y organizados,
el educador debe conocer características básicas de cada etapa del desarrollo
para que a partir de allí pueda programar su acción pedagógica.
Por tal motivo, he pensado que la mejor
manera de compartir mis ideas y mi quehacer educativo en un Centro para
niños y niñas de 0 a 3 años, en este taller sería haciendo un breve relato
sobre los dos primeros años de vida, definiendo características importantes
de cada Área del Desarrollo a ser estimulada y en seguida llevar la teoría
a la práctica.
V. ÁREAS BÁSICAS DEL DESARROLLO HUMANO:
Durante los primeros años de vida, construimos
una base sólida para el desarrollo y aprendizaje de nuestros niños y niñas.
Para que nuestra acción sea organizada, que
aproveche este enorme potencial cerebral que ya conocemos, pero a la vez
no provoque la fatiga o sobre estimulación de las células nerviosas, tenemos
que saber dirigir nuestro quehacer pedagógico. La mejor manera de hacerlo
es mirar a nuestros niños y niñas con una lupa para cada una de las cinco
áreas básicas del desarrollo humano:
Emocional
Sensorial
Social
Intelectual
Física
Todas nuestras actividades deben estar organizadas
de tal manera que proporcione la armonía y el desarrollo en estas cinco
áreas.
Los estímulos que emanen de nuestras acciones
tienen que ser estímulos sensoriales, físicos, emocionales, intelectuales
y sociales. Con estos estímulos vamos construyendo el desarrollo infantil.
Me gusta mucho comparar la construcción del
desarrollo infantil con la construcción de un edificio de muchos pisos.
Ambos necesitan una base sólida para soportar todas las cosas que están
por venir en el futuro. Para ambos, los materiales deben tener excelente
calidad. Estos materiales garantizarán una base apropiada asegurando la
maravillosa primera etapa de la construcción.
Comparemos ahora, estos materiales entre
sí. Sabemos que nuestros niñas y niños necesitan recibir estímulos para
todas las cinco áreas básicas de su desarrollo, por lo tanto tenemos el
siguiente paralelo:
Para la construcción de nuestro edificio,
necesitaremos arena, cemento, agua, piedras y una buena lampa.
La arena, la comparo con los estímulos
sensoriales.
Las piedras las comparo con los estímulos
físicos.
El cemento lo comparo con los estímulos
intelectuales.
El agua la comparo con los estímulos
sociales.
La lampa la comparo con los estímulos
emocionales, la que toca y está junto a todos los demás materiales.
Hablemos un poco más de cada una de las estas
áreas y sus respectivos estímulos:
1. ÁREA SENSORIAL:
Los órganos responsables de captar la información
del medio donde crecen y se desarrollan nuestros pequeños, son bombardeados,
segundo tras segundo por diferentes estímulos, pero es el cerebro quien
se encarga de seleccionar la información, limitando la entrada de las
sensaciones, eligiendo, decodificando y transmitiendo a diferentes zonas
cerebrales y al cuerpo en sí, aquello que potencialmente le es más útil,
valorando las informaciones más importantes o más llamativas, o más olorosas,
o que involucren más emociones, etc.
· Vista: los ojos son los órganos
receptivos y codificadores del estímulo, el cual es llevado al centro
de decodificación, el cerebro, donde se analiza y se compara la información
con las demás almacenadas en la memoria.
· Oído: el oído es el órgano de la
audición. Los receptores del oído interno captan las vibraciones sonoras
en impulsos nerviosos, que mediante fibras sensibles, ascienden hasta
llegar al córtex cerebral auditivo. También vale recalcar que las estructuras
vestibulares del oído interno son responsables de la función del equilibrio.
· Tacto: las diferentes sensaciones
recibidas por la piel (de textura, vibración, temperatura, consistencia,
forma, peso, etc.) son recibidas por terminaciones nerviosas específicas
para cada sensación, y viajan, en cuestión de segundos, por las sendas
nerviosas hasta la médula espinal, y desde allí hasta el cerebro. Cada
parte del cuerpo tiene su representación, casi exclusivamente en el hemisferio
opuesto, ocupando una zona proporcional al número de receptores de la
misma zona (con excepción de algunas partes de la cara). Labios, cara
y pulgar son recordistas en receptores.
· Olfato y gusto: son conocidos como
los sentidos químicos, puesto que sus estímulos dependen del contacto
de sus receptores con sustancias químicas. La membrana olfatoria recibe
los estímulos y los transmite mediante las fibras del nervio olfatorio
hasta el cerebro, mientras que los estímulos gustativos son captados por
los botones gustativos de la boca y transmitidos por las neuronas que
siguen diferentes vías hasta llegar al cerebro.
Todos los niños y niñas conocen a sí mismos
y al mundo que los rodea utilizando sus sentidos. La intervención educativa
proporciona mayor organización de los estímulos sensoriales, controla
y vela por su correcta recepción y por los órganos responsables de ella,
además de ayudar a los niños y niñas a interpretar y analizar las sensaciones
que recibe.
La organización neurológica está directamente
relacionada con la actividad sensorial, base de las respuestas de nuestras
funciones motoras.
2. ÁREA FÍSICA:
Cuando estuve en los Institutos para el
Desarrollo del Potencial Humano, en Filadelfia, y ahora último en su sucursal
en Brasil, me convencí por completo que cerebro y cuerpo aprenden de una
forma integrada.
Muchas veces Glenn Domam nos recalcaba una
frase que decía: “La función determina la estructura” y realmente me sorprendí
al ver hasta que grado podemos desarrollar las habilidades físicas de
nuestros niños y niñas, muchos de ellos con varias zonas del cerebro comprometidas
debido a una lesión cerebral.
Los estímulos físicos y el aprendizaje motor,
o mejor, neuromotor, colaboran y participan activamente de la organización
del Sistema Neurológico del ser humano. Glenn Doman, desde el año 1955,
hablaba de una Inteligencia Física y recalcaba que las funciones motoras
del ser humano están relacionadas con zonas específicas del Sistema Nervioso
Central, y que por medio de los estímulos físicos, de oportunidades y
experiencias, podemos proporcionar a nuestros niños y niñas un óptimo
nivel de desarrollo cerebral y por ende un óptimo nivel de desarrollo
físico.
Como educadores nos resta aprender cómo ocurre
el aprendizaje motor para a partir de allí organizar un programa fundamentado
en bases neurológicas y que proporcione:
· Crecimiento y desarrollo físico
· Mayor organización neurológica
· Dominio de destrezas y habilidades
físicas
· Resistencia
· Mejor desarrollo integral
Los programas deben considerar ejercicios
y oportunidades de desarrollo del sistema vestibular, de la movilidad,
de las habilidades gruesas y finas, de coordinación global, visomanual,
cinestésica, etc.
3. ÁREA INTELECTUAL:
Para hablar de estímulos intelectuales debemos
llegar a un acuerdo con relación a dos preguntas específicas:
1. ¿Qué es inteligencia?
2. ¿Donde están localizadas?
Hace muchos años, varios psicólogos, neurólogos,
maestros, científicos, especulan a cerca del mejor concepto para la palabra
inteligencia.
Alfred Binet fue un precursor en este campo,
definiendo la inteligencia como una habilidad general que se encuentra
en diferentes grados en todas las personas y es medible a través de tests
estándares, lápiz y papel, con su conocido Test de Inteligencia y su Coeficiente
Intelectual (CI).
Si miramos el diccionario encontraremos algunas
definiciones del tipo:
· facultad de comprender, conocer
y entender las cosas
· tener habilidad o destreza mental.
Para mi, una excelente definición es la que
hace Glenn Doman (1990), cuando dice que “la inteligencia es el producto
de la capacidad de analizar la realidad que nos rodea, imaginar cómo debería
ser y actuar para transformarla”.
Doman, habla desde 1960, de seis inteligencias
que actúan unas con las otras o de manera independiente, trayendo como
resultado el aumento del potencial humano. Destacó las siguientes inteligencias:
· Visual
· Auditiva
· Táctil
· Física
· Lingüística
· Manual
Para el año 1979, la Fundación Bernard Van
Leer, un grupo filantrópico holandés, le pide a investigadores de la Universidad
de Harvard, en Estados Uunidos, que investiguen sobre el potencial humano,
naciendo así el Proyecto Cero, desde donde nace la teoría de las Inteligencias
Múltiples.
Howard Gardner, psicólogo y profesor de educación
en Harvard, al investigar durante años el desarrollo de las capacidades
intelectuales del ser humano, publica en 1983, su libro Frames of Mind,
que pasa a ser el punto de partida para una nueva propuesta en educación
y un nuevo concepto sobre inteligencia.
Gardner entonces, redefine la inteligencia
como “la capacidad para resolver problemas de la vida, la capacidad
para generar nuevos problemas para resolver, la habilidad para elaborar
productos u ofrecer un servicio que es de gran valor en un determinado
concepto comunitario o cultural.”
Gardner alista las siguientes inteligencias:
· Lógico-matemática
· Física-cinestésica (o cinético-corporal)
· Lingüística
· Musical
· Espacial
· Interpersonal
· Intrapersonal
· Naturalista
Sin embargo, para hablar de desarrollo intelectual,
o estímulos intelectuales, deberíamos entender no solamente el concepto
de las Inteligencias y sí entender cómo funcionan.
David Lazear, en su libro “Seven Ways of
Knowing”(1991) deja bien claro este mecanismo, como podrán observar en
los cuadros abajo:
· La inteligencia
no es fija y estática cuando uno nace. Es dinámica, siempre crece,
puede ser mejorada y ampliada.
· La inteligencia
puede ser aprendida, enseñada, potenciada a cualquier edad. Puede
ser enseñada a otros. Uno mismo puede aprender a ser más inteligente.
· La inteligencia
es un fenómeno multidimensional, que está presente en múltiples
niveles de nuestro cerebro, mente y sistema corporal. Hay muchas
formas de inteligencia, muchas formas en que las personas se conocen
a sí mismas y al mundo que las rodea.
· Una inteligencia
más potenciada puede ser utilizada para mejorar o fortalecer otra
menos desarrollada. Gran parte de la máxima potencialidad de nuestra
inteligencia está un estado latente debido a que no se utiliza,
pero puede ser despertada, fortalecida y entrenada.
Thomas Armstrong en su libro “Discovering
y Encouraging your Child’s Multiple Intelligences” (2000) da consejos
prácticos a maestros y padres de cómo estimular las I.M. en los niños,
aprovechando sus diferentes vías para el aprendizaje.
Pero uno se pregunta: ¿Inteligente en qué,
para qué?
Inteligente para usar las palabras, los números,
la música, para ser ágil con cuerpo, para conocerse a sí mismo y a sus
emociones, para interpretar imágenes, al relacionarse con los demás, al
resolver problemas, etc.
Al entender que podemos ser inteligentes
de varias maneras, que podemos aprender por varias vías, que nuestra capacidad
para el aprendizaje es enorme y variada, estamos avanzando con relación
a la comprensión de las potencialidades de nuestros niños y niñas.
La pregunta ahora es: ¿Y donde están localizadas
todas estas inteligencias?
En el cerebro, obviamente. A pesar de que
su forma de expresión sea el cuerpo, el canto, el habla, etc, es el cerebro
el responsable por captar los estímulos y transformar la información en
habilidades de una determinada inteligencia.
Los programas de educación neonatal y temprana,
tienen la gran oportunidad de plasmar en su quehacer pedagógico las oportunidades
de un determinado aprendizaje utilizando diferentes vías y a la vez estimulando
diferentes inteligencias.
Los estímulos intelectuales tienen por objetivo
determinar una estructura cerebral acorde al estímulo recibido. Por tal
razón, volvemos a las observaciones importantes que nos hace Glenn Domam:
· La función determina la estructura:
el cerebro, como un músculo, crece y se desarrolla.
· El tipo de estímulo puede facilitar
o debilitar la estructura cerebral: basura adentro, basura afuera.
· Somos inteligentes porque utilizamos
nuestro cerebro: el cerebro tiene una enorme capacidad potencial con relación
al aprendizaje físico, musical, lingüístico, matemático, etc...
4. ÁREA SOCIAL:
El bebé, desde que nace, se ve rodeado de
muchas personas que están listas para atenderlos, acariciarlos y jugar
con ellos.
Su familia es el primero entorno social del
bebé, que en pocos meses lo explora y lo conoce.
En poco tiempo, la casa de los abuelos el
parque, la playa, el Shopping, pasan a formar parte de su mundo físico
y social cada vez más amplio, hasta que llega el momento de ingresar a
un ambiente educativo formal.
Es, en este ambiente, que ocurre el verdadero
desarrollo social del niño o niña. Allí ocurren varias experiencias que
lo estimulan, como por ejemplo:
· Conocer a diferentes personas, entre
adultos y niños.
· Conocer diferentes límites.
· Respetar turnos.
· Aprender hábitos.
· Compartir objetos o alimentos.
· Convivir con otros iguales a él
(no hay reinado)
· Aprender a valerse por sí mismo.
· Cuidar y conservar el ambiente donde
juega o explora.
Entre muchas otras cosas.
Todas estas experiencias, y de un cierto
modo, desafíos, llenan a los niños y niñas de estímulos que favorecen
su desarrollo personal social, equilibrando también su área emocional.
Vivir en una comunidad es un reto, pues somos
parte de un todo, no dueños de él. Aprender esto desde pequeños, trae
consecuencias positivas en el futuro, como individuos, como ciudadanos
y como profesionales.
Actualmente, con los avances en el campo
de la Neurociencia, ya sabemos que tanto los factores endógenos (herencia)
como los exógenos (medio) influyen de manera determinante en el crecimiento
y en el desarrollo infantil.
El gran psicólogo ruso L. S. Vygotsky, consideraba
que las más importantes funciones psicológicas y mentales resultaban del
desarrollo social del niño, que su sumergimiento en un ambiente histórico-cultural
y las relaciones con las personas y objetos culturales eran determinantes.
Lo cierto es que al considerar el desarrollo
integral del niño, no podemos obviar la influencia de la realidad en que
vive en este proceso de desarrollo. Problemas como malas condiciones de
higiene y salud, desnutrición, bajo nivel cultural, status socio-económico
bajo, ambientes de riesgo: pobreza, violencia, etc. son agravantes y ejercen
un grado elevado de influencia.
Las consecuencias negativas provocadas por
estas circunstancias pueden ser contrarrestadas por un óptimo programa
de estimulación. Lo importante es determinar la realidad socio cultural
donde estamos inmersos y preparar un programa con características especiales,
no olvidándonos de la importancia del niño como ser social, preparando
actividades específicas para la promoción de esta área del desarrollo
humano.
En nuestras actividades para la promoción
del desarrollo del área social no debemos olvidarnos del importante trabajo
con relación a la formación de hábitos (tanto de orden personal como de
orden ambiental) y valores.
5. ÁREA EMOCIONAL:
Los estímulos emocionales bajo el nuevo paradigma
educativo, son tan, o más importantes que los demás estímulos.
Hay muchas emociones y familia de emociones
compuestas por diferentes variables y categorías.
Las emociones que se reconocen biológicamente
son la alegría, el miedo, la sorpresa, el disgusto, el enojo, la tristeza
y el placer (placer y miedo llegaron a ser localizadas en el cerebro por
neurólogos y psicólogos especialistas).
Podemos reconocer a las diferentes emociones
por medio de las expresiones faciales y de los síntomas físicos (transpiración,
latidos acelerados, etc.). No se puede negar que también ejercen una fuerte
influencia en la corteza cerebral, en nuestros razonamientos, en nuestras
ideas y argumentos.
No podemos controlarlas, puesto que no sabemos
cómo, cuando y con cuanta intensidad las sentiremos, sin embargo, podemos
aprender a conocerlas, concer cómo reacciona nuestro cuerpo, saber cómo
nos afectan esas emociones y cuanto tiempo duran para recién allí pensar
en aprender a manejarlas.
Desde muy pequeños, niños y niñas pueden
estar bajo un programa que cuide la calidad de su Inteligencia Emocional,
estimulándola a que se desarrolle. Para ello, el educador o los padres,
deberán considerar algunos puntos a tener en cuenta al presentar estímulos
que estimulen el área emocional de nuestros niños.
Elena María Ortiz de Maschwitz, fundadora
del Colegio Godspell en Argentina, que se caracteriza por centrar la educación
en la Persona y aplicar el modelo de Educación para la Comprensión, expone
de manera clara y objetiva aspectos importantes a ser considerados en
la planificación de las actividades que estimulen el desarrollo del área
emocional.
1. El padre o educador debe tener conocimiento
de los componentes que hacen parte de la Inteligencia Emocional (a manera
de resumen: conocimiento de sus emociones, el manejo de las mismas, la
motivación, la empatía).
2. El aprendizaje emocional de nuestros
niños depende del grado de Inteligencia Emocional del adulto que los estimula.
3. El ambiente emocional favorable es factor
clave para el desarrollo de otras habilidades y para el aprendizaje.
4. Ponerse en “los zapatos” del otro y leer
sus sentimientos en las expresiones faciales, en el tono de voz, en la
mirada y en el movimiento de su cuerpo.
5. Velar por el desarrollo de la inteligencia
emocional de nuestros niños y niñas al cuidar nuestras palabras y nuestra
manera de actuar en el día a día.
También se hace necesario mencionar que varios
estímulos estropean el desarrollo emocional y que muchos de ellos provocan
deterioros muy serios en las Inteligencias Intrapersonal e Interpersonal.
En los entornos socio-económicos y culturales menos privilegiados de nuestras
sociedades, el deterioro mencionado anteriormente viene por medio de las
agresiones físicas y verbales, del desprecio y de los conflictos en las
familias. Sin embargo, en clases sociales más privilegiadas, también están
presentes dichos deterioros, muchas veces de una manera muy sutil, inofensiva,
pero allí están, día a día, estropeando el desarrollo emocional de nuestros
niños y niñas. Veamos algunos de ellos:
Cuando los adultos (padres, madres,
educadores, abuelos, etc) presentes en el entorno del niño o niña, no
le ponen los nombres adecuados a las emociones: “estar triste es muy diferentes
a estar molesto”.
Cuando impiden que fluyan las emociones: ej. “ ¡ hombres
no lloran !”
Cuando rebajan a sus hijos frente a otras personas.
No importa si es de la familia, si es adulto u otro niño.
Cuando impiden que se equivoquen, o que experimenten,
o que se golpeen, etc.
Cuando confunden los sentimientos de los niños/as:
ej. “pobrecito, está triste”, cuando en el fondo lo que siente es
cólera.
Cuando se les satisfacen todos los deseos: hacer todo
lo que quiere el niño o niña no es educar.
Cuando no le enseñan a esperar: atender a una demanda
no es educar.
Cuando no entrenan su nivel de tolerancia a la frustración:
decir “no” como respuesta los ayuda a tener autocontrol, a entender
y respetar los límites que tiene la vida.
Cuando tienen miedo a “traumatizarlos”: la disciplina
es diferente al castigo, la disciplina no traumatiza.
Cuando no permiten que valgan por sí mismos.
Cuando echan la culpa de todo lo que le pasa a los
demás.
Cuando lo sobreprotege: la sobreprotección funciona
muchas veces como amenaza al desarrollo de la Inteligencia Emocional,
una amenaza del tipo orgánica, ya que los neurotransmisores que
se descargan en una situación de sobreprotección es similar a una
situación de peligro, alarma o miedo. Además, el mensaje que se
transmite al niño o niña es del tipo “tu no puedes, eso no es para
ti, etc.”
Los estímulos emocionales, nuestra “lampa”
que toca todos los demás estímulos y que también afectan la estructura
cerebral, desempeñan un papel fundamental y protagónico en el desarrollo
infantil. Padres y maestros tenemos como meta aumentar el grado de nuestra
Inteligencia Emocional, para a partir de allí ser competentes emocionalmente
para estimular y educar a nuestros pequeños.
Para que los estímulos recibidos por los
bebés logren su objetivo final, que es el desarrollo de todas las áreas
y sus dimensiones, una vez más resaltamos la importancia de la prevención
como aliada a este proceso.
Vigilar como andan los órganos de recepción
sensorial (vista y oído principalmente), la postura, la tonicidad, el
avance del lenguaje, el control de vacunas, posición de los pies, etc,
nos dará la tranquilidad de controlar posibles agentes que amenacen al
ciclo normal de este proceso.
VI. NUEVAS FILOSOFÍAS Y METODOLOGÍAS QUE
FACILITAN EL DESARROLLO INFANTIL:
“Vivimos en una época privilegiada en educación”,
esta es una de mis frases preferidas, la cual repito a los padres y maestras
siempre que tengo la oportunidad de hacerlo.
Para llegar al desarrollo, necesitamos conocer
y aprender a aprender. El ser humano utiliza varias vías, varios recursos
que le ofrece su cuerpo, captando la información con uno, dos o más sentidos,
mezclando el toque con el movimiento, el mirar con el oír, combinando
y registrando el significado de lo que aprenden.
Actualmente son varias las filosofías o metodologías
que, después de muchos años de investigación, llegan a nuestras salas
de aula y también a nuestros hogares, trasformándose en una herramienta
más en esta búsqueda incansable de desarrollar el potencial humano.
Desde el primer día de vida, el bebé está
aprendiendo. Nuestro papel es el de preparar experiencias que faciliten
y enriquezcan este aprendizaje. Para ello, en primer lugar debemos cerrar
los ojos e imaginar cuales son las vías que utilizamos para conocer o
aprender algo. Por ejemplo:
- si quiero tocar guitarra y ser cantante,
primero tengo que aprender a cantar, tengo que educar mi voz y mi oído.
También necesito aprender a respirar, a marcar el ritmo, el tono, etc.
Tengo que dominar los movimientos de los dedos, coordinando mano derecha
e izquierda, controlar el peso de mis brazos, etc. Muchas cosas están
involucradas en el proceso y de ellas depende el resultado final.
Veamos algunas de las vías utilizadas para
este aprendizaje:
v las vías sensoriales, físicas
y cinestésicas, pues hemos utilizado nuestros sentidos, nuestro cuerpo
y el movimiento para aprender.
v las vías racionales, la que nos
obliga a pensar, a estudiar, a usar la lógica, a usar el lenguaje para
expresarnos y comprender lo que nos enseñan.
v las vías de la intuición, que en
mi opinión, es la vía de la exploración, del descubrimiento, del “insight”,
del aprender por placer, de maravillarse con lo nuevo, del entusiasmarse
con el desconocido, de visualizar imágenes sobre algún tema relacionado,
de proyectar sin tener algo palpable en las manos.
v Las vías emocionales, que nos motivan
a actuar, que dinamizan nuestras acciones, que nos empujan hacia la meta,
que nos censuran y nos corrige, las que nos valoran como únicos y que
valoran a los demás.
Considerar todas las vías y recursos para
el aprendizaje que tiene cada niño y niña y todas las alternativas que
tenemos en manos para garantizarles un aprendizaje más pleno, (alternativas
presentadas en las filosofías y metodologías de la actualidad), hace con
que el proceso sea más rico y el resultado final de mayor calidad.
Conocer, explorar y utilizar todas las vías
sensibles al aprendizaje, hará del proceso educativo formal un aliado
del proceso de desarrollo infantil.
En nuestro Centro Educativo, hemos implementado
algunos programas, los cuales denominamos “Programas de Desarrollo”, que
tienen como principal objetivo utilizar todas las vías que permiten a
nuestros niños y niñas llegar al aprendizaje y al desarrollo de sus potenciales.
Estos programas son utilizados en todos los
salones, desde los bebés de seis meses, con variaciones en grados de dificultad,
intensidad y duración.
Como funcionan:
1. Todos los programas tienen metodología
propia.
2. El contenido de cada P.D. está subdividido
en módulos de actividades.
3. Para cada programa, la maestra deberá
hacer una programación mensual para las actividades.
4. Las actividades de los P.D. deberán estar
inseridas en el contexto de las Unidades de Aprendizaje.
5. Se llevará un registro del desarrollo
de las actividades y del desarrollo de las capacidades, habilidades o
actitudes adquiridas por los alumnos después de concluido cada módulo.
6. El esquema general de trabajado deberá
estar apuntado en el Cuaderno de Programación de la maestra.
Objetivos Generales:
1. Facilitar, por medio de actividades específicas,
el desarrollo de diferentes habilidades emocionales, sensoriales, intelectuales,
físicas y sociales en los niños/as que asisten a nuestro Centro Educativo.
2. Propiciar diferentes experiencias que
resulten en oportunidades de un aprendizaje significativo.
3. Crear situaciones de juego-aprendizaje
que permitan al niño/niña ser el protagonista de su conocimiento.
Algunos P.D. que implementamos en nuestro
Centro:
v Programa de Desarrollo de la Inteligencia
Emocional (Lawrece Shapiro, Daniel Goleman, Colemman, etc)
v Programa de Bits para el Desarrollo Intelectual
(Glenn Doman y todo el equipo de los Institutos)
v Programa de Desarrollo Social: aprendiendo
hábitos y valores (Growing Up Project, Niños cuidadores del Planeta Tierra,
etc.)
v Programa de Desarrollo de las Inteligencias
Múltiples (Howard Gardner, Tomas Armstrong, Celso Antunes, Maria Ortiz
de M.)
v Programa de Desarrollo Auditivo (Don Campbell,
Growing Up Project, AMEI)
VII. PRINCIPIOS Y FUNDAMENTOS DE NUESTRA
ACCIÓN PEDAGÓGICA:
Nuestros principios son el punto de confluencia
de todas nuestras acciones, los que establecen las metas donde debemos
llegar y cómo debemos hacerlo. Podemos enumerar muchos de estos principios,
sin embargo, resaltaremos los más importantes que deben ser considerados
un punto común entre todos los educadores del mundo:
1. Todo niño y niña al nacer cuenta con
un verdadero potencial a ser desarrollado, pero depende de la interacción
con el medio, de la cantidad y calidad de estímulos que reciba, para que
se estructure mejor su cerebro, base de su crecimiento y desarrollo.
2. La calidad de estímulos o la calidad
de educación que reciba, principalmente en los primeros años de vida,
está directamente relacionada con la calidad de su desarrollo.
3. Para que el proceso de desarrollo se
de en óptimas condiciones, necesitamos cuidarlo, vigilar la salud del
infante y practicar medidas de prevención detectando alguna amenaza que
pueda estropear este proceso o traer serias consecuencias en un futuro.
4. El niño, y niña, son sujetos ACTIVOS
en el proceso de SU desarrollo, y por ello, deben ser los protagonistas
en la construcción de su conocimiento, aprendiendo a aprender, a comprender
y a actuar.
5. Cada niño es un niño: su ritmo, su individualidad,
sus inquietudes y curiosidad son aspectos importantes a ser respetados
en el proceso educativo formal en los Programas de Educación Neonatal
y Temprana.
6. El papel del adulto, en las intervenciones
educativas, es el de facilitador y creador de oportunidades que resulten
en experiencias de aprendizaje, explorando todas las vías de aprendizaje
que tenemos los seres humanos.
7. Los niños y niñas deben recibir del adulto
no solo cuidado, sino educación, cariño, respeto y atención de manera
individual.
8. El entorno emocional favorable es un
aliado en los procesos de aprendizaje y desarrollo.
9. Ninguna intervención educativa debe preocuparse
en acelerar el proceso de desarrollo, sino aprovechar las oportunidades
para estimular el potencial que cada individuo tiene al nacer, facilitando
la organización neurológica y el desarrollo de habilidades.
10. Es fundamental mantener el equilibrio
entre todas las áreas del desarrollo: somos un todo, y no partes.
11. La sobreestimulación es tan mala cuanta
la falta de estimulación.
12. Para crecer y desarrollarse, el niño
o niña necesita libertad: de movimientos, de expresión, de acción.
13. Educamos para la vida, por ello, tanto
la familia cuanto el educador tiene la responsabilidad de abrir a los
niños y niñas los horizontes de una vida futura, llena de desafíos pero
también llena de recompensas.
14. Cada etapa del desarrollo debe ser acompañada
por medio de evaluación y supervisión sistemáticas de las habilidades
y capacidades adquiridas.
15. Lo que más desea hacer un niño o niña
es jugar. Por ello, el descubrimiento y el camino hacia el aprendizaje
debe darse de manera lúdica, utilizando el juego-aprendizaje como herramienta
básica en nuestro quehacer pedagógico.
Los Programas también deben tener un respaldo
científico que fundamente sus acciones; no pueden ser desarrollados de
la nada, sin una base sólida que nos permita actuar con tranquilidad
y seguridad de que no está perjudicando el desarrollo infantil.
Para los programas de educación neonatal
y temprana, tenemos la Neurociencia como nuestro más grande aval. Los
avances científicos en este campo nos hicieron cambiar por completo la
manera que mirábamos a nuestros niños y niñas, puesto que nos hemos dado
cuenta que el sistema nervioso, “base y soporte de la personalidad del
individuo como adulto”, se desarrolla en los primeros años de vida.
El proceso de crecimiento y maduración del
cerebro está directamente relacionado con las experiencias que viven los
niños en su día a día. “Los recién nacidos tienen al nacer millones de
células cerebrales o neuronas, entre las cuales se establecen conexiones,
que se multiplican rápidamente, al entrar en contacto el niño con la estimulación
exterior. Ya sabemos que nacemos con determinadas potencialidades y el
hecho que se desarrollen en menor o mayor grado depende, sobre todo, de
los estímulos que se reciba tanto de los adultos como de su entorno.”
Si queremos sintetizar nuestros fundamentos,
podemos hacerlo recordando lo siguiente:
Las experiencias en la primera
infancia alimentan los circuitos nerviosos, enriquecen (o no) el desarrollo
cerebral del niño o niña y determinan el futuro de sus inteligencias.
El medio donde nacen, crecen
y viven nuestros niños y niñas, y los estímulos que reciben de él,
son factores determinantes no solo para el momento en que viven, sino
también para toda la vida de cada uno de ellos.
Los avances de la Neurociencia y de ciencias
afines como la Psicología, Pedagogía, Ciencias Sociales, nos dan la base
para proponer un nuevo trabajo educativo, donde el niño estará expuesto
a estímulos adecuados, siendo el protagonista de su propio aprendizaje,
bajo la orientación de profesionales capacitados.
VIII. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN LOS PRIMEROS
AÑOS DE VIDA:
Comparto, con la pedagoga brasileña Neiva
Paim, la afirmación que dice que tres acontecimientos son básicos en la
vida del ser humano: el día de su concepción, el día de su nacimiento
y su permanencia en esta vida.
Estos acontecimientos, en un ritmo perfecto,
se complementan y son uno requisito del otro, pero cada uno de ellos con
sus características propias y valores incomparables.
Como educadores (léase padres, madres y maestros),
no podemos intervenir activamente en los dos primeros acontecimientos
- concepción y nacimiento, sino es la perfección de la creación y de la
naturaleza humana quien desempeñan el papel protagónico. Sin embargo,
en el tercer acontecimiento, no solo podemos como debemos intervenir,
no dejando al acaso el suceso de todas las cosas.
Solamente quienes estamos, día a día, rodeados
de estos seres maravillosos que son los niños y niñas, somos los que podemos
dar testimonio de esta maravillosa etapa que es la permanencia en la vida.
y a mí me fascina, me deslumbra, me encanta saber que ¡ YO PUEDO INTERVENIR
EN ESTA ETAPA ! ! ! ! , que puedo ver cada logro, cada gesto, escuchar
las primeras palabras, ver los primeros pasitos y estar allí para darles
las manos en caso pase algo, hacerles conocer sus emociones, reír a carcajadas,
descubrir lo nuevo, ver sus expresiones faciales al tocar las cosas pegajosas,
escuchar su llanto, ver su carita de alegría cuando resuelven sus propios
problemas, cucando vencen obstáculos, ver cómo hacen las mímicas de las
canciones y COMO TIENEN GANAS DE APRENDER !!! A cada día hay algo nuevo,
los potenciales se afloran más rápido, están más audaces, más descubridores,
más exploradores; y yo, me lanzo en la búsqueda de lo que pueda saciar
esta sed de aprendizaje, llevando junto conmigo un equipo maravilloso
y dedicado, totalmente abocado a la educación y al bienestar de nuestros
pequeños.
Y todos los días agradezco a Dios, por este
equipo, por los niños y niñas y por estos padres maravillosos quienes
nos confían su más valioso tesoro: sus hijos.
Por tal razón, quisiera ahora contagiarles
con este inmenso amor y placer que siento al disfrutar (para mi no es
un trabajo) de las actividades de estimulación y educación con los niños
y niñas en sus primeros años de vida. Para esto, quisiera proponerles
una visón general del niño/niña, para facilitar un poco la comprensión
de nuestra acción y la organización de nuestras actividades.
Observemos el esquema:
Cada una de la habilidades está compuesta
por diferentes dimensiones, las cuales debemos considerar en nuestros
programas e intervenciones, haciendo así un escudriñamiento exhaustivo
de todas las alternativas, recursos y estrategias que debe tener en mente
un educador para propiciar un desarrollo integral y armonioso.
Veamos algunas de ellas:
1. HABILIDADES EMOCIONALES:
· Estimulación y desarrollo de las
inteligencias Intrapersonal e Interpersonal
· Estimulación y desarrollo de habilidades
como: autocontrol, tolerancia a la frustración, autoestima, autonomía,
seguridad, apego, etc.
· Sensibilización de la familias en
el proceso de estimulación y desarrollo de la Inteligencia Emocional.
2. HABILIDADES SOCIALES:
· Estimulación y desarrollo de la
personalidad, identidad, actitudes y aptitudes
· Estimulación y desarrollo de tres
ejes básicos: comportamiento, hábitos y valores.
· Comportamiento: adaptación, interrelación,
desarrollo de actitudes como el respeto, la solidaridad, colaboración
y cariño; asimilación de patrones positivos de comportamiento, cumplimiento
de normas y reglas, etc.
· Hábitos: de orden personal y ambiental.
· Valores: morales, éticos, espirituales,
biológicos e intelectuales.
3. HABILIDADES SENSORIALES:
· Educación de los sentidos por medio
de un programa de Educación Sensorial, con gradación y dificultades diferentes
para cada etapa del desarrollo, con los siguientes objetivos:
- Estimular y entrenar las vías sensoriales
receptoras de la información (órganos de los sentidos).
- Estimular y entrenar las vías de respuestas
a los estímulos sensoriales (movimiento, expresiones verbales o no verbales,
etc)
- Entrenar al niño(a) en la confianza de
sus habilidades sensoriales y en la capacidad que tiene su cuerpo para
descubrir sensaciones.
- Mejorar la capacidad intelectual al propiciar
oportunidades de exploración y descubrimiento que llevan a la estimulación
y maduración de áreas específicas del cerebro.
- Entrenar el espíritu de observación y
toma de decisiones.
- Estimular su conocimiento del mundo sensorial,
físico y social que lo rodea, ayudándolo a dominarlo.
- Entrenar en los automatismos, en hábitos
y conductas adecuados ante la excitación y estimulación sensorial.
- Afinar los umbrales sensoriales, haciendo
del niño o niña un ser más sensible y más capaz de percibir todo lo que
está a su alrededor.
- Mejorar la calidad de desarrollo neurológico,
la calidad del aprendizaje, la calidad de vida y del potencial humano.
4. HABILIDADES INTELECTUALES:
· Estimulación y desarrollo de las
Inteligencias Múltiples (lingüística, lógico-matemática, espacial, musical)
· Variedad de experiencias que estimulen
el desarrollo del pensamiento lógico, de la creatividad, la iniciativa,
la observación, la exploración la imaginación, las expresiones verbal,
no verbal, plástica, musical, corporal, etc.
· Exploración de conceptos matemáticos
de clasificación, seriación, asociación, casualidad, así como diferentes
nociones relacionándolos SIEMPRE con habilidades sensoriales.
· Exploración del mundo de los objetos,
conociendo sus características, semejanzas y diferencias, relacionándolas
con habilidades sensoriales.
· Experimentación de cantidades, relaciones,
pertenencias, etc.
5. HABILIDADES FÍSICAS
· Ejercicios, actividades para estimulación
y desarrollo de las Inteligencias Físico – Cinestésica (o Cinético-corporal)
y Espacial
· Ejercicios para el desarrollo y
maduración neurológica, que involucren el sistema vestibular, la movilidad,
las destrezas motoras finas y gruesas, la braqueación.
· Conocimiento y control del cuerpo
y sus habilidades:
- Organización temporal: orientación + estructuración
+ tiempo + ritmo + velocidad
Los primeros años de vida son muy importantes
para el desarrollo y adquisición de todas estas habilidades y sus respectivas
dimensiones.
El camino del aprendizaje, en los bebés va
desde la acción hasta la representación mental y a capacidad de representación
simbólica. Un camino largo, que solamente llega a su meta con la total
interacción del niño(a) con el medio. Va de lo más simple a lo más complejo,
siguiendo trayectos casi universales.
Por medio de sus acciones, el bebé explora,
experimenta, manipula, observa la realidad del mundo que le rodea. Y esta
realidad, quiere conocer, representar, modificar, aprender de ella, construyendo
su propio conocimiento.
Al interactuar con el medio, aprende a jugar
solo, a jugar con los demás, a imitar, a usar gestos para comunicarse
hasta llegar al lenguaje articulado.
Los bebés son seres sociales, y a través
de la interacción resuelven conflictos cognitivos que son base de estructuras
mentales superiores, construyendo sus propios esquemas y su personalidad.
La intervención educativa en estos años tan
decisivos es determinante en la formación integral del ser humano. El
contexto de esta intervención es muy amplio pues involucra no solo la
familia y el centro educativo, sino los estímulos del medio provenientes
de las costumbres de su comunidad, de la realidad socio económica y cultural
donde vive, hasta mismo de la televisión.
Por tal razón, me gustaría recalcar aspectos
importantes, que a veces por ser tan simples, pasan desapercibidos en
la intervención de los programas de educación:
1. Interacción: los niños y niñas
necesitan de espacio, materiales, objetos, personas y LIBERTAD para interactuar
y así conocer la realidad que los rodean y construir su propio conocimiento
y personalidad.
2. Exploración: movimiento y acción
son SUS RECURSOS y su cuerpo SU HERRAMIENTA.
3. Socialización: los niños y niñas
necesitan de OTROS niños y niñas para facilitar el conocimiento de su
individualidad y de la presencia de los demás.
4. Satisfacción de necesidades: el
respeto a su ritmo propio del desarrollo y la satisfacción de las necesidades
básicas de vínculo afectivo, alimentación, higiene, atención, descanso,
movimiento y expresión deben ser satisfechas plenamente por el centro
educativo y por su familia.
Sin estos ejes básicos, toda intervención
educativa queda a medias.
IX. EL PAPEL DE NOSOTROS CON EDUCADORES:
Los primeros pasos del desarrollo tienen
lugar en la relación del niño(a) con sus padres. Surge así la primera
figura de la madre como la primera estimuladora, la primera maestra.
Muchos autores han estudiado la importancia
de la relación madre-hijo y han colaborado sustancialmente para el éxito
de esta relación.
Lawrence Shapiro habla que la calidad de
vida de un hijo depende del grado en que sus papás se preocuparon por
desarrollar en ellos sus habilidades o capacidades emocionales y sociales.
Winnicott, resalta que al identificarse la
madre con su hijo, ya sabe lo él que siente y está lista para proveerlo
de todo lo que le haga falta. Muchas de las madres ya pueden identificar
diferentes tipos de llantos y sus significados: hambre, sueño, dolor,
etc. Gracias a estos cuidados, los bebés se sienten seguros y empiezan
a desarrollar su lucha personal por la permanencia en la vida.
Nosotros, como educadores, tenemos la misión
de dar continuidad a este proceso de permanencia, adjuntando a este curso
natural, estímulos para todas las áreas del desarrollo.
La propuesta de un Programa de Educación
Neonatal empieza con el concepto de que cada niño y niña es sujeto activo
en la construcción de su conocimiento, en la estructuración de sus inteligencias,
que aprende a partir de sus acciones y reflexiones, interactuando con
los adultos, con otros niños y niñas, con su entorno, sintiendo que es
respetado como individuo, respetado como un ser humano que tiene derecho
a vivir su propia existencia.
Hay cinco principios básicos que deben guiar
las acciones de cada educador:
1. Valorar la relación adulto-niño, considerándola
factor esencial para el crecimiento y desarrollo.
2. Valorar la importancia de la participación
del niño(a) en el descubrimiento de su propio cuerpo, de las personas
y de los objetos que conforman el medio que lo rodea.
3. Atender sus necesidades de atención,
educación, cariño, respeto, sueño, alimentación, higiene e individualidad.
4. Velar por un ambiente emocional y físico
favorable a su desarrollo integral, pero a la vez desafiante, estimulante
y seguro.
5. Involucrar a la familia en el proceso
educativo formal de sus hijos, haciendo con que los padres conozcan todos
los potenciales a ser desarrollados en sus pequeños.
Muchas personas quieren saber cual es la
mejor fórmula, la mejor receta, el mejor programa para aplicarlos con
los niños y niñas pequeños. Para mí, lo más importante es tener conocimiento
de cuatro cosas básicas:
v Cómo se desarrollan nuestros niños y niñas.
v Qué potencial pueden llegar a desarrollar
v Por qué y para qué debemos estimularlos
desde tan temprana edad
v Cómo aprenden nuestros pequeños
Hemos subestimado, por mucho tiempo, a estos
pequeños grandes seres. El deseo de crecer, aprender y ser está latente
desde el primer día de vida: nadie se los puede quitar, nadie los convencerá
que aprender no es divertido, que no es vital.
El mejor regalo de nosotros, los adultos,
es darles la oportunidad de crecer, aprender y ser. Podemos ser un punto
de partida de un camino largo, agradable, estimulante, lleno de sorpresas
y victorias, si simplemente escogemos los materiales de la mejor calidad
posible para empezar a construir un brillante comienzo en la vida de quienes
conformarán nuestra futura sociedad.
Está en nuestras manos cambiar el rumbo de
las cosas.
Ven, ¡ atrévete! Muchos niños y niñas están
esperando por ti...